Los gobernadores se reúnen hoy en Buenos Aires. Buscan que siga "inflado" el precio interno del barril.
Las provincias productoras de petróleo nucleadas en la Ofephi se reunirán hoy en Capital Federal para analizar la situación desatada con la baja internacional del precio del crudo.
Los gobernadores buscan blindar el precio interno del barril, que por estas horas es más alto que el internacional, para garantizar los ingresos por regalías y sostener las inversiones prometidas por las empresas petroleras. Creen, al unísono, que la situación es coyuntural y que hay que aguantar hasta el que crudo internacional repunte.
De esta forma, se generaría una curiosa situación: Argentina tendría su propio precio del crudo.
Según explicó el gobernador Jorge Sapag, "las provincias ya soportamos precios bajos en las buenas y ahora, en las malas, queremos que se sostengan". La referencia tiene que ver con el precio domestico de u$s 42 fijado en 2007 cuando internacionalmente se comercializaba por encima de los u$s 140.
"Así como los exportadores de petróleo lo han bajado, nosotros queremos sostenerlo y mantenerlo en el mercado interno", expresó el gobernador quien reconoció que en caso de desregularizar los valores "puede colapsar la actividad". "Los costos están muy estrechos, los aumentos salariales han sido muy importantes y las regalías y los impuestos se tienen que seguir cobrando en función de un precio de mercado interno", puntualizó.
En la secretaría de Energía no figura en el corto plazo algún plan para tocar los valores actuales del barril interno. Entienden que de mover esa ficha habría un impacto sobre los planes de inversión y fundamentalmente se frenaría el desarrollo de Vaca Muerta, la principal apuesta de Nación para hacer ingresar dólares al país.
La contrapartida de la estrategia es que el esquema sólo puede sobrevivir soportado por los consumidores, que deberán pagar combustibles más caros mientras que en todo el mundo bajan.
Lo paradojico es que mientras el barril del WTI -la referencia para crudo local - cayó a sus mínimos históricos en últimos cinco años (u$s 65), en el país los contratos de compra de petróleo para los próximos meses se firman por encima de los u$s 83.
Problemas para Chubut
La provincia que más sintió la baja del precio es Chubut. De allí se extrae el crudo de calidad Escalante, que se refina poco en el país, y que mayormente se exporta. En las últimas semanas cotizaba por debajo del u$s 68.
En octubre pasado se activó una cláusula para las retenciones a la salida del crudo donde se establece que con un barril internacional inferior a los u$s 80 las alícuotas caen del 45% a un rango de entre 13% y 10% (Resolución 803/14).
En Neuquén la situación es distinta, porque hasta el último metro cúbico de petróleo que sale de aquí se vende en el mercado interno, mayormente a las refinerías. Es decir que el precio de 83 dólares rige para el total del crudo local.
Las provincias productoras de petróleo nucleadas en la Ofephi se reunirán hoy en Capital Federal para analizar la situación desatada con la baja internacional del precio del crudo.
Según informó el diario Río Negro, los gobernadores buscan blindar el precio interno del barril, que por estas horas es más alto que el internacional, para garantizar los ingresos por regalías y sostener las inversiones prometidas por las empresas petroleras. Coinciden en que la situación es coyuntural y que hay que aguantar hasta el que crudo internacional repunte.
Según explicó el gobernador neuquino Jorge Sapag, "las provincias ya soportamos precios bajos en las buenas y ahora, en las malas, queremos que se sostengan". La referencia tiene que ver con el precio domestico de u$s 42 fijado en 2007 cuando internacionalmente se comercializaba por encima de los u$s 140.
"Así como los exportadores de petróleo lo han bajado, nosotros queremos sostenerlo y mantenerlo en el mercado interno", expresó el gobernador quien reconoció que en caso de desregularizar los valores "puede colapsar la actividad". "Los costos están muy estrechos, los aumentos salariales han sido muy importantes y las regalías y los impuestos se tienen que seguir cobrando en función de un precio de mercado interno", puntualizó.
Según el análisis de Río Negro, en la secretaría de Energía no figura en el corto plazo algún plan para tocar los valores actuales del barril interno. Entienden que de mover esa ficha habría un impacto sobre los planes de inversión y fundamentalmente se frenaría el desarrollo de Vaca Muerta, la principal apuesta de Nación para hacer ingresar dólares al país.
La contrapartida de la estrategia es que el esquema sólo puede sobrevivir soportado por los consumidores, que deberán pagar combustibles más caros mientras que en todo el mundo bajan.
Lo paradójico es que mientras el barril del WTI -la referencia para crudo local - cayó a sus mínimos históricos en últimos cinco años (u$s 65), en el país los contratos de compra de petróleo para los próximos meses se firman por encima de los u$s 83.
