La caída del precio del petróleo amenaza a toda la industria mundial. Las grandes empresas ya empezaron a reducir los niveles de inversión para el año que viene y el futuro de los megaproyectos como Vaca Muerta, es incierto. Sin embargo, las firmas que operan en el país todavía tienen algo de alivio, aferradas al precio regulado del "barril criollo".
El precio del barril Brent, que se extrae principalmente del Mar del Norte y es referencia para los mercados europeos, tocó este martes los 65,29 dólares, su cotización más baja desde 2009. En tanto, el crudo estadounidense WTI, que marca la referencia en Argentina, llegó a 62,25 dólares, su peor valor desde julio de 2009.
Sin embargo, en Argentina insólitamente el barril de petróleo es el más caro del mundo. Esto sucede porque la cotización para los productores sigue regulada por la Secretaría de Energía. Así, la variable Medanito, que se extrae en la Cuenca Nuequina, se mantiene en los 83 dólares. Mientras que el tipo Escalante, de los yacimientos del sur de Chubut y Santa Cruz, cotiza entre 67 y 68 dólares.
Esto explica por qué el derrumbe de los precios del barril de petróleo no repercutió en el valor de la nafta que pagan los argentinos. En otras palabras, los automovilistas argentinos son los que mantienen esa cotización alta cada vez que cargan nafta. Según el cálculo del diario Río Negro, sólo contando la variedad Medanito la transferencia de parte de los consumidores a las empresas alcanzará los 1.000 millones de dólares anuales para sostener el precio.
La semana pasada, los gobernadores de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPH) se reunieron de urgencia para exigirle al Gobierno nacional que "consideran inconveniente que se produzcan modificaciones en los precios internos". Es que una baja del precio del barril repercutiría en lo que reciben de regalías.
La regulación del precio del barril criollo comenzó a fines de 2007, cuando el entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno lo fijó en 42 dólares. Durante mucho tiempo, la cotización internacional estuvo encima de los 100 dólares, con lo que las empresas y las provincias perdieron varios cientos de millones. Ahora quieren sacarle jugo a la regulación.
“Antes lo absorbían las petroleras y las provincias, ahora los consumidores que sostendrán. Ese es el argumento que usaron los gobernadores para que no haya cambios. El problema principal para el mercado argentino no es para la producción actual, sino para las inversiones. El que preveía invertir, con este precio no lo va a hacer”, explicó a LPO el secretario de Combustibles de la Nación Cristian Folgar.
Es por eso que el chubutense Martín Buzzi avisó días atrás que "si no fuimos parte de los precios internacionales altos cuando el barril estaba a 109/140 dólares algunos años atrás y hemos contribuido mucho a sostener un mercado equilibrado y muy previsible, en una situación absolutamente coyuntural como la actual, no vemos motivos por los cuales debiéramos tomar parte de esta situación".
Asimismo, el neuquino Jorge Sapag se anticipó a las críticas y señaló que "los consumidores han sido por décadas los principales beneficiarios de precios bajos que hemos sostenido las provincias y la Nación: son miles de millones de dólares que en estos años se han destinado a reactivar el consumo doméstico, industrial, del campo, de las viviendas".
Quienes se verán más afectadas por esta situación son las refinerías que compran crudo a los productores, aunque el desfasaje del mercado cambiario les hace un guiño."El precio del crudo en Argentina todavía es inferior al WTI. El crudo Medanito está en 83 dólares el barril pero al tipo de cambio oficial. En cambio, si una refinería decide comprar afuera un crudo liviano, tiene que pagar con dólares verdes", declaró al diario Río Negro un empresario del sector.
"Si comparamos los precios de igual manera, el crudo nacional todavía está por debajo del WTI", señaló. Pesificando el barril nacional y luego dividiendo por el valor del dólar blue, el precio interno rondaría los 56 dólares. "Si el WTI queda por debajo de ese nivel, el gobierno tendrá que buscar un mecanismo para eventualmente sostenerlo si quiere que Vaca Muerta funcione", explicó el ejecutivo.
