Por Paz Rodríguez Niell.
La justicia argentina busca pruebas en Estados Unidos para investigar al empresario kirchnerista Lázaro Báez, sus movimientos de fondos, posibles cuentas desconocidas y las 123 "empresas fantasma" que le adjudican los fondos buitre.
El juez federal Sebastián Casanello, a cargo de la causa local por presunto lavado de dinero, firmó ayer un pedido de colaboración internacional dirigido a la justicia norteamericana en el que pidió ser informado de todo registro que haya en ese país sobre bienes, sociedades y cuentas bancarias que estén a nombre de cualquiera de los imputados en su expediente, informaron fuentes de la investigación.
Incluyó a Lázaro Báez y su hijo Martín; a los arrepentidos de este caso, Federico Elaskar y Leonardo Fariña (que confesaron una ingeniería de lavado y expusieron a Báez, pero después se retractaron); a los empresarios Carlos Molinari y Roberto Erusalimsky, acusados de haber escondido con sus fortunas los despilfarros de plata negra de Fariña, y a otras cuatro personas bajo investigación en este expediente (Fabián Rossi, Daniel Pérez Gadín, Daniel Bryn y Mario Acevedo Fernández).
El pedido, que se tramita vía exhorto diplomático, incluye también una solicitud para que la justicia del estado de Nevada envíe a la Argentina todo lo que haya reunido en el caso que promovió allí el fondo buitre NML, el mismo que había impulsado el bloqueo de la Fragata Libertad en el puerto de Ghana. En este caso, su estrategia es rastrear las empresas de Báez y, con el argumento de que el dinero de este empresario es dinero de la corrupción, cobrarse, de lo que detecte, aquello que le debe el Estado Argentino. En agosto pasado, la justicia de Nevada consideró que existían elementos para sospechar que el entramado de 123 empresas denunciado por NML -sobre la base de lo investigado por el fiscal José María Campagnoli- pertenecía al empresario kirchnerista.
La hipótesis que sostuvo este fondo es que el dinero empezó su camino en Buenos Aires; de allí viajó a Uruguay o a pequeños bancos de las Bahamas; entró en los Estados Unidos, donde pasó por las "compañías fantasma" de Nevada; de allí, a bancos europeos y desde ahí siguió distintos recorridos que, en algunos casos, incluyeron las islas Seychelles. La gente de Báez niega terminantemente tener algo que ver con estas firmas.
Previendo una posible reticencia a contestar -no sería la primera vez que fracasa un exhorto dirigido a los Estados Unidos-, el juez destacó en su pedido que lo que solicita es una "medida de naturaleza informativa" y que no se trata de una "medida de coerción o injerencia". Suiza, cuando se negó a informar sobre las cuentas de Báez y sus supuestos cómplices, lo hizo con el argumento de que la justicia argentina pretendía una medida de coerción y que, para eso, debía probar el delito precedente al lavado.
Tanto en Suiza como en la Argentina, si no hay delito precedente, no hay lavado. En referencia a esto, Casanello tiene escrito en este expediente que Báez no cuenta siquiera un procesamiento en su contra en ninguno de los casos donde otros jueces lo investigaron por corrupción. Y todo indica que estos exhortos no resolverán esta cuestión: apuntan a investigar el final de la historia, no el principio, que no es parte de esta causa. En todo caso, podrían acreditar una evasión, y sólo si resultara probado que el grupo Báez giró fondos no declarados.
De acuerdo con el exhorto firmado ayer, las pruebas que justifican este pedido de datos a Estados Unidos surgieron de documentación que se encontró en allanamientos y que da cuenta de negocios realizados en ese país entre Molinari, Elaskar y Fariña. La solicitud se amplía al resto de los imputados con fundamento en la sospecha de que todos estaban conectados.
Elaskar y Fariña están procesados desde hace seis meses. Molinari y Erusalimsky, desde la semana pasada. Los cuatro, por el delito de lavado de dinero. Fariña, además, lleva casi ocho meses preso, en la cárcel de Ezeiza, por evasión.
Además, Casanello pidió información sobre una sociedad radicada en California que le envió fondos a una cuenta suiza de Teegan Inc, firma que pertenece a Martín Báez, según reveló el programa de televisión de Jorge Lanata. Fuentes judiciales relataron que solicitó también datos sobre una sociedad que sería de Molinari y de la que Fariña habría comprado acciones, así como de la operación de adquisición de un avión celebrada en Estados Unidos por Elaskar.
Pero además, el juez quiere saber sobre los negocios de Fariña en Miami. En una larga entrevista con Alejandro Fantino, Fariña contó que el alcalde de Miami le había entregado la "llave de la ciudad", por "un aporte", que consistió en haber "llevado una propuesta laboral", que jamás se conoció. La entrevista fue en el programa Animales Sueltos, hace casi tres años. Esa noche, Fariña dijo que lo estaban estafando y amenazó con dar nombres, hacer quilombo y arrastrarlos a todos a que bailaran con él "el rock n roll".