LA NACIÓN
El ministro de Planificación emitió un comunicado en respuesta a un artículo publicado hoy por este diario en el que se detalla que especialistas y pobladores de Santa Cruz se oponen a las obras
El ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio De Vido comparó la polémica construcción de dos represas en la provincia de Santa Cruz con el Metrobus porteño y los countrys en el partido bonaerense de Tigre. Lo hizo en respuesta al artículo publicado hoy por LA NACION en el que se detalla el impacto ambiental de las obras hidroeléctricas que llevan el nombre del ex presidente Néstor Kirchner y el ex gobernador santacruceño Jorge Cepernic.
De Vido explicó, a través de un comunicado, que "en términos medioambientales las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic no alterarán el funcionamiento del sistema de glaciares" ya que "de ninguna manera el emplazamiento y puesta en marcha de las centrales hidroeléctricas afectarán el comportamiento natural del Lago Argentino ni del Glaciar Perito Moreno, ubicado a 160 kilómetros".
Según publicó este diario, especialistas y pobladores de las zonas aledañas al río Santa Cruz creen que el emplazamiento de las dos represas no sólo podría afectar el desenvolvimiento natural de tres glaciares patagónicos, entre ellos el Perito Moreno, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. También modificará una geografía virgen, testimonio de las últimas glaciaciones, impregnada de yacimientos arqueológicos y convertida en acervo histórico a partir de las exploraciones que allí emprendieron Charles Darwin, Robert Fitz Roy y el perito Francisco P. Moreno.
En un intento por restar importancia al impacto ambiental que tendrán las dos represas, el ministro de Planificación apuntó contra Mauricio Macri y Sergio Massa , dos precandidatos a presidente de la oposición.
"Es la primera vez que veo al diario LA NACION preocupado por la provincia de Santa Cruz, que no se preocupen, nadie mejor que los propios santacruceños para cuidar el medioambiente en que viven", dijo De Vido y agregó que "sería bueno que LA NACION mostrara la misma preocupación por las monstruosidades ambientales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como la tala de árboles para construir el Metrobus, el ruido o la contaminación, o bien el impacto de los countries de Tigre en el escurrimiento del agua y los canales clandestinos que hicieron productores agropecuarios que dejaron inundado a parte de San Antonio de Areco y otras localidades bonaerenses".
Por Loreley Gaffoglio. Pocas veces un río patagónico ha sido eje de tan agrias disputas como el Santa Cruz, envuelto en una ríspida controversia ambiental que promete dirimirse en la Corte Suprema. Ese sinuoso curso hídrico de 385 km, que nace en el Lago Argentino, alimenta su cauce por el deshielo de los ventisqueros del Parque Nacional Los Glaciares y serpentea por la meseta hasta volcar sus aguas turquesas en el Atlántico, prontodesaparecerá del mapa.
En lo que promete ser la mayor obra hidroeléctrica después de Yacyretá, el gobierno nacional dispuso la construcción de dos grandes represas que, en seis años, cuando se terminen, producirán el 10 por ciento de la energía que hoy consume el país.
Su emplazamiento, según objetan distintos grupos opositores al proyecto, no sólo podría afectar el desenvolvimiento natural de tres glaciares patagónicos, entre ellos el Perito Moreno, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. También modificará una geografía virgen, testimonio de las últimas glaciaciones, impregnada de yacimientos arqueológicos y convertida en acervo histórico a partir de las exploraciones que allí emprendieron Charles Darwin, Robert Fitz Roy y el perito Francisco P. Moreno.
En el siglo XIX, los naturalistas remontaron el río Santa Cruz a la sirga para descifrar sus meandros misteriosos, indagar en sus orígenes glaciares y describir su fauna: tropillas de guanacos, ñandúes, zorros, pumas, cóndores y más de 130 especies de aves, que Darwin y el perito Moreno documentaron.
A un costo de US$ 4700 millones, financiados por China,las represas Néstor Kirchner (RNK), en la estancia Cóndor Cliff, y Jorge Cepernic (RJC), en La Barrancosa, comenzarán a construirse en enero, cuando el gigante asiático gire al país el primer tramo crediticio. Antes, el Estado nacional deberá desembolsar un seguro de US$ 230 millones a la firma Sinosure para que Represas Patagónicas, la UTE conformada por las constructoras Electroingeniería, Hidrocuyo y la china Gezhouba Group, adjudicatarias de la licitación, inicien las obras preliminares: preparación de obradores, caminos y puentes, según precisaron a LA NACION voceros de Electroingeniería.
