La frase corresponde a abril de 2014. Recién un mes de gestión para la Nueva Mayoría y la ministra del Trabajo Javiera Blanco anunciaba una auspiciosa agenda, que vendría a establecer reformas estructurales en dicha cartera.

El gobierno ha trabajado en los titulares de la reforma laboral del gobierno, mientras ha mantenido conversaciones claves con actores como la CUT y la CPC. Próxima a ser anunciada en su totalidad -pese a que estaba prometida para octubre- la agenda contiene una serie de puntos conflictivos como la titularidad sindical y el fin al reemplazo en huelga. Aquí presentamos la motivación, medidas y las peleas que están detrás del polémico cuarto pilar programático.

Negociación colectiva con titularidad sindical

El programa de gobierno establece que “el respeto a los derechos en el trabajo y la dignidad del trabajador, son parte integral de la identidad

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social y política de la Nueva Mayoría”. Y en una de sus primeras medidas para hacer valer esto, es la titularidad sindical y la extensión de beneficios de manera automática al trabajador que se afilie al sindicato que negoció el contrato colectivo.

Esto apunta a fortalecer al sindicato como actor principal de la negociación colectiva, eliminando la posibilidad de que se negocie a través de grupos organizados paralelos al sindicato y prohibiendo la extensión de beneficios de una negociación a los no sindicalizados.

Los conocidos grupos negociadores consisten en trabajadores que se reúnen solo para la negociación de beneficios, sin ser parte de un sindicato.

La CUT ha manifestado su adhesión total a la medida, pero con el correr de los meses cambió la posición en el ministerio. De acuerdo a Pulso, en las negociaciones pre legislativas el gobierno propuso que exista un período de transición en la titularidad sindical y que su implementación sea gradual. Así los no sindicalizados no perderían sus beneficios.

Pero la principal duda sobre la promesa original nació a partir de las palabras de la propia ministra Blanco, que en un foro en la universidad Adolfo Ibáñez calmó los ánimos del empresariado con el tema: “No significa sindicato único, ni siquiera estamos llevando esto al concepto de sindicalización automática. El principio de libertad sindical contempla la adhesión voluntaria de los trabajadores y tampoco podemos prohibir que los empleadores negocien con los trabajadores individualmente”.

Fue el propio presidente de la Confederación de Producción y Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, quien valoró el matiz presentado por la ministra.

Fin al reemplazo

El programa de gobierno compromete respetar el convenio N° 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), suscrito por Chile en 1999. Este señala que el reemplazo de trabajadores en huelga debe ser, por regla general, prohibido.

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Actualmente, el Código del Trabajo permite que cuando se inicie un proceso de huega, la empresa pueda contratar personas para reemplazar a los trabajadores movilizados. Esto, según la OIT, afecta al derecho a huelga y ha sido recalcado por el gobierno. En junio, en entrevista con La Tercera, se le preguntó a la ministra Blanco si habría letra chica en este tema. “El título de la canción es uno solo: Fin al reemplazo en caso de huelga“, respondió.

Pero al igual que con titularidad sindical, los matices se hicieron parte. En el mismo foro de la UAI mencionado anteriormente, Blanco aseguró que existirán servicios mínimos para faenas importantes y que la medida no sería extensiva a todos los trabajadores, con el fin de no afectar los procesos productivos.

Desde la CUT aseguran que a lo largo de los meses el gobierno ha tomado una postura cada vez más ambigua respecto del tema, y que una de las fórmulas que se maneja es prohibir que el trabajador en huelga no sea reemplazado, pero no  su puesto de trabajo. Esto significa que se permitiría el reemplazo dentro de la misma empresa.

En entrevista con El Mercurio, Blanco dio declaraciones que fueron letales para los trabajadores: “Cuando se habla de paralización y de huelga efectiva, tiene que ver con el sindicato que está negociando. Nosotros nunca hablamos de paralización de a empresa, porque el que tiene el derecho a huelga es exclusivamente el sindicato que está negociando. También estamos viendo el tema de los servicios esenciales. No queremos que una paralización afecte a la empresa de alguna manera”.

Esto fue calificado como solo un cambio en la lógica del reemplazo por el experto en derecho laboral José Luis Ugarte, en una de sus columnas: “Es todo un absurdo: se cambiarían los rompehuelgas externos por internos. De hecho, se trata exactamente de lo mismo: reemplazo del huelguista”.

El resto de las medidas

Además de titularidad y fin al reemplazo -los puntos más conflictivos y polémicos hasta ahora- el programa contempla introducir mejoramientos y simplificaciones al proceso de negociación colectiva, que ha sido calificado de “engorroso” por distintos actores. También propone que las negociaciones tengan como base las condiciones del proceso anterior, fortalecer las instituciones que fiscalizan la protección de derechos laborales y establecer mecanismos de promoción sindical con financiamiento público permanente.

¿Qué dice la CPC?

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El gremio empresarial no ha estado tranquilo con la prometida reforma laboral, como se ha visto en las  apariciones de prensa de su presidente, Andrés Santa Cruz.

El empresario ha repetido constantemente que no es hora para hacer cambios de este tipo (“no es conveniente hoy hablar de reformas laborales”) y que además estos van en la dirección equivocada. Hace unas semanas señaló a El Dínamo que “lo más importante es que la agenda laboral se preocupe de lo que es medular, es decir, que logremos más y mejores empleos y que apuntemos a tener mejores remuneraciones. Nosotros creemos que lo principal, que hoy está propuesto como el reemplazo en tiempos de huelga y la titularidad sindical, no apuntan a la finalidad que todos queremos lograr”.

“Yo pienso que lo que hoy se discute no apunta a las necesidades que tiene Chile, sus trabajadores y sus empresas“, afirmó Santa Cruz.