Por Marcia Carmo.
El escándalo del supuestas propinas millonarias que involucra a Petrobras y a las mayores empresas de construcción de Brasil no da tregua.
Cada día surge algo nuevo en una mezcla de posible corrupción que involucraría también a los principales partidos de la coalición del gobierno de la presidente Dilma Rousseff – PT y PMDB. El PT es el partido de la presidente Dilma y del expresidente Lula y el PMDB es el partido del vicepresidente Michel Temer. Los dos partidos niegan las acusaciones. Pero frente a las investigaciones judiciales, la Comisión Parlamentaria de Inquérito (CPI) del Congreso Nacional ha pedido que sean reveladas las cuentas bancarias, datos fiscales y llamadas del secretario del PT, João Vaccari Neto.
El nombre de Neto es citado por aquellos que ya hablaron con la Policía Federal, esperando que al entregar nombres tengan la posibilidad de achicar la condena. La iniciativa de la CPI ha generado todavía más tensión política en Brasilia. Lula había prometido estar más cerca de la presidente en el segundo mandato que empieza el primero de enero de 2015. Pero, la situación exige rapidez y Lula ya demuestra estar todavía más cercano a la gestión y ya se reunió con Dilma en Brasilia el martes por la noche.
Además de Petrobras, los dos habrían hablado de los nombres del posible nuevo ministro de Hacienda en lugar de Guido Mantega. La crisis en Petrobras exige que la presidente acelere la designación de ministros y principalmente el de Hacienda, según fuentes del gobierno brasileño.
Dilma había afirmado durante la campaña electoral que Mantega no seguirá en el cargo. Al mismo tiempo, los contractos actuales entre las constructoras y Petrobras podrían ser revistos y firmados con valores menores, según defiende el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU).
Según indican las investigaciones de la Policía Federal brasileña, las empresas de construcción – llamadas en Brasil de "empreiteiras" – habrían formado un cartel definiendo entre ellas las obras públicas con las cuales cada una se quedaba. Es esquema involcraría personas claves de Petrobras a la hora de definir los precios de las obras. Cada obra incluiría la coima a ser pagada a ejecutivos de la empresa o a partidos políticos, según las mismas investigaciones.
El hecho de que los contratos sean revisados preocupa a las empresas. El viernes pasado, los principales ejecutivos – incluyendo presidentes – de las 'empreiteiras' fueron detenidos. Algunos fueron liberados pero entregaron sus pasaportes y no pueden salir del barrio donde viven hasta que las investigaciones avancen.
Esa es la séptima etapa – y sin duda la más explosiva – de la llamada 'operación Lava Jato' con ramificaciones sobre lavado de dinero, envío de cifras millonarias a Suiza y el nombre de la mayor empresa de Brasil en el centro. El juez federal Sergio Moro, de Curitiba, capital del estado de Paraná, tiene la autonomía para investigar el caso. Ese hecho es elogiado entre los formadores de opinión de Brasil.
Dilma dijo que nada será igual en Brasil después de esa investigación. Ella, que en el pasado al echar ministros hablo en "faxina" (limpieza), está en el medio la mayor crisis del fin de su primer mandato. Lo que ocurra ahora seguramente influenciará su segundo mandato. Todo lo que haga ahora será decisivo, especialmente con la economía con crecimiento casi cero y el país buscando retomar la confianza.
Antes del proximo domingo, el viernes posiblemente, debe hablar Fernando Baiano, que se ha entregado a la policía y es acusado de ser la cara del PMDB en operaciones dudosas y millonarias de las constructoras para conseguir contratos con Petrobras. Mario Oliveira Filho, su abogado, dijo ayer: "Sin propina (coima) no se hace ninguna obra en Brasil". La polémica promete muchos capítulos y ramificaciones.
Banco Central brasileño informó hoy que ha embargado unos 47,8 millones de reales (19 millones de dólares) depositados en las cuentas bancarias personales de 16 ejecutivos detenidos la semana pasada por un gigantesco escándalo de corrupción en el seno de la petrolera estatal Petrobras.
El organismo emisor informó el valor embargado en un comunicado enviado al juez federal que esta semana ordenó la suspensión del sigilo bancario y fiscal y el bloqueo de las cuentas bancarias de 16 de los 24 ejecutivos acusados de desviar recursos de la petrolera, la mayor empresa de Brasil, y de tres pequeñas empresas.
Según el Banco Central, el valor embargado puede elevarse en los próximos días en la medida en que sean identificados otros depósitos de los ejecutivos.
El organismo admitió que las cuentas de dos de los acusados estaban vacías, pero no aclaró si los recursos fueron retirados en los últimos días ante el posible temor de los propietarios de que la justicia los embargara.
El valor identificado en la cuentas bancarias de los acusados es muy inferior a los hasta 720 millones de reales (unos 288 millones de dólares) que la justicia esperaba embargar.
Uno de los afectados por el embargo fue el exdirector de Servicios de Petrobras Renato Duque, acusado de recibir sobornos dirigidos a partidos políticos a cambio de la adjudicación de contratos de la petrolera estatal a las constructoras, que eran facturados por un precio muy superior al inicialmente acordado.
El Banco Central bloqueó 3,247 millones de reales (unos 1,3 millones de dólares) en las cuentas de Duque.
