Cuando los precios del petróleo se desplomaron hace unos días, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela solicitó un encuentro con el principal representante petrolero de Arabia Saudita durante una conferencia de cambio climático en la Isla Margarita.
Ali al-Naimi, el ministro de petróleo saudita, estaba esperando que le pidieran reducir la producción para apuntalar los mercados. En anticipación, según personas al tanto, el funcionario le entregó un mensaje a Rafael Ramírez, el canciller venezolano: Arabia Saudita no reducirá la producción por su cuenta.
Se espera que Naimi repita el mensaje a delegados en una reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se llevará a cabo en Viena a fines de mes, de acuerdo con funcionarios sauditas y colegas al interior de la OPEP.
Lo que está en juego es determinar si la organización, un grupo de algunos de los mayores productores de crudo del mundo, puede aún operar como un cartel global en medio de conflictos internos y la expansión de la producción mundial, especialmente en las formaciones de esquisto de Estados Unidos. No llegar a un acuerdo para una reducción colectiva debilitaría la ya menguante influencia del grupo sobre los precios internacionales.
“La próxima reunión de la OPEP va a ser las más difícil en este siglo”, dijo Mohammad al-Sabban, ex asesor de Naimi. “Parece que a la OPEP se le olvidó cómo cooperar”.
Dentro del grupo, los funcionarios están cada vez más preocupados de que las divisiones contribuyan a precios más débiles. “Si la OPEP no logra llegar a un acuerdo”, dijo un funcionario de la organización, “los precios de crudo seguirán cayendo”.
El grupo bombea en la actualidad casi medio millón de barriles al día más que su meta de 30 millones de barriles diarios, según la Agencia Internacional de Energía (AIE). Los miembros están considerando un compromiso para frenar la producción hacia la meta de la organización, dijeron delegados de la OPEP, reduciendo en efecto la producción de forma radical.
Combinados, los miembros de la OPEP aún producen más de 33% del suministro mundial. Desde 1984, el grupo ha reducido la producción 11 veces para responder a un declive de los precios del crudo, según Deutsche Bank, con recortes que totalizaron 1,24 millones de barriles al día, en promedio.
En todas estas ocasiones, los precios del crudo de referencia Brent subieron dos o tres meses después de la medida adoptada por la organización, determinó Deutsche.
Una acción colectiva para reducir la producción podría impulsar los precios, pero también les restaría ingresos a los miembros de la OPEP. No está claro por cuánto tiempo economías vulnerables como la de Venezuela y la de Nigeria podrían soportar una producción limitada sin verse obligadas a abrir los grifos.
A diferencia de reuniones anteriores, el encuentro de este mes plantea un dilema adicional. Al mantener los precios del crudo altos, el grupo animaría inversiones en el sector petrolero, incluyendo en la producción en formaciones de esquisto en EE.UU., que a su vez ha inundado el mercado con crudo nuevo, contribuyendo a la caída de los precios. Aunque la producción en estas formaciones requieren de precios relativamente altos para ser rentables.
Ese es un incentivo para que la OPEP no haga nada por ahora si los miembros pueden resistir el dolor de precios más bajos a corto plazo.
En privado, Arabia Saudita duda que los 11 miembros de la OPEP cumplan con un compromiso colectivo de reducir la producción, según funcionarios y ejecutivos del sector sauditas. Y el gobierno del país no está dispuesto a llevar la carga de un recorte unilateral, agregaron las fuentes, por temor a perder clientes en el entorno actual.
La posición saudita se deriva de los años 80, cuando el reino redujo drásticamente la producción para impulsar los precios a medida que nuevos suministros de crudo surgieron en el Mar del Norte y el Reino Unido.
En lugar de apoyar a Riyadh, otros productores de la OPEP siguieron bombeando crudo y tratando de ganar cuota de mercado.
“Arabia Saudita ha dejado definitivamente claro que el mercado petrolero es una responsabilidad colectiva, y que ningún miembro debería esperar que actúe sola”, dijo Sabban, el ex asesor de Naimi. “Si no hay un acuerdo en este principio muy básico, Arabia Saudita continuará defendiendo su cuota de mercado”.
Con sus grandes reservas de efectivo, Arabia Saudita tiene un buen colchón para soportar precios débiles a corto plazo. De todas formas, el reino necesita que el Brent promedie US$99 el barril para equilibrar su presupuesto este año fiscal, estima Deutsche Bank. Actualmente, el Brent se cotiza a menos de US$80 por barril, un mínimo de cuatro años.
Aunque la dinámica del mercado petrolero es compleja, dos temas amplios están detrás del reciente declive de este bien básico. La AIE estima que EE.UU. está sumando casi un millón de barriles de crudo diarios cada año a los suministros globales, gracias a las fuentes de esquisto. El segundo es el regreso de un suministro inesperadamente alto de países como Libia e Irak.
Entre tanto, el crecimiento de la demanda global se ha desacelerado, particularmente en Asia. En marzo, la AIE esperaba que el consumo mundial de crudo creciera 1,35 millones de barriles al día en 2014. Desde entonces, su cálculo ha caído casi a la mitad, con la reducción de las proyecciones de crecimiento global.
Las repercusiones del debate de la OPEP van más allá de las fronteras de sus miembros. Por ejemplo, los precios más bajos del crudo están golpeando a Rusia, que ya sufre por las sanciones impuestas por occidente y por una moneda que tambalea.
Los consumidores estadounidenses se están beneficiando de un menor costo de la gasolina. Pero precios más bajos también reducen el flujo de caja de muchas petroleras del país norteamericano, particularmente aquellas ligadas a la producción de crudo en formaciones de esquisto.
