El Gobierno afirmó que se investigará de forma "exhaustiva" a la eléctrica argentina Edenor y a Edesur, controlada por la española Endesa, por los extensos cortes de luz ocurridos en Buenos Aires esta semana, ya que la explicación presentada por las empresas no es satisfactoria.
"Se va a identificar claramente el tema de las causas, porque no es satisfactoria la explicación brindada oportunamente. Los cortes de suministro energético fueron de media a una hora, abarcó a cerca de 140.000 usuarios en el área de la empresa Edenor, y también una cantidad cercana a los 50.000 en el área de Edesur", dijo hoy el jefe de Gabinete del Gobierno, Jorge Capitanich.
Durante su rueda de prensa diaria, Capitanich detalló que el Gobierno instruyó al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) a realizar una investigación "clara y exhaustiva, con el fin de establecer los mecanismos de prevención" necesarios.
"Lo que se informó públicamente no coincide con lo que el ENRE piensa", apuntó, en referencia a la explicación ofrecida por Edenor, según la cual el apagón se debió a un fallo en una línea de alta tensión.
Los cortes de luz
Este jueves por la mañana, miles de usuarios de varios barrios del norte de Buenos Aires y algunas zonas de cinturón metropolitano se vieron afectados por un apagón que también complicó el tráfico por el mal funcionamiento de un centenar de semáforos e interrumpió el servicio de una de las principales líneas de metro.
Los cortes se produjeron intermitentemente por distintas zonas y se prolongaron por periodos de tiempo variables durante más de una hora, desde las 9 de la mañana.
En la madrugada del miércoles se había producido otro apagón en la misma zona, que se prolongó entre 10 minutos y algo más de media hora.
El jefe de Gabinete hizo hincapié en las inversiones realizadas en el último año por el Gobierno para mejorar la capacidad de la red eléctrica, después de que el año pasado decenas de miles de usuarios permanecieran sin luz durante varios días en la capital argentina y su cinturón metropolitano.
Un antecedente que deja poco optimismo
Los apagones masivos de finales de 2013, que se saldaron con multas por valor de 33 millones de dólares a Edenor y Edesur, se produjeron debido a una intensa ola de calor que disparó la demanda eléctrica por el elevado uso del aire acondicionado.
Sin embargo, no se han dado temperaturas altas que justifiquen los apagones de los últimos días.
Infobae.
El ministro Julio de Vido cumplió con la advertencia que lanzó contra la empresa Edenor y presentó una denuncia en la Justicia federal para que se investiguen las causas del apagón que afectó a miles de usuarios en la Ciudad durante la mañana del jueves. La presentación recayó en el juzgado federal número 1, a cargo de la doctora María Romilda Servini de Cubría.
En su petición, la cartera de Planificación Federal solicitó que "en los términos de los artículos 174 y siguientes del Código Procesal Penal de la Nación" se determine "la posible comisión de los delitos" contemplados en el Título VII 'Delitos contra la Seguridad Pública'".
El texto precisa que a partir de las 9 del pasado 27 de noviembre "se produjo una falta de suministro de energía eléctrica" que afectó a gran parte de los usuarios de la empresa de distribución de energía eléctrica Edenor. Como consecuencia de un problema en la estación transformadora Malaver, "se afectaron varias subestaciones eléctricas generando un corte masivo en el suministro de energía eléctrica en el norte de la Capital Federal y en varios partidos del conurbano bonaerense", detalla.
La denuncia observa que "esta situación resulta por demás llamativa ya que en ese momento la demanda no estaba en punta y la temperatura era normal". Se recuerda, además, que "este siniestro no ocurrió en un día y hora normal, ya que como es de público y notorio conocimiento, desde las 04:00 hs. hasta las 07:00 hs. del 27/11 hubo una medida de fuerza con paro de actividades", indicó en referencia a la huelga general que decretaron gremios del transporte.
De Vido resolvió acudir a la Justicia por considerar insuficientes las explicaciones que brindó la empresa sobre el hecho tras la indagación del Ente Regulador de Energía (ENRE), al que ayer le encomendó averiguar los motivos. "Hasta el momento, pasadas más de 24 horas del evento, la empresa responsable del servicio no ha dado explicación técnicamente solvente de los motivos que ocasionaron la falla", detalla la denuncia.