El complejo hidroeléctrico, un proyecto de los años 50, estudiado en su factibilidad durante la dictadura y modificado por el kirchnerismo, inundará mediante un sistema de pared-tapones en las partes altas del terreno medio centenar de estancias (47.000 hectáreas), propiedad en gran parte del empresario Lázaro Báez.Tendrán 11 turbinas que generarán 5000 GWh anuales, con una potencia de 1740 MW. Se emplearán 5000 personas, entre ellas personal calificado chino, responsable de la ingeniería y las turbinas.
Su concreción supone un endeudamiento equiparable al 25% del producto bruto de Santa Cruz; a razón de US$ 15.000 por habitante de esa provincia. Será la mayor herencia en infraestructura que deje el gobierno kirchnerista.
Al margen de sus costos y de su polémica licitación, es su imprevisible impacto ambiental sobre los procesos naturales de los glaciares Perito Moreno, Spegazzini y Upsala, junto a la desaparición de gran parte de ese río mediante sendos embalses, lo que ha movilizado a un heterogéneo frente opositor a esa megaobra.
Por un lado, tras estudiar el proyecto, el ingeniero civil Gerardo Bartolomé denunció que la cota máxima para la RNK, de 179,80 msnm, está fijada a una altura inadecuada, al mismo nivel promedio del Lago Argentino, lo que provocará -afirmó- un incremento del nivel del lago para que la represa pueda operar a máxima altura con ese caudal.
Esto generará un efecto de mareas en un paso estrecho como es el Canal de los Témpanos -dijo- que erosionarán el frente del glaciar Perito Moreno, impidiendo su avance y, con ello, sus fabulosos megarrompimientos, cada cuatro u ocho años.
"Así como está proyectada su cota máxima, la RNK se alimentará del lago, que subirá y bajará su nivel en función de los requerimientos y consumo energéticos, sobre todo en verano, provenientes de Buenos Aires. Esto es lo que se quiere ocultar. El glaciar no sólo no será inmune a un aumento de 1,40 m del nivel del lago, por acción del agua encajonada; tampoco lo será a los efectos erosivos de la velocidad de variación que esos niveles cambiantes provoquen en su frente. Si se bajara la cota de la represa tres metros, ésta operaría sin afectar el Lago Argentino -advirtió-. Para que se entienda: proyectar las presas y embalses allí es como emplazar otras cerca de las cataratas de Iguazú."
El glaciólogo del Conicet Juan Pablo Milana, que días atrás realizó estudios de campo en el área, juzgó aún más amplios sus posibles efectos, al incluir impactos que podrían ser irreversibles también sobre los glaciares Spegazzini y Upsala.
"Es un tema que se debería estudiar muy seriamente antes de emprender la obra. Aumentar el nivel de Lago Argentino generará un efecto de flotación natural de los tres glaciares. Una presión hídrica menor en la base de estos cuerpos no sólo provocará el despegue del hielo, que en el caso del Perito Moreno tiende a ser más fino; su proceso de ruptura también se alterará por los efectos de flotación, erosión y ausencia del gradiente hidráulico natural."
Milana comparó el proyecto de las hidroeléctricas con el de Futaleufú, del 78. "Esa represa, que se hizo para alimentar Aluar, inundó cuatro lagos de un parque nacional, sepultó bajo el agua la especie arbórea más antigua que se conoce, alerces de 4000 años, y borró del mapa los rápidos de Futaleufú, que eran la maravilla hídrica de Chubut. Por eso los mapuches la llaman Amutui Quimei (belleza perdida)", se quejó el geólogo.
Consultados por LA NACION, voceros de Ministerio de Planificación y de Electroingeniería negaron en forma categórica que las represas eleven los niveles del Lago Argentino. "Una vez concluidas las obras, todo el sistema natural funcionará como si no existieran las hidroeléctricas", señalaron voceros ministeriales.
