Por Silvia Pisani
El litigio por la deuda en default entró en una nueva dinámica, en la que la Argentina ya no debería buscar un acuerdo de pago por US$ 1600 millones, comprendidos en el fallo inicial del juez Thomas Griesa, sino por una cifra mucho mayor. Según las primeras estimaciones, el número sobre la mesa de conversaciones se elevaría a cerca del doble. Pero podría ser más.
Así se desprende de una comunicación de Griesa por la que le dio poderes al negociador Daniel Pollack para que incorpore a las negociaciones con el fondo NML-Elliot, promotor de la demanda en el juzgado de Nueva York, a los llamados me too (yo también, en inglés). Es el nombre que se les da a los acreedores que, tras el fallo favorable que la Corte Suprema reconoció a los fondos buitre, se presentaron ante el tribunal para pedir "igual tratamiento". No está cerrado el número de los que se encuentran en esas condiciones. Hay presentaciones por más de US$ 1100 millones. Esa cifra podría sumarse a la del fallo original favorable a NML.En medios privados se especula con que la cifra terminará siendo mayor. El propio Paul Singer, dueño de aquel fondo, tendría la intención de que entren todos los casos pendientes que no están incorporados en el fallo.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, admitió ayer a la mañana, por primera vez, que podría haber una negociación con los buitres, declaración que más tarde relativizó. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo que era "falsa de falsedad absoluta" la versión que indicaba que el Gobierno está preparando un proyecto para modificar la ley de pago soberano de la deuda y poder cumplir con los fondos buitre.
De todas maneras, se nota un giro en el discurso frente a los holdouts que se viene registrando en el Gobierno y que tuvo uno de sus hitos en el guiño que hizo ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, de una posible negociación. "A fines de año habrá mejores posibilidades para dialogar con los acreedores que optaron por quedar fuera de la reestructuración de la deuda", declaró el ministro. Para esa confesión eligió un diario extranjero: el mexicano La Jornada (ver aparte).
En el mismo sentido fueron las señales recogidas sobre el fin de semana en la Casa Rosada, donde diversas fuentes admitieron a LA NACION la posibilidad de avanzar en un "cambio de la legislación existente" en el caso de que se llegue a un acuerdo de pago con los acreedores. "En ese caso, la legislación necesaria será considerada durante el período de sesiones extraordinarias", dijeron. Algunos legisladores, incluso, habrían recibido la indicación de "no alejarse demasiado" de la Capital porque su voto podría ser necesario.
Hace sólo cuatro semanas Kicillof se había mostrado favorable a un ensayo de ese tipo. Otro tanto recogió LA NACION entre los acreedores. "Le dije más de una vez a Daniel Pollack [el negociador designado por el juez Griesa] que teníamos que hacer una conversación de todos juntos. Que no servía de nada intentar un acuerdo sólo con una parte", dijo Kicillof en esta ciudad. Fue cuando viajó a Washington para participar en la asamblea del FMI.
TODOS ADENTRO
Fuentes cercanas al fondo NML-Elliot dijeron entonces a LA NACION: "Veríamos muy bien una salida de ese tipo. No es la primera vez que decimos que es mejor llegar a un acuerdo donde estemos todos".
La idea pareció cobrar fuerza en la breve pero significativa nota que el juez Griesa incorporó anoche en el expediente del caso testigo contra la Argentina. En ella se afirma que "para facilitar un acuerdo" en el expediente se concede al negociador Dan Pollack "autoridad" especial para incorporar "algunos o todos" los casos vinculados que están pendientes en el mismo tribunal.
Por las características que ese trabajo tendría, el magistrado le otorga poder discrecional al negociador para que decida de qué modo usar esa autoridad, por cuánto tiempo y cómo estructurar la negociación.
"Lo decidirá discrecionalmente" con la mira en un mejor acuerdo, dice el magistrado, con lo que, de paso, implica una plena ratificación para el papel del negociador.
Pese al cambio de discurso y las señales de posible negociación que se vienen registrando, el fondo NML-Elliot aseguró que "seguirá firme" con la investigación que abrió en los tribunales de Nevada sobre la llamada "ruta del dinero K", con la que viene presionando al Gobierno a negociar.
"En el pasado ya hemos visto momentos en que la Argentina parecía tomar un curso racional para luego dar marcha atrás y retomar las posiciones radicales y destructivas", señalaron voceros del fondo a la agencia Bloomberg.
El giro podría apuntar a un cierre en el largo litigio por la deuda externa en default que tiene la Argentina. Los dos canjes ofrecidos en 2005 y 2010 lograron reestructurar el 93% de los bonos en el mercado. Pero resta un 7% de los llamados holdouts (los que quedaron fuera de esa oferta).
De ese total, sólo una porción acudió a los tribunales. El más activo es NML-Elliot, que en junio pasado logró que la Corte Suprema le convalidara un mecanismo por el que se impide el pago a los bonistas que aceptaron el canje a menos que ellos cobren también.
