El presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli, defendió hoy los controles de los organismos del Estado sobre el mercado financiero y destacó que "si alguno soñaba con una corrida cambiaria y un clima de desestabilización, no lo va a lograr".
Al disertar en la apertura de las Jornadas Monetarias y Bancarias, que organiza el BCRA, Vanoli sostuvo que "se habla de atropello" cuando los organismos de regulación y control del Gobierno realiza controles "para prevenir el lavado de dinero y la evasión fiscal, cuando lo único que hace el Estado es que se cumpla la ley".
"Las normas están para ser cumplidas, más allá del tamaño y del poderío económico" de quienes no lo hacen, sostuvo el titular del BCRA, quien, por otra parte, destacó que la gestión de la Autoridad Monetaria se orientará también a que las "pymes tengan más crédito".
El titular de la Autoridad Monetaria sostuvo que el Gobierno, a través de la coordinación de los organismos que regulan las políticas económicas, fiscal y financiera, va a "evitar que los mercados cambiarios sean usados para otra cosa", en referencia a la búsqueda de desestabilización.
En ese sentido, consideró que tras el fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa contra la Argentina, hubo sectores que "fogonearon para forzar debilidad política y económica" con el objetivo de "instalar una agenda de ajuste social".
"En pocas semanas, cuando se avizoraba un fin de año con caída de reservas y un tipo de cambio, tanto legal como ilegal, más alto, hemos dado certidumbre y confianza", lo que permitió que "se recuperaran casi tres mil millones de pesos en los depósitos minoristas y que las reservas aumentaran 800 millones de dólares".
Después de la suba de 10 centavos de ayer, el dólar blue repetía hoy las alzas para venderse siete centavos más caro, a $13,55. El oficial subió un centavo a $8,53 y se daban retrocesos en los mecanismos para hacerse de dólares en la bolsa: el contado con liquidación bajó 1,2% a $ 11,93, y el dólar bolsa 2,12% a $ 12,01.
Continuó la volatilidad en el mercado paralelo debido a la retracción de los operadores por las inspecciones y la agudización de los mecanismo de supervisión. Por eso el informal abrió con una pérdida de diez centavos a $ 13,40, pero recuperó terreno y cerró con una leve ganancia, en un mercado de cambios marginal más acotado y por lo tanto más sensible a la oferta y demanda.
También afectaron la cotización las adquisiciones de los actores de la economía blue: "se nota que no son ahorristas muchos de los que compran: hay sectores de la economía informal que demandan dólares para sus negocios", indicó un cambista a Clarín.
Por otra parte, en el mercado también señalaron la influencia creciente de la venta del dólar que se adquiere por medio la AFIP: "hay muchos minoristas que venden dólar ahorro, traen el doble que hace 4 meses atrás: en vez de US$ 10 mil ahora vienen con US$ 18 mil".
Con respecto al "contado con liqui", un operador señaló que en las últimas jornadas "está perdido y casi no se opera".
El Merval presentó una suba de un 1,22%, luego de haber retrocedido ayer presionado por los papeles de Petrobras, y tras haber caído en las ocho jornadas anteriores.
En el mercado de cambios "el Banco Nación fijó su tipo vendedor de transferencia en $ 8,5120, similar al de ayer", informó ABC Mercado de Cambios. En el mercado se calcula que el BCRA "no llegó a los US$ 5 millones comprado".
El presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli, defendió hoy los controles de los organismos del Estado sobre el mercado financiero y destacó que "si alguno soñaba con una corrida cambiaria y un clima de desestabilización, no lo va a lograr".
Al disertar en la apertura de las Jornadas Monetarias y Bancarias, que organiza el BCRA, Vanoli sostuvo que "se habla de atropello" cuando los organismos de regulación y control del Gobierno realiza controles "para prevenir el lavado de dinero y la evasión fiscal, cuando lo único que hace el Estado es que se cumpla la ley".
"Las normas están para ser cumplidas, más allá del tamaño y del poderío económico" de quienes no lo hacen, sostuvo el titular del BCRA, quien, por otra parte, destacó que la gestión de la Autoridad Monetaria se orientará también a que las "pymes tengan más crédito".