En Electroingeniería agregaron: "El vertedero principal de la RNK se fijó a más de seis metros por debajo del nivel máximo, de 178,90 m de la cota, por lo cual se asegura que el embalse siempre podrá operar para no afectar los niveles naturales y fluctuantes del Lago Argentino exigidos en el pliego. Por lo tanto, no se afectarán los glaciares".
Al margen de tecnicismos, las presas suman otros graves cuestionamientos: la ausencia de un estudio de impacto ambiental (EIA) previo, que comenzará a hacerse conjuntamente con las obras, y la ausencia de una discusión ciudadana mediante consulta popular, como lo establecen la Constitución en su artículo 4 y las leyes general del ambiente (25.675) y de protección de glaciares (26.639).
"Se están anteponiendo los negocios por encima del medio ambiente. El proyecto es una violación flagrante de la normativa y es inconstitucional", cuestionó Mariano Aguilar, presidente de la Asociación de Abogados Ambientalistas de la Patagonia. El letrado, profesor de posgrado en Derecho Ambiental en la UBA, adelantó que elevará a la Corte "una medida precautoria para suspender las obras hasta tanto no cuenten con el EIA que garantice la preservación del ecosistema".
Por su incidencia interjurisdiccional, ya que afecta a un parque nacional y una provincia, el amparo se presentará en el más alto tribunal, precisó.
Está previsto en el pliego de licitación que el EIA sea realizado por la misma UTE adjudicataria de las obras. "Es como darle a cuidar el gallinero al lobo", se opone Bartolomé.
Además de la ONG Calafate Natural, otras voces, como Río Santa Cruz sin Represas (Rscsr) y Banco de Bosques (BB), a quienes LA NACION acompañó en la navegación y exploración del curso superior del río Santa Cruz desde el punto Charles Furh, donde se cierra el embalse Néstor Kirchner, hasta su inicio, en Cóndor Cliff, y, por tierra, hasta La Barrancosa, también se oponen con diferentes argumentaciones.
"Aspiramos a que se hagan bien las cosas, con la seriedad que un ecosistema tan frágil requiere y conforme a las leyes", señaló el presidente de BB, Pedro Friedrich, gran conocedor de la región de glaciares. Nicolás Abramzon y Sofía Memenman, impulsores del movimiento Rscsr, se alinean con el ejemplo en la Patagonia chilena, que las rechazó en la región de Aysén.
Los jóvenes aportaron otros argumentos: "Todo el valle del río Santa Cruz es un santuario de vida silvestre, de fósiles, de restos arqueológicos de los tehuelches, que se perderán. En la región del viento, todavía no se han discutido alternativas eólicas ni de energía solar", sentenciaron.
"Se sabe, además, que el nuevo sistema de interconectado podrá transportar sólo un 45% de la energía que produzcan las represas. Carece de sentido semejante obra para la capacidad limitada del sistema", sostuvo Abramzon.
Y agregó: "Estas represas figuraban bien abajo entre las prioridades energéticas de la provincia. De golpe, hoy son una necesidad perentoria y un hecho consumado. Hay otra cuestión: además de borrar un río emblemático de la Argentina, el único de origen glaciar que llega al Atlántico, debería estudiarse cómo impactarán esas megarrepresas en las proximidades de otro Parque Nacional: Monte León", sostuvo Abramzon.
Eduardo Shule, el guía de la expedición y residente de El Calafate, que remó varias veces el curso del Santa Cruz con un kayak, opinó: "No soy activista ambiental. Simplemente defiendo la existencia de este río tal como está".
¿Qué observó LA NACION en esa expedición con acampe en sus misteriosos y casi inaccesibles márgenes? Barrancos de greda y piedra de más de 200 metros altura que hilvanan un paisaje estremecedor, coronado por el vuelo de cóndores y águilas mora, bandurrias, cauquenes y aves de coloridos deslumbrantes, como los carpinteros patagónicos y los chingolos. Costas pedregosas y asimétricas en ambas márgenes de un cauce de aguas prístinas (de 3 a 15 m de profundidad y de hasta 300 m de ancho) para beber.
Es un torrente caprichosamente indómito, pero también sereno, de un turquesa lechoso por los sedimentos pulverizados que deja el glaciar. Lo surcan cisnes de cuello negro, flamencos y patos. En la estepa, tropillas de guanacos y choiques en abundancia, solitarios zorrinos, zorros rojos y grises, quienes azorados frente a la presencia humana huyen en la inmensidad de esa "meseta misteriosa", como la bautizó el perito Moreno. Es un ámbito inhóspito, interrumpido por algún viejo casco de estancia, y envuelto por la magia del silencio.
