El kirchnerismo y sus aliados consiguieron en las primeras horas de este jueves aprobar el Presupuesto 2015, al cabo de una extensa sesión en la que oficialistas y opositores se cruzaron duras críticas.
El proyecto fue aprobado por 39 votos positivos y 22 negativos, luego de más de nueve horas de debate.
El presupuesto prevé una inflación del 15,6%, un dólar de $9,45 y un crecimiento del 2,8%. Además, según estimaciones oficiales, habrá un superávit comercial de 9.197 millones de dólares.
La recaudación tributaria sería en 2015 un 28,1 por ciento superior a la estimada para este año, ya que sería de casi un millón 500 mil millones de pesos. De ese total, el 22,4 por ciento corresponde a impuesto a las Ganancias; el 27,7 por ciento al IVA y el 25,4 por ciento a los aportes de contribuciones de la seguridad social.
Otro 10,6 por ciento se deriva del comercio exterior y un 6,6 por ciento del denominado “impuesto al Cheque”, entre otros.
Más de la mitad de los gastos de la gestión de gobierno estarán destinados a servicios sociales: un 58,7 por ciento.
El resto se divide en “servicios económicos” (21,9 por ciento), “administración gubernamental” (6,2 por ciento) y “servicios de defensa y seguridad” (5,5 por ciento). Pero además, un 7,7 por ciento de los gastos estará dirigido a solventar la deuda pública.
El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social es, por lejos, el que más partidas recibirá: un 36,5 por ciento.
Le siguen Planificación Federal (12,2 por ciento), Desarrollo Social (5,5 por ciento) y Educación (4,8 por ciento), entre las certeras con más presupuesto.
El debate
Al abrir la discusión, el miembro informante del oficialismo Aníbal Fernández, comenzó referenciando el contexto internacional, refutando a la oposición en el concepto de que el contexto nacional no afecta a la Argentina.
“Venimos escuchando que debiéramos crecer al 10% como los BRICS”, señaló, enumerando lo que crecen los componentes de ese grupo de países. Señaló también los factores coyunturales de Estados Unidos, la desaceleración de China y Brasil, que también nos impactan, y hasta la situación de Alemania, que crecerá 1,2%. Con ello pretendió “demostrar que el canal comercial de contagio de la crisis sigue vigente”.
“Si nuestros socios no crecen, no nos compran a nosotros”, aclaró, puntualizando que Argentina siguió creciendo, pero más levemente.
En su discurso, Aníbal dijo que “el mundo no quedó ajeno a la crisis de crecimiento”. Con todo ello quiso reflejar el impacto del contexto internacional sobre nuestras exportaciones y el crecimiento argentino.
La senadora radical Laura Montero se refirió a que los “vaticinios catastróficos del oficialismo” no permiten reconocer los errores gravísimos en la implementación de las políticas económicas. “La necesidad de autoabastecimiento es urgente por el crecimiento del consumo", en relación al crecimiento de la matriz energética, pero advirtió que “no debe ser a costa de las caídas de las reservas en dólares”.
Para el salteño Romero la brecha cambiaria, “asusta a aquellos que quieren invertir” y expresó que “el intervencionismo genera decepción”. Además, contó que “este gobierno cada sector que tocó, lo arruinó”. Y se refirió al que a pesar del deterioro de la actividad económica en este año, “este presupuesto está cada vez más alejado de la realidad, es un dibujo total”, puntualizó el senador.
La senadora rionegrina María Odarda, dijo que el presupuesto “no garantiza la inclusión” sino que sigue concentrando la decisión política de “avasallamiento de los recursos genuinos de las provincias”. Además, agregó que “fomenta la privatización de la tierra, de los espacios públicos y menoscaba a las economías regionales, priorizando las industrias extractivitas que tanto daño le hace al medioambiente”.