El ex secretario de Energía Emilio Apud opinó en una entrevista que “la coyuntura es favorable para que se libere el precio local de nuevo”. “Si se pagara 64 dólares el barril, que es lo que cuesta hoy en el mercado mundial, a 14 pesos por dólar que es el cambio real, dan unos 900 pesos por barril, contra más o menos lo mismo que significa pagar 84 dólares por barril a poco más de diez pesos el cambio. Una diferencia casi nula, que podría ser aprovechada por el Gobierno para ponerse a tono en ese aspecto. Pero no hay interés oficial”, dijo al diario El Tribuno.
Los papeles de la petrolera tuvieron un fuerte sacudón al cerrar la jornada con una baja del 10,60%.
En una rueda pendiente de Nueva York el índice Merval perdió 7,2% arrastrado por el clima externo.
Cuando a fines de junio, el barril de petróleo había tocado un máximo de US$ 102 los mercados respiraron, al igual que cuando en julio y agosto oscilaba levemente sobre los US$ 100.
Era una buena señal, pero sorpresivamente a partir de setiembre la pronunciación de la caída se hizo más evidente, hasta llegar al lunes negro de esta semana cuando el precio del petróleo cerró en US$ 60 marcando una de las peores bajas en los últimos cinco años. Según los especialistas la situación de veía venir debido a un exceso de oferta de países exportadores y que la situación se mantendrá.
Posición de la OPEP
Esta caída se aceleró desde el 27 de noviembre último, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió mantener los actuales niveles de producción, en torno a los 30 millones de barriles diarios.
Lejos de aquietar los rumores, ayer la calificadora Morgan Stanley aseguró que para 2015 el precio promedio del barril de crudo Brent rondará los US$ 50.
El escenario recién se mejorará a partir del segundo semestre.
Esa situación impactó fuerte en el mercado local al igual que en Nueva York. Ayer, en una jornada muy nerviosa los papeles líderes se hundieron 7,22 por ciento en la Bolsa de Comercio, en una rueda en que la acción de YPF se despeñó 10,60 por ciento, mientras los bonos soberanos cerraron con mayoría de pérdidas y el dólar paralelo repuntó a 12,80 pesos.
"Un comportamiento sumamente adverso exhibió el Merval en el inicio de esta corta semana, todo como consecuencia de la fuerte caída que viene experimentando el precio internacional del petróleo en su versión WTI.
El índice Merval se hundió a 8.888,49 puntos en la plaza local, que negoció 210 millones de pesos en acciones, con pérdidas destacadas para los bancos: Banco Francés (-9,42 por ciento), Grupo Financiero Galicia (-8,46) y Petrobras Brasil (-8,30).
Operadores dijeron que estas petroleras se veían perjudicadas por las ventas de inversores institucionales lanzadas al caer el petróleo a sus niveles mínimos en más de 10 años, lo que arrastra a la bolsa local y presiona a las monedas vinculadas a las materias primas y a la mayoría de las bolsas luego de que un brote de aversión al riesgo sacudió a los mercados mundiales.
En Nueva York
Los precios de las acciones bajaron en la Bolsa de Valores de Nueva York debido a la caída en los precios del petróleo, que cerró en 63,05 dólares el barril, el menor valor en los últimos años, asustó a los inversionistas, quienes decidieron desprenderse de acciones de empresas perforadoras y otras que prestan servicios a la industria energética.
Con la OPEP en un costado, los analistas estiman que "los precios del petróleo se enfrentan a su mayor amenaza desde 2009", el año de la crisis financiera internacional.
Sin intervención, los mercados físicos y los precios se enfrentarán a una fuerte presión, con el segundo trimestre de 2015 es probable que marca el período más agudo de dislocación.
Luego de cinco años de estabilidad y un barril de US$ 115 en junio, ahora se ubica debajo de los 70 dólares. ¿Por qué sucedió esto? La prestigiosa revista The Economist explica que la decisión de la OPEP fue importante, ya el precio de este commodity no está sólo determinado por la oferta y la demanda, sino también por las expectativas.
El gasoil no para de subir
El campo fuertemente perjudicado por el aumento del precio del gasoil. Mientras este insumo estratégico disminuyó su precio en la región, como consecuencia de la caída de la cotización internacional del petróleo, en la Argentina, subió casi un 3% desde agosto.