En la región alta de Cóndor Cliff, que simula ser una geografía serrana por sus morenas y pliegues, aunque en realidad es una meseta ahuecada por el paso de un glaciar, "imaginar allí un embalse supone malograr, con la mano del hombre, una porción de naturaleza agreste y deslumbrante como pocas veces se vio jamás", apuntaban los ocasionales compañeros de viaje.
La Barrancosa se hunde en una mayor monotonía, pero sus hondonadas, perdidas en el horizonte, grafican lo que es la vastedad.
Lo dijo el perito Moreno al recorrer este valle: "La conformidad, hija de la necesidad, presagia negros colores en el futuro horizonte". El debate está abierto.
Ante una nota publicada hoy por Silvia Mercado en el portal de noticias infobae.com, titulada "El fondo contra las inundaciones se usa en las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic", el vocero del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Horacio Mizrahi, desmintió taxativamente tal afirmación.
“Como hace menos de un mes en relación al Centro Cultural Kirchner o la semana pasada con porcentajes falsos y equivocados sobre la inversión del Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica en la Provincia de Buenos Aires, nuevamente en forma vergonzosa se realizan análisis sesgados, parciales y malintencionados, en este caso en un artículo sobre las represas Néstor Kirchner-Jorge Cepernic, que no tiene ningún rigor técnico y si no fuera tan pobre diríamos que es una operación mediática como la del domingo pasado”, indicó.
Además agrego que “los argumentos falaces y confusos que se reiteran acerca de las obras hídricas en la Provincia de Buenos Aires no merecen mayores comentarios. Su tesis central -que sólo se aplicó en ese distrito el 25 por ciento del Fondo Fiduciario- fue acabadamente rebatida al demostrar que la inversión real desde el 2003 ocupó el 61 por ciento de los recursos recaudados”, agreggó.
“Ahora al menos- prosiguió- se reconoce que "algunas obras se hicieron" aunque se cuestiona que se hicieron son planificación. Esto absurdo: desde 2003 se llevó adelante el Plan de Obras Públicas más importante de la historia con inversiones por 350 mil millones de pesos, 20 mil obras terminadas y otras 10 mil en ejecución. Esto hubiera sido imposible si no existiera una planificación, que tiene como base el Plan Estratégico Territorial (que puede consultarse en www.minplan.gov.ar)”.}
“ABSOLUTAMENTE FALSO”
También indicó que “es absolutamente falso que el Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica se "use" en las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Ni un centavo de lo que recauda dicho fondo por el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC), que tiene por afectación específica el financiamiento de obras hídricas, será utilizado en algún tipo de pago para las represas”.
“La resolución a la que se hace referencia en la nota es a los efectos de que en una cuenta de ingreso, completamente separada de los fondos que se recaudan en Fondo Fiduciario, se depositen los 4.1714 millones de dólares del crédito chino que financiará las construcción de las represas. Es evidente que dicho monto es muy superior a los 1890 millones de pesos anuales que se recaudan en dicho fondo”, aclaró.
Explicó que “se creará también otra cuenta separada en donde se depositarán los ingresos por venta de energía cuando las centrales estén en funcionamiento, con los que se repagará el préstamo”.
Por: Silvia Mercado.
"Desafío al Ministro De Vido o a su vocero a que me demuestren lo contrario. Este Gobierno no tiene un plan hídrico estratégico que permita superar el problema (de las inundaciones en la provincia de Buenos Aires). Hay un plan maestro para la Cuenca del Salado, realizado en 1998, que debería estar terminado hace por lo menos dos años, pero sólo se hizo el 40 por ciento. El Fondo Hídrico que se recauda con naftas y GNC era para las cuencas del interior de la provincias y provincias vecinas, y en el 2006 empezó a utilizarse también en el Conurbano, pero lo hicieron sin plan, así que las obras no están interconectadas, lo que complica aún más las cosas. El resultado es que se inundan las distintas cuencas casi todos los años, y así seguirá sucediendo".
