Por Nicolás Balinotti.
No bien Cristina Kirchner concluyó su discurso, en el que cerró otra vez las puertas a una eventual modificación del impuesto a las ganancias, los sindicalistas Gerardo Martínez y José Luis Lingeri salieron disparados tras los pasos de la Presidenta.
Alcanzaron apenas a saludarla, pese a la veloz reacción. Fue algo fugaz. Cuando intentaron plantear una suerte de reclamo, Cristina ya se encaminaba a la salida del hotel Sheraton, rodeada de su tropa de asesores. Aunque al paso, según los gremialistas, les dio una señal alentadora de que podría eximirse el medio aguinaldo de la carga del tributo.
"No nos dijo que sí ni que no sobre la eximición [de Ganancias] del aguinaldo. Pero está claro que lo resolverá ella sola y cuando se le dé la gana", dijo ayer un jerárquico de la CGT más cercana a la Casa Rosada. Tal vez su anhelo se aferra al efímero cruce de palabras que la jefa del Estado mantuvo con Martínez y Lingeri tras la convención de la Cámara Argentina de la Construcción.
El reclamo gremial por Ganancias borra cualquier línea fronteriza que separe a oficialistas de opositores. Es un pedido general, unánime. Lo reivindican hasta los sindicatos cuyos afiliados no son alcanzados por el tributo. Pagan hoy Ganancias todos los sueldos que sean superiores a los $ 15.000 desde agosto de 2013.
"Sabemos cuál es la situación económica del país, pero si no involucra el aguinaldo en este tema [Ganancias] hace que paremos las obras públicas [como dijo Cristina], realmente estamos en el horno", dijo el líder gremial de los textiles, Jorge Lobais, en Radio de la Ciudad.
El rechazo oficial a modificar el impuesto a las ganancias genera malestar en las filas del sindicalismo oficialista, aunque no sería un motivo para romper con su alineamiento. La CGT que encabeza Antonio Caló continuará por ahora firme con su apoyo al Gobierno y no se vislumbran ánimos de debatir sobre un posible plan de lucha. Está prevista para el jueves próximo una reunión de consejo directivo que ayer comenzó a peligrar tras la negativa de la Presidenta. "¿A qué nos vamos a juntar? Puede ser un buen brindis de fin de año", ironizó un dirigente de peso de la central. Caló todavía espera una respuesta al pedido de una reunión cara a cara con Cristina. Hasta anoche, no había certezas sobre el encuentro. La última vez que se vieron fue hace tres meses.
Pero no todos los oficialistas se dan por vencidos. "No cambia en nada nuestra estrategia. Era esperable que no anunciara nada porque había mucho runrún. La Presidenta maneja los tiempos. Pero todavía queda lo del medio aguinaldo", se esperanzó ante LA NACION el estatal Andrés Rodríguez, de la CGT oficialista.
En el sindicalismo opositor, en cambio, el malestar se llevará a la práctica. Más de 20 gremios del transporte se aliaron para reclamar en contra del impuesto y para exigir una compensación por la inflación. Paralizarán hoy, de manera parcial, el transporte público de pasajeros. La medida se hará sentir, sobre todo, durante la mañana.
"Con el impuesto a las ganancias los trabajadores ferroviarios perdemos no solamente el aguinaldo, sino también las vacaciones", planteó Omar Maturano, jefe de los maquinistas de La Fraternidad. Un panorama similar se traza en el sindicato de camioneros, cuyos afiliados se están negando a realizar horas extras porque dejaron de ser redituables.
No se quedan atrás los gremios petroleros y el de bancarios, pioneros en la lucha por un cambio en el régimen tributario.
Más allá del malestar por la reiterada negativa oficial a revisar los alcances de Ganancias, el sindicalismo opositor no está dispuesto a avanzar en un paro general.
Hasta el propio Hugo Moyano bajó esa posibilidad durante un encuentro con dirigentes del transporte y de la CGT oficialista. "No queremos que nos traten de golpistas", les confesó.
El discurso de anoche de Cristina Kirchner en su reaparición en público acrecentó el malestar de los gremios que reclaman un plus salarial por la inflación y cambios en el impuesto a las ganancias. Horas antes del paro parcial de los sindicatos de transporte, la Presidenta pidió "compresión a los trabajadores", descartó cambios en el gravamen y se preguntó: "Nos dicen que hay que eliminar o bajar Ganancias. ¿Cómo hacemos para financiar obra pública si no cobramos impuestos?".
La respuesta no se hizo esperar. "Con el impuesto a las ganancias, la AFIP recauda 50.000 millones anuales. ¿El gasto social lo tenemos que pagar los trabajadores nada más? ¿O hay otros sectores de la vida económica que tienen mayor capacidad contributiva y el Gobierno no tiene el coraje para involucrarlos en el gasto social?", afirmó Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), que integra la CGT de Hugo Moyano, en diálogo con Radio La Red.
Para el secretario de prensa de la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA), Marcelo Uhrich, los dichos de la jefa del Estado fueron "un disparate". "Cuando asumió su segundo mandato, la Presidenta perdió la oportunidad de hacer una reforma financiera. No hay un tributo a la renta financiera. Todo sale del bolsillo de los trabajadores", aseguró a LA NACION.
Unos 20 sindicatos del transporte activarán mañana, de 4 a 7, un paro parcial que generará complicaciones en los servicios de colectivos urbanos, ómnibus de larga distancia, vuelos internacionales y de cabotaje, ferrocarriles y la actividad portuaria.
