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MERCADOS
¿Por qué bajan el WTI y el Brent?. Promesas de la OPEP y guerra contra el Shale. Inversores nerviosos
07/11/2014

Qué hace bajar el precio del petróleo

AFP y El País de España

Las cotizaciones del petróleo terminaron en baja este jueves por el fortalecimiento del dólar y por temores sobre la demanda tras previsiones consideradas preocupantes por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El barril de "light sweet crude" (WTI) para entrega en diciembre bajó 77 centavos a 77,91 USD en el New York Mercantile Exchange (Nymex).

El informe anual de la OPEP, publicado en Viena, anticipa que la demanda global estará por debajo de los 30,3 millones de barriles diarios registrados en 2013. Y con un horizonte de tres años, proyecta que caerá a los 28,2 millones para final de 2017. EE UU, Canadá, Rusia y varios países latinoamericanos que no integran el grupo están incrementando, en paralelo, la producción y eso provocará además una reducción en los precios porque hay más competencia.

Es una cifra que no se veída desde hace 14 años. La demanda por el petróleo de los países de la OPEP volverá a repuntar, esperan, en 2018. Sin embargo, incluso un año después seguirá por debajo de lo que se registró en 2013. La caída, por tanto, será mayor de la prevista en el medio plazo. El cártel tiene puesto como suelo una producción de 30 millones de barriles, que espera cumplirá en 2014. El grupo cubre un 40% del consumo global.

En la evolución del precio del petróleo pudo también el temor de los inversores con la situación económica en los países de la zona euro. Esta fuerte corrección en el coste del barril, de hecho, se está produciendo a la vez que el dólar estadounidense va ganado fuerza. El presidente de Banco Central Europeo, Mario Draghi, habló de que está dispuesto a elevar la inyección de liquidez. En ese momento, el euro perdió ligeramente los 1,24 dólares.

Lo que nadie en Wall Street esperaba es que el precio del petróleo pasara de 104 dólares a 77 dólares en solo seis semanas. La caída del Brent podría haber sido esta mañana mayor de no ser por los problemas en el suministro por los ataques de milicias locales en Libia. La OPEP admite que podría haber una "pequeña caída en el valor real" del crudo durante la próxima década pero mantiene que el precio nominal en los 110 dólares hasta 2020.

El informe anual de cártel hace mención también al peligro de que haya un exceso de capacidad en el sector, lo que podría presionar a la baja en los precios en el futuro. Lo que está por ver es hasta dónde los países productores y exportadores de petróleo, dentro y fuera de la OPEP, quieren llevar esta batalla que se libra ahora en el mercado y que coincide con el renacer energético de EE UU, que están empezando a vender crudo fuera del país.

Esta guerra de precios que se ve en el mercado del petróleo crea otra preocupación. En el parqué neoyorquino se preguntan si la pérdida de valor del crudo no acabará forzando a Arabia Saudita y otros miembros de la OPEP a salir al rescate de Venezuela, cuya economía depende enormemente del coste de las materias primas. El Fondo Monetario Internacional lleva tiempo advirtiendo de la vulnerabilidad que crea esta situación.

La atención se centra ahora en la reunión que celebrarán los 12 miembros de la OPEP dentro de dos semanas, donde podría decidirse un recorte de la producción para sostener los precios en un mercado inundado de petróleo que no se consume. Sin embargo, Arabia Saudita, Irán e Irak libran una intensa batalla con el resto porque no quieren perder mercados. Su estrategia pasa ahora por recortar precios mientras elevan la producción.

"El recorte de las perspectivas de demanda de crudo proveniente de la OPEP" en un informe anual de este grupo publicado el jueves "y el reconocimiento de un ambiente de mucha abundancia en pleno boom del crudo de esquisto en EEUU" acentuaron la caída de precios, analiza John Kilduff, de Again Capital.

La OPEP prevé "un descenso de la demanda del crudo que produce a un mínimo en 14 años a 28,2 millones de barriles por día en 2017, más de dos millones de barriles por debajo de la producción actual", precisó Ole Hansen, analista de Saxo Bank.

La OPEP celebrará su reunión ordinaria el 27 de noviembre en Viena.

WTI y Brent cierran en números rojos ante advertencia de la OPEP

El Financiero

Los futuros del petróleo WTI y Brent tuvieron una mala jornada este jueves aunque lograron mantenerse al final de la sesión sobre niveles de 77 y 82 dólares, después que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) advirtiera de que la actual tendencia a la baja de los precios del crudo puede acabar provocando una caída del suministro.

