Hora de la verdad. A tan sólo 2 días para concluir el calendario oficial, aunque algunos observadores esperan que las negociaciones terminaren antes del sábado, Un nuevo proyecto de documento de compilación de elementos para el acuerdo de París, fue publicado ayer. El informe de 37 páginas incluye una variedad de opiniones contradictorias en cada edición, con el fin de satisfacer las diversas prioridades de la mayoría de las partes. Este documento se convertirá en el proyecto de acuerdo de París, que requerirá un trabajo sustancial el próximo año, más de lo esperado.
El foco principal en los próximos 2 días serán los componentes del Intended Nationally Determined Contributions (INDCs) que se dará a conocer en la primera mitad de 2015. Estas conversaciones fueron a altas horas de la noche de anoche con un lento progreso a través de los temas mas candentes. El debate sigue siendo clave sobre cómo los países deben caracterizarse y lo que requerirá de ellos en términos de acción. Otros temas centrales que se trabajaron incluyen la fecha final de los compromisos (2025 vs. 2030), qué información debe proporcionarse de manera que puedan ser comparables, si no puede haber un formato común acordado para que puedan ser comparados, y si habrá un proceso formal para revisar los compromisos de la lograr la meta de 2 grados. Los ministros también discutieron a fondo si INDCs requerirá información sobre los planes nacionales de adaptación de los países y si los países desarrollados tendrán que describir su apoyo financiero a los países pobres en 2020.
Sobre la base de los progresos realizados hasta el momento, y el estado de las conversaciones en las INDCs, se está empezando a sentir que no habrá mucho logrado aquí y el trabajo que quede para el año 2015 realmente será difícil. Los INDCs son el resultado clave para asegurar que París tiene el impulso que necesita para un acuerdo fuerte que puede romper a través de las diferencias históricas. Si los INDCs no son lo suficientemente fuertes, París será un largo y arduo trabajo.
Ayer hubo dos promesas de contribuciones al Fondo Verde para el Clima por parte de Perú, 6.000.000 dólares, y Colombia. Estos compromisos deberían avergonzar a algunos de los países desarrollados que aún están todavía sin aportar. Las promesas son una enorme solidaridad y descrito por ambos países como un esfuerzo para impulsar una nueva era y un nuevo acuerdo. Las promesas son algo así como un cambio en el pensamiento acerca del Fondo, que había sido creada para canalizar el financiamiento para el clima de los países desarrollados.
“En el segmento de Alto nivel de la COP, Latinoamérica y el Caribe reiteró que es necesaria una respuesta global contundente ante el cambio climático. Costa Rica, en representación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) -que agrupa a 33 países de la región-, afirmó que ‘la Convención es y debe continuar siendo el instrumento central para guiar la respuesta internacional a uno de los desafíos más grandes de nuestros tiempos’”, indicó Roberto Troya, Director de WWF para Latinoamérica y el Caribe. “Además, la CELAC envió un mensaje muy claro con respecto a su compromiso de mantener la temperatura por debajo de los 2o para el final del siglo, y enfatizó el hecho de que la adaptación sea un elemento central en las acciones pre y post 2020, considerando que muchos países de la región se encuentran entre los más vulnerables al cambio climático”.
“La Declaración de la Alianza del Pacífico incluye al cambio climático en una agenda de integración y cooperación comercial regional, con lo cual se demuestra que el cambio climático es un eje clave para el crecimiento y el desarrollo económico y social. Esta Declaración abrirá las puertas hacia un mundo nuevo en la región. Por un lado permitirá que se avance en el camino hacia una economía baja en carbono, al tiempo que fortalecerá la creación de redes de educación y tecnología, vitales para enfrentar el cambio climático”.
“En relación con el Fondo Verde por el Clima, las contribuciones financieras que ya han hecho y a las que se comprometieron los gobiernos latinoamericanos, muestra la importancia que tiene incrementar los fondos destinados a apoyar la reducción de emisiones y la adaptación, y el compromiso de todos en la lucha frente al cambio climático”.
“Finalmente, el lunes se anunció el Desafío de Lima, con el cual 14 países en vía de desarrollo –nueve de ellos latinoamericanos– declararon su compromiso para reducir aún más las emisiones provenientes de los bosques, como parte de su estrategia de desarrollo baja en carbono. Es un desafío a los países desarrollados para colaborar y lograr mayores reducciones de las emisiones, comprometiéndose a cuantificar la ambición adicional que podrían alcanzar con apoyo internacional.
“Estos ejemplos de Latinoamérica y el Caribe son una manifestación clara y decidida del tipo de liderazgo positivo que impulsa acciones efectivas en la lucha para combatir el cambio climático y sus impactos”.