Por su parte, el senador Naidenoff dijo que “este proyecto es un programa nacional que está disociado de la realidad de los argentinos”. Y cuestionó la credibilidad de la ejecución de las partidas en Educación, estimado en un 15 por ciento para el 2015. “Alguien puede creer que la inversión sea la sea del 15,6 por ciento cuando la inflación proyectada es del 21,3 por ciento”, preguntó.
En cambio, la senadora kirchnerista Graciela de la Rosa, manifestó que en la economía interna de la Argentina “creció de manera significativa por la implementación de la asignación universal por hijo, la actualización de la jubilación y la incorporación de miles de abuelos al sistema previsional". Y agregó que los subsidios a cooperativas ayudaron a sostener a las economías regionales", como por ejemplo la decisión de "hacer obras en materia de agua potable y cloacas”.
Marta Borello, dijo que este presupuesto es “la continuidad de los superpoderes”, porque permitirá que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, puede disponer todas las restructuraciones presupuestarias, según lo que "el Ejecutivo considere necesario”. Afirmó que “se pueden direccionar recursos y darle prioridad a determinadas situaciones provinciales en desmedro de otras”.
Para la senadora kirchnerista Graciela de la Rosa, la economía interna de la Argentina “creció de manera significativa por la implementación de la Asignación Universal por Hijo, la actualización de la jubilación y la incorporación de miles de abuelos al sistema previsional". Y agregó que los subsidios a cooperativas ayudaron a sostener a las economías regionales", como por ejemplo la decisión de "hacer obras en materia de agua potable y cloacas”.
Para el senador de Unión Pro Alfredo De Angeli, según los datos estimados en el presupuesto enviado por el Ejecutivo, “el federalismo está muy lejos”.
“¿Para qué están los gobernadores, los intendentes y los concejales?”, cuestionó De Ángeli, y recordó que si los fondos hubieran estado en las provincias, "ya se hubieran hecho hace rato". Entonces insistió: "¿Por qué la Nación tiene que hacerse cargo de todas las obras?".
"Este presupuesto es unitario y centralista. Si este país no hubiera ido en contra del campo, creceríamos como Uruguay, Paraguay y Brasil. Este Gobierno no cumplió con lo que dijo", reafirmó.
A su turno, la senadora nacional por Chubut Graciela Di Perna, anticipó su voto en contra del proyecto del presupuesto 2015, al que calificó como “improvisado”, y agregó que “la población sabe que estamos en recesión. Lo sabe porque ve los precios que aumentan”.
“Yo quiero un presupuesto real, cumplible, creíble, con controles, fundamentalmente serio, que le permita a la Argentina salir de una espiral de caída, recuperando la senda de crecimiento que nunca debimos abandonar”, señaló Di Perna en su intervención en el recinto.
El senador del Frente para la Victoria José Mayans, defendió el proyecto del presupuesto que envió el Ejecutivo. Hizo incapié en la inclusión de seis millones de jubilados, en un “sistema provisional único en Latinoamérica”, resaltando que la Argentina generó un “cambio fundamental en la construcción de un plan de inversiones destinados a servicios sociales”. El 60 por ciento del presupuesto será destinado al gasto social, destacó.
El senador formoseño, resaltó “el avance de las prestaciones sociales” al que acuden los habitantes de los países vecinos. En educación, el Gobierno destinó 100 mil millones de pesos, universidades, incentivo docente, superando el 6,5 del total.
Pero el socialista Romero manifestó que “por la caída en la exportación de la soja y de la carne, se perdieron miles de puestos de trabajo, dejando en la calle a muchos trabajadores”. También se refirió a la caída de patentamiento que cayó un 25 por ciento, pero afirmó que desde el Gobierno nacional “le van a seguir echando la culpa al mundo”. La devaluación de la moneda brasilera agravaría mucho más la situación económica interna, advirtió.
A su vez, agregó que la brecha cambiaria “asusta a aquellos que quieren invertir”, y expresó que “el intervencionismo genera decepción”.