Si los precios más débiles obligan a algunos productores a abandonar sus yacimientos más costosos, entonces el mercado podría al final funcionar a favor de la OPEP.
—Sarah Kent contribuyó a este artículo.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo el lunes que se está coordinando una reunión entre países productores de petróleo, pertenecientes o no al grupo de la OPEP, que se realizaría "muy pronto" para discutir acciones frente al desplome de los precios del crudo.
El mercado está a la expectativa de saber si los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordarán un recorte de producción en su próxima reunión del 27 de noviembre, tras el desplome de alrededor del 30 por ciento en los precios del crudo desde junio.
"Hemos coordinado para una reunión especial de países OPEP y no OPEP muy pronto, para tomar decisiones en defensa del petróleo y de los precios del petróleo; y del mercado petrolero mundial", dijo Maduro en un discurso televisado sin ofrecer más detalles.
El canciller y máximo representante de Venezuela ante la OPEP, Rafael Ramírez, viajó a Rusia y sostuvo el lunes una reunión con el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, en la que discutieron la situación del mercado del petróleo y la necesidad de coordinar medidas de defensa de los precios.
La escala en Moscú es parte de una gira global del ministro venezolano a naciones productoras, previa a la reunión de la agrupación.
Venezuela busca convencer a los miembros del cartel petrolero que acepten un recorte de producción para conseguir que los precios del petróleo aumenten y le permitan a la nación sudamericana cubrir sus deudas y los populares programas sociales del Gobierno.
En tanto, el presidente ejecutivo de la petrolera rusa Rosneft viajará el 25 de noviembre a Viena, dijo el lunes la empresa estatal.
El sorpresivo anuncio generó especulaciones de que Igor Sechin, un aliado cercano al presidente Vladimir Putin, tratará de coordinar acciones respecto a los precios con otros miembros de la OPEP. Los encuentros previos entre la OPEP y Rusia no han presentado resultados.
Pero Rusia, el mayor productor de petróleo fuera de la OPEP, hasta hora no ha hecho comentarios respecto a que pueda sumarse a algún recorte de producción, pese a que la caída en los precios del crudo ha golpeado duramente su economía y amenaza con llevarla a una recesión.
La caída del barril por debajo de los 80 dólares ha elevado el perfil de la reunión de la OPEP, que según operadores será la más importante desde la crisis financiera del 2008.
Rosneft dijo que la reunión en Viena originalmente iba a desarrollarse el 21 de noviembre en Venezuela pero fue cambiada "tras una iniciativa de la parte venezolana".
Pese a todo, los operadores no esperan una acción rápida, ya sea de la OPEP o de otros productores.
El petróleo Brent cayó 10 centavos el lunes para cerrar a 79,31 dólares por barril, tras retroceder hasta 1,47 dólares a un mínimo de sesión de 77,94 dólares por barril.
En tanto, el petróleo para diciembre en Estados Unidos bajó 18 centavos, a 75,64 dólares por barril, tras tocar un mínimo de sesión de 74,71 dólares por barril.
(Con reporte adicional de Eyanir Chinea en Caracas. Editado en español por Janisse Huambachano y Javier Leira)
"En el encuentro se abordarán las propuestas para aumentar la efectividad del trabajo de los países productores a la vista de los actuales precios", indicó la mayor petrolera rusa en un comunicado. Ramírez cerró este lunes su gira al exterior destinada a frenar la caída libre de los precios del petróleo, firmando un acuerdo de venta de crudo y derivados a Rosneft.
La mayor petrolera rusa suscribió un contrato con Pdvsa para la compra de 1,6 millones de toneladas de petróleo y 9 millones de toneladas de derivados de crudo venezolano en un plazo de cinco años.
"Quiero destacar el creciente volumen de cooperación en la esfera petrolera entre Rusia y Venezuela", expresó Sechin, quien agradeció el apoyo de Ramírez y del nuevo presidente de Pdvsa, Eulogio del Pino.
Éste es el segundo contrato de compra rusa de crudo venezolano entre ambos consorcios, debido a que en mayo pasado acordaron otro de 1,6 millones de toneladas de crudo y 7,5 millones de toneladas de derivados por el mismo plazo de tiempo.
En virtud de ese primer contrato, por el que la parte rusa debía pagar por adelantado 2.000 millones de dólares, Rosneft ya ha recibido 375.000 toneladas de derivados.
Rosneft y Pdvsa participan en cinco proyectos conjuntos para la extracción de crudo en Venezuela, cuyas reservas se calculan en 20.500 millones de toneladas de petróleo. Precisamente, ambos consorcios firmaron un acuerdo de cooperación para la realización de proyectos conjuntos en la plataforma continental del país latinoamericano durante la visita del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a Rusia en julio de 2013.
Ramírez, hasta hace poco titular de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa hasta septiembre pasado, puso hoy punto final a una ambiciosa gira por varios países de la OPEP.
La gira arrancó en Argelia, prosiguió en Qatar e Irán, todos miembros de la OPEP, y concluyó en Rusia, un país que no pertenece a ese influyente cártel.
Rusia es el segundo mayor exportador de crudo, por lo que también está muy interesada en revertir la caída del precio, que ha provocado una depreciación de más de 30% de la moneda nacional, el rublo.
El objetivo de la gira de Ramírez era construir consensos de cara a la reunión extraordinaria que los miembros de la OPEP celebrarán en Viena el 27 de noviembre, a iniciativa de Caracas. "Estamos convencidos de que los precios están a un nivel excesivamente bajo. La inestabilidad en el mercado no favorece los intereses de nadie", dijo durante la reunión con el ministro iraní de Petróleo, Biyan Namdar Zanganeh.