Si hubo una frase que los asistentes de la CADE no pudieron resistir pronunciar fue “El año pasado…”. Las comparaciones con la CADE del año previo abundaron y todas concluían que aquella fue la mejor de las dos. CADE 2013 gustó mucho, pues desde la participación de la nueva generación de ejecutivos y empresarios de alto perfil hasta las propuestas de las diversas mesas de trabajo, el evento logró capturar el añorado espíritu de Paracas que originó la conferencia. Un año después, ese mismo espíritu hizo un poco de sombra sobre Paracas en una CADE que no brilló tanto como su antecesora inmediata.
Uno de los elementos que llevó a esta conclusión fue la estructura de los paneles. El formato de debate en el 2013 dio como resultado discusiones muy ricas, mientras que el formato de exposiciones con power point quitó dinamismo a los paneles de este año.
La conferencia arrancó con una especie de rendición de cuentas en que los líderes de las ocho mesas de trabajo de CADE 2013 expusieron los avances logrados respecto de los compromisos asumidos un año atrás. Si bien no todas las metas se cumplieron, dar a conocer cuánto se avanzó sentó bien con los asistentes, quienes vieron este acto como una muestra de mayor seriedad. “Nunca nos comprometimos a cumplir las propuestas en un año”, señaló Ricardo Briceño, presidente de CADE Ejecutivos 2014, y dejó claro que éstas no tenían un plazo de cumplimiento, sino que eran compromisos asumidos que se trabajarían hasta cumplirse.
La primera noche destacó la ponencia de Óscar Naranjo, exjefe de la policía colombiana, reconocido por su exitoso combate contra los cárteles de la droga y las FARC. En claro contraste, la exposición del ministro del Interior, Daniel Urresti, se asemejó más a un show de stand upcomedy que al discurso del titular de la policía del país. Urresti hizo hincapié en recalcar sus ‘éxitos’ logrados en tan poco tiempo en el cargo.
El segundo día de la conferencia, las intervenciones más destacadas fueron los paneles de facilitación de inversiones y de descentralización. No sorprende que así haya sido, pues fueron los temas cuyo impacto sobre el empresariado era más directo y cercano. Los paneles decorrupción y reforma del Poder Judicial, por su lado, se sintieron fuera del alcance de las soluciones que los ejecutivos pudieran ofrecer, y el panel del sistema judicial fue, además, particularmente técnico para el público.
El último día de la CADE, el panel que sobresalió fue el de educación. El ministro Jaime Saavedrasería el panelista preferido de la audiencia, si ese premio existiera. Saavedra recibió los primeros aplausos de pie de parte del público cadeísta – el único otro aplauso a pie fue para el panelista que expuso justo después de Saavedra, el presidente regional de Moquegua, Martín Vizcarra – , en una señal de que la educación del país es un tema de interés para el empresariado.
Otra participación que impactó fue el discurso del ministro de Economía, Alonso Segura, durante el almuerzo del viernes. Es difícil cautivar la atención del público mientras éste almuerza, pero la presencia de Segura fue suficiente para obtener silencio absoluto. Lo más resaltante de esta intervención fue el anuncio de que en los próximos días el MEF daría a conocer la ‘segunda pata’ de las medidas pertenecientes al cuarto paquete reactivador de la economía. El ministro precisó que esas medidas serían de índole laboral y tributaria.
CADE, la cumbre por excelencia de los ejecutivos, es donde el sector privado puede interactuar, compartir ideas y, como resultado, presentar un esfuerzo conjunto hacia metas claras de interés para los empresarios. Incluso se podría argumentar que uno de los valores agregados de CADE es que culmina con los empresarios asumiendo compromisos. En esa línea, temas como la lucha anticorrupción y la reforma del Poder Judicial dejaron a los asistentes sintiéndose limitados en su capacidad de acción para generar un cambio en estas materias.Además de la escogencia de los temas a tratar, la presencia – ¿acaso excesiva? – de ministros de Estado en las ponencias coadyuvó a que la conferencia, por momentos, tuviera un aire más a sector público que a privado.
Pero la información que ofrece CADE no se limita a aquella contenida en sus paneles. Si no te habías enterado de que los operadores móviles del país están en guerra, tras asistir a CADE el hecho se hizo obvio. En Paracas esta lucha cobró forma publicitaria. La sala a la entrada de la CADE – con los stands de Movistar, Claro y Entel en notoria vista – pintó el panorama de la aguerrida pugna de estas tres telecom por sus participaciones de mercado. La notable ausente fue el cuarto operador que recientemente ha ingresado al mercado: Bitel.
La empresa vietnamita ha sido clara al señalar que su apuesta es por el mercado de baja gama móvil, por lo que su ausencia puede responder a una cuestión de estrategia. Las líneas de batalla han sido trazadas. Otra empresa que llamó la atención por su empuje publicitario fue Itaú BBA, el brazo de banca de inversión del gigante brasileño BTG Pactual. El logo de la empresa acompañó a los cadeístas durante los tres días de la conferencia en los espaldares del mar de las sillas del evento.
Una ausencia que se hizo sentir entre los participantes fue el coctel del día jueves por la noche. La CADE aporta valor no sólo por el contenido de sus paneles, sino también por la oportunidad de networking que representa para sus asistentes. Al término de cada día de conferencias, los ejecutivos son trasladados a un coctel, auspiciado por alguna marca que estuvo dispuesta a pagar alrededor de US$150,000 por ese nivel de exposición. Que no se haya podido asegurar un patrocinador para el coctel para una de las noches del evento es una señal más del actual clima de desaceleración.