La cuenta más abultada entre las bloqueadas es la del vicepresidente de la constructora Engevix, Gerson de Mello Almada, en la que fueron embargados 20 millones de reales (unos 8 millones de dólares).
El embargo se extiende a ejecutivos de algunas de las más importantes constructoras del país, como Queiroz Galvao, Camargo Corres, Mendes Júnior, OAS, Iesa, UTC Participacoes y Engevix.
Entre los afectados destacan Joao Ricardo Auler, presidente do Consejo de Administración de la constructora Camargo Correa; Ildefonso Colares Filho, director presidente de la constructora Queiroz Galvão; Sérgio Cunha Mendes, director da Mendes Júnior; y Agenor Franklin Magalhães, director de la OAS.
Algunos de los ejecutivos presos ya admitieron en interrogatorios ante la Policía Federal que pagaron sobornos a funcionarios que formaban parte de la red de corrupción enquistada en Petrobras.
La investigación del caso ha permitido el arresto de dos exdirectivos de Petrobras y de ejecutivos de varias empresas acusados de haber montado una red de corrupción para desviar recursos de la petrolera estatal para la financiación de partidos políticos aliados del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Según las investigaciones, la red de corrupción movió entre 2006 y 2014 unos 10.000 millones de reales (unos 3.850 millones de dólares) en sobrefacturación de obras y contratos de Petrobras.
Parte de las investigaciones se basan en declaraciones del exdirector de Abastecimiento de la empresa Paulo Roberto Costa, arrestado al comienzo de la operación y quien ha aceptado colaborar con la justicia a cambio de una reducción de pena.
Según las declaraciones de Costa, el 3 % de todos los contratos del área de Abastecimiento se dedicaba a financiar a partidos políticos oficialistas.
El escándalo fue uno de los principales asuntos de debate en la campaña presidencial de octubre pasado y tiene en la mira al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, reelegida para un nuevo mandato de cuatro años.
Por Laura Términe.
La incertidumbre en torno de quien acompañará a la presidenta Dilma Rousseff como ministro de Economía en su segundo mandato continuó en Brasil, luego de trascender ayer la negativa a aceptar ese cargo del presidente de Bradesco, Luiz Carlos Trabuco, un hombre tildado como el preferido de la mandataria, de acuerdo a fuentes en Brasilia.
Dilma había afirmado que daría a conocer los nombres de su nuevo equipo económico a su regreso de la reunión del G-20, lo que ocurrió a inicios de la semana, pero hasta ayer la danza de candidatos seguía sin definición, aunque se sabe que las negociaciones aceleraron el ritmo en los últimos días.
Los mercados financieros aguardan con expectativa esas definiciones buscando indicios del rumbo que seguirá la economía en los próximos cuatro años, cuando se espera un 2014 sin crecimiento y preocupan las cuentas fiscales de la séptima economía mundial, aunque los últimos datos indican que la inflación podría mantenerse este año en el techo de la meta oficial, que es de 6,5%, contra previsiones más negativas.
La candidatura del ejecutivo de Bradesco, el segundo banco privado del país, fue bien recibida por el mercado. Cuando el miércoles circuló con fuerza el rumor de que sería el elegido, subieron las acciones en la bolsa y los títulos de Petrobras, sacudida por denuncias de corrupción que está investigando la justicia.
Trabuco se bajó de la contienda tras el ofrecimiento presidencial alegando que no podía alejarse del banco por compromisos impostergables, según los medios brasileños. Dilma había anticipado su intención de convidarlo al cargo en una reunión con el presidente del consejo de Administración de Bradesco, Lázaro Brandao. Trabuco es candidato a suceder a Brandao en ese cargo.
Dilma se reunió el martes en Brasilia con el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para tratar los dos temas que tiene en agenda el gobierno: la elección en Economía y los devenires de la Operación Lava-Jato (Lavado Express) en la que la justicia investiga una red de corrupción en la estatal Petrobras.
Lula le dio fuerza a la designación de Trabuco, después de que Dilma rechazara al candidato que le sugirió tras su reelección en octubre el ex sindicalista, Henrique Meirelles, que presidió el Banco Central (BC) durante su gobierno.
Los candidatos con más chances según voceros de Brasilia serían hoy el ex secretario ejecutivo del ministerio de Economía, Nelson Barbosa; y Joaquim Levy, que trabaja en la gestión de activos del Bradesco y fue secretario del Tesoro cuando Antonio Palocci era ministro de Eonomía del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
No desestiman que el presidente del BC, Alexandre Tombini, pase a Economía, aunque las fuentes oficiales indican que Dilma prefería sostenerlo en el lugar. El nombre de Barbosa surgió inicialmente para ocupar la cartera de Planificación, un lugar estratégico si el gobierno toma la senda de reducir el gasto público.Algunos medios especulaban ayer que la presidenta quería anunciar el nombre del ministro de Economía antes de cerrar la semana, pero la muerte del prestigioso jurista y ex ministro de Justicia de Lula, Marcio Thomaz Bastos ayer, terminó postergando esa decisión.
El impacto de la negativa de Trabuco no pudo medirse ayer en los mercados, ya que en San Pablo no funcionó la Bolsa por la conmemoración del Día de la Conciencia Negra.