El titular de la Autoridad Monetaria sostuvo que el Gobierno, a través de la coordinación de los organismos que regulan las políticas económicas, fiscal y financiera, va a "evitar que los mercados cambiarios sean usados para otra cosa", en referencia a la búsqueda de desestabilización.
"En pocas semanas, cuando se avizoraba un fin de año con caída de reservas y un tipo de cambio, tanto legal como ilegal, más alto, hemos dado certidumbre y confianza", lo que permitió que "se recuperaran casi tres mil millones de pesos en los depósitos minoristas y que las reservas aumentaran 800 millones de dólares".
Por: Pablo Wende.
Los duros controles del Gobierno para impedir la dolarización de carteras a través del mercado bursátil acentuó una brecha cambiaria que prácticamente había desaparecido: la del dólar en el mercado informal ("blue") contra la cotización que surge del contado con liquidación, que es el mecanismo utilizado para hacerse de divisas a través de la compraventa de bonos o acciones.
Concretamente, ayer el tipo de cambio implícito que surge del "contado con liqui" perforó los $ 12, mientras que el "blue" amagó con bajar, pero terminó levemente por encima de la jornada anterior, a $ 13,55. Ya en las últimas jornadas se nota un creciente divorcio entre ambas cotizaciones, que hasta hace pocas semanas venían evolucionando de manera equivalente. De hecho, la suba del dólar en el mercado informal hasta los $ 15,50 de fines de septiembre se produjo en paralelo con un incremento similar del dólar que surge de las operaciones bursátiles.
¿Por qué ahora se produce esta brecha entre ambos? No fueron pocos los que vaticinaron que esto terminaría sucediendo ante la profundidad y la duración de los controles que la CNV, el Banco Central y la AFIP decidieron imponer sobre el mercado bursátil. El objetivo de evitar la dolarización de portafolios a través de la Bolsa se logró, al menos si se tiene en cuenta la caída de prácticamente un 90% del volumen operado respecto de 45 días atrás.
Parte de esa demanda insatisfecha que quedó en el mercado fue abastecida por el Tesoro a través de dos emisiones de bonos "dollar linked", es decir atados a la cotización del tipo de cambio oficial. A través de este mecanismo colocaron el equivalente a u$s 1.700 millones, sobre todo entre inversores que están "atrapados" en las regulaciones oficiales y sólo pueden comprar este tipo de activos. La posibilidad de comprar papeles al tipo de cambio oficial es una manera de comprar indirectamente dólares más baratos.
Sin embargo, también a través del "contado con liqui" se canalizaba la compra de dólares por individuos y empresas que no tienen restricciones oficiales ni están sujetos a regulaciones específicas. En muchos casos, se optaba por comprar bonos dolarizados para adquirir divisas a un tipo de cambio menor. Esta demanda canalizada a bonos, por lo tanto, reducía la demanda por dólares billetes en el mercado paralelo.
Pero ahora, la imposibilidad de comprar divisas en forma indirecta vía Bolsa comienza a desviar fondos hacia el mercado paralelo. El Gobierno también ha conseguido incrementar la oferta del mercado informal a través del dólar "ahorro", o sea vendiendo dólares billete al tipo de cambio oficial más un 20% si se elige retirar el dinero. Muchos ahorristas optan por vender luego esas divisas al precio del "blue", consiguiendo una diferencia superior al 35% casi inmediata.
Si bien esa mayor oferta de dólares consiguió en su momento aplacar el "blue", en las últimas jornadas es evidente que la demanda se está haciendo sentir y la cotización se va alejando paulatinamente de la que surge del contado con liquidación. Además, la cotización del dólar en el mercado paralelo se ha movido siguiendo muy de cerca la relación del denominado dólar de "convertibilidad", es decir la relación entre el nivel de la base monetaria y las reservas, que hasta la semana pasada se ubicaba cerca de los $ 15. Claro que es probable que el aumento de las reservas que generó el swap firmado con China (u$s 500 millones) reduzca al menos momentáneamente ese nivel..
