Por: Edgardo Aguilera.

Dos socios preferidos del Gobierno, China y Rusia, bloquearon por cuarta vez la protección del ecosistema antártico. La cumbre de los miembros de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) se llevó a cabo en Australia entre el 20 y el 31 de octubre y finalizó sin la aprobación de dos iniciativas que promovían la creación de santuarios marinos en derredor de la península antártica.

El organismo internacional, creado en 1982 con motivo del Tratado del Antártico, está integrado por 25 países, entre los que están la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay; su misión es la conservación de los recursos marinos y velar por la utilización racional y sostenible.

El ecosistema antártico está amenazado por la creciente presión pesquera y la navegación intensiva tanto turística como de prospección científica; esta última se atribuye al interés por conocer si hay yacimientos de energía fósil y minerales estratégicos. El ministro Fausto López Crozet, director general de Asuntos Antárticos de la Cancillería, asistió en representación de la Argentina. La política del Ministerio de Relaciones Exteriores en relación con la temática de creación de áreas marinas protegidas es de apoyo siempre que su origen sea de carácter y control multilateral.

Se debatió sin éxito una propuesta de Estados Unidos y Nueva Zelanda para proteger 1,3 millón de kilómetros cuadrados en el mar de Ross y otra de la UE, Australia y Francia para declarar reserva marina a un millón de kilómetros cuadrados en las aguas orientales de la Antártida. Por cuarta vez consecutiva desde 2011 la dupla chino-rusa dio por tierra con las propuestas presentadas a consideración del plenario de la CCRVMA.

Los representantes del Gobierno de Vladímir Putin y de Xi Jinping bloquearon las ponencias y, como la decisión y la recomendación final deben adoptarse por unanimidad, el debate se clausuró con el fracaso de la iniciativa de protección a recursos marinos antárticos.

Las diferencias planteadas radican en que la creación de áreas protegidas supone la prohibición de la pesca y la restricción a otras actividades comerciales vinculadas con el ambiente y el lecho marino. Rusia, por caso, ya inició en el Ártico campañas de exploración y extracción petrolera contra la voluntad de países ribereños que buscan limitar esas operaciones. En 2013 dos ambientalistas argentinos de Greenpeace, Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, fueron detenidos en aguas del Ártico por autoridades rusas cuando intentaron protestar encadenándose a una plataforma petrolífera de la empresa Gazprom.

China está en franca expansión de sus intereses pesqueros en caladeros del mundo, en el océano Antártico hay abundante krill -crustáceo base en la cadena alimentaria oceánica- y una especie muy cotizada en el mercado asiático, la merluza negra.

En agosto de 2013 la Argentina creó por ley el Área Marítima Protegida Namuncurá-Banco Burdwood, en el Atlántico Sur. Es una meseta submarina situada entre la Isla de los Estados y las islas Malvinas, de especial importancia para la conservación de la biodiversidad y la investigación científica.

El banco Burdwood forma parte de la zona económica exclusiva reclamada por la Argentina, pero su tercio oriental y pequeñas áreas de su parte norte fueron incluidas por el Reino Unido desde el 22 de agosto de 1994 en la denominada Falkland Islands Outer Conservation Zone (Zona de Conservación Externa de las Islas Malvinas) al extender ese país su jurisdicción en esta zona hasta las 200 millas náuticas de las líneas de base costeras de las islas Malvinas, hecho que no ha sido aceptado por la Argentina. En ese banco ocurrió el hundimiento del crucero General Belgrano a causa de un ataque con torpedos lanzados por el submarino británico Conqueror.

Durante los debates de la CCRVMA en Australia también se abordaron iniciativas para evaluar y reducir la pesca ilegal, la inspección y el seguimiento de barcos, cuotas de captura para el krill, la merluza negra y otras especies ictícolas y cuotas de captura para las prospecciones de pesca de investigación que contribuyan a mejorar el conocimiento científico.