En el discurso del 21 de mayo, el gobierno se comprometió con impulsar una ley de protección de glaciares.
Pese a que el gobierno había dado pasos y señales en dirección a presentar un proyecto propio para contar con una legislación para protección de los glaciares, el Ministerio del Medio Ambiente habría logrado un acuerdo con una serie de diputados para, finalmente, introducir una indicación sustitutiva a la moción presentada sobre este tema.
A la fecha, el ingreso de las indicaciones no se ha concretado, producto de que la comisión de Medio Ambiente está votando la ley de Responsabilidad Extendida al Productor (REP), un proyecto que obliga a empresas de productos prioritarios a hacerse cargo de ellos una vez terminada su vida útil.
Consultados sobre el acuerdo en la ley de glaciares, el diputado Daniel Melo señaló que habían conseguido el compromiso del Ejecutivo por indicar el proyecto y destacó que en la actual moción había un espacio amplio de convergencia entre ambas partes.
La diputada Andrea Molina explicó que han trabajado en varios puntos y que en el Congreso había disposición para introducir mejoras al proyecto, por ejemplo en temas de definiciones y el alcance de la legislación.
Diferencias
El Ejecutivo mantenía varias diferencias con la propuesta de los parlamentarios. A comienzos de octubre, última vez que el ministro Pablo Badenier expuso sobre el tema en la comisión, abrió un espacio de diálogo para avanzar en estos temas.
Entre los temas conflictivos, figuraba precisar que el objeto de protección eran los glaciares y no otros elementos como el permafrost, que es un suelo que permanece a menos de 0º C por dos años consecutivos.
También se buscaba abordar la retroactividad de algunas obligaciones, por la dificultad práctica de establecerlas y de exigirlas a los privados.
El último tema era el rol del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) en la determinación de los impactos específicos de un proyecto, donde la idea era no poner restricciones generales.
Bajo estricto monitoreo semanal por parte de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (Siss) se encuentran los sistemas de agua potable concesionados de la IV y V regiones, ante los estragos ocasionados por la sequía.
Y es que la escasez hídrica no sólo está ocasionando daños directos a la agricultura, también ha vuelto más vulnerable la continuidad del servicio a las viviendas durante el verano que se acerca. En esta época se producen los peaks de consumo debido a las altas temperaturas y el aumento de la población flotante, por lo que las sanitarias deben, por obligación, planificar sus inversiones e implementar medidas de resguardo y así evitar un eventual racionamiento.
Según un informe elaborado por la Siss el mes pasado, son al menos 13 las localidades de la IV y V regiones -las dos más afectadas por este problema-que presentan 0% de holgura para la época estival. Este concepto es la relación que existe entre la cantidad de litros que las sanitarias tienen disponibles en sus pozos, versus la cantidad que consume la población en un escenario de máxima demanda. En estas 13 localidades, la población está consumiendo toda el agua que produce. Es por esto que las sanitarias deben reforzar su producción mediante camiones aljibes traídos desde otros puntos de la región.
El informe consigna otras siete localidades -distribuidas entre las III y V regiones- donde el nivel de holgura está bajo al 10%, que sigue siendo bajo. “Contar con niveles de holgura iguales o mayores a esa cifra es lo óptimo para enfrentar con tranquilidad un mayor consumo”, explicó Magaly Espinosa, superintendenta de Servicios Sanitarios (Siss). “Por el momento no habría cortes para el verano, pero es porque se han tomado todas las medidas (…). De lo contrario el agua no alcanzaría. Estamos funcionando muy ajustados producto de la sequía”, agregó Espinosa.
En la Región Metropolitana también existen casos con holgura mínima, tales como Colina (0%), Chicureo (4%) o incluso el Gran Santiago (4%). Sin embargo, a diferencia de las más afectadas, pueden seguir abasteciéndose con fuentes locales.
Soluciones
En las 13 localidades más complicadas, camiones aljibes abastecen de agua directamente a los estanques de las sanitarias y no se reparte a las familias directamente.
“La gente no se da cuenta porque abre la llave y le sigue saliendo agua, pero no es agua del pozo local, sino de una camiones aljibe. La idea es que la gente esté consciente y la cuide. La obligación de las sanitarias, en tanto, es mantener el suministro, a riesgo de la caducidad de los contratos”, recalcó Espinosa.
Ante este escenario, las sanitarias deben anticiparse ante la alta demanda del verano, haciendo nuevos pozos, adquiriendo derechos o llevando agua desde otros puntos. “A raíz de la escasez hídrica ya se arrastra por cinco años en Valparaíso y por ocho en Coquimbo, hemos debido incrementar nuestro plan de acciones a fin de incorporar, de forma permanente, nuevas captaciones de agua para contrarrestar la menor producción de las fuentes”, describió Francisco Ottone, gerente de Planificación de Esval y Aguas del Valle, sanitarias de la V y IV regiones respectivamente.
Por ejemplo, en el caso de La Serena-Coquimbo, aumenta la demanda en un 30% cada verano, por lo que se están habilitando nuevos pozos en el sector de Punta Piedra y San Carlos. Además se firmó un convenio con los regantes del embalse Puclaro para extraer agua desde ahí. Sin embargo, debido a la caída de las fuentes al interior de ambas regiones, “hemos recurrido a la compra de agua a terceros muy distantes de los sistemas productivos que hace complejo el abastecimiento”, añadió Ottone.
En la III Región, en tanto, aseguraron que ya están adelantados a una solución “más estructural” porque ya no queda agua “a la que echar mano”. De los 28 nuevos pozos construidos, quedan 13 operativos con los cuales se abastecen por ahora. “Se construirá una planta desaladora en el 2018, es más sustentable ya que permitirá aliviar la carga sobre la cuenca que está prácticamente seca. No podemos seguir haciendo pozos eternamente. Duran tres años y se secan y cada vez hay que performar más profundo para encontrarla”, dijo Diego Barros, gerente de Aguas Chañar que abaste Copiapó, Tierra Amarilla y Caldera-Chañaral.