En este contexto, el contrato a futuros para WTI para entrega en diciembre bajó un 0.97 por ciento y cerró en 77.91 dólares el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex).

Los contratos del WTI bajaron 77 centavos de dólar respecto al cierre del miércoles de 78.68 dólares.

En tanto que el crudo Brent cerró en el mercado de futuros de Londres en 82.86 dólares, un 0.10 % menos que al término de la sesión anterior.

El petróleo del mar del Norte, de referencia en Europa, acabó la sesión en el International Exchange Futures (ICE) con un retroceso de 0,09 dólares respecto a la última negociación, que finalizó en 82.95 dólares.

El crudo de referencia en Europa ha moderado en las dos últimas jornadas las caídas que marcó a principios de semana, cuando la rebaja del precio del petróleo de Arabia Saudí para su venta en Estados Unidos amenazó con iniciar una guerra de precios.

En su proyección anual de la (OPEP) presentada en su sede de Viena, la demanda de petróleo se elevará en un 22 por ciento hasta 2040 debido al crecimiento económico mundial y el aumento del consumo en los países en desarrollo.

En este contexto, la OPEP prevé una estabilidad de los precios del crudo, en torno a 101 dólares constantes el barril en 2040.

En cambio la producción de gas se duplicará ampliamente, impulsada por la explotación del gas de esquisto, para alcanzar el equivalente de 110.9 millones de barriles diarios. La cuota de gas pasará del 21.5% en 2010 al 27% de la energía mundial.

OPEP cuenta con un repunte del precio del petróleo para 2015

El Universal

El secretario general de la OPEP consideró hoy que el precio del petróleo, que actualmente se encuentra especialmente bajo, repuntará para el próximo año y cotizará a un promedio de 110 dólares el barril hacia el final de la década.

"Esto realmente es un ciclo", señaló el jefe de la Organización de Países Productores de Petróelo (OPEP), Abdalla Salem el Badri, en Viena. "Creo que el precio repuntará para la segunda mitad del año próximo".

El aumento de la producción, entre otras cosas por las nuevas exploraciones de "shale" en Estados Unidos, provocó una caída de alrededor del 25 por ciento en el precio del crudo desde junio, reseñó DPA.

Los precios de referencia cayeron levemente este jueves, en el que el crudo Brent del Mar del Norte se abarató un 0,96 por ciento y se ubicó en 82,15 dólares el barril, mientras que el petróleo estadounidense West Texas Intermediate redujo su precio en un 1,79 por ciento hasta los 77,27 dólares.

"Si esto continúa, la mayor parte de la inversión se frenará", dijo el Badri, quien añadió que los pozos petroleros que actualmente producen a precios altos también tendrían que cerrar por baja rentabilidad.

En sus perspectivas anuales para el mercado petrolero, la OPEP señaló que los costos de producción subieron desde 2010 y son uno de varios factores que apoyan la estimación de que el barril se ubicará en los 110 dólares.

La reciente caída de los precios hizo que los 12 países de la OPEP consideraran la posibilidad de reducir el límite de producción autoimpuesto de 30 millones de barriles diarios.

Los ministros de petróleo de la OPEP se reunirán para su encuentro de invierno el 27 de noviembre en Viena.

Los presupuestos de algunos países miembros de la OPEP, como Venezuela e Irán, dependen fuertemente de los ingresos petroleros, por lo que un aumento del precio del crudo los beneficiaría. De todas formas, el principal productor del bloque, Arabia Saudí, no dio indicaciones aún de que esté dispuesto a actuar.

"Estamos preocupados, pero no hay pánico", manifestó el Badri sobre la situación del mercado.

El petróleo vuelve a agitar a los inversionistas

Reuters

El petróleo ha caído en aguas agitadas después de un período de relativa tranquilidad. En este ambiente, los inversionistas deberían sentirse más seguros a bordo de una superpetrolera como Exxon Mobil que en un esquife.

Las recientes pronunciadas oscilaciones en los precios del petróleo también podrían, al final de cuentas, beneficiar a un país que según la percepción de muchos está jugando un papel central: Arabia Saudita. El petróleo Brent ha caído 22% en tres meses. Al jefe de la OPEP no le entusiasma recibir menos dólares por su mayor exportación. No obstante, la inestabilidad es el enemigo de la planificación. Por lo tanto, si bien las grandes fluctuaciones del petróleo podrían obstaculizar el auge del esquisto en Estados Unidos —contra el cual muchos creían que Riad estaba arremetiendo con sus reducciones de precios esta semana—, el impacto más duradero podría recaer en los grandes proyectos petroleros alrededor del mundo.