"No escuchamos a ningún empresario ahora criticar la política de intervención del mercado energético", ironizó ayer un funcionario del Ministerio de Economía de la Nación consultado por "Río Negro" tras la brutal caída que sufrió el precio del petróleo la semana pasada en el mercado internacional.
Según confirmó esta misma fuente, desde el fin de semana técnicos del área del ministro Axel Kicillof están trabajando sobre los efectos que puede generar esta baja del crudo sobre la economía argentina.
El diferencial de precios que se observa entre lo que se paga por el barril a las operadoras petroleras en el país y la cotización internacional, es un nuevo sacudón para los bolsillos de los argentinos. El valor del crudo cayó alrededor del 35% en estos últimos meses, pero los precios de los combustibles, lejos de caer, aumentaron en forma desmedida. Todo lo contrario de lo que ocurre en una economía de mercado.
Teniendo en cuenta la producción anual de crudo en el país -y de mantener las cotizaciones internacionales para los próximos doce meses en el orden de los 70 dólares por barril- los consumidores argentinos deberán transferir alrededor de 3.000 millones de dólares a las empresas petroleras para sostener los precios internos acordados oportunamente.
El petróleo que tradicionalmente se toma como referencia en la Argentina es el WTI, el mismo que se usa en el mercado de Estados Unidos. Este tipo de crudo cerró ayer en torno de los 69 dólares. Según detalla la estadística oficial, los contratos entre productores de crudo cerraron en el país en valores cercanos a los 85 dólares para lo que queda de este mes.
"Éstas son las contradicciones del populismo. Intervenimos un mercado para beneficiar al consumidor, pero termina perjudicando la producción y reservas de toda la actividad. Y ahora, nos encontramos que el gobierno, a través del consumidor, termina subsidiando a las empresas petroleras... algo realmente insólito", confió Daniel Montamat, exsecretario de Energía de la Nación al ser consultado por el tema.
El gobierno se encuentra sometido a un plan económico que se ahoga en sus propias contradicciones. "Pasamos de subsidiar al consumidor a las empresas petroleras, ése es el resultado que muestra el modelo", agrega el exfuncionario. Montamat asegura que el ministro Kicillof no tiene mucho margen como para eliminar este beneficio a las empresas ya que de hacerlo "caerían en picada las utilidades de YPF", la firma insignia de la administración Kirchner. Sin embargo hoy YPF produce cerca del 40% del total del crudo que se extrae en el país. Por lo tanto se puede inferir que un poco más de 1.200 millones de dólares podrían ir para la firma nacionalizada, pero el resto iría derecho a las arcas de muchas de las empresas que, según el relato oficial, esquilmaron los recursos del subsuelo nacional en estos últimos años.
Desde el gobierno nacional aseguran que, de mantenerse deprimido los precios del crudo en el exterior, las políticas locales pueden ser revisadas y esto implicaría un acople progresivo entre los precios internos y externos del petróleo. De llevarse a cabo esta medida, no sólo las productoras verían afectados sus ingresos. Las provincias también, ya que sus regalías disminuirían en forma sensible (ver recuadro).
"Es momento para comenzar a cambiar la política actual e intentar acoplar los precios locales a los internacionales. Esto ayudaría a la transparencia de sistema y no se utilizaría al consumidor como variable de ajuste, como hoy se observa con los nuevos precios del crudo en el mercado internacional", confió a este diario Jorge Lapeña, titular del Instituto Argentino de la Energía "General Mosconi".
El gobernador Jorge Sapag se reunirá hoy en Buenos Aires con sus pares de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi) para analizar el escenario para el sector petrolero, que presenta una alarmante baja de la cotización internacional del petróleo, y defender los valores que aún se pagan en el mercado interno.
La cita será a las 11 en la Casa del Chubut. Sapag ya adelantó que se pedirá que se mantenga el precio del barril, que para el caso de Neuquén, el de calidad Medanito, cotiza unos 83 dólares.
A nivel internacional, ayer el WTI subió un 4,3% (quedó en 69 dólares), tras llegar por la mañana al valor más bajo en los últimos cinco años (63,75 dólares).
Los gobernadores petroleros buscarán que se mantengan los precios internos para no ver perjudicados sus ingresos por regalías y para evitar que se caigan las inversiones comprometidas en el sector. La baja del precio del crudo impactaría en toda la cadena.
“Seguramente acordarán algún documento donde fijarán esa postura”, indicaron fuentes de la Gobernación.