Por: Ignacio Olivera Doll
Dudan de la efectividad de las maniobras de Alejandro Vanoli, pero están algo más cerca de creerle la promesa de que, más allá de los desequilibrios, no habrá devaluación. Los mismos bancos y consultoras que durante la gestión de Juan Carlos Fábrega se preparaban para ver un salto cambiario, que llevaría el dólar cerca de los $ 10 para fin de año, corrigieron a la baja sus estimaciones sobre el dólar en estas semanas y lo ubican en un rango de entre $ 8,50 y $ 9. "Significa que todos creemos que no va a haber devaluación. Concretamente, que en el corto plazo el Banco Central logró torcerle el brazo al mercado", se sinceró ayer un economista que, no hace mucho, pronosticaba para el último día de 2014 un tipo de cambio de dos dígitos.
Lo mismo sucede en estos días en Nueva York, donde se negocian los contratos a futuro sin intervenciones del Banco Central: los inversores que apostaban por una paridad de $ 10,10 a fin de diciembre prevén ahora que la paridad cambiaria se ubicará en los $ 8,86.
Tanto los bancos como las consultoras coinciden en que no se solucionaron los problemas de fondo ni en el mercado cambiario ni en la economía real, pero consideran que, con el ingreso de divisas (algunas "transitorias"; otras meramente "contables"), el Gobierno logró acumular "poder de fuego" para manejar el tipo de cambio en el corto plazo. "Esperábamos que la caída de reservas fuera mayor; que iba a haber un acuerdo con los holdouts antes y que se iban a pagar los intereses de deuda que hoy no se están pagando. Tampoco estaba en los planes el swap con China y por esto dábamos a fin de año u$s 24.000 millones de reservas. Afortunadamente, el Gobierno logró un puente hasta fin de año. Pero habrá que preguntarse si es sostenible", comentó a este diario el economista de Ferreres & Asociados, Fausto Spotorno. En su consultora modificaron la cotización del dólar esperada para fin de año, desde que se fue Fábrega hasta hoy, de $ 9,55 a $ 8,91. Y enumeran los nuevos stocks de dólares que se obtuvieron a partir de entonces para fortalecer las reservas: u$s 1.500 millones de las cerealeras; u$s 1.400 millones del swap con China; y u$s 1.600 millones del Banco de Francia. "Más oferta de dólares, cualquiera sea el camino, le da espalda al Banco Central para no mover el tipo de cambio nominal y evitar inflación", agrega el economista jefe de Analytica, Martín Polo. En su compañía ajustaron el dólar para fin de diciembre de los $ 9,30 a los $ 8,70.
Las estimaciones también tuvieron en cuenta el manejo que se hace ahora de la liquidez, y que es levemente más ortodoxo que el que se hubiera esperado de Axel Kicillof y Alejandro Vanoli. Una señal de que el "pragmatismo" venció a la "ideología": en octubre, el primer mes de Vanoli en el Central, la emisión se desaceleró por primera vez desde mayo y a lo largo de este año se vio una emisión de deuda con fines "monetarios" que apuntó a contener la presión cambiaria, y que no se había percibido en los años anteriores (por ejemplo: $ 130.000 millones en Letras del banco Central y $ 27.000 millones de bonos del Gobierno atados a la Badlar y al dólar). Es el trabajo artesanal que está detrás de la sobreactuación que por estos días se ve en la City: la política económica muestra este año un viraje respecto de los anteriores que parece nocivo para la actividad, pero más eficiente en el combate contra el dólar. "Le pusimos un freno a las expectativas de devaluación", se animó a decir el presidente del Central ayer públicamente. En Espert & Asociados bajaron esta misma proyección de $ 9,81 a $ 9,20; en Elypsis, de $ 9,50 a $ 8,80; en Econométrica, de $ 9,40 a $ 8,90; y en Empiria, de $ 9,10 a $ 8,62.
Con todo, los economistas consideran que el Gobierno logra apenas soluciones transitorias, que les permitirán mantener por un tiempo más los desequilibrios. "El escenario más probable sigue siendo que mantenga el anémico ritmo de minidevaluaciones e incremente el atraso cambiario, también en los primeros meses de 2015", explicó Pedro Rabasa, de Empiria.