La volatilidad mide la amplitud de las oscilaciones de precios en relación a su movimiento promedio a largo plazo. El crudo Brent, en relación a su promedio de los últimos 90 días, experimentó una reducción de la volatilidad anualizada a 5,24% en agosto, el menor nivel en 29 años y mucho más bajo que el promedio de 30 años de aproximadamente 20%. A pesar de la reciente turbulencia, esta medida aún se mantiene en cerca de 8%.

Hay suficiente margen para que esa cifra ascienda. Las últimas tres décadas han visto tres grandes aumentos de la volatilidad en los precios del crudo. Uno ocurrió en la Guerra del Golfo Pérsico, cuando los precios se dispararon y luego cayeron rápidamente. El otro fue el alza y posterior colapso alrededor de la crisis financiera de 2008.

El tercero tuvo lugar a mediados de los años 80, cuando Arabia Saudita dejó de intentar sostener los precios del petróleo con reducciones de su producción e inundó el mercado. A pesar de que un colapso de esa magnitud (el petróleo cayó casi 60% en el primer semestre de 1986 y la volatilidad anualizada trepó a 75%) es improbable en este momento, el eco histórico pone nerviosos a los que apuestan al alza del petróleo. En ese entonces, la competencia en la oferta y los cambios en el consumo del crudo dejaron al descubierto el hecho de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo había perdido su presunto control del mercado, lo que obligó a Arabia Saudita a tomar medidas drásticas.

En el mercado petrolero, la capacidad de Arabia Saudita de apuntalar los precios, mediante el suministro de más o menos barriles a un precio competitivo, es a menudo percibida como la velocidad de la luz en la física: no necesariamente se entiende bien, pero es una constante.

Aun así, Michael Levi del Council on Foreign Relations advirtió hace más de un año que las expectativas de un continuo respaldo por parte de Arabia Saudita eran demasiado optimistas.

La OPEP, como cualquier cartel, luce poderosa cuando la demanda aumenta con fuerza e impulsa los precios. Pero ahora que el crecimiento global se está desacelerando y productores rivales están tomando cuota de mercado, las suposiciones de que Arabia Saudita simplemente recortará la producción para equilibrar la oferta y la demanda son, según las palabras de Levi, “pensamientos mágicos”.

Sin ese respaldo, los mercados petroleros tendrán problemas en mantener su compostura.

Las empresas centradas en exploración y producción, orientadas en gran parte hacia la perforación de esquisto, son las más expuestas. Sus acciones están ligadas al crecimiento de la producción y normalmente invierten más de lo que ganan, y cierran su déficit con préstamos, cubriendo su producción futura y vendiendo acciones. Estas tres medidas se vuelven más difíciles y caras ante la inestabilidad de los precios del crudo.

Sin embargo, hay dos cosas que favorecen la perforación de esquisto en EE.UU.: los cronogramas de desarrollo medidos en semanas y meses en lugar de años, y la infraestructura logística y de servicios existente. Esto significa que los desarrolladores no tienen que invertir enormes cantidades por anticipado basado en las expectativas a largo plazo del petróleo.

Por lo tanto, aunque la volatilidad eleva los riesgos para las acciones de empresas de exploración y producción que operan en EE.UU., su mayor impacto podría sentirse en otros tipos de suministro.

Cuando Goldman Sachs asustó al mercado al reducir su pronóstico de los precios del petróleo el mes pasado, las miradas se centraron en la creciente producción de EE.UU. Sin embargo, casi 40% de las estimaciones del banco del incremento de la oferta no vinculada a la OPEP en los próximos dos años proviene de zonas fuera de EE.UU.

Esto incluye proyectos como pozos en aguas profundas y arenas bituminosas. Además de estas, el crecimiento futuro depende de zonas no explotadas como el sector energético de México y los recursos de esquisto de China. Estos proyectos tienen cronogramas de desarrollo medidos en años y necesidades de inversión por adelantado medidas en cientos de millones o miles de millones de dólares. La incertidumbre en torno a los precios petroleros hace difícil prever retornos a largo plazo.

La mayor volatilidad eleva el riesgo para empresas que invierten en el crecimiento de estas zonas, como Petróleo Brasileiro y los productores enfocados en las arenas petrolíferas de Canadá.

Y estos son exactamente el tipo de competidores que Arabia Saudita puede pasar por alto. Una vez realizadas las inversiones iniciales, muchos de estos proyectos producen petróleo por mucho tiempo y normalmente disfrutan costos corrientes relativamente bajos.