El que habla en el piso de InfobaeTV es el diputado Carlos Brown, ex ministro de la Producción bonaerense y ex intendente de San Martín, respondiendo el falaz comunicado de Horacio Mizrahi, vocero del Ministerio de Planificación Federal, sobre una nota aparecida en este diario.
Allí, Mizrahi desconoce que las obras de la Cuenca del Salado hayan quedado a medio hacer, como se dijo aquí, y miente al decir que "desde el punto de vista hidráulico están finalizadas", cuando todos los expertos del tema y vecinos de 62 distritos que tienen vinculaciones económicas e hídricas con la Cuenca del Salado saben que desde el 2010 las obras en el tercer y cuarto tramo están paralizadas. No necesitan un comunicado oficial para conocer los problemas que padecen.
En setiembre de este año fueron declarados en emergencia y/o desastre agropecuario 60 partidos de la provincia de Buenos Aires: Adolfo Gonzales Chaves, Alberti, Ayacucho, Azul, Balcarce, Benito Juárez, Bolívar, Bragado, Brandsen, Cañuelas, Carlos Casares, Carmen de Areco, Castelli, Chacabuco, Chascomús, Chivilcoy, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Coronel Suárez, Daireaux, Dolores, General Alvear, General Belgrano, General Guido, General Pueyrredón, General Lavalle, General La Madrid, General Las Heras, General Paz, General Viamonte, Guaminí, Hipólito Yrigoyen, Junín, Laprida, Las Flores, Leandro N. Alem, Lezama, Lincoln, Lobos, Maipú, Marcos Paz, Monte, Navarro, Necochea, Nueve de Julio, Olavarría, Pergamino, Pila, Rauch, Punta Indio, Roque Pérez, Saladillo, San Cayetano, Suipacha, Tandil, Tapalqué, Trenque Lauquen, Tres Arroyos y Veinticinco de Mayo.
El diputado Brown presentó en el 2012 un primer pedido de informes (0215-D-2012) –en tiempos de sequía, buen momento para encarar las obras suspendidas– para expresar su preocupación por la paralización de esas obras, que reiteró en marzo de 2013 (1485-D-2013).
Ante la ausencia de respuesta, en su carácter de ciudadano, y fundándose en el derecho de acceso a la información reconocido en el artículo 75 de nuestra Constitución, Brown envió una carta a la Unidad de Coordinación de Fideicomisos de Infraestructura, para pedir información del grado de ejecución física y financiera de las obras financiadas por el Fondo durante el 2014 y el plan de acción previsto para el corto, mediano y largo plazo en materia de infraestructura hídrica, particularmente de la provincia de Buenos Aires.
En este caso, sí obtuvo una respuesta, aunque cínica. Por carta, se lo invitó a dirigirse a la página institucional www.ucofin.gov.ar donde, justamente, la información no figura.
El comunicado de Mizrahi destaca algunas de las obras encaradas en el Conurbano y remite para más datos a la Plataforma de Identificación de Problemática (PIP) del www.minplan.gov.ar, donde lo único que se puede observar es un mapa de la República Argentina con puntos que marcan supuestas "obras hídricas", sin ningún tipo de información sobre nombre y tipo de obra, fecha de realización, estado de ejecución, monto de inversión, etcétera.
No vamos a insistir en lo que está claro para cualquiera, es decir, que aunque se hayan hecho algunas obras, están realizadas sin plan y no pueden auditarse. Puntualizaremos el absurdo de que el vocero pusiera hincapié en el aliviador del arroyo Medrano, porque es una obra realizada en los 90, pero que debió profundizarse por los cambios que provocó la construcción del parque Tecnópolis, que al asfaltar hectáreas que antes drenaban naturalmente, las lluvias provocaron nuevas y dramáticas inundaciones en la Villa Maipú, al fondo de esos terrenos que formaban parte de Campo De Mayo.
Las inundaciones de octubre y noviembre en el Conurbano provocaron 2 muertes y 6800 evacuados, además de una sensación de abandono por parte del Estado para los afectados que, en algunos casos, sufrieron hasta 18 veces en el año el avance de las aguas en sus hogares.
Las localidades inundadas fueron 25: Luján, Marcos Paz, La Matanza, Bragado, Mercedes, Arrecifes, Pilar, San Fernando, Tigre, San Miguel, Esteban Echeverría, Quilmes, Ensenada, Salto, Carmen de Areco, San Martín, Lomas de Zamora, Moreno, Berisso, Florencio Varela, Campana, Las Heras, Lanús, Escobar y Tres de Febrero.
