Ricardo Parra, diseñador, Manuel Mata, líder del proyecto, y Jaime Alée, director del Centro de Innovación del Litio de la U. de Chile.
Tras dos años de Investigación y Desarrollo (I+D) y con una inversión cercana a los $ 100 millones, un equipo multidisciplinario de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, en conjunto con profesionales de las empresas Cero Motors, Conversiones San José Ltda., Possumus y Tinet S.A., desarrollaron la primera batería eléctrica chilena: Elibatt 4.0.
Se trata de un sistema modular de acumulación de energía basado en celdas de litio que permite alimentar artefactos y sistemas eléctricos de baja y mediana potencia, tales como televisores, computadores, teléfonos celulares, vehículos eléctricos e, incluso viviendas y edificios. Esto se debe a que cada unidad posee una capacidad de 12 Volt (V), la cual puede ser aumentada mediante la unión de diversos módulos según sea la necesidad. Es así como, por ejemplo, se puede obtener una capacidad de 36 V (tres módulos) o 48 V (cuatro módulos) para alimentar una e-bike, o apilar 20 módulos para una aplicación con mayor capacidad.
"Esta batería, incluso, sirve de complemento a los sistemas de generación de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) como paneles solares o aerogeneradores, permitiendo guardar la energía y ocuparla cuando sea necesario", explica Manuel Mata, líder del proyecto. Esto implica ahorros en la cuenta de la luz cercanos a un 30% dependiendo del caso, y hará posible la venta de los excedentes al sistema cuando empiece a operar el netmetering.
Elibatt es una batería inteligente creada bajo los protocolos del "Internet de las cosas", señala el director del Centro de Innovación del Litio de la Universidad de Chile, Jaime Alée, pues cada módulo posee sistemas de sensores electrónicos, comunicaciones y almacenamiento de datos que interactúan con dispositivos externos a través de una aplicación para móviles y una plataforma en la nube que permite administrar varias baterías a la vez. "Si te acercas con un smartphone o una tablet con la app de Elibatt podrás ver información costumizada a tus necesidades. Es así como para una bicicleta eléctrica puedes ver cuántos kilómetros has recorrido o cuánta carga te queda en el auto", grafica el experto.
Por otro lado, explica que el precio de cada unidad es muy competitivo ante las alternativas que se encuentran en el mercado y que cuando empiecen a comercializarse a partir del próximo año, contarán con una garantía y un soporte técnico eficiente que permitirá reparar las unidades dañadas, "ya que la idea es que Elibatt no sea desechable, sino, reutilizable."
Una fábrica en 2015
Su mercado es el mundo, así lo visualiza Alée. Es por eso que crearán un spin off para levantar una fábrica -la primera de su tipo en el país- durante el primer semestre del próximo año que elabore a escala industrial las baterías de litio. La próxima semana comenzarán a elaborar el modelo de negocios e iniciarán la segunda fase de pruebas, la que se extenderá por dos meses. "Acabamos de terminar el primer prototipo comercial, el cual es replicable por miles, ya que sabemos cómo hacerlo, pero ahora lo vamos a probar de forma industrial rompiéndolo, estresándolo, cambiando las piezas y mejorando la estética", explica.
En paralelo se reunirán con potenciales socios y buscarán nuevos inversionistas, incluso, en Silicon Valley, hasta donde viajarán a mostrar su producto, gracias a un fondo concursable de $ 55 millones del programa Go to Market, de Corfo.
El ejecutivo señala que, en un principio, Elibatt -que puede ser cargada desde los 220 V del enchufe de la casa y pesa cerca de dos kilos- está pensada para uso doméstico, pero también es aplicable a proyectos de mayor escala. Explica, además, que puede ser fabricada en serie de forma simple y que tienen la cadena de valor resuelta para este fin, por lo que ahora están enfocados en buscar la mejor alternativa para aterrizar en el mercado. "En Chile tendemos a creer que no tenemos la capacidad de crear productos con alto valor agregado, pero acá vemos a un grupo de estudiantes y profesionales que lo hicieron con mucho trabajo y rigurosidad, sin recurrir a recursos del Estado. Es un mensaje muy potente", enfatiza Alée.