Rusia ha renunciado a la Corriente del Sur (South Stream), el gran proyecto de gasoducto que llegara directamente a Europa meridional a través del mar Negro. En los planes rusos, la Corriente del Sur debería haber complementado la Corriente del Norte (North Stream), que suministra gas a Alemania por el Báltico, y ambos estaban destinados a esquivar los riesgos de tránsito por Ucrania.
En Ankara, donde se encontraba en visita oficial, el presidente Vladímir Putin anunció este lunes que Moscú renuncia a construir la Corriente del Sur debido a la "posición no constructiva" de la Comisión Europea, y que el combustible será redirigido hacia otras regiones y hacia proyectos de licuefacción. "Consideramos que la posición de la Comisión Europea no era constructiva", dijo el líder ruso, que acusó a Bruselas de "poner impedimentos" al proyecto. "Si Europa no quiere realizarlo, quiere decir que no se realizará", afirmó Putin, poniendo así punto y final a uno de los puntales de la estrategia rusa para asegurar el suministro energético hacia Europa.
En una rueda de prensa conjunta con su colega Recep Tayyip Erdogan, Putin manifestó que Rusia no podía comenzar a construir el tramo marítimo del gasoducto porque Bulgaria no ha dado permiso. "Resulta absurdo comenzar a construir para llegar a la costa búlgara y pararse [allí]", subrayó. La Corriente del Sur debería haber llegado al puerto búlgaro de Varna y de allí continuar hacia los Balcanes y bifurcarse en dos ramas, una en dirección a Italia y otra hacia Austria. La capacidad de transporte prevista era de 63.000 millones de metros cúbicos anuales y su coste se calculaba en 16.000 millones de euros.
En abril, sobre el telón de fondo de la intervención rusa en Ucrania y la política de diversificación energética de Bruselas, el Parlamento Europeo instó a renunciar al proyecto. Rusia responde a esta política con sus propios planes de diversificación energética, hacia China y hacia Turquía.
A juzgar por las declaraciones de Putin y de Alexéi Miller, el director ejecutivo de Gazprom (el monopolio ruso de exportación de gas), Moscú ha encontrado un sustituto para la Corriente del Sur y ha llegado a un acuerdo con Turquía para construir un gasoducto submarino con la misma capacidad de transporte que la Corriente del Sur. Turquía se reservará cerca de 14.000 millones de metros cúbicos y el resto irá a la frontera turca con Grecia. Miller manifestó que el proyecto de la Corriente del Sur había quedado "cerrado" y que se había firmado un memorando de entendimiento con la empresa turca Botas para construir un gasoducto. Señaló también que Rusia rebajará el precio del gas a Turquía a medida que se profundice en la cooperación y que a la larga Ankara puede tener el nivel de precios del que disfruta actualmente Alemania.
Putin, a su vez, aconsejó a Bulgaria que exigiera a la Unión Europea una compensación. "Si Bulgaria ha sido privada de la posibilidad de comportarse como un Estado soberano, que por lo menos pida a la Unión Europea dinero por el lucro cesante, porque los beneficios directos del tránsito para el presupuesto de Bulgaria hubieran sido un mínimo de 400 millones de euros al año", señaló.
El líder del Kremlin dijo también que Rusia aumentará sus suministros de gas a Turquía en 3.000 millones de metros cúbicos y le hará una rebaja del 6% en el precio. Por su parte, el ministro de Desarrollo Económico de Rusia, Alexéi Uliukaev, opinó que la construcción del gasoducto ayudará a rebajar los riesgos derivados del tránsito de gas por Europa a través de Ucrania.
El presidente ruso lo ha anunciado en Ankara, donde el lunes se reunió con su homólogo turco.
Presionada por la Unión Europea, Bulgaria se oponía al tránsito del gas ruso por su territorio. El proyecto South Stream iba a llevar gas natural de los yacimientos rusos a Europa, a través del mar Negro.
“Europa no va a conseguir esos volúmenes de gas, al menos desde Rusia. Consideramos que no es conveniente para los intereses económicos de Europa y que daña nuestra cooperación. Pero eso es elección de nuestros amigos europeos. Después de todo, son ellos los consumidores”, dijo Vladímir Putin.
El flujo de gas hacia Turquía aumentará en 3.000 millones de metros cúbicos. A partir de enero, su precio se reducirá en un 6 por ciento.
