Argentina pondrá a disposición del Gobierno de Asunción toda la información sobre el plan de instalación de una planta de procesamiento de uranio en la ciudad de Formosa, que ha despertado protestas en ambos lados de la frontera, declaró hoy la nueva embajadora en Paraguay, Ana María Corradi.
"Desde la embajada voy a realizar todas las gestiones pertinentes, solicitar todos los informes para brindarles al pueblo paraguayo", dijo Corradi durante la ceremonia de entrega de cartas credenciales, citada por la página de Presidencia.
Los congresistas paraguayos critican desde hace meses la falta de transparencia argentina en relación al proyecto de Dioxitek, la empresa a cargo de la planta.
El pasado mayo, el Congreso aprobó una moción instando al Ejecutivo "a oponerse a toda instalación de planta nuclear de forma inconsulta" por parte de Argentina en las cercanías a la frontera de Paraguay.
Un mes antes, representantes de Dioxitek informaron a una delegación oficial paraguaya que viajó a Buenos Aires que la procesadora podría entrañar riesgo químico, como cualquier instalación de ese tipo, pero no nuclear, según informó la Cancillería paraguaya entonces.
Corradi presentó las cartas credenciales en una ceremonia en el Palacio de Gobierno a la que asistió el presidente paraguayo, Horacio Cartes.
Irán convertirá más de su uranio enriquecido de alta graduación en combustible para reactor según un acuerdo nuclear prorrogado con seis potencias mundiales, lo que reduce las posibilidades de que el material sea usado para construir bombas atómicas, dijo el lunes una fuente diplomática.
Irán, Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña, China y Rusia no consiguieron resolver su disputa sobre el programa nuclear de Teherán antes de un plazo límite del 24 de noviembre. Las partes se dieron hasta el fin de junio para seguir con las negociaciones.
Fue la segunda vez este año que no alcanzan el objetivo autoimpuesto para limitar el programa nuclear iraní, a cambio del retiro de progresivo de sanciones que están dañando a la economía de Teherán, dependiente del petróleo.
Como resultado, seguirá en vigor un acuerdo preliminar alcanzado a fines de 2013, diseñado para ganar tiempo para llegar a un acuerdo final. Bajo esos términos, Irán detuvo su actividad nuclear más sensible a cambio de una moderación de las sanciones.
A principios de este año, Irán eliminó sus reservas de gas de uranio enriquecido a una concentración fisible del 20 por ciento, a un paso técnico relativamente corto del material para armas. Una gran parte fue procesado en óxido.
Cuando el acuerdo se prorrogó en un principio en julio, Irán se comprometió a alejarse más del material utilizado en armas al convertir 25 kilos del óxido de uranio de mayor grado -un cuarto del total- en combustible nuclear durante los primeros cuatro meses de extensión.
La fuente diplomática, que no quiso ser identificada, dijo que con la nueva prórroga Irán seguiría este trabajo y sugirió que se convertirán unos 5 kilos mensuales. Los detalles del acuerdo no se han hecho públicos aún.
En una carta a la que tuvo acceso Reuters el lunes, Irán y las seis potencias pidieron al órgano de vigilancia nuclear de la ONU, la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que siga revisando que Teherán cumpla con sus compromisos de 2013, incluida la "supervisión de la fabricación de combustible" para un reactor de investigación.