Expertos de distintos ámbitos se reunieron hoy para analizar los recientes resultados del informe “Proyección del Consumo de Energía de la Minería del Cobre al año 2025” elaborado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) y que adelanta los escenarios que se pueden dar en términos de demanda de electricidad si todos los proyectos de cobre en carpeta se
materializan en los próximos 10 años.
Durante la actividad –que fue inaugurada por el Subsecretario de Minería,Ignacio Moreno y el Presidente del Colegio de Ingenieros de Chile, Cristián Hermansen-, el Vicepresidente Ejecutivo de Cochilco, Sergio Hernández, señaló que el consumo esperado de energía de la minería del cobre al año 2025 llegará a 39,47 Tera Watts/hora lo que representa un alza de 80% respecto a lo previsto para este año.
“Los resultados que entrega este estudio, -que incluye además información de
consumo por Sistema Interconectado, por procesos productivos, estados de
desarrollos de los proyectos, entre otros-, son un aporte para la generación de
políticas públicas que permitan un desarrollo sostenible del sector energía y
minería, así como en ámbitos de eficiencia energética y cambio climático”,
señaló el Vicepresidente Ejecutivo de Cochilco.
Agregó que además, da una señal al mercado eléctrico de cuáles serán los
requerimientos de energía del sector minero para que realicen las inversiones
necesarias en capacidad de generación y en transmisión eléctrica para responder a esta creciente demanda.
Por su parte, el Director de Estudios y Políticas Públicas (TyP) de Cochilco, Jorge Cantallopts, explicó que la medición del consumo esperado de energía considera que los proyectos de inversión normalmente presentan atrasos en su
materialización y que los distintos procesos no operen a su máxima capacidad.
“Los resultados obtenidos tienen como supuesto que los proyectos mineros por lo general no se cancelan, sino que se aplazan de la fecha de ejecución propuesta inicialmente”, precisó.
Aclaró que la mayor demanda de energía que se espera al 2025 se debe más que nada a la ocurrencia de factores estructurales que no puede controlar el sector minero – como caída de la ley del mineral, roca más dura, mayores distancias de acarreo, entre otros-; y a una mayor producción de cobre la que se prevé llegará a 8,5 millones de toneladas al 2025, esto es un 47% más respecto a lo esperado para este año. Cantallopts agregó que se debe sumar a esta mayor demanda los requerimientos de los nuevos procesos de desalinización y de impulsión de agua cuyo consumo pasará de 1,23 TW/h en 2014 a 6,65 TW/h en los próximos diez años.
Panel
Tras la presentación del informe, distintos expertos convocados por Cochilco
entregaron su opinión respecto a las conclusiones del estudio así como la visión que tienen, de los respectivos sectores que representan, sobre cómo enfrentar el desafío de un mayor consumo de electricidad.
En ese sentido, la Subsecretaria de Energía, Jimena Jara, señaló que para el
Gobierno reducir el consumo de electricidad así como hacer más eficiente su uso es una prioridad, y en ese sentido, destacó la iniciativa que promueve el Ejecutivo de reducir el consumo de energía a nivel país en un 20% al año 2025 y el envío el próximo año de una ley de eficiencia energética.
Así también destacó los esfuerzos que ha hecho el sector en esta materia y que se refleja, además, en la voluntad de suscribir este año un convenio de eficiencia energética orientado a impulsar un uso cada vez más eficiente de los recursos energéticos en las empresas mineras y a fomentar iniciativas que contribuyan a la innovación y la cultura en el buen uso de la energía.
Desde la mirada del sector privado, el Gerente de Estudios de la Sonami, Alvaro Merino, señaló que es prioritario aumentar la oferta energética para disminuir los elevados costos que tiene el país, en relación a otras naciones de la región como Perú, Brasil, Colombia o México.
Agregó que uno de los factores que explica el incremento en los costos es
precisamente el elevado valor de la energía, que ha llevado a que hoy el costo a
cátodos en Chile sea superior al valor promedio a nivel mundial y que alcanzó, en el año 2013 a US$2.55 por libra en tanto que en el mundo llega a US$2.43 por libra.
“El informe que nos presenta Cochilco señala que el consumo esperado de
electricidad en la minería al año 2025 se incrementaría en un 80%, en
circunstancias que la capacidad de las nuevas centrales en construcción
alcanzaría a 3.882 MW, esto es un incremento de la capacidad instalada de solo 22%. Sin lugar a dudas, la nueva capacidad de generación que entraría en
operaciones entre el 2014 y el 2020, es claramente insuficiente para las
necesidades del país y particularmente, para los requerimientos del sector minero”, enfatizó.
