Según el CEO de Techint, el recurso no es rentable por definición, sino que hay que trabajar en los costos
Por Pablo Fernández Blanco.
Sólo una vez al año Paolo Rocca, el mayor empresario de la Argentina, expone durante unos pocos minutos frente a cientos de clientes y proveedores del Grupo Techint. Al final acepta preguntas. La escena se repitió ayer, en el Sheraton Retiro, al cierre del 13° Seminario Propymes, que organiza su propio holding.
El máximo timonel de Techint sólo esquivó una consulta. Cuando le consultaron sobre qué debería hacer el Gobierno para incentivar la llegada de inversiones, respondió que quería "mantener el tema de la agenda de la reunión". Los organizadores lo leyeron como un gesto de buena voluntad hacia el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, que estaba sentado a su lado y con quien tiene una buena relación. De hecho, el funcionario cambió las agrias palabras que la presidenta Cristina Kirchner le dedicó la semana pasada a Techint en la Conferencia Industrial ("ya me van a venir a pedir medidas antidumping", les dijo) por otras más esmeradas, a tal punto que el funcionario lo puso como un ejemplo.
En cambio, Rocca tomó las preguntas referidas a la economía. La mayor preocupación de los asistentes pasó por la caída en los precios internacionales del crudo. Es comprensible. Una parte del mundo metalúrgico espera el boom de la formación petrolera Vaca Muerta para sumar negocios, y tenían en frente al jefe de una de las mayores proveedoras de la industria en Estados Unidos, que lidera la actividad. Rocca fue cuidadoso. Aclaró más de una vez que Vaca Muerta ofrece muchas oportunidades, pero advirtió que la caída en los valores internacionales pueden "resultar en un desarrollo menos agresivo para Vaca Muerta". Y dio su receta: "Los pozos de Vaca Muerta no son rentables por definición. No es Arabia Saudita. Hay que buscarla con una compresión de costos", sostuvo.
El WTI, la cesta de crudo de Estados Unidos, cerró ayer a casi US$ 61, el valor más bajo en dos años. Amenaza con posponer los proyectos caros, entre los que se encuentran los desarrollos no convencionales.
Tenaris, la empresa de Techint que se dedica a la fabricación de tubos de acero sin costura para la industria petrolera, espera un futuro más flaco que el pasado reciente. Es muy probable que en los próximos meses baje el precio de sus productos (se orientan por el índice Pipe Logix, que toma en cuenta el precio de la energía), pero también espera una caída en los valores de la chatarra y el mineral de hierro, dos de sus principales insumos.
"Nadie en el mundo puede prever cómo evolucionará el precio del crudo. Me parece difícil que el precio baje más, pero se mantendrá en estos niveles por unos dos años", sostuvo.
Para Rocca, sin embargo, la caída en el crudo tendrá un efecto moderado en la Argentina. "El impacto será distinto en Vaca Muerta. Ahora hay un precio que puede parecer artificialmente alto [en la Argentina el crudo tipo Medanito cuesta US$ 84, por encima de los valores internacionales]. Pero en el caso del gas, el precio se compara con el LNG [el gas licuado que llega por barco, que es más caro]".
Según una encuesta que Techint presentó ayer, las Pymes terminarán el año con una caída de 14% en la facturación y de 11% en las inversiones, mientras que 2015 se mantendrá en niveles similares.
Por Jairo Straccia
"Hoy no, hoy no”, se excusaba de hablar entre risas y esquivando periodistas, Paolo Rocca, CEO de la Organización Techint, uno de los mayores conglomerados de empresas del país. Era el mediodía y uno de los hombres más ricos del Argentina abandonaba el hotel Sheraton de Retiro luego de cerrar una nueva edición del Seminario Propyme, el encuentro con la cadena de proveedores del sector que patrocina el holding, en la que se mostró optimista por el mediano plazo de la mano del yacimiento de Vaca Muerta en Neuquén y aseguró que ve al petróleo entre US$ 60 y 70 por al menos uno o dos años.
Pasadas las 14, caminó raudo hacia las escaleras y luego al vecino edificio de Della Paolera al 200. Ya había cumplido su objetivo: desactivar los cruces de directivos de su empresa con funcionarios por el rol del Estado en la economía, que dominaron la conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA) la semana pasada.
Por lo pronto, a un año exacto de que Cristina Kirchner deje la Casa Rosada, cerró en fade otra edición de los cíclicos enfrentamientos que han mantenido desde 2003 la empresa que más habla de protección Estado frente a la producción china, y el Gobierno que aprovecha los anuncios de inversión de Techint para mostrar desarrollo más allá de la soja.