El poder de compra de gasoil del agro se vio fuertemente perjudicado, según un informe del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina. Lejos de bajar su precio, acompañando la caída internacional de la cotización del petróleo, que desde agosto de este año perdió un 32% de su valor, el gasoil argentino subió casi un 2,7%.
Mientras tanto, en el mismo período, el valor de este combustible se redujo en un 9,5% en Chile; en 6,6% en Uruguay; y en 4,1% en Paraguay.
El precio del petróleo revirtió parte de la caída de las últimas jornadas este martes, pero el descenso sigue siendo fuerte: cayó un 40% desde junio de este año y se ubica cerca de la barrera de los 60 dólares. El barril de Brent hoy subió 0,18% hasta u$s66,31, mientras que el de WTI subió 0,52% hasta 63,3 dólares.
Con todo, la caída del petróleo afecta a distintos países del mundo. "Muchos proyectos de exploración de shale gas están siendo suspendidos, en particular en China y la Argentina", especificó The Business Insider. Y agregó: "Vaca Muerta contiene una de las reservas de shale oil y gas más grandes del mundo, y cuenta con apoyo del Estado, pero el sector privado no ha invertido en la tecnología fracking ya que simplemente no es factible por el tipo de cambio".
Rusia es otra de las economías afectadas por la caída en las ganancias de las compañías petroleras, y los inversores privados comienzan a retirar su dinero de los mercados del país más grande del mundo en superficie. "En comparación, el tamaño de la economía de Rusia es similar a la de España".
La caída en los precios del petróleo pega con fuerza en el interior de las empresas. La petrolera BP anunció despidos de gerentes medios y desinversión en algunos proyectos. "Lo que verá con este plan de simplificación es que los recuentos están empezando a bajar en todas nuestras actividades en aguas arriba, aguas abajo y en los centros corporativos, esencialmente las capas por encima de las operaciones", aseguró el director financiero Brian Gilvary, en diálogo con el periódico The Sunday Times.
Pero el panorama empeora: el banco Morgan Stanley estima que los precios del barril se podrían acercar a los 43 dólares durante el segundo trimestre de 2015. Para los analistas del reporte Adam Longson y Elizabeth Volynsky, los mercados pueden correr un "desequilibrio" si no interviene la OPEP, y es por eso que los precios continuarán en descenso durante la primera mitad del año que viene.
Proyectos energéticos que tenían muy buena cara a principios de año ya no parecen tan atractivos.
El derrumbe de los precios del petróleo ha obligado a las mayores empresas energéticas del mundo a reconsiderar sus gastos multimillonarios. Su mayor dolor de cabeza son los megaproyectos que demandan miles de millones de dólares en inversión e ingeniería sofisticada para explotar recursos capaces de producir crudo y gas natural durante décadas.
La petrolera estadounidense ConocoPhillips COP -0.11% anunció el lunes que su gasto de capital llegará a los US$13.500 millones en 2015, 20% menos que este año. El total incluye US$4.800 millones, o 36% de su presupuesto de capital, destinados a iniciar proyectos de petróleo y gas en el Mar del Norte, en Australia, y en las arenas bituminosas de Canadá.
Ryan Lance, presidente ejecutivo de ConocoPhillips, manifestó que la reducción del gasto “es prudente dado el entorno actual”. La compañía de Houston reducirá la inversión en grandes proyectos que están por completarse y en la exploración de nuevas fuentes de hidrocarburos. ConocoPhillips estima que extraerá en 2015 3% más de crudo y gas que este año.
Durante toda una generación, empresas como ConocoPhillips, Exxon Mobil Corp.XOM -0.35% , Royal Dutch Shell RDSA.LN -0.74% PLC y Chevron Corp. CVX +0.20%focalizaron sus recursos financieros y humanos en iniciativas que las llevaron a lugares como las aguas profundas del Golfo de México, arenas bituminosas de Alberta, Canadá, y el Mar Caspio.