Gigantes como Exxon parecen estar menos expuestos. En un mercado petrolero agitado, uno puede encontrar consuelo en la magnitud.

¿Y SI LA GUERRA DE PRECIOS NO ES CONTRA EL SHALE?

NEW YORK TIMES - BLOOMBERG

“OPEP vs. el Shale norteamericano” fue la primera hipótesis de los analistas para intentar explicar la caída en el precio del petróleo y la inacción de Arabia Saudita. Con el crudo aún barato y ante las pruebas de resistencia que están mostrando los No Convencionales, esta teoría parece insuficiente. Política internacional, historia y geoestrategia parecen ser la respuesta.

Según el periodista y escritor Thomas Friedman, lo que subyace a la actual situación del mercado petrolero internacional y al comportamiento de sus principales actores, es una estrategia compartida entre los EE.UU. y Arabia Saudita. Sin aventurarse a definir si se trata de un acuerdo explícito o una casual coincidencia de intereses, Friedman reconoce que estos dos países productores de petróleo no resultan tan afectados por la caída precio como sí lo están padeciendo Rusia e Irán.

En una confirmación de que para explicar el presente no debemos obviar revisar el pasado, para el columnista de The New York Times se trata de una reedición de la “guerra del petróleo” ya utilizada por arabia Saudita y EE.UU. contra la URSS, y que significó el estrangulamiento económico y la final implosión del régimen soviético.

“En 1985 , el Reino aumentó dramáticamente la producción de petróleo de 2 millones a 10 millones de barriles por día , dejando caer el precio de U$S 32 a U$S 10 por barril . La URSS comenzó a vender algunos lotes a un precio aún más bajo, alrededor de U$S 6 por barril . Arabia Saudita no perdió nada, porque cuando los precios cayeron 3,5 veces, su producción se multiplicó por cinco. Sin embargo la economía planificada de la Unión Soviética no fue capaz de hacer frente a la caída de los ingresos por exportaciones y esta fue una de las razones de su colapso”, recuerda Friedman.

Hoy, la caída de los precios se explica por un lado, por la desaceleración de la demanda debido al enfriamiento económico de Europa y China, y por el otro, por la producción récord en EE.UU. gracias a la explotación del shale. Complica el escenario la explícita negativa saudita a recortar la producción para empujar una suba.

Daños colaterales

“Ni Moscú ni Teherán se derrumbarán mañana. Y si los precios del petróleo caen por debajo de 70 dólares, se verá una reducción en la producción de los Estados Unidos (…) . Pero no tengan ninguna duda de que esta caída de precios sirve a los intereses estratégicos de Estados Unidos y Arabia Saudita y perjudica a Rusia e Irán . Los ingresos por exportaciones de petróleo representan aproximadamente el 60 por ciento de los ingresos del gobierno de iraní y más de la mitad de los rusos”, sostiene Friedman.

Las relaciones al interior de la OPEP agregan más complejidad al escenario. Siguiendo la hipótesis de un eje Washington- Riad, el socio más poderoso del grupo de países de petroleros, estaría convirtiéndose en el principal enemigo de sus pares más débiles, socavando en parte el papel de la Organización como bloque.

“Mientras que la nación árabe puede mantener estable su flujo de dinero , las finanzas de algunos compañeros miembros de la OPEP se están deteriorando rápidamente”, dicen hoy periodistas de Bloomberg.

Venezuela y Nigeria son dos claros ejemplo. En los últimos meses el país sudamericano se ha visto obligado a enormes esfuerzos para evitar el default, y la merma de los ingresos por exportación petrolera agudiza su ya grave crisis financiera. Mientras en Nigeria el gobierno hace esfuerzos para no desfondearse y frenar una corrida de devaluación de su moneda.

Autoridades de estos dos países, al igual que sus pares de Ecuador y Libia han manifestado públicamente su llamado a que la OPEP active su tradicional estrategia: recortar exportaciones para recuperar precios. Sin embargo, no han habido señales de que los miembros más ricos y poderosos vayan a hacerlo, al menos en corto plazo.

En definitiva, Arabia Saudita puede seguir produciendo y consolidando su liderazgo, recuperando el mercado perdido en EE.UU. y debilitando a otros exportadores.

Queda una ficha por jugarse que puede alterar aún más el ya débil equilibrio. Dicen los analistas que el fin a la restricciones a la exportación de petróleo en los Estados Unidos está cerca. Es otra movida clave que Washington tiene a su alcance para sacudir aún más el tablero.


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