Desde entonces, la Argentina cayó en un default selectivo, que avanza según ocurran los vencimientos de títulos reestructurados.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, ayer sacudió al mundo financiero con una declaración sobre los fondos buitre que luego tuvo que salir a desmentir. Primero admitió ante un diario mexicano que hacia fin de año la Argentina podría encarar negociaciones con los holdouts por la porción de deuda que continúa impaga. Y por la noche sacó un comunicado diciendo que había “una lectura malintencionada” de sus palabras. Y que “no hay modificación alguna” en la estrategia oficial hacia esos acreedores.
Ayer, en una entrevista al diario La Jornada de México, Kicillof sostuvo que “a finales de año, cuando desaparezcan los instrumentos que los fondos buitres han utilizado para la extorsión, habrá mejores posibilidades para dialogar con los acreedores que optaron por quedar fuera de la reestructuración de la deuda”. Así se refirió a la cláusula Rufo, que le impide al Gobierno hacer una propuesta de pago diferente a los holdouts, y que vence el 31 de diciembre.
Los dichos del ministro estaban en línea con la información que vino publicando el periodista Marcelo Bonelli en Clarín desde mediados del mes pasado, cuando reveló que el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, había anticipado a un grupo de inversores de Wall Street que buscarán cumplir el fallo del juez Thomas Griesa “sin que parezca que nos hemos rendido”.
Los dichos de Kicillof a La Jornada confirmaron también otra información revelada por este diario el fin de semana referida a la decisión del Gobierno de enviar al Congreso un proyecto para modificar la Ley Cerrojo y la Ley de Pago Soberano y así eliminar los obstáculos legales para poder acordar con los holdouts una vez que venza la vigencia de la cláusula Rufo, a fin de año. Para eso utilizaría el período de sesiones extraordinarias.
El comunicado se alineó con la postura del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien ayer a la mañana dijo que las versiones sobre un próximo acuerdo con los fondos buitre son “una burda maniobra desde el punto de vista político y comunicacional para crear maniobras del tipo especulativo”.
Kicillof aclaró que “estamos dispuestos a dialogar y buscar soluciones, pero no a someternos a extorsiones”.
Por Esteban Rafaele.
El juez de distrito de Nueva York, Thomas Griesa, reafirmó ayer el poder del mediador Daniel Pollack, resistido por Argentina, y lo facultó para incluir en las negociaciones a otros fondos buitre que reclaman a una sentencia similar a la que obtuvieron los fondos NML Capital, Aurelius, Olifant y el resto de los litigantes, que ganaron el juicio por sus bonos en default por casi u$s 1.700 millones.
En una orden judicial, Griesa dio al special master Pollack "autoridad, en su sola discreción y en la o las veces que él determine, para añadir a estos casos todos o algunos casos adicionales que quedan pendientes ante esta Corte en este asunto". El juez también dio al mediador "amplia autoridad para estructurar los arreglos para tales negociaciones" y para determinar "a su exclusivo criterio" los caminos más adecuados para llegar a un "acuerdo".
El juez ratificó así a Pollack, desautorizado por Argentina por considerarlo parcial. En el último encuentro con el mediador, los abogados del país (el estudio Cleary Gottlieb) acudieron por obligación judicial, pero sin representar al país.
Pero, por otro lado, facultó al facilitador a sentar en la mesa de negociaciones a todos los holdouts, algo que le reclamó en persona el ministro de Economía, Axel Kicillof. Según el juez, de esta forma podría favorecerse un "settlement" o acuerdo para que Argentina pague la sentencia en su contra. "Más allá de eso, el problema ahí es Pollack y su parcialidad", indicaron en Hacienda.
Según Marcelo Etchebarne, abogado de Cabanellas, Etchebarne Kelly, "el total de me too posible es de cerca de u$s 10.000 millones en Nueva York". De ese universo, indicó otra fuente, unos 14 holdouts con reclamos por al menos u$s 1.200 millones ya se presentaron en el despacho de Griesa. Son, en su mayoría, fondos y particulares que tienen una sentencia favorable pero que reclaman al juez una medida cautelar similar a la que obtuvieron Singer y compañía, por la cual Argentina no puede pagar la deuda reestructurada hasta tanto satisfaga el fallo en su contra.
Entre los litigantes se destaca EM, del magnate Kenneth Dart, que reclama un total de u$s 835 millones. El fondo Capital Ventures exige otros u$s 200 millones más intereses; un fondo de Emiratos Árabes pide otros u$s 100 millones. Y una suma similar (u$s 105 millones) reclama Wilton Capital. A ellos se sumarían reclamos adicionales de NML Capital, que dividió sus bonos en default en distintos juicios, acreedores particulares y bonistas italianos.
"Griesa le va a dar algo de tiempo a Argentina", afirmó Etchebarne, aunque consideró que "la situación judicial" del país "se irá agravando con el tiempo".
Para Guillermo Nielsen, el ex secretario de Finanzas que participó activamente en el primer canje y hoy revista en el Frente Renovador, "fue un gravísimo error no haber negociado con Griesa o con Pollack; esto puede triplicar el monto" que debe pagar el país.
Economía, en tanto, reiteró ayer en un comunicado que no ofrecerá más que el valor de la reestructuración de 2005 y 2010.