El grupo anglo-suizo Glencore, gigante de las materias primas, se encuentra en plenas negociaciones con el Gobierno italiano para reactivar la producción aluminera en la factoría de Alcoa en Cerdeña, que la multinacional americana cerró recientemente. El Gobierno de la República Italiana firmó el mes pasado un convenio en el que se establecen unas condiciones básicas para animar a Glencore, que posee una planta de zinc en Portovesme, a emprender una negociación con Alcoa ante una posible adquisición y reactivación de la producción de la planta sarda de aluminio.
La fábrica de Portovesme producía lo mismo que la de A Coruña: aluminio primario. Y sobre ella pesaba el mismo lastre que mantiene en vilo también a Avilés, el elevado precio de la electricidad. Alcoa redujo en 2012 la capacidad de producción en Portovesme "porque era una de las fundiciones con costes más altos en el sistema de Alcoa y porque había limitado las perspectivas para llegar a ser competitiva", según la nota oficial que remitió entonces la multinacional. Alcoa anunció el pasado verano el cierre definitivo de Portovesme, apenas un año después de que el Tribunal de la UE confirmase que Italia debía recuperar 295 millones de euros en ayudas ilegales concedidas a la aluminera por una rebaja en la tarifa eléctrica.
El Gobierno italiano comunicó el mes pasado la firma de un acuerdo a tres bandas con la Región de Cerdeña y Glencore que incluye una serie de garantías en materia energética. El convenio pretende desbloquear la posible adquisición de la planta aluminera, una negociación que Glencore descartó ya en 2012 por el coste de la energía (pedía entonces que no excediese los 25 euros por megavatio y hora durante una década). El protocolo no compromete a ninguna de las partes.