Por Julián Guarino.
Las cantidades de dólar ahorro que vende la AFIP parecen ir cediendo vencidas por el collage de recursos que arrinconó el Gobierno en esta última parte del año. Se edifica así toda una estrategia que busca desarmar la expectativa de una mayor devaluación, mientras se encarece en dólares el tipo de cambio y del lado del Banco Central se apilan los refuerzos de dólares que vienen de China (swap), Francia (acuerdo), 4G (telefónicas), exportaciones (agro) y una eventual menor necesidad de dólares por la caída en la cotización del petróleo, ayer en los u$s 66 por barril.
De fondo, en el Gobierno existe la convicción de no tocar un ápice la política de vender dólares vía AFIP: es la forma que encontró para generar una caída en el mercado del blue, ya que muchos de los que se hacen de divisas vía legal, terminan vendiéndolas en el mercado informal, generando mayor oferta en una plaza que ha quedado reducida por los controles.
La lógica de los precios que se manejan en el blue parecen no condensar demasiados misterios: la brecha que recorre incansable el precio de la divisa reconoce hasta ahora los $ 13 como piso y los $ 15 como techo, si bien está más cerca de aquél que de éste. El dato de las últimas horas es que rebotó dos veces en los $ 13. Por otro lado, es habitual que en los primeros días del mes, y producto de las fuertes compras de dólar ahorro que genera el cobro de haberes y las consecuentes ventas en el mercado del blue, la cotización se mueva siempre en niveles mínimos, mientras que al avanzar en las semanas, con menos afluencia de recursos, el billete se encarece. Los arbolitos "compran barato" y "venden caro".
Más allá de los números, la voluntad de particulares y familias para obtener la autorización y conseguir las divisas parece no reconocer del todo los menores incentivos que dibuja la menor brecha entre el dólar oficial y el paralelo. En un contexto con inflación por encima del 30%, tanto en la plaza del blue como en la del dólar oficial la percepción es la misma: es precio de compra. Con la pulseada por el medio aguinaldo saldada en las últimas horas por el Gobierno, y con la batalla perdida que implica un bono de fin de año que sólo los sectores de mayores ingresos de la economía vernácula pudieron conceder, cotiza en alza la escurridiza oportunidad de hacerse de algunos billetes estadounidenses en vísperas de las fiestas de fin de año, momento donde las familias suelen demandar mayores cantidades de dinero.
Como se dijo, ayer, el dólar blue volvió a reconocer un piso en los $ 13 y cerró algunos centavos arriba. Si bien no hay quien se martirice haciendo arriesgadas proyecciones, sí existen aquellos que lo comparan contra el dólar de convertibilidad, un ejercicio que implica realizar el cociente entre la base monetaria y las reservas que detenta el BCRA que hoy arroja $ 14,80 pero que podría elevarse hacia las últimas semanas del año. Los controles que impuso Vanoli pueden traducirse no sólo en un recorte del 50% del volumen de operaciones en bonos en la bolsa y del 90% del blue, sino también en un "descuento" del 23% en el precio del dólar blue con respecto a lo que fue su máximo, prácticamente en los $ 16.
El dólar paralelo parece haber encontrado su piso. Avanzó ayer 5 centavos hasta los $ 13,05, desactivando así la presión de las compras de "ahorro".
La sobreoferta de billetes es un clásico en los comienzos de mes. Pero el célebre "puré ya no es lo que era: la diferencia que se obtiene a través de esta rendija es ahora de un 26%, cuando hace apenas dos meses ascendía hasta el 45%.
La franja mayorista también se espabiló. Luego de dos ruedas sin aparecer, el Banco Central debió vender hasta 60 millones de dólares, contando una vez más con la asistencia del Banco Nación. De este modo, la divisa borró una ganancia inicial y finalizó en los $ 8,545.
Párrafo aparte para los futuros, que cosecharon ventajas de hasta nueve centavos en el Rofex de Rosario. Ni las ventas tardías del BCRA lograron contener la escalada. Con u$s 180 millones operados, los aumentos más importantes se obtuvieron en abril ($ 9,460), mayo ($ 9,690) y junio ($ 9,900), convalidando tasas implícitas en torno al 30%.
En este pequeño desvelo del segmento cambiario no se debe subestimar la fortaleza del dólar, que ayer tocó su cota máxima en más de cinco años.
En el caso de las cotizaciones bursátiles, se disiparon los rumores acerca de nuevas restricciones en las operaciones de contado con liquidación. El tipo de cambio trepó ayer 8 centavos hasta los $ 11,99, al tiempo que el denominado dólar "Bolsa" lo hizo en 11 centavos, a $ 12,04.
Por otro lado, llegó el ansiado rebote del Merval. Las 13 empresas líderes cerraron en terreno positivo, dejando al índice con un ascenso del 3,07% hasta las 9.666,25 unidades. Los inversores reordenan gradualmente sus carteras, en un contexto de negocios de poca envergadura, con sólo $ 138 millones operados.
Las señales de vida que dio el barril de petróleo resultaron en ganancias para los papeles de Petrobras (+5,55%), YPF (+2,30%) y Tenaris (+1,82%). Sin embargo, lo mejor vino desde el sector bancario, con grandes performances del Francés (+5,36%), el Macro (+5,05%) y el Galicia (+2,40%).
El volumen fue más importante entre la renta fija, acumulando operaciones por $ 2.399 millones en la Bolsa. Fue una rueda dispar para las series en dólares: el Bonar X ganó un 0,26% y el Bonar 2024 otro 0,56%, mientras que el Boden 2015 sufrió un repliegue del 0,27%.
Los bonos del canje fueron ampliamente demandados. El Discount en ambas jurisdicciones promedió una suba del 1%, en tanto que el Par lo hizo en torno al 1%.
El buen humor se trasladó hacia los títulos que indexan por el CER, en una apuesta al sinceramiento de la inflación en el poskirchnerismo. Entre los ganadores del día, se destacaron el bono Discount (+2,23%), el Bogar 2018 (+1,33%) y el Cuasipar (+1,14%).