"El presidente del Ente Regulador (ENRE) informó a este Ministerio que la respuesta de la empresa concesionaria no es verosímil, no explica ni justifica técnicamente el motivo o las causas del siniestro. Hecho que nos motiva a solicitar a V.S. la investigación del suceso ante la presunta posibilidad de que el mismo haya sido intencional", fundamenta.
Empezó la "pesadilla" de Cristina Kirchner.
Para una presidenta que adora mencionar la expresión "inclusión social" en todos sus discursos, pocas cosas pueden ser peor que las imágenes de personas saqueando las góndolas de los supermercados y protagonizando refriegas con la policía.
Más aun si estos hechos se combinan con apagones y con una suba del dólar.
Determinada a "exorcizar" los fantasmas, Cristina viene denunciando, desde hace meses, la existencia de conspiradores que están preparando los disturbios de fin de año como parte de un plan para desestabilizar a su Gobierno.
La última de esas advertencias ocurrió la semana pasada, en su reaparición pública tras la licencia médica.
Al terminar su discurso y desearle un buen año al auditorio de empresarios de la construcción expresó: "Espero que este fin de año no empecemos con las efemérides. Está todo armado, preparado. Lo sabemos todos. Basta, no empecemos. Si hay otras formas más lindas y legítimas de hacer política que esas".
Por más que se diera el lujo de referirse al tema con cierto aire despreocupado y risueño, queda claro que la posibilidad de nuevos disturbios es una de sus principales preocupaciones.
Es que, a pesar de que siempre quede a mano el argumento de que "estuvo todo armado" y que las protestas no fueron espontáneas, lo cierto es que el Ejecutivo nunca logra evitar pagar un fuerte costo político.
Basta recordar el 10 de diciembre del año pasado, cuando lo que debía ser una fiesta popular por los 30 años de la vuelta de la democracia se terminó empañando por los violentos disturbios en el interior.
Con la ominosa situación de televisores que mostraban en "pantalla partida" imágenes deCristina bailando junto al grupo musical Fuerza Bruta -acompañada por Moria Casán y otras figuras del espectáculo en el escenario montado en Plaza de Mayo-, con las de muertos por las refriegas entre la policía y manifestantes en Tucumán.
Lo que se dice, una pesadilla para cualquier dirigente político.
Tuvo, además, un agravante: cuando en su descargo la Presidenta expresó sudescreimiento sobre los "efectos contagio" en las protestas policiales y los disturbios ("lo único que se contagian son las paperas y la rubeola", dijo), la realidad la desmintió de manera contundente.
Lo cierto es que esas protestas policiales se multiplicaron ante la constatación de que los uniformados de Córdoba habían conseguido una mejora salarial. No sólo eso, sino que losestatales de varias provincias salieron inmediatamente a reclamar aumentos enigual porcentaje que los obtenidos por la policía.
"El que no llora no mama, como dice el tango. Es el efecto demostración. Si la policía consigue un incremento tan significativo gracias al conflicto, lo que está generando es un incentivopara que los demás hagan lo mismo", afirmaba Sergio Berensztein, entonces director de la consultora Poliarquía.
El resultado no podía ser más desastroso, porque además el Gobierno había quedado mal parado por su actitud inicial de atribuir los desórdenes a la mala administración de José Manuel de la Sota.
Para agravar las cosas, en Capital se batían récords de malhumor ciudadano por losapagones, al tiempo que en la city porteña se disparaba el blue, en una clara señal de que el mercado esperaba una devaluación.
Por usar una expresión de la propia Cristina, es "too much" como para permitir la repetición de semejante cúmulo de catástrofes.
Dólar tranquilo, apagones no tanto
Es en este contexto que el Gobierno está enplena ejecución de su plan "diciembre en paz".
El ámbito en el que parece más cerca de garantizar la calma es el del dólar.
Con el blue anestesiado y los muchachos de Alejandro Vanoli y de la AFIP patrullando la city financiera -sumado a ciertas actitudes de moderación en la emisión monetaria- se ha logrado una sensación de estabilidad.
Por lo menos, la menor brecha actual entre el blue y el tipo de cambio oficial (53%) es motivo suficiente como para que el Gobierno sienta algo de alivio para el verano.
Las cosas empiezan a ponerse más complicadas cuando se entra en el tema de los apagones.
