El dólar blue cedió hoy cinco centavos a $ 13,50 para la venta en la plaza local, con mínimos negocios por los controles oficiales, en una rueda en que el Banco Central compró 10 millones.
El blue, que marcó un máximo histórico de 15,95 pesos a fines de septiembre, anota una ganancia de 35 % en el año, un lapso en que la divisa avanzaba casi 31 % en el promedio de bancos y casas de cambio.
El dólar marginal resistía la persistente baja que registraban los tipos de cambio implícitos en las operaciones bursátiles, presionados por controles oficiales sobre sociedades de Bolsa, bancos, casas de cambio y cooperativas de crédito, que incluyeron allanamientos y suspensiones.
El dólar que surge de las operaciones de compra venta de activos con liquidación en el exterior ("contado con liquidación") operaba en torno de 11,80 pesos, mientras el que se desprende de transacciones que se realizan con títulos públicos en la plaza doméstica ("dólar MEP") cedía a 11,95 pesos.
La AFIP cortó ayer una "bicicleta impositiva" con el dólar bolsa: ratificó que no serán deducibles en el Impuesto a las Ganancias las pérdidas extraordinarias surgidas por las diferencias negativas de las operaciones de cambio entre el "dólar bolsa" o "dólar MEP" y el oficial.
La brecha entre el dólar informal y el que se ofreció a 8,53 pesos en el promedio de pizarras del microcentro porteño se redujo a 58 por ciento.
"La divisa norteamericana operó nuevamente con marcada estabilidad en otra jornada de desarrollo lineal y monótono y con un volumen negociado más elevado que el del día previo", dijo un operador de cambio. El volumen operado ascendió a 201 millones de dólares en el mercado de contado (spot) y 12 millones en el de futuros.
Fuentes del mercado estimaron que el Banco Central compró hoy unos 10 millones de dólares en el mercado de cambios, con lo que la autoridad monetaria acumula compras por 490 millones de la divisa estadounidense en noviembre, según cálculos privados.
"Con sólo una jornada por delante para el final de la semana, no existen expectativas de cambios importantes en el nivel alcanzado por el dólar y se trasladan para la semana próxima todos los pronósticos para anticipar el cierre de mes", completó un operador de cambios.
La Bolsa, en tanto, subió 0,91%.
Por Verónica Dalto.
El dólar blue siempre oscila alrededor del "dólar convertibilidad", ya que este último se lo considera un indicador -aunque sin valor teórico- del recorrido del paralelo. Hoy, con los controles en la city, el valor de $ 13,50 se encuentra más de un peso por debajo de los $ 14,79 que arroja hoy la relación base monetaria y reservas. Y se espera que esa diferencia se amplíe, si el gobierno logra contener las operaciones del blue o continúa emitiendo deuda, pero hoy sigue elevando la emisión monetaria para financiar al fisco.
No sería la primera vez que el blue está por debajo del "dólar cobertura", ya ocurrió a mediados y fines de 2013 y entre febrero y agosto de este año. El debate es si este blue barato es sostenible en el tiempo.
"La expansión monetaria vuelve a niveles elevados, pero en el corto plazo las reservas no se desploman. En consecuencia, puede esperarse que la presión sobre el mercado paralelo siga pero que no se produzca una corrida del tipo de la de enero pasado", dijo un informe de la consultora Finsoport.
Según las proyecciones del economista Diego Giacomini, el dólar cobertura llegaría a $ 17,40 hacia fin de año, lo que, a valores de hoy del blue, ampliaría la diferencia a 4 pesos.
"Teniendo en cuenta lo que falta emitir sobre fin de año ($ 60.000 millones), lo más probable es que el tipo de cambio de cobertura vuelva a recuperar un sesgo alcista", dijo en su blog. Sumado a que las reservas terminarán el año en u$s 26.850 millones contando el swap de China, los préstamos del Banco de Francia y la licitación de las frecuencias 4G.
"Implicaría que el Central estaría volviendo a comprar tiempo", agregó.
Porque si bien las reservas se mantendrán relativamente estables, a pesar de la restricción externa, se espera que la base monetaria, asociada al financiamiento del sector público, vuelva a crecer por encima de la demanda de dinero pese a que el gobierno está emitiendo títulos públicos para financiar su déficit fiscal.
"La reciente ampliación de los gastos y el déficit financiero del sector público, que superará los $ 190.000 millones hace prever que la presión sobre el Banco Central aumentará en los últimos días del año, tal como ocurrió en 2012 y 2013, en buena medida acelerada por la ejecución de las partidas pendientes y el medio aguinaldo", dijo la consultora dirigida por Jorge Todesca. En 2012, la base monetaria creció 40%; en 2013, comenzó a ese ritmo para terminar al 23%, y este año, si bien la desaceleración llegó al 15%, hoy asciende al 25%.
