Por DOLORES AYERRA.

Acorralado por la urgencia de una caja erosionada, el Gobierno comenzó a limar los ampulosos fondos que destina a gastos de capital para distintos sectores y de los que en algunos casos utiliza apenas una cuarta parte. La millonaria ampliación presupuestaria publicada ayer en el Boletín Oficial fue balanceada con recortes de asignaciones que no traducen el inicio de una nueva "sintonía fina", pero que componen una realidad que el Ejecutivo ya no puede eludir: el financiamiento ya no alcanza para todo, y por eso empezó a sacrificar inversiones en energía y en empresas públicas, entre otros rubros.
El Ministerio de Economía, para empezar, borró de su plan anual una partida de $ 3.000 millones, correspondiente al Plan Nacional de Inversiones y el Plan Gas (un subsidio para las petroleras que inyecten más gas natural a la red). Y es que en el Palacio de Hacienda el significativo refuerzo en sus créditos ($ 16.804 millones a octubre) están dirigidos principalmente para la ejecución de este plan (unos $ 14.652 millones), del cual actualmente se ha ejecutado sólo un 14%. También redujo $ 500 millones del Fondo para el Desarrollo Económico Argentino (Fondear), un programa que tiene por objetivo estimular inversiones en sectores estratégicos para mejorar la competitividad. El Ministerio de Industria, por su parte, sacrificó $ 140 millones destinados al sector privado, de los cuales $ 110 millones iban a la industria automotriz.

Donde el bisturí alcanzó a una cantidad mayor de partidas es en el presupuesto del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. Hay una disminución de $ 300 millones del Fondo Fiduciario de Consumos de Gas; $ 900 millones para el Fondo de Transporte Eléctrico Federal (afecta la ampliación de la red de alta tensión del Norte Grande, que cuenta con fondeo del BID), y $ 600 millones del programa de formulación de la política energética, que solventa transferencias de capital a privados. Su cartera también debió convalidar un recorte de $ 465 millones del plan Techo Digno.
Según el análisis que difundió ayer la Asociación de Presupuesto y Administración Financiera Pública (Asap), el decreto de necesidad y urgencia 2129/14 achicó en $ 4.413 millones el crédito del plan de Asistencia a las Empresas Públicas. Este paso implica disminuir las partidas con destino a Nucleoeléctrica Argentina (NASA) por $ 800 millones; Enarsa, $ 1.000 millones; Yacyretá, $ 500 millones; Arsat, $ 2000 millones, y AYSA, $ 500 millones.

La cuenta pendiente
Los recortes que realizó el Gobierno son menores comparados a la poda que se le reclama debe aplicar a la catarata de gastos que representan los corrientes (subsidios) y que a octubre totalizaron cerca de $ 145.300 millones. De ese total, el mayor peso se los lleva las asignaciones destinadas al sector energético, que recibió cerca de $ 106.600 millones.

Hace unas semanas, el ministro de Planificación, Julio De Vido, aseguró que se acercaba una quita de subsidios a la energía eléctrica; algo que luego desde el propio Gobierno aclararon que no llegaría hasta el 2015. Para mantener baratas las tarifas a los hogares, entre otros destinos, se encuentran los $ 60.160 millones a Cammesa, principalmente para afrontar la compra de combustibles para centrales térmicas, la importación de energía eléctrica, y los pagos a agentes acreedores del mercado eléctrico o los $ 35.600 millones a Enarsa, fundamentalmente dirigidas a solventar la diferencia entre el precio de importación del combustible y el precio de venta del mismo al mercado interno.