Si bien hubo inversiones durante el año para tratar de limitar la posibilidad de cortes en los tramos más débiles de la red, lo cierto es que los problemas no están del todo resueltos.
Esto quedó en claro con un corte ocurrido con los primeros calores de octubre y, sin ir más lejos, el jueves de la semana pasada.
Lo cierto es que todos -desde Julio de Vido hasta las empresas distribuidoras- han admitido, con mayor o menor claridad, que los porteños están en manos del clima. Es decir, de la suerte.
Se asume que, ante la ocurrencia de temperaturas extremas -o, por usar la expresión de un directivo de Edenor, temperaturas "no razonables"- sería inevitable que zonas de la ciudadqueden sin energía eléctrica.
Es por eso que desde el Gobierno se puso en marcha un plan de comunicación que tiende a, por lo menos, atenuar la irritación de los usuarios: se avisó que hay generadores móvileslistos para dar cobertura de emergencia.
"Tenemos un stock de alrededor de 60 grupos electrógenos de un tamaño como para alimentar a un cliente de buen nivel de consumo", sostuvo Eduardo Mirabelli, vocero de Edenor, luego de que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, conminara a las empresas a dar a conocer las medidas que se están adoptando.
Igualmente, por las dudas, De Vido adelantó que habrá graves sanciones para Edenor y Edesur ante cualquier evento de corte.
Entre la previsión y el paraguas acusador
Pero el tema que, por lejos, más preocupa a Cristina es el de la agitación social, que incluye los reclamos sindicales, por bonos de fin de año y alivio del Impuesto a las Ganancias.
Y que, sobre todo, también incluye la posibilidad de saqueos en los barrios marginalesdonde un alto porcentaje de la población depende de planes sociales y donde se ha naturalizado la expectativa por ayudas extra antes de las fiestas navideñas.
Respecto de la cuestión salarial, la Presidenta debe íntimamente estar agradecida a losgobernadores de nueve provincias, luego de que estos hayan prometido bonos a los empleados estatales.
Formalmente, estos gobernadores están contradiciendo al ministro Axel Kicillof, quien sostuvo que la inflación no justificaba el reclamo de pagos extra en diciembre. Al respecto, Capitanich agregó que esas provincias no contarán con asistencia financiera del Gobierno nacional si esos bonos les llegasen a generar una asfixia en sus cajas.
Lo cierto es que, en su intento por curarse en salud para prevenir disturbios, estas provincias-muchas de ellas con el Estado como principal fuente de empleo- le hicieron un favor al Gobierno nacional, al descomprimir la tensión social.
Pero hay un detalle: entre esas provincias no figura Buenos Aires, cuyo conurbano es unazona potencialmente conflictiva.
Además de este favor de las provincias, hay medidas de prevención tomadas por el propio Gobierno. Claro que, en este caso, el foco no está puesto en la ayuda económica sino, más bien, en la prevención policial.
Sergio Berni, el funcionario que está a cargo de ese operativo, en los últimos días ha abundado en declaraciones. Dio a publicidad una reunión con 150 jueces y fiscales para garantizar un"rápido accionar en casos de saqueos".
También hubo reuniones con cadenas de supermercados, con el objetivo de reforzar la vigilancia policial.
Además, Berni recurrió a la estrategia de la denuncia "por las dudas", al hablar sobre"informes muy confidenciales" en los que se revelaba el accionar conspirativo deorganizaciones piqueteras ligadas a la oposición.
Esta es la "pata política" del plan gubernamental para diciembre: al señalar sospechosos -en una larga y variada nómina, en la cual figuran desde Luis Barrionuevo hasta Hermes Binner-se busca que los sindicatos y organizaciones opositoras atenúen su nivel de crítica para no quedar ligados al mote de "instigadores de saqueos".
Aun así, sobrevuela grandes interrogantes: ¿alcanzará? ¿Qué ocurre si alguien enciende otra mecha?
El desafío mayor: la logística del reparto
Se ha llegado al punto en el que está institucionalizado que diciembre es la temporada de disturbios, algo que en definitiva ni el propio Gobierno puede ocultar es que.
Como dijo el propio Berni: "Los saqueos ya son parte de la cultura navideña".
