Hoy en día, el mundo está en una encrucijada. Podemos continuar con las altas emisiones de carbono, el modelo de desarrollo de alta contaminación que hemos utilizado hasta ahora, o podemos evolucionar hacia un modelo de alta tecnología sostenible de bajo carbono.

Entiendo que, al hacer esta elección, los líderes mundiales tienen razón al preocuparse por el rendimiento económico de sus países. Después de todo, el mundo no se ha recuperado totalmente de la peor crisis económica en generaciones, y muchos países enfrentan un crecimiento más lento, mientras que otros están cerca de la recesión.

Sin embargo, los líderes mundiales ya no pueden utilizar la amenaza de un menor crecimiento económico como una razón para no actuar juntos contra el cambio climático.

El informe publicado en septiembre por la Comisión Mundial sobre la Economíay el Clima, que he tenido el honor de presidir, muestra que podemos luchar contra el cambio climático y el crecimiento de nuestras economías al mismo tiempo. No necesitamos elegir uno u otro. Podemos - y debemos - tener ambas cosas.

Esto es ahora posible en parte gracias a los nuevos avances tecnológicos y el ingenio humano que han reducido radicalmente los costos de las alternativas limpias, mucho más allá de lo que nadie pudo predecir. Y esto seguirá abriendo nuevas oportunidades para un cambio transformador en los próximos años. Sí, es posible, pero tenemos que tomar algunas decisiones inteligentes, y tenemos que actuar ahora.

En nuestro informe se propone un conjunto de 10 recomendaciones prácticas que impulsen el crecimiento, generar ahorros y reducir el riesgo climático. Las recomendaciones provienen de las más recientes y mejores prácticas de todo el mundo y se centran en la producción de beneficios económicos tangibles. En nuestro informe nos muestran que puede ser de interés económico de un país para actuar ahora.

El informe se centra en el cambio de tres sistemas económicos clave:

En primer lugar, las ciudades tienen que ser más compactas y conectadas y hay que evitar la expansión urbana. En segundo lugar, tenemos que mejorar la gestión de uso de la tierra, regenerar las tierras degradadas y estimular una nueva revolución verde para alimentar mejor a una población creciente. Y en tercer lugar, debemos producir energía con tecnologías limpias, aprovechando que abandonan rápidamente los precios de las energías renovables.

La transición a la nueva economía climática será impulsada por tres factores: la innovación, la eficiencia de los recursos, y la inversión en infraestructura. Si empezamos ahora, las inversiones necesarias para una economía baja en carbono podría costar casi lo mismo que los de un alto contenido de carbono, ineficiente y contaminante economía. De cualquier manera, alrededor de US$ 90.000 mil millones tendrá que ser invertido a nivel mundial en infraestructura durante los próximos 15 años en las ciudades, el uso del suelo, y la energía. Depende de nosotros si elegimos bajas emisiones de carbono y la infraestructura resiliente al clima, o de negocios de alto carbono como de costumbre.

Lo que está claro es que para lograr todos estos cambios, necesitamos señales políticas decididas y coherentes de ustedes, nuestros líderes mundiales. Es por eso que es tan esencial a largo plazo, el objetivo global acordado que se está discutiendo aquí.

Algunos países, como China y Estados Unidos, los dos mayores emisores del mundo, han dado pasos positivos. Tenemos que construir sobre esto y ser más agresivos en la obtención de un acuerdo internacional sólido.

Las decisiones que ustedes, los líderes del mundo, que tomen aquí en Lima, y las que tomen en el camino a París, darán forma a las trayectorias de crecimiento económico del futuro.

Hoy en día, en sus manos, ustedes tienen una opción. O nos quedamos en este camino insostenible, o nos movemos hacia un futuro mejor, con menores emisiones y mayor dinamismo económico. Mientras estoy aquí les pido que, por favor, nos lleven a un mejor crecimiento, nos lleven a un mejor clima. El mundo está buscando que nos conduzcan a una nueva Economía Climática.