Por MATÍAS BARBERÍA
El ministro de Economía, Axel Kicillof y el presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli encabezaron ayer una férrea defensa del "giro" en el rumbo de la política cambiaria y monetaria llevada a cabo por el Gobierno desde la salida del ex titular del BCRA Juan Carlos Fábrega hasta hoy. La pax cambiaria que ya acumula 45 días fue valorada por ambos funcionarios, que celebraron la adopción de medidas de represión a las actividades financieras informales que ayudaron a frenar una corrida.
"Hubo un intento bastante perverso de generar un clima devaluatorio", le dijo Kicillof a El Cronista en referencia a la cobertura mediática que se realizó sobre las cotizaciones paralelas del dólar. "Parece esos enfermos terminales que viven 10 años pero el médico le da siempre dos meses de vida", señaló y agregó que "esta es la novena vez que sufrimos un intento de estampida cambiaria. Lo que yo entiendo es que hay expertos sin fundamentos (...) a los que muchas veces los gana el deseo político de perjudicar al Gobierno o económico de hacer alguna ganancia", agregó el ministro en referencia a las previsiones de que la corrida se repita después del mes de diciembre.
Kicillof, quien con su discurso cerró las Jornadas, señaló además que "lo que ocurrió es que predominó la realidad sobre la propaganda, con el aporte de una serie de medidas que resultaron efectivas simplemente en base a las atribuciones de los organismos de control".
Antes, el titular del Banco Central se refirió a la brecha cambiaria. "Muchos avizoraban un fin de año con pérdidas de reservas, con un tipo de cambio legal o ilegal mucho más alto de lo que está hoy. Precisamente todo eso quedó reducido al ámbito de sus deseos y no de la realidad", dijo. "Creo que en estos 45 días ha quedado claro que si alguno soñaba con una corrida cambiaria, si alguno creía que podía desestabilizar, no lo va a lograr", sostuvo.
Entre los asistentes hubo mayoría de empleados de la propia autoridad monetaria, pero también se vio a empleados y dirigentes de entidades financieras privadas. Incluso hubo representantes de algunas de las entidades que, en las últimas semanas, vivieron en carne propia el endurecimiento de los controles y sanciones que el BCRA desató en coordinación con la AFIP y otros organismos de supervisión financiera. Representantes del Banco Mariva, por ejemplo, rechazaban cautelosos hacer cualquier comentario respecto a las jornadas. El presidente y CEO de HSBC, Gabriel Martino, y Ricardo Moreno, de BBVA Banco Francés fueron los más encumbrados representantes del sector privado. También estuvieron presentes funcionarios del Banco Galicia.
Los banqueros y profesionales se mantenían en un prudente cuchicheo. La celebración que hizo Vanoli de sus primeros 45 días al frente de la autoridad monetaria era aceptada con reservas en cada pausa de café.
"El blue estaba demasiado caro, volvió a un nivel más real, pero 58% de brecha no es para festejar", explicaba un analista financiero de una entidad extranjera en estricto off the record. "Lo que pasa es que todo este cambio de expectativas cambiarias está sujeto a lo que pueda pasar en enero, si se empieza a solucionar el tema buitres o no, en el mediano plazo la represión no va a bajar al dólar sino a subirlo por falta de oferta", dijo. Dos empleados de una entidad local coincidían en las perspectivas de corto plazo de la paz cambiaria de Vanoli. "Podés cerrar el contado con liquidación y desactivar las expectativas de devaluación inmediatas, pero mientras haya trabas va a haber dólar paralelo", dijo uno de ellos. El economista Aldo Ferrer fue disertante en el panel "Nuevos desafíos para las políticas de desarrollo". Ferrer mereció los aplausos más intensos a pesar de que sus comentarios incomodaron en algunos momentos al auditorio. En especial, cuando criticó el desarrollo de la industria automotriz en esta década, a la que acusó de "tener un rol fundamental en la situación de restricción externa" y al sector de electrónicos de Tierra de Fuego, porque "no podemos conformarnos con ser simples ensambladores".