La pregunta es cuánto tiempo podrá el gobierno mantener la paz cambiaria mediante los controles que ejerce sobre el sistema financiero y la emisión de deuda si se amplía la brecha entre el blue y el "dólar convertibilidad".
"Si bien los montos colocados hasta el momento no fueron significativos, la perspectiva de que el Gobierno comenzará a utilizar el endeudamiento mediante licitaciones de bonos atados al dólar oficial (dollar-linked) para reducir la emisión monetaria, generó un derrumbe en las expectativas de devaluación, que desplomó el valor del dólar informal un 19%, desde $16 a $13", dijo un informe de Econométrica.
"El cambio en la composición del financiamiento del déficit permitió aplacar de un modo notable las expectativas de devaluación en el corto plazo. Pero aquí vale advertir que para convalidar la idea de planchar el dólar más allá de enero de 2015 la colocación de deuda tendrá que ser significativamente superior. Asimismo, existe el riesgo de verse forzado a pagar elevadas tasas de interés, tal como sucedió en la primera colocación del dollar-linked, de un modo que afecte los márgenes de sustentabilidad alcanzados en materia de deuda pública", advirtieron Ramiro Castiñeira y Adrián Ramos.
La intensificación de controles se sintió con fuerza en la City porteña y asestaron un nuevo golpe al dólar "blue", que cedió cinco centavos, a $ 13,50, al reducir aún más el volumen de las operaciones.
Según fuentes del mercado paralelo, muchas cuevas directamente bajaron las persianas, mientras que otras desconectaron los teléfonos ante la mayor presencia de agentes oficiales. De hecho, fueron muy pocos los cambistas informales que concretaron operaciones y sólo lo hicieron con clientes habituales bajo la máxima cautela. "No hubo casi negocios en el mercado (paralelo) y los valores que se escucharon son muy puntuales por necesidades impostergables", aseguraron desde el microcentro.
Los controles en busca de operaciones ilegales no sólo desembarcaron en la Ciudad de Buenos Aires y el GBA, sino que también ya se extendieron al interior del país. El miércoles, la Gendarmería Nacional allanó tres cuevas ubicadas en el centro de la ciudad misionera de Puerto Iguazú, que aparentemente se dedicaban a la venta de ropa, perfumes y paquetes turísticos.
Con esta nueva merma del "blue", la brecha con el oficial cayó levemente al 58,3%. Este retroceso estuvo en sintonía con el que sufrió el dólar "Bolsa", vara con la que el mercado solía medir al informal antes de que se acentuaran los controles oficiales: cayó nueve centavos, a $ 12,01 tras operar en la mayor parte de la rueda por debajo de los $ 12. De todos modos, el volumen operado del MEP fue muy acotado luego de que la AFIP impidiera usar este dólar bursátil para evadir el Impuesto a las Ganancias.
Además, el "contado con liqui" rebotó apenas tres centavos, a $ 11,78, luego de desplomarse entre lunes y martes 33 centavos y romper el piso de los $ 12. Se trata de un precio que en el mercado califican de "artificial", dado que son contadas las operaciones que "audaces" se animan a realizar.
En tanto, el dólar oficial se negoció sin cambios, a $ 8,53, en agencias y bancos de la City porteña, bajo la órbita de la autoridad monetaria que compró unos u$s 10 millones en el mercado de cambios. A su vez, sus reservas finalizaron con u$s 28.812 millones. "Sigue la oferta de exportadores mandando sobre la demanda de bancos para el pago de importaciones autorizadas por el Banco Central, que tiene que regular el mercado, para que el valor de la divisa se mantenga en el nivel deseado por el ente regulador", explicó un operador del mercado.
El índice Merval volvió a terminar en ascenso al igual que el martes gracias al impulso de papeles del rubro petrolero. El panel líder progresó un 0,9%, hasta las 9.672,41 unidades. Oportunidades de compra por los bajos precios de estos papeles, más el impulso que dio la cotización del crudo en Nueva York (trepó un 1,3% por indicadores estadounidenses alentadores), lograron que las acciones de YPF crecieran un 3,6%; las de Petrobras Brasil, un 3,4%; y las de Pampa Energía, un 1,7%.
