Por Silvia Pisani.
La embestida de los llamados "fondos buitre" en su litigio contra el país acaba de cobrar una nueva forma. Tras ganar el famoso juicio por cerca de 1600 millones de dólares, el fondo NML, de Paul Singer, acaba de presentarse ante los tribunales norteamericanos con un reclamo adicional por otros 1590 millones de dólares.
El monto refiere a un conjunto de demandas presentadas por NML a lo largo de los años, pero que no incluyó en la causa beneficiada por el juez Thomas Griesa con la controvertida fórmula de pari passu. Ahora pretende sumarlas bajo el mismo paraguas.
De ese modo, el fondo buitre que llevó al país al default selectivo, se suma -con otros expedientes- a la creciente fila de los llamados "me too" ("yo también"). Se define así a la corriente de acreedores que, como bola de nieve que crece y crece y tras haber esperado durante años, se acercan ahora ante los tribunales, convencidos de que, tras el dictamen del pari pasu, hay más posibilidades de cobrar. "Lo que pasa ahora es que los buitres se presentan por las dos ventanillas. Por un lado, la del fallo del juez Griesa, que ya ganaron. Por el otro, la de los llamados me too, que, sin estar incluidos originalmente en ese expediente, pretenden subirse a su estela", explicó una fuente familiarizada con el litigio.
Hace unos días, uno de esos letrados, Carmine Bocuzzi, del estudio Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, se presentó ante el juzgado de Griesa para advertir que esa bola de nieve había crecido tanto que ya llegaba a los 4700 millones de dólares y se hacía "impagable".
No sólo porque triplicaba la demanda original de 1600 millones de dólares, sino porque, sumadas ambas, hacían que el total pasible de ser amparado por la discutida fórmula de Griesa superara ya los 6300 millones de dólares.
"No puede haber una base equitativa para tratar de obligar al país -cuyas reservas son de aproximadamente US$ 28.000 millones y deben ser utilizadas para propósitos macroeconómicos cruciales- a hacer algo imposible al pagar el total de la deuda de los holdouts, mucha de la cual fue adquirida con un profundo descuento", sostuvo el abogado.
Una semana después de presentada, esa misiva de Bocuzzi sigue sin respuesta. Pero, mientras, la cola de los "me too" sigue creciendo, entre ellos, justamente, el fondo NML. Lo hizo con un escrito de 128 páginas en el que detalla los expedientes que pretende sumar y que, en conjunto, llegan a los 1590 millones de dólares, entre distintos tipos de bonos en default.
La corriente de "me too" crece en complejidad y las estimaciones del monto total que representan no son coincidentes. Así, mientras Bocuzzi habló de 25 presentaciones por un total de 4700 millones, otros suman a eso la nueva presentación de NML y lo llevan a 6290 millones, mientras que otros dicen que la cifra se está aproximando peligrosamente a los US$ 8000 millones.
El aumento de los "me too" es una derivación previsible luego del fallo de la Corte Suprema de EE.UU., en junio pasado, que dejó en firme la sentencia de Griesa.
Por: Carlos Burgueño.
Daniel Pollack está dispuesto a abrir su bufete la primera semana completa de enero del próximo año para una primera reunión negociadora entre la Argentina y los fondos buitre. El abogado está dispuesto a que entre el 5 y el 9 de enero, las partes se crucen nuevamente en sus oficinas e inicien lo que, podría ser, la etapa final del conflicto generado luego del fallo negativo para el país en los tribunales de los Estados Unidos. Sería el primer encuentro formal entre las partes, ya sin la vigencia de la cláusula Rights Upon Future Offers (RUFO), por la cual la Argentina debe reconocerles a los acreedores que ingresaron a los canjes de deuda de 2006 y 2010, todo el dinero de más que les liquide a los bonistas que rechazaron ambos llamados. La RUFO vence el 31 de diciembre de este año, y desde el 1 de enero la Argentina ya está liberada para eventualmente negociar un acuerdo con los fondos buitre y holdouts, sin presiones. Ahora, el "Special Master" Daniel Pollack" no quiere dejar su rol de único negociador oficial designado por el juez Thomas Griesa; y quiere abrir lo más rápido posible una instancia de discusión en su propio bufete. El abogado neoyorquino quiere así evitar que la Argentina y los fondos buitre elijan otro ámbito de negociaciones por fuera de su influencia, ya que considera que el único que tiene el mandato judicial para acercar las partes y dirigir las rondas de acercamiento es él.