Esta clase de proyectos enormes usualmente juegan a favor de grandes compañías que cuentan con la ingeniería capaz de desarrollar yacimientos fuera del alcance de las firmas más pequeñas o estatales. Además, necesitan sumar reservas para compensar los declives en la producción de las áreas maduras. Contar con grandes yacimientos capaces de producir durante un largo tiempo fue una fórmula exitosa cuando el precio del petróleo Brent, la referencia del mercado, rondaba los US$100 el barril, como ocurrió durante gran parte de los últimos años.
La situación, no obstante, ha cambiado. El contrato de crudo para entrega el próximo mes quedó el martes en US$66,84 el barril. Para que Shell considere iniciar un proyecto, necesita que el barril esté al menos en US$70, informó un vocero. Un portavoz de BPBP.LN -0.20% PLC dijo que la empresa utiliza un “precio de planificación a largo plazo de alrededor de US$80” el barril para evaluar nuevas inversiones. Rex Tillerson, presidente ejecutivo de Exxon Mobil, indicó en una reciente entrevista de televisión que la petrolera considera proyectos “hasta un rango de US$40” el barril. Por su parte, un representante de Chevron dijo que la compañía ha basado su “proyección de producción para 2017 en un precio Brent de US$110” y que realiza “pruebas de resistencia” de proyectos a precios más bajos.
La caída de la cotización del petróleo es aún más perjudicial debido a los costos fijos de muchos de estos proyectos. En los últimos años, los contratistas como propietarios de plataformas de perforación elevaron sus tarifas conforme las empresas competían por sus servicios.
Algunas compañías, incluidas Shell, asumieron deudas en algunos de los trimestres recientes para cubrir costos de desarrollos, adquisiciones y dividendos de accionistas, ya que sus flujos de caja eran insuficientes para financiar todos los gastos. Una vocera de Shell hizo hincapié en que su flujo de caja en su trimestre más reciente había subido frente a igual lapso del año previo.
Ben van Beurden, presidente ejecutivo de Shell, indicó este año que sus grandes y caros proyectos hacían demasiado “engorroso” para la compañía ofrecer proyecciones públicas de producción o flujo de caja.
Él y otros ejecutivos han señalado que sus empresas necesitaban recortar gastos. Incluso antes de que los precios del crudo empezaran a caer a mediados de año, las compañías habían estado retrasando o cancelando proyectos por preocupaciones de costos. Chevron y BP están revisando planes de proyectos en altamar en Reino Unido y Estados Unidos que podrían costar miles de millones de dólares.
Shell no le dio luz verde a una planta estadounidense para convertir gas natural en combustible líquido y en julio abandonó un proyecto gasífero en Arabia Saudita.
Un auge de la energía de esquisto en EE.UU. alimentado por la perforación de enormes cantidades de pequeños pozos por parte de pequeñas compañías es el responsable de la presión sobre los precios de las grandes energéticas. Pero eso no significa el fin de los megaproyectos. Las grandes compañías aún los necesitan para mantener sus niveles de producción.
John England, vicepresidente de la junta directiva de la consultora Deloitte LLP, prevé que las grandes petroleras sigan adelante con muchos de sus proyectos. “La demanda de energía sigue creciendo y al mismo tiempo tenemos caídas en la producción existente”, aseveró.
Voceros de Shell y BP manifestaron que las empresas hacen previsiones de largo plazo a la hora de decidir si invertir en un proyecto y toman en cuenta la volatilidad del precio del petróleo. El director financiero de Chevron ha dicho que la segunda petrolera estadounidense cree que “la demanda global de crudo y gas natural crecerá mientras que las fuentes existentes de suministro inevitablemente caerán”.
Analistas como Iain Pyle, de Bernstein, sostienen que las petroleras tendrán que reexaminar algunas de sus grandes inversiones. Si los precios del crudo no repuntan pronto, “vamos a tener cancelaciones de proyectos”, afirmó. Bernstein estima que una caída de 35% en los precios del crudo equivaldrá a un descenso de 25% en el flujo de caja de la industria. Pero prevé que los precios subirán a medida que las empresas reducen su perforación.
—Daniel Gilbert contribuyó a este artículo.