Así se explica además que otra vez Rocca haya hablado sentado al lado de del ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, un habitué en meetings del grupo, y que hiciera hincapié en el trabajo complementario “público y privado” que promociona esa cartera para nutrir de conocimiento desde las universidades los negocios que demandan desarrollo e innovación.
Rocca se alejó en todo momento de hacer declaraciones que parecieran críticas. A tal punto, que cuando un periodista de San Nicolás le preguntó en pleno recinto ante cientos de empresarios qué habría que mejorar para que haya inversiones, se limitó a decir: “No quiero cambiar la agenda de la charla…”, entrecortado por las risas que se desataban en el auditorio. Los que van siempre a este encuentro anual, recordaban que la respuesta la había dado el año pasado, cuando había hablado de que había “distorsiones generadas a lo largo de una década”.
En aquél momento, había dicho que “el peso del Estado implicó un incremento de carga impositiva que pesó en las empresas” y que cuando se mira “el resultado de este Estado poderoso” se ve “déficit de educación” y en la “función de seguridad”; es más, había dicho directamente que “es muy difícil invertir sobre la discrecionalidad del funcionario, porque los retornos de largo plazo se construyen sobre solidez institucional”.
Otra persona. Otro momento. Diciembre de 2013. Hacía poco había llegado una nueva conducción económica, se había ido el secretario Guillermo Moreno de Comercio Interior, y los empresarios en general se envalentonaban. De hecho, por aquél entonces nacía el Foro de Convergencia Empresaria, con ínfulas de partido empresario.
El contexto ahora es otro. El 27 de noviembre, en un encuentro del FCE y alentado por el propio Rocca, Luis Betnaza, referente de Techint, había hablado de “más mercado y menos Estado”. Desde el Gobierno hicieron cola para responderle, desde el ministro de Planificación, Julio De Vido, hasta la ministra de Industria, Débora Giorgi y el ministro de Economía, Axel Kicillof. Llegó a haber, incluso, una movilización frente a Techint el jueves pasado.
Ahora, al Gobierno con el que se cruzó tantas veces le queda un año. Por eso, llegado a este punto, con su habitual destreza política -politólogo al fin-, Rocca descomprime. Supo hacerlo en 2010, cuando luego de una férrea defensa judicial frente al ingreso de Kicillof como director por el Estado en Siderar, terminó negociando y aprendiendo a entender al hoy mijnistro. Supo hacerlo también el año pasado, cuando envió una carta a la propia Cristina Kirchner para desactivar otra “crisis Techint-Gobierno” luego de que se filtraran críticas del empresario en un encuentro con ingenieros.
Diagnostico crudo. A un año del recambio político, es más relevante para los grandes grupos tender puentes con las fuerzas políticas por llegar que enervarse contra los que se van, mientras analizan el futuro de producción y precios de los recursos naturales que definen en buena medida el rumbo de la economía mundial y la suerte local.
Ahí mira Rocca, que hoy hizo un análisis optimista del impacto del yacimiento de petróleo y gas no convencional en la industria siderúrgica. “El desarrollo de Vaca Muerta va a ser clave para nuestra cadena de producción”, indicó. “La tecnología del shale es de permanente evolución, y hay mucha tecnología de fractura para agregar y mejorar el aprovechamiento de los pozos”, ahondó, pero aclaró: “No es algo de un mes, pero va a ser una oportunidad de largo alcance”.
¿Cómo ve que se estabilice el precio del petróleo?, le preguntó un empresario pyme. Rocca, que lidera el holding controlante de Tenaris, líder en la fabricación de tubos sin costura que se usan para la industria petrolera, aseguró: “Vamos a tener precios contenidos por un tiempo; hay menos demanda y China está cambiando a un crecimiento menos intensivo en acero, y por su parte hay un deseo de Arabia Saudita de reposicionar la oferta de alguna forma, que estimula al crecimiento y contiene a Rusia”. Además, añadió: “Hay un precio de US$ 60 a 70 dólares, y me parece difícil que el precio se ubique más abajo por mucho tiempo, pero uno o dos años así, sí”.
Su diagnóstico sobre el impacto del recorte en el precio sobre Vaca Muerta está lejos de ser tremendista. “Aún si hubiera un precio alto, el desarrollo es a largo plazo, y el foco hay que ponerlo en trabajar la tecnología y desarrollar las áreas; en todo caso, el precio más bajo puede generar un desarrollo menos agresivo, pero igualmente la necesidad del país es desarrollar gas”.
(*) Editor de economía del diario PERFIL.