Sapag ya se encargó de dejar en claro que cuando el petróleo llegó a picos históricos de 150 dólares el barril, las provincias vieron pasar el tren. Es que la Nación desacopló los precios internos para que los costos no se trasladaran a los consumidores. Aunque en el último año a nivel internacional se retrajeron y crecieron en el mercado local, con lo cual la brecha se achicó.
El gobernador considera que la situación externa obedece a una especulación geopolítica de países como Arabia Saudita, el mayor exportador del mundo, que se impusieron la semana pasada en la reunión de la OPEP y decidieron no recortar la producción para mantener los precios bajos.
Desde la Provincia aseguraron que, pese a ese escenario, las inversiones por 550 millones de dólares anunciadas la semana pasada por Total y Shell en Vaca Muerta están ratificadas.
El Gobernador de la Provincia del Chubut, Martín Buzzi, en su carácter de presidente de la Organización Federal de los Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI)), encabezará este martes a las 11 en la Casa del Chubut en Buenos Aires una nueva asamblea de mandatarios de las provincias petroleras.
El encuentro tiene como objetivo analizar el impacto de las resoluciones de los últimos días tomadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que en su reunión del jueves pasado en Viena, Austria, decidió no regular la producción del petróleo.
Cabe recordar que el Gobernador durante la última edición de “Casa Abierta” en Río Pico advirtió que la negativa de la OPEP a tomar medidas para regular la producción del petróleo “afectará los ingresos de la Provincia”.
De esta manera, Buzzi se reunirá con las autoridades de las provincias de Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
La caída en el precio internacional del crudo trae aparejado un sabor agridulce para los gestores de la economía argentina. Aunque sólo se podrá medir con precisión en los próximos meses, una pista puede servir para tener una aproximación: habrá un beneficio en el corto plazo por la caída en los precios de las importaciones de energía, por donde se escurren los dólares que resigna el Banco Central , pero a la vez más incertidumbre sobre el futuro de las inversiones petroleras.
La Argentina comenzó en los últimos meses a beneficiarse del mercado internacional. Según números de la Secretaría de Energía, en septiembre (son los últimos datos disponibles), Enarsa importó 396,11 millones de metros cúbicos de gas natural licuado, que llega desde puertos de ultramar a Escobar y de Bahía Blanca, por 206,18 millones de dólares, a un precio promedio de 0,52 dólares el m3. Es un 21% menos que el valor promedio del mismo mes del año pasado.
"Estos valores bajos son una bendición para el Gobierno por su beneficio cortoplacista en las cuentas externas", explicó el ex secretario de Energía Emilio Apud. "Pero para el país no es bueno, porque tenemos recursos de petróleo y gas, pero hay que desarrollarlos. Con precios por debajo de 70 dólares no serán atractivos para la inversión", completó.
Para el ex secretario de Energía Jorge Lapeña, el beneficio de corto plazo es claro. "Si los precios se mantuvieran en los niveles actuales, las importaciones descenderían en un 30% respecto de los niveles de 2013." Y destaca otro aspecto positivo, pero por el momento potencial, con el que se beneficiarían los consumidores. "Si los precios locales se alinearan con los internacionales a la baja dentro de una economía petrolera más abierta y competitiva, el consumidor lo vería reflejado en un menor gasto en el surtidor. Recomendaría esta medida. Dado que la Argentina es importadora, sería bueno aprovechar esta coyuntura para tomar esa decisión", explicó.
Pero la baja de los precios puede afectar los planes de YPF . "Si se mantuvieran en los niveles actuales, la rentabilidad de los proyectos de shale [como Vaca Muerta] quedaría muy comprometida", sostuvo.
La empresa estatal tiene una mirada distinta. Sostiene que los proyectos petroleros se piensan a largo plazo, por lo que una oscilación circunstancial en los precios no los afectaría.
Daniel Montamat, también ex secretario de Energía, coincide con que habrá un beneficio por el lado de las importaciones. "Habrá que ver la cuenta final entre precios y cantidades importadas para proyectar el déficit de la balanza energética del próximo año", dijo. Pero lamenta la mala señal para los inversores. "Con un petróleo de 100 dólares, las empresas eran reticentes por el contexto. Pero con la nueva ley de hidrocarburos se esperaba un ingreso de capitales para cerrar contratos con YPF de entre 3000 y 5000 millones de dólares. Esas inversiones hoy encuentran un obstáculo adicional en la baja de precios del crudo, aun cuando en la Argentina estén por encima de las referencias internacionales", explicó.
Y se pregunta: "¿Terminaremos subsidiando a las petroleras para que inviertan, luego de haber subsidiado durante años a los consumidores para que consuman más y haya necesidades de importar? Paradojas del populismo argentino".