Más duro fue el senador Jaime Linares (GEN-FAP), sostuvo que la compra de ferrocarriles en China y la importación de gas por 89 millones de dólares para el 2015, “no están siendo debatidas ni proyectadas estratégicamente a largo plazo”. Advirtió que el discurso político del Gobierno nacional no condice con “los datos presupuestarios que están concentrados y distribuidos discrecionalmente”.
Para el senador radical Luis Naidenoff, el presupuesto “es un dibujo” porque le Gobierno nacional sólo se mantiene con “los votos del recinto”.
“Este proyecto es un programa nacional que está disociado de la realidad de los argentinos”, dijo Naidenoff. Y cuestionó la credibilidad de la ejecución de las partidas en Educación, estimadas en un 15 por ciento para el 2015. “¿Alguien puede creer que la inversión sea la sea del 15,6 por ciento, cuando la inflación proyectada es del 21,3 por ciento?”, preguntó.
Desde el bloque Unión Pro Diego Santilli, aclaró que cuando asumió en la banca de la Cámara alta, junto a su compañera Gabriela Michetti, “buscamos fuerzas alternativas para buscar soluciones a problemas que aquejan desde hace años a los argentinos”.
Cuestionó la forma en que el Gobierno “construye desde el federalismo” y caracterizó al kirchnerismo como “una democracia negativa”, según la definición de Guillermo O'Donnell. Y argumentó que “ tienen todo el poder concentrado y se convierten en líderes negativos”, porque consideran que los funcionarios oficialistas "tienen el deber de acompañar a libro cerrado los proyectos del Ejecutivo". "Producen facultades extraordinarias para no contradecir a sus líderes”, dijo Santilli.
El senador radical Gerardo Morales criticó al gobierno porque en el presupouesto el dígito de la inflación es "inconsistente con la realidad y los que terminan pagando los costos son los jubilados, los trabajadores y las familias ubicadas en los estratos con menores ingresos”. Y agregó que “si no se reconoce un problema es difícil encontrar una solución. A lo mejor no sea del 40 por ciento, pero tampoco del 20 por ciento o 19 por ciento como plantea el oficialismo”.
Al cierre del debate, el senador Aníbal Fernánandez, presidente de la Comisión de Presupuesto, tras la ausencia del senador Miguel Ángel Pichetto, negó “la gravedad en la caída de reservas” porque hay que compararlo con el pasivo que se tiene.
Señaló que “nos hablan de la pérdida de los pilares que fueron los superávits”, pero lo atribuyó al pago de las deudas y a la necesidad de abastecimiento energético. Destacó los acuerdos con el CIADI, el Club de París y Repsol, y mencionó luego la sanción de la Ley de Pago Soberano. Relativizó la importancia de saber cuántos adhirieron a esa norma, aclarando que se trató de una decisión “política trascendental”, y destacó que con ello “Argentina no ha caído en default”.
Fernández defendió el gasto público, señalando que “ha sido la herramienta poderosa de la transformación de los últimos años”. Pidió “terminar con ese verso” y destacó que “a contrapelo del mundo, el Producto Bruto Interno crece porque hay un aumento del consumo y políticas para desactivar las profecías autocumplidas”.
Por Ignacio Ortelli.
Pese al rotundo rechazo de la oposición y en medio de fuertes cuestionamientos a las previsiones que hizo el Gobierno en materia económica, el oficialismo en el Senado convirtió en ley esta madrugada, con 39 votos a favor y 22 en contra, el Presupuesto 2015.
La iniciativa, que fue aprobada semanas atrás en Diputados, prevé un crecimiento del PBI del 2,8 por ciento; una inflación del 15,6 por ciento; un dólar a 9,45 pesos; y una recaudación de 1.489.900,1 millones de pesos.
Como miembro informante del bloque del Frente para la Victoria, Aníbal Fernández, destacó que el Presupuesto trazado por el Gobierno “mantiene el gasto social y la promoción de los planes productivos” y explicó que “busca contrarrestrar la crisis” con “una política de fuerte impulso fiscal”, para paliar “la desaceleración de las economías de los principales socios comerciales” de la Argentina.
