Por Daniel Peralta.
Hubo allanamientos, pero no embargos. Hay dos investigaciones judiciales, una penal en Buenos Aires y una civil en Nueva York; en ambas instancias se pone la lupa el traspaso de capital accionario de la petrolera que opera en nuestra provincia Chañares Herrados SA a la empresa Medanito SA, venta que se hizo a principios de junio pasado. Chañares Herrados es una petrolera cuyo único activo es la concesión de un área de producción en Mendoza.
El motivo de las pesquisas es impulsada por el grupo inversor de capitales estadounidenses y europeos LAIG. La denuncia es que la empresa argentina Medanito SA, cuyos principales accionistas serían allegados al ministro de Planificación Federal Julio De Vido, habría violado un contrato suscripto por ambas firmas para comprar Chañares Herrados en sociedad.
La investigación pone en situación incómoda al entonces titular de la Comisión Nacional de Valores y flamante presidente del Banco Central de la República Argentina Alejandro Vanoli. Es que la CNV, al tratarse Chañares Herrados de una petrolera que cotiza en la bolsa de valores, debe controlar el traspaso del capital accionario.
Chañares Herrados SA (Chasa) toma su nombre del área petrolera que viene operando desde el ‘92: Chañares Herrados y Pozo Cercado, de la subcuenca Carrizal. Es una de las zonas más productivas de nuestra provincia. De esta realidad tomó nota LAIG desde febrero del año pasado, cuando empezó a estudiar la forma de hacerse de Chasa.
La historia
Esa es la historia que se relata en el entorno de LAIG. En noviembre de 2013 LAIG inició los contactos con Medanito SA, ofreciéndole participar en el negocio con un 20% de Chasa.
Las negociaciones continuaron bajo el manto protector de un acuerdo de confidencialidad. En diciembre del año pasado se acordó que Medanito se quedaría con el 51% a cambio pagarle a LAIG un 18,5% anual. En un plazo de 4 años Medanito podría hacerse del total de Chasa a valor de mercado.
A principios de febrero de este año, Medanito y LAIG hicieron la oferta a Chasa: 84,5 millones de dólares, oferta que fue aceptada por la empresa petrolera 48 horas después de haberse realizado.
La cuestión es que el 5 de junio pasado la operación se hizo pero sólo con uno de los oferentes. Mientras Medanito y Exmed (una empresa financiera vinculada a Medanito) cerraban el acuerdo de compra, los representantes de LAIG golpeaban infructuosamente las puertas de las oficinas de Chasa con un escribano público y desde adentro nadie respondía.
Así se llega a las denuncias judiciales. Una en los tribunales porteños por defraudación, la otra en Nueva York en la que solicitan un resarcimiento económico. En el acuerdo de confidencialidad firmado en noviembre de 2013 entre LAIG y Medanito se establece que las partes se someten a resolver cualquier diferendo legal en la jurisdicción de Nueva York. Y allí radicó la denuncia LAIG para reclamar 130 millones de dólares.
Lo que las fuentes de ambas partes afirman es que no hubo embargos, como lo indicaban las primeras informaciones que se filtraban en medios argentinos. Lo que sí hubo es una cautelar emitida por la Justicia neoyorquina para que Medanito no disponga del capital accionario de Chasa. Para hacer cualquier movimiento debe preavisar con 60 días de anticipación. La medida se conoce como "temporary restraining order".
En la causa radicada en Buenos Aires, el 13 de agosto pasado el juez de instrucción Luis Alberto Zelaya, ordenó allanar las oficinas de Medanito, de Chasa, la de Exmed y también del estudio jurídico Beccar Varela que intervino en la operación.
Sin fondos buitre ni embargos
Fuentes vinculadas a LAIG rechazan que se los llame “fondo buitre”. Indican que se dedican a invertir en el sector energético, que ya llevan más de 2.000 millones de dólares invertidos en América Latina y que están abriendo una oficina en Buenos Aires. Ya tienen sedes en Londres, Nueva York y México. El domicilio legal de la firma está en las Islas Cayman.
También aclaran que no están impulsando investigación alguna sobre funcionarios argentinos, ni nacionales, ni provinciales.
Del lado de Medanito SA hubo un escueto comunicado en el que indican que no han sufrido embargos y que están sometidos al “temporary restraining order” emitido por la Justicia de Nueva York. Las explicaciones más amplias vendrán más adelante.
Claves
-LAIG inició contactos en 2013 con Medanito SA para ser accionista de Chasa.
-A fines del 2013 se acordó que Medanito quedaría con el 51% a cambio de pagarle a Laig un 18,% anual.
-En febrero de 2014 Medanito y Laig hicieron una oferta a Chasa, la que fue aceptada.
-En junio Chasa aceptó que Medanito y Exmed ingresaran al negocio mientras se quedaba afuera Laig.