Para expresar sus intenciones, Pollack se comunicó informalmente en las últimas horas con los abogados que representan a la Argentina, Carmine Bocuzzi y Jonathan Blackman, los abogados del estudio Cleary Gotlieb Steen & Hamilton (CGS&H), y los que representan a los fondos buitre Robert Cohen (Elliot), Stephen Poss (Olifant) y Roy Englert (Aurelius). A todos les dio a entender que hasta 2015 no habrá novedades en su oficina, más allá de recibir a todos los fondos buitre (y holdouts) que no participaron del juicio que definió Griesa en diciembre de 2012 y ratificó en contra de la Argentina la Corte Suprema de los Estados Unidos en junio pasado; y que, según la decisión del juez neoyorquino, tiene ahora derecho para reclamar al país el mismo trato que Elliot, Olifant, Aurelius, MC Master y los 13 argentinos que fueron sumados a la causa y que también recibieron un fallo favorable. Hasta ayer ya se habían anotado, entre otros, el fondo NM Dart de Kenneth Dart y el GMO de Boston (propiedad de los megamillonarios Jeremy Grantham y Eijk Alexander De Mol Van Otterloo; quienes entre ambos reclaman más de u$s 1.000 millones en bonos comprados durante la crisis argentina de noviembre y diciembre de 2001; además de más títulos aún en default que fueron comprados por el fondo Elliot de Paul Singer y el Aurelius de Mark Brodsky. Hasta esta semana, los títulos públicos acumulados en la causa, y sobre los que tendrá que negociar eventualmente la Argentina, ya superan los u$s 4.800 millones, los que actualizados podrían superar los u$s 6.500 millones.
La decisión de abrir lo más rápido posible su bufete para la causa, no es azarosa. Sabe Pollack que, por parte de la Argentina, la decisión de aceptar reabrir las negociaciones está ya tomada y que se esperará hasta el próximo año para concretarla. El propio "Special Master" dijo hace tres días: "Tengo la esperanza que las partes vuelvan a la mesa de negociaciones sin demora a partir del primero de enero". Lo hizo sabiendo que las dos últimas experiencias de abrir su despacho para nuevas negociaciones (en agosto y septiembre) fueron fallidas, al punto que Blackman y Bocuzzi llegaron a su despacho aclarando que lo hacían sólo por cortesía y sin integrar ninguna delegación oficial autorizada a negociar por parte del Gobierno de Cristina de Kirchner. Pollack, según la interpretación que ayer se hacía en Buenos Aires, puede tener el temor de ser nuevamente rechazado por la Argentina como negociador válido, ya que el último encuentro personal con el ministro de Economía Axel Kicillof fue más que malo. Había sido el 30 de julio, el día en que el funcionario se presentó en su bufete y las negociaciones resultaron negativas.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, y el canciller Héctor Timerman viajaron ayer a la cumbre de presidentes del Grupo de los 20 en Brisbane, Australia, con la esperanza de que se acuerde un plan de acción contra el embate de los fondos especulativos sobre las deudas soberanas, tras el conflicto de la Argentina con los acreedores que no entraron al canje de deuda.
Los funcionarios representarán al país en reemplazo de la presidente Cristina de Kirchner, quien continúa en recuperación tras haber estado internada por un problema de salud.
El borrador de un anexo al Comunicado de Líderes previsto para el Summit defiende la idea de una solución contractual al tema de reestructuraciones de deuda, para que los países no se vean expuestos al accionar judicial de fondos especulativos que compran bonos a precios basura y luego exigen su pago total. El Gobierno argentino pretende una solución que se sustente en un tratado internacional, aunque ya considera como un positivo avance para la crítica situación de su deuda en default el hecho de que se mencione el tema en la cumbre como parte de una agenda futura a discutir entre los presientes del G-20.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sería la encargada de llevar al plenario de presidentes las problemáticas de los países cuyos bonos soberanos cayeron en manos de fondos buitre, aunque habría una fuerte resistencia de los Estados Unidos a incluir el tema en la agenda oficial de esta cumbre.
Lo concreto es que el borrador del comunicado que trascendió plantea la necesidad de establecer una acción colectiva contra las maniobras especulativas y fortalecer las cláusulas del pari passu (igual tratamiento para todos los acreedores), con el objetivo de fortalecer el orden y la previsibilidad de los procesos de reestructuración de deuda soberana.
El borrador está en discusión, dado que mientras los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) más algunos europeos como Francia apoyan la iniciativa, la administración de Barack Obama y el país anfitrión de la cumbre no estarían de acuerdo con incluirlo en la agenda y, menos aún, en un pronunciamiento.
El antecedente más reciente que da sustento a las diferencias sobre el tema es la Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas de septiembre último, en la que once países se opusieron a la creación de una resolución para definir el marco legal para las reestructuraciones de deuda soberana.
Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón, Canadá, Australia, República Checa, Finlandia, Hungría, Israel e Irlanda rechazaron su negativa a la iniciativa de Brasil y Francia de poner en agenda el tema de los fondos buitre, que sí recibió el pleno apoyo de 124 naciones.