En el otro extremo, los que más perdieron fueron los papeles de Aluar (-3,2%), Siderar (-2,6%) y Comercial del Plata (-2,3%). El volumen de negocios operados en acciones fue de apenas $ 139,8 millones, menos de la mitad desde que el "contado con liqui" recibió su golpe de gracia. Entre los títulos públicos, el Par en dólares rebotó un 7,4% (luego de fuertes caídas en las jornadas previas); el Global 2017 cedió un 0,3%, el Bonar 2017 y el Boden 2015 un 0,2%. Mientras que los cupones del PBI en dólares operaron dispares. El riesgo-país tuvo una leve baja del 0,44%, a 675 puntos básicos.
Por MARIANO GORODISCH.
"El precio del contado con liqui a $ 11,78 es un regalazo, al punto que ya vale lo mismo que el dólar tarjeta, pero nadie quiere ni siquiera tener el riesgo que lo vean operando nada", confiesa el dueño de una sociedad de bolsa.
El problema es que, a raíz de las inspecciones y los allanamientos, ningún broker quiere estar en el ojo de la CNV, razón por la cual el volumen operado se redujo 97%, para evitar posibles contingencias.
La primera medida que tomaron fue no cotizar más el blue chip a precio cerrado. Por lo tanto, el inversor que hace CCL corre el riesgo de la diferencia de cotización que tenga el bono entre que lo compra, espera al menos tres días hábiles y lo vende recién al cuarto día.
El riesgo de la variación de precio es del cliente. En cambio, cuando se le hacía el blue chip puro, el agente bursátil le pasaba precio del dólar y el cliente no tenía riesgo de cotización del bono. Por ende, no le importaba qué bono se le daba, porque él no corría riesgo de cotización, sino que el riesgo estaba implícito en el precio del CCL que el agente bursátil le ponía al dólar. El bono era un simple instrumento para hacerse de dólares y el riesgo de cotización del bono era del agente bursátil.
Si el cliente corre el riesgo significa que no sabe cuántos dólares va a tener cuando venda los bonos, porque dependerá de la variación que haya tenido la cotización del bono que compre. En este caso, sí le va a interesar qué bono comprar porque si tiene mucha volatilidad le puede salir bastante mal. De esta forma, es una operación real de compra primero y venta posterior de un bono. "Así debería de haber sido siempre y no la deformación de asegurar un tipo de cambio", revela un banquero.
"Ya dejó de ser un contado con liqui, ahora es una simple compra de bonos con una posterior venta y el resultado es que, si partís de pesos, al final de todo lo que hagas y abierto es que tenés dólares, y al hacer la cuenta sacarás el resultado de cómo terminaste comprando dólares. Se da porque el mercado está muy pero muy chico: entonces, tanto cliente como intermediario se cuidan, por eso se hace poco y nada. Eso se puede ver en los volúmenes que tienen los mercados en sus registros. Al achicarse el negocio, nadie quiere asumir el riesgo", advierte un mesadinerista.
Sucede que la operación a precio cerrado formal no era viable desde el punto de vista regulatorio, porque se debía comprar y vender al mismo tiempo: el que lo hacía, tomaba el riesgo de anotar un precio al cual se comprometía a pasar una operación tres días después como mínimo.
"El tema es que, básicamente, ya no se opera y las transacciones no se hacen con 72 horas de diferencia, sino con mucho más tiempo de espera, lo que hace que el riesgo de precio sea demasiado grande para quien arma esas transacciones. Las multinacionales suelen operar con bonos por el volumen, mientras los particulares lo hacen más con ADRs", detalla el director financiero de un banco extranjero.
Sin discriminación
"Para operar en bolsa lo que nos importa es que puedan justificar bien el origen de los fondos que nos transfieren para pagar sus operaciones, pero no hay una discriminación por la actividad. Si un importador se acerca a nosotros para comprar bonos o acciones no tiene ningún obstáculo, mientras tenga su legajo completo, en orden y los montos operados encuadren dentro de su perfil de cliente en términos de lavado de dinero", precisa un agente bursátil.
"Si luego quisiera llevarse los títulos comprados a un broker extranjero para venderlos en dólares, puede hacerlo luego de cumplir los plazos establecidos. En el caso que el cliente importador quisiera pagarle a un proveedor extranjero, sólo lo puede hacer desde una cuenta bancaria propia del cliente en el exterior. Eso está permitido y disponible, pero no se lo resuelve una sociedad de bolsa, sino un banco extranjero", agrega.
Un conocedor del mercado se sincera: "Es tanto el trabajo de compliance (cumplimiento), que a los diez primeros agentes del Merval no les justifica abrirle una cuenta a un importador. Por eso, verás que, como mínimo, está en estudio 20 días la carpeta, aún presentando todo prolijo. No es por discriminarlos, sino ver cada uno qué negocio sirve o no, y qué posibles problemas futuros se puede llegar a tener".