Y es aquí donde empieza a jugar un factor del que el Ejecutivo no quiere hablar en público: en gran medida, la prevención de los saqueos depende de qué tan buena sea la gestión del reparto de ayuda navideña en las zonas marginales.
El punto clave es que, por más que a los funcionarios K le guste culpar a la oposición por armar disturbios, muchas veces los problemas surgieron en organizaciones vinculadas con el propio Gobierno.
A veces ocurre por problemas logísticos en el reparto de las canastas. En otros casos, el detonante es el conflicto político entre los "punteros".
Esto quedó en evidencia por primera vez hace dos años, cuando en Bariloche se desataron saqueos a raíz del conflicto entre el intendente y un sector peronista opositor.
¿Será este diciembre la excepción? Por lo pronto, ya se ha hablado con los supermercados,que suelen donar comida en Navidad.
Además, dijeron a iProfesional fuentes vinculadas con los planes de ayuda en el conurbano, en el ministerio de Acción Social se planea un refuerzo de la asistencia.
En las próximas horas se definirá si se tratará de dinero en efectivo para los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo o si se repartirán cajas de mercadería.
Se trata, de esa forma, de desactivar las marchas de organizaciones piqueteras en demanda de un "bono de fin de año".
"La gente está bastante contenida por los punteros y van a tratar de que haya la menor cantidad de conflictos posibles; por eso el Gobierno va a darle lo que pidan", confía el dirigente.
En tanto, Guillermo Belliboli, dirigente de Polo Obrero, se queja de la estigmatización que suele hacerse en esta época del año sobre las organizaciones sociales.
"No está en la cabeza de la gente hacer reclamos si la asistencia efectivamente llega.Hablar de saqueos es más bien una estrategia de Berni, porque si no pasa nada entonces va a poder decir que se controló la situación", agrega.
Y recuerda que los problemas derivados de la economía, como la inflación y el repunte en el desempleo, hacen que este año pueda haber mayor sensibilidad por parte de la población.
Lo cierto es que el Ejecutivo tiene por delante uno de sus mayores desafíos: no solamenteinstrumentar ayudas en un momento en el que la caja fiscal tiene varios agujeros, sino asegurarse de que puede gestionar de manera eficiente la logística del reparto, para que todos los beneficiarios reciban su parte a tiempo.
Es el último diciembre antes del año electoral, de manera que es mucho lo que hay en juego: además de la paz social, puede verse seriamente herido el mito de la inclusión social.
La empresa anunció la próxima llegada del equipamiento, que tiene como objetivo mejorar la calidad del servicio en los barrios porteños de Villa Santa Rita, Floresta, Villa del Parque y Villa General Mitre.
El equipamiento arribará el martes 2 de diciembre al aeropuerto de Ezeiza a bordo del avión ruso Antonov 214 y será transportado hasta la subestación que la compañía tiene en Juan Agustín García al 3000, en el barrio Villa Santa Rita.
"Esta acción de Edesur, en conjunto con el Ministerio de Planificación, representa un hecho histórico para la empresa eléctrica", afirmó la compañía en un comunicado difundido hoy.
La subestación móvil se compone de tres módulos: uno de alta tensión, otro módulo transformador y el último de media tensión. La longitud de cada una de ellas es de casi 30 metros de largo y un peso levemente superior a las 78 toneladas. Así, la caravana para su traslado alcanzará 200 metros de largo y será acompañada por Gendarmería Nacional durante su recorrido, precisó la empresa.
Página 12
La empresa Edesur informó que mañana arribará a Ezeiza una subestación móvil con el objetivo de mejorarles la calidad del servicio eléctrico a 120.000 personas de los barrios porteños de Villa Santa Rita, Floresta, Villa del Parque y Villa General Mitre. El equipo se instalará en la sede que la compañía tiene en Juan Agustín García al 3000, en el barrio Villa Santa Rita. “Esta acción de Edesur, en conjunto con el Ministerio de Planificación, representa un hecho histórico para la empresa eléctrica”, afirmó la compañía en un comunicado difundido ayer. La subestación móvil se compone de tres módulos: uno de alta tensión, otro módulo transformador y el último de media tensión. La longitud de cada una de ellas es de casi 30 metros de largo y tiene un peso levemente superior a las 78 toneladas. La caravana para su traslado alcanzará los 200 metros y será acompañada por Gendarmería Nacional durante su recorrido, precisó la empresa.