Duranta la reunión también se habló de la minoría tártara, como explicó Recep Tayyip Erdogan en rueda de prensa: “Hemos discutido ampliamente sobre los tártaros de Crimea. Sobre ese cuestión, Putin ha dicho que su enfoque es positivo y que está ofreciendo y está dispuesto a ofrecer derechos a los tártaros de Crimea que nunca antes habían tenido”.
La reunión anual del Consejo de Cooperación de Alto Nivel entre Turquía y Rusia concluyó con la firma de numerosos acuerdos para impulsar la cooperación económica bilateral.
Pese a sus diferencias sobre Ucrania y Siria, Putin y Erdogan se han comprometido a triplicar sus intercambios comerciales de aquí a 2023. El año pasado, rondaron los 33.000 millones de dólares.
Las capacidades del sistema de gasoductos de Ucrania permiten más que duplicar el tránsito del combustible ruso a los países de la Unión Europea, dijo a RIA Novosti el ministro de Energía del país eslavo, Yuri Prodan.
"En cuanto a una reorientación (de los suministros del gas ruso), Ucrania es capaz de aumentar el tránsito y tiene un sistema de gasoductos fiable para transportar los volúmenes necesarios del gas a la Unión Europea", dijo el ministro este lunes al añadir que "estamos en capacidad para más que duplicar (los suministros) respecto a los volúmenes actuales".
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció el lunes que Moscú se ve obligado a aparcar el proyecto del gasoducto South Stream, concebido como una ruta alternativa a la ucraniana para suministrar el gas ruso a la UE, debido a que todavía no se dispone de una autorización de Bulgaria para seguir adelante con el proyecto.
Según Putin, sería "absurdo" invertir centenares de millones de dólares en el South Stream y tender la tubería a través del mar Negro para después "pararse en la frontera búlgara".
También el jefe del gigante gasista ruso Gazprom, Alexéi Miller, confirmó que el proyecto South Stream "está archivado".
Por su parte, el ministro de Energía ruso, Alexandr Novak, aseguró que Rusia cumplirá en su totalidad los contratos gasísticos con los clientes europeos al constatar que "hoy en día, los países de la UE representados por la Comisión Europea se oponen obstinadamente al proyecto South Stream".
El gasoducto South Stream, cuya construcción comenzó en la costa rusa del mar Negro a finales de 2012, debía permitir al grupo gasista ruso Gazprom diversificar sus rutas de exportación a Europa y reducir la dependencia del tránsito a través de Ucrania.
En 2018, South Stream iba a tener cuatro líneas con una capacidad total de 63.000 millones de metros cúbicos al año. El tramo submarino debía conectarse al terrestre en Bulgaria de donde iría a Serbia, Hungría, Eslovenia y el norte de Italia.
La Comisión Europea afirmó en reiteradas ocasiones que el South Stream viola el Tercer Paquete Energético, que prohíbe a las compañías extractoras de gas poseer gasoductos en el territorio comunitario.
El presidente Vladimir Putin informó hoy en esta capital que desde enero próximo Rusia rebajará en un seis por ciento el precio del gas destinado a los consumidores turcos.
El jefe de Estado anunció la medida durante una conferencia de prensa realizada tras su encuentro con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Putin, quien realiza un visita oficial a este país con el objetivo de impulsar la cooperación económica bilateral, aseveró que la decisión responde a peticiones de los socios turcos y toma en cuenta la ampliación de la colaboración en la industria del gas y el petróleo.
Estamos en la disposición de reducir más el precio, en la medida que avancen los proyectos de colaboración, apuntó.
De acuerdo con el mandatario, Rusia tiene intenciones de construir un nuevo gasoducto para asegurar las necesidades de la economía de Turquía y, si se considera conveniente, desea crear también en el territorio turco instalaciones para llevar gas a consumidores del sur de Europa.
Esta jornada Rusia y Turquía firmaron ocho documentos sobre la cooperación en áreas de la economía.
Los convenios incluyen los sectores específicos de la colaboración comercial, las inversiones, la eficiencia energética, el ahorro y las fuentes renovables de energía, así como la preparación de profesionales en las ramas de la energía atómica y otras afines.
También se suscribieron acuerdos sobre la ayuda mutua entre empresas medianas y pequeñas, los ministerios de Trabajo y los de Justicia de las dos naciones.