El número dos de Camioneros, Pablo Moyano, advirtió que el discurso de Cristina Kirchner ante la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) generó "más bronca" en las centrales obreras. "El plan de los gremios del transporte era hacer asambleas hasta media mañana pero ahora seguro que seguirán hasta el mediodía", señaló al diario Clarín.
Los dirigentes gremiales no descartaron convocar a un nuevo paro en caso de que no haya una respuesta del Gobierno a sus reclamos. "Más allá del discurso de Cristina, esperamos una devolución del Ejecutivo a la protesta de mañana", apuntó Uhrich.
Por su parte, el delegado ferroviario Rubén "El Pollo" Sobrero, advirtió que mañana se discutirá qué continuidad se le dará a la medida de fuerza. "La Presidenta está en piloto automático y desconoce el reclamo", aseveró en una entrevista con la radio Nacional Rock.
Por Carlos Galván
Ante la falta de señales de cambios en Ganancias, diferentes sectores sindicales se preparan para salir a dar pelea. Ayer, por ejemplo, los poderosos gremios petroleros de la Patagonia le advirtieron a la Casa Rosada que harán un paro de 24 horas si para el próximo lunes no obtienen una respuesta concreta a sus reclamos de una compensación por los descuentos que sufren por ese impuesto. La discusión se tensó ayer por la negativa del Gobierno a homologar acuerdos que fijen retribuciones extras que reparen las quitas por el gravamen.
Pero la escalada sindical contra el gravamen se hará sentir más en lo inmediato: mañana 22 gremios de todas las áreas del transporte harán asambleas en sus lugares de trabajo para insistir con el pedido de que se exceptúe al aguinaldo de Ganancias.
“La falta de anuncios de la Presidenta da más bronca todavía”, dijo anoche a Clarín Pablo Moyano, hijo mayor del jefe de la CGT opositora y número dos del sindicato de Camioneros. Y agregó: “El plan de los gremios del transporte era hacer asambleas hasta media mañana pero ahora seguro que seguirán hasta el mediodía”.
Pablo Moyano también anticipó que si después de la medida de fuerza de mañana el Gobierno sigue sin modificar el impuesto, Camioneros avanzará con un plan de lucha y no descartó un paro de 24 horas de todas las ramas del gremio. “Más no se puede esperar”, aseguró.
Las asambleas de los gremios del transporte serán en los hechos paros encubiertos. Es que durante todo el tiempo que se extiendan las asambleas no circularán colectivos, trenes, aviones ni habrá actividad marítima y portuaria. Aunque las asambleas están convocadas para las 4 de la madrugada y deberían extenderse tres horas, se espera que el transporte recién se normalice bastante después de las 7 de la mañana.
A pesar de los problemas que generará esta medida de fuerza en el transporte público, la Casa Rosada parece estar más preocupada con un potencial paro de 24 horas de los petroleros de Chubut, Neuquén, Río Negro y La Pampa. Se entiende: en esas provincias e produce el 80% de los hidrocarburos del país y las pérdidas serían multimillonarias.
Las negociaciones con los petroleros se complicaron ayer porque el Gobierno les anunció a los gremios que no homologará un acuerdo que establezca una compensación por Ganancias por parte de las empresas de $ 7.000 en los sueldos de noviembre y diciembre. Un acuerdo de este tipo necesita la homologación porque sino la suma extra que reciban los operarios también terminaría tributando Ganancias.
“Si para el lunes no encontramos una solución volveremos a lanzar el plan de lucha que por ahora teníamos suspendido”, adelantó anoche el líder de los Petroleros de Chubut, Jorge Avila.
En la CGT oficialista que lidera Antonio Caló aún no pierden las esperanzas de que Cristina Kirchner exima al medio aguinaldo de diciembre del pago del Impuesto a las Ganancias.
Los sindicalistas José Luis Lingeri y Gerardo Martínez se cruzaron el martes en el Sheraton con la Presidenta en la convención de la Cámara Argentina de la Construcción. La Presidenta los saludó pero se les alejó rápido para evitar que le insistieran con los reclamos de cambios en el impuesto. Lingeri, igual, se las ingenió para plantearle el tema. “Vamos a ver”, le respondió Cristina y se fue, señala Clarín este jueves.
“El error fue salir a apurarla a través de los medios. La Presidenta detesta que se le haga eso”, dijo anoche al matutino un importante miembro de la conducción cegetista.
La CGT aliada de la Casa Rosada tiene pendiente desde la semana pasada un pedido de audiencia con la Presidenta. “Solo tiene sentido ir si sabemos de antemano que nos va a decir que sí. Si es para escuchar una negativa, lo mejor es que no vayamos”, argumentó un importante dirigente.
Tampoco está claro si se realizará o se terminará levantando la reunión del Consejo Directivo cegetista, a la que se convocó para el próximo jueves 4. “¿Para qué hacerla si no vamos a lanzar ningún plan de lucha?”, se preguntó un sindicalista. Otro completó: “Si no nos ponemos de acuerdo entre los 6 de la mesa chica, ¿qué sentido tiene que nos juntemos 40 tipos?”.
Igualmente, la CGT oficialista seguirá aliada de la administración K. En el acto de ayer organizado en SMATA estuvieron Lingeri, Martínez, Andrés Rodríguez y Armando Cavalieri, entre otro centenar de dirigentes.