Mizrahi dice que sin las obras encaradas por el Ministerio, "las consecuencias del temporal hubieran sido mucho mayores". Pero ¿de qué sirve la realización de un desagüe pluvial en un rincón de Luján, por ejemplo, si está ejecutado sin un plan? Cuando el agua llega, avanza contra todo, desagüe pluvial incluido. Dinero tirado. Salvo el que pudo haber caído en los bolsillos de la corrupción.
También se solaza Mizrahi con lo que cualquier empresario de la construcción conoce, como es que la provincia de Buenos Aires ha sido castigada en materia de presupuesto para obras. En la nota sobre el Fideicomiso de Infraestructura Hídrica (FIH), consignamos que sólo obtuvo el 25 por ciento del total de lo recaudado. El vocero desmintió y lanzó un número desopilante. Lo publicado en la nota anterior fueron números redondos. Más exactamente, obtuvo el 26,8 por ciento.
Pero este fin de semana, a pleno sol y sin lluvias, es ideal para hablar de un asunto que el Ministerio de Planificación Federal nunca explicó. Se trata de la Resolución Nº 760/2013, donde se adjudica las obras de las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic al consorcio integrado por Electroingeniería SA y China Gezhouba Group Company por la suma de 22.925.870.000 pesos, "incluyendo gravámenes".
En su artículo 4º, la norma estipula que "el gasto que demande el cumplimiento de la presente Resolución será con cargo al FIDEICOMISO DE INFRAESTRUCTURA HIDRICA, en el marco del financiamiento propuesto por el oferente".
La más grande obra de infraestructura que quedará en la Argentina de toda la década kirchnerista tendrá financiamiento chino. Iba a empezar a ejecutarse en julio de este año, pero dadas las complicaciones que generó el default, ahora se anunció que el crédito llegaría en diciembre, por lo que en enero podrían empezarse las obras.
¿A cuento de qué el Fondo Hídrico figura en la resolución? Desde que empezó la recaudación, en enero de 2002, hasta ahora, el FIH lleva recaudados 11.000 millones de pesos, o sea, la mitad del presupuesto que demandarán las dos represas de Santa Cruz. Entonces, ¿en calidad de qué se lo menciona? La redacción es confusa ex profeso.
Para el diputado Brown, se trata de "algo así como una garantía frente a los chinos, aunque por cierto no está claro ni lo aclaran. Y es cuanto menos una barbaridad que en medio de la desinformación sobre los planes y obras contra las inundaciones en Buenos Aires no se informe en qué se están invirtiendo las recaudaciones de 2014 ni se explique de qué manera el FIH interviene en las represas santacruceñas".
En 2010, la Auditoría General de la Nación (AGN) realizó un informe de seguimiento de las observaciones y recomendaciones efectuadas en 2006 por el organismo de control al Plan Nacional de Control de Inundaciones a cargo de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación. Ese año, conviene recordar, renunció Hugo Amicarelli, un técnico de gran experiencia, ya que durante años trabajó o estuvo a cargo de la estratégica Dirección Provincial de Hidráulica. "Hay ausencia de un diagnóstico integral y un plan sobre la problemática de las inundaciones", dijo en el 2010 la AGN. "El Estado ha quedado desmantelado en estos últimos años y ya no tiene capacidad de ordenamiento", dijo Amicarelli.
Sin plan, con recursos que se destinan a otros fines, con obras que son sólo maquillaje, la provincia de Buenos Aires seguirá inundándose cada vez más y más seguido. No tanto por el cambio climático ni la furia de la naturaleza, que son procesos que pueden ser mitigados con planificación y recursos, sino por el desinterés de la política en resolver algo más que su permanencia en el poder.
Por cierto, el comunicado anterior del Ministerio de Planificación criticando la "visión equivocada" de la nota sobre el Centro Cultural Kirchner, ni siquiera merece respuesta. No sólo porque no cuestiona ningún dato, sino porque remite a "las plataformas tecnológicas de acceso a las informaciones generadas desde el Poder Ejecutivo Nacional" que, ya sabemos, sólo se dedican al autobombo y el relato.