Emilio Apud, exsecretario de Energía de la Nación.

El especialista, exsecretario de Energía de la Nación, analizó en una nota exclusiva para El Tribuno las perspectivas nacionales e internacionales del precio del petróleo y cuáles serían, a su entender, los pasos deseables que la Argentina debería dar respecto de ese mercado.

-¿Por qué no baja el precio de la nafta en la Argentina?
-Porque no está atado al precio internacional. Se decidió hace unos años tener un precio local, independiente, cuando estaba a 120 dólares el barril. El entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, lo fijó en 42 dólares de manera totalmente arbitraria.

-¿Cómo afecta esa situación al país actualmente?
-La primera consecuencia es que nadie invierte en esas condiciones. Y lo que más necesitamos ahora son inversiones. especialmente en los yacimientos no convencionales de la Patagonia.

Diferencia de valores
-¿En cuánto está el valor local ahora?
-Ahora el valor local está en 84 dólares para las refinerías, pero le pagan al productor en pesos y al cambio oficial lo que significa otra pérdida para esas empresas. Pero la coyuntura es favorable para que se libere el precio local de nuevo.

-¿Por qué dice eso?
-Porque si se pagara 64 dólares el barril, que es lo que cuesta hoy en el mercado mundial, a 14 pesos por dólar que es el cambio real, dan unos 900 pesos por barril, contra más o menos lo mismo que significa pagar 84 dólares por barril a poco más de diez pesos el cambio. Una diferencia casi nula, que podría ser aprovechada por el Gobierno para ponerse a tono en ese aspecto. Pero no hay interés oficial.

-¿Y por dónde pasa el interés oficial?
-El principal interés del Gobierno es llegar al 10 de diciembre de 2015 con algunos dólares en el Banco Central y la baja actual del precio internacional le viene como anillo al dedo, porque disminuye la salida de dólares para comprar petróleo y gas.

-¿Y hasta cuándo tendremos este precio?
-Mire, nosotros seguimos pagando en base a un precio arbitrario fijado localmente, que no tiene nada que ver con el internacional y me parece que esto va a continuar así, al menos hasta diciembre del año que viene.

-¿Y a nivel internacional?
-Yo intuyo que el precio estará el año que viene mucho más cerca de los 90 dólares el barril que en los sesenta y pico actuales. Por eso le digo, si el Gobierno nacional pensara en el mediano y largo plazo se podría fijar objetivos más a tono con lo que pasa en el mundo y será más confiable para los inversores internacionales.

Las regalías provinciales
-¿Cómo juega esta coyuntura sobre las regalías provinciales?
-Paradójicamente, las regalías provinciales se están viendo beneficiadas porque ahora hay un precio arbitrario local más alto que el real. Pero eso no durará mucho. Además obligaron a las provincias a ceder una parte de sus derechos, lo que tampoco es bueno.

-¿O sea que la única meta del Gobierno es ahorrar dólares?
-Exactamente. Al Gobierno, que está centrado en el corto plazo, le viene muy bien esta caída del precio internacional y no piensa bajar el precio de la nafta porque todo lo que signifique ahorrar un dólar lo va a hacer. Y no puede permitirse el lujo de dejar de recaudar por un lado lo que se ahorra por el otro.

-Usted dijo hace unos días que el precio internacional actual ahuyenta a los inversores, ¿por qué?
-Pensando en las inmensas riquezas que tenemos por explotar todavía, tanto en petróleo convencional como en no convencional tenemos que hacer esfuerzos muy grandes para atraer inversores que pongan mucha plata de la que el país no dispone. Y el problema es que nuestros costos de explotación están actualmente muy por encima del precio del barril, salvo en algunos casos muy puntuales donde los pozos ya están amortizados. Todo lo que sea un precio internacional por debajo de los 75 dólares significa un problema para la Argentina porque nuestros costos están más o menos en ese nivel.
Intereses geopolíticos

-¿Por qué la OPEP decidió no disminuir su producción a pesar de los pedidos desesperados de Venezuela y de Rusia?
-Mire. Los árabes van a tirar de la cuerda pero no tanto. Hay un tema estratégico además. Los EEUU están bajando las importaciones por sus nuevos pozos y con un precio bajo, de paso, los grandes productores desalientan los planes de la Argentina y otros países que tienen yacimientos no convencionales por explotar.

-Según tengo entendido hay otros intereses en juego también...
-También existe una puja fenomenal en el mundo entre las empresas petroleras y las que alientan la producción de energías renovables y el combate al efecto invernadero. Estas alternativas no son viables con precios del petróleo tan bajos. Por otro lado, jugadores importantes del mundo en el rubro hidrocarburos están teniendo problemas y no sabemos cuánto van a aguantar con esto precios. Rusia no sé cuanto va a aguantar y Venezuela ya está sumida en un caos terrible con estos precios. Rusia necesita un barril a 90 dólares y Venezuela a no menos de 110 dólares para poder mantenerse a flote.

-Por eso, usted afirma que este nivel de precios no va a aguantar mucho...
-Repito, yo creo que el año que viene veremos un precio mucho más parecido a los 90 dólares 65 actuales. Salvo que haya conflictos mucho más graves en Medio Oriente.

Plataforma continental
-¿Qué me dice de las supuestas reservas de petróleo en la plataforma continental argentina?
-Primero, que no soy geólogo. Según la teoría de que en algún momento de los historia de este planeta América y África estaban unidas, como en Africa hay petróleo y en Brasil hay petróleo, tendría que haber también en la Argentina. Pero otros afirman que más al sur, frente a nuestras costas, ya no es la misma formación. Al mismo tiempo, los uruguayos y los ingleses están buscando y algo encontraron.

-¿Qué habría que hacer para usted?
-Primero hay que convocar a inversores de riesgo y reconocerles esos riesgos para poder sacarnos la duda. Por otro lado, acudir al socio principal que tenemos en el Mercosur, que es Brasil, que tiene la tecnología y el conocimiento de cómo explorar. Finalmente, hay que mejorar las ofertas de otros países que también están necesitados de inversores para atraer esos capitales hacia la Argentina. Un trabajo arduo que no me parece que este Gobierno pueda encarar ni tenga voluntad ni tiempo para hacerlo.