Fueron una de las grandes promesas de algún momento del año: las mineras de oro. Porque el metal precioso parecía querer subir. En el mes de marzo intentaba atacar los 1.400 dólares la onza, pero desde mediados de julio sólo ha caído. Primero perdió los 1.300 dólares y ha llegado incluso a poner en peligro los 1.100. Ninguno de los riesgos que ha saltado últimamente, sobre todo en relación con el débil crecimiento mundial en general, y de la zona euro en particular, han cotizado al alza en el oro. Quizás por el repunte del dólar, que liquida cualquier atractivo de cualquier materia prima.
Randgold es una de las grandes del sector. Nos llamó la atención que, tras presentar resultados el 6 de noviembre sus títulos se dispararan un 8 por ciento,gracias a lo cual su cotización entró en números verdes en el año. Aunque su beneficio del tercer trimestre de 2014 cayó un 28 por ciento e incumplió las expectativas de los expertos por un 8 por ciento. Pero es que la empresa afirmó que puede soportar precios por debajo de los 1.000 dólares la onza.
Comprar o mantener
Desde que presentó sus resultados, nueve analistas han comunicado su opinión sobre el valor. De ellos, cinco aconsejan «comprar». Los otros cuatro, bien adoptar una posición neutral, bien mantener. Y así se reparten todos los consejos de los expertos, no sólo los más recientes. De los 21 que participan en el consenso, once recomiendan «comprar»; nueve, «mantener»; y sólo uno, «vender». Le dan un precio objetivo medio de 4.853 peniques y un potencial del 22 por ciento. Pero su cotización va en paralelo de la del oro. Bien porque la evolución del metal es un indicador adelantado de los beneficios, bien por cuestiones psicológicas.
La compañía lleva dos años seguidos de descensos, 2012 y 2013, con pérdidas de casi un 10 y de un 36 por ciento, respectivamente. Acumulaba siete años consecutivos de subidas. El mejor fue 2009, cuando ganó casi un 70 por ciento. Aunque antes, en 2002, se había disparado un 156 por ciento. El peor año para el oro fue 2013, cuando cayó un 28 por ciento. El mejor fue 2007: subió un 31 por ciento.
En total, si la onza de oro desde 1997 se ha multiplicado por cinco, las acciones de Randgold lo han hecho por sesenta. Comparando la evolución anual de Randgold con la del oro podemos concluir que los años flojos para el metal son peores para los títulos de la empresa y los años buenos para la onza son excepcionales para el valor.
Una minera de bajo coste
Ello puede deberse, como comentó el consejero delegado de la compañía, Mark Bristow, y recogió Financial Times, a que los costes de la compañía no llegan a los 700 dólares la onza, lo que hace que tenga un colchón importante ante las bajadas del precio de la materia prima en los mercados internacionales. De hecho, en el tercer trimestre los costes bajaron nueve dólares la onza, hasta los 692, frente a los 695 que esperaban los expertos de Citi. Ésa fue una de las cifras que gustaron. La otra, que incrementara la producción casi un 30 por ciento, hasta niveles récord, según destacan los analistas de JP Morgan, gracias a su nueva (y barata) explotación en Kibali en la República Democrática del Congo. En el tercer trimestre produjo 299.000 onzas, por encima de las 295.000 que esperaba Citi. Por eso, la caída del beneficio se debe a la caída del oro pero, también, a que la compañía no logró vender toda su producción por tercer trimestre consecutivo, según recuerda JP Morgan.
La mejora de las cifras de generación de caja a medida que el coste de capital se reduce (en comparación con hace un año la caída es de un 30 por ciento), Randgold se ha asegurado una mejora de su situación financiera, liquidando su deuda: ha pasado de contar con una deuda de 50 millones de dólares a contar con una caja de 63 millones. Por lo tanto, los expertos comentan que ahora mismo su mayor riesgo consiste en que, apoyada en los mejores ratios en cuanto a costes del sector, se lance a realizar compras de activos a sus competidoras más débiles. Porque, como aseguran los expertos de JP Morgan, «la empresa está bien posicionada para pagar dividendos, invertir en nuevos proyectos y adquirir activos mineros». Aunque esta firma de análisis en particular tiene una recomendación neutral sobre el valor.
Los analistas de Seeking Alpha, de hecho, valoran los «extremadamente fuertes resultados» de la compañía, que son posibles gracias a su estructura de bajo coste. Y, además, recomiendan reducir la prima de riesgo que los inversores aplican a la compañía por operar en el África Subsahariana y en países como Mali, debido al estallido de la crisis del ébola.