Por su parte, el Vicepresidente Ejecutivo de la Asociación de Generadoras de
Chile, René Muga, señaló que el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y el Sistema Interconectado Central (SIC) presentan realidades muy distintas por lo que los desafíos son diferentes también. “Si los Sistemas no están interconectados la situación se va a tornar más complicada por los altos precios en el SIC, la menor oferta e integración de las energías renovables no convencionales (ERNC)”, explicó.
Agregó que en el SING hay una mayor oferta de ERNC, dando como ejemplo, la disponibilidad de 7200 MW de energía solar, 1500 MW de eólica y 50 MW en geotermia; a diferencia del SIC de la zona norte donde falta integrar más ERNC y superar los problemas de transmisión así como de retraso en la ejecución de las planta generadoras para abastecer el sector minero.
Añadió que otro desafío relevante es convencer a las comunidades sobre la
importancia de construir más plantas de energía en el país porque existiría la
percepción de que ello no sería necesario. Asimismo, reconoció que un mayor
parque energético trae como consecuencia mayores emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) que en el caso del sector energético representa un 30% del total país y minería cerca de un 8%.
El 70% de los costos de operación de estas instalaciones corresponde a este ítem:
En promedio, el 70% del costo de operación de las plantas desaladoras corresponde a energía. Y en los últimos dos años el uso de agua de mar -tanto desalinizada como salada- creció un 81% en la minería. Y la incorporación de estas instalaciones en el futuro se incrementará con fuerza.
Si bien este sector, en comparación con el sanitario y el agrícola, es el que menos demanda agua, por el lugar donde están insertos los yacimientos -donde el estrés hídrico alcanza niveles preocupantes e incluso la Dirección General de Aguas (DGA) ha señalado que en el corto plazo incluso las sanitarias deberán invertir en plantas desaladoras para abastecer a las ciudades-, hoy la industria ve improbable llevar adelante un proyecto sin contemplar la construcción de una de estas plantas. El sector estima que a 2021 cerca de un 25% del agua en la minería del cobre provendrá del mar.
Según el último informe de Cochilco, que se actualizará esta semana, el consumo esperado de electricidad por parte de la minería del cobre pasara de 0,77 TWh (que equivale a un millón de MWh) en 2013 a 6,16 TWh en 2025 solo en las plantas desaladoras y de impulsión, lo que se traduce en un incremento de 700%. Este ítem representará el 15% del total de la energía ocupada por el sector, solo después de las plantas concentradoras que alcanzan un 64,2% y que ha sido, desde siempre, el proceso de mayor demanda eléctrica.
Desafíos
Las desaladoras son caras tanto de construir como de operar, y sus costos dependen de varios factores, como de cuán lejos esté la mina de la costa como también de la altura del yacimiento. Esto, por la longitud de los tubos y por el nivel de impulsión de agua.
Actualmente las mineras están haciendo importantes esfuerzos para mejorar la eficiencia en los procesos y así reducir los tamaños de las desalinizadoras y, con ello, los costos asociados.
En la industria, y basados en datos del Consejo Minero, señalan que la extracción de agua fresca de 2009 a 2013 se ha mantenido relativamente constante (en 12,5 metros cúbicos por segundo), lo que no se correlaciona con el aumento de los proyectos realizados. Esa brecha se ha cubierto con plantas desaladoras. En el sector estiman que en el corto plazo la desalinización pasará a ser la fuente más importante de agua después del agua subterránea.
Datos a septiembre de Cochilco indican que actualmente hay seis plantas desaladoras en operación y cuatro sistemas de impulsión de agua de mar funcionando. Además, hay 16 proyectos mineros que consideran, ya sea en niveles preliminares de evaluación como en construcción, el uso de una de estas alternativas. Se contemplan inversiones que suman más de US$ 10 mil millones a 2021.
Respecto al consumo esperado de electricidad de la minería del cobre en su conjunto -incluyendo concentradoras, desaladoras, refinerías, fundiciones, entre otros-, Cochilco estima que será de 41,1 TWh para 2025, siendo las faenas ubicadas en el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) las principales demandantes. Como consumo máximo, esta industria podría llegar a consumir 52 TWh para 2025. Esto podría llegar a presentar complicaciones para la ejecución de algunos proyectos mineros, e incluso algunos podrían sufrir postergaciones.
US$ 10 mil mills.
en inversiones para estas instalaciones se contemplan hacia 2021.
12,
metros cúbicos por segundo de agua fresca extrae la minería. La cifra se ha mantenido constante desde 2009 a 2013.