Las críticas de la oposición se multiplicaron. La radical Laura Montero advirtió que el país “está en la línea roja” e instó al oficialismo a dejar de lado las excusas. “Los resultados de la economía son reales. Por más que busquen que el mundo se nos viene encima, la realidad hoy es que la economía argentina no crece”, replicó la legisladora cobista.
Por su parte, el salteño Juan Carlos Romero (Peronismo Federal) se quejó del reparto para las provincias y expusó que “no hay obras previstas significativas” para Salta. “Me duele porque significa que el Gobierno nacional nos relega, que habrá menos empleo y que el progreso quedará para otro momento”, indicó.
El massista Roberto Basualdo desmenuzó las cifras del proyecto. “Hablamos de un índice de inflación del 15% para el año que viene y por otro lado en el Presupuesto se da un déficit fiscal. Indudablemente, un país con déficit fiscal y sin crédito tiene que emitir dinero y esto, muy probablemente, genera inflación”, alertó.
Desde el interbloque del FAP-UNEN, Fernando “Pino” Solanas aseguró que “este Presupuesto representa todas las mentiras de este Gobierno” ya que “vuelve a mentir con la inflación para subestimar la recaudación tributaria y manejar de manera discrecional el aumento del gasto público”.
Su compañero de bloque, el bonaerense Jaime Linares, apuntó que “prevé un superávit primario que es imposible que se pueda cumplir”. Mientras, la rionegrina Magdalena Odarda (Coalición Cívica-ARI) señaló que el proyecto constituye un “avasallamiento de los recursos genuinos de las provincias” y se lamentó que “el federalismo sea una utopía”Desde el oficialismo, hubo réplicas. El jujeño Walter Barrionuevo apeló a una chicana. ¿Para qué quieren ganar las elecciones? Porque si es tan terrible la situación de la economía argentina y estamos a punto de explotar, no tiene sentido la disputa”, ironizó.
No obstante, admitió que “hay estancamiento” y acusó a los opositores de ponderar a otros países. “¿Ahora se acuerdan de que los vecinos están creciendo? Siempre la visión sesgada para desalentar”, les reprochó. Y la senadora formoseña Graciela de la Rosa se sumó a la cruzada: “Es mucho más complejo gobernar que solamente planificar”.
El Frente para la Victoria se preparaba anoche en el Senado para convertir en ley el Presupuesto 2015, al cabo de una sesión cargada de críticas opositoras. La iniciativa, que reconoce que la economía apenas crecerá medio punto este año y que las cuentas cerrarán con un déficit del 4% del Producto Bruto Interno (PBI), prevé además un dólar promedio a $ 9,45, una inflación del 15,6% y 2,8 puntos de crecimiento para el último año de mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Con matices, los bloques opositores repitieron las críticas que le hacen cada año a la previsión de gastos e ingresos oficial. "El último presupuesto de Cristina Kirchner es un presupuesto melancólico, que repite la misma matriz de cada año de subestimación del gasto, de la inflación, del tipo de cambio, de los ingresos", graficó Norma Morandini, de UNEN.
En un lenguaje más llano, coincidió con ella Fernando Pino Solanas, quien consideró que la iniciativa "es una mentira y una falta de respeto al pueblo". Según el senador, "el kirchnerismo nos vuelve a mentir con la inflación para subestimar la recaudación tributaria y manejar de manera discrecional el aumento del gasto público". La chubutense Graciela Di Perna coincidió con esa lectura.
El salteño Juan Carlos Romero cuestionó puntualmente la política monetaria porque, según aseguró, "el Gobierno está empapelando el Banco Central y la Anses con la emisión". Mientras que el entrerriano Alfredo De Ángeli pidió "darles autonomía a los gobernadores para que aprendan a administrar".
En defensa de la iniciativa salió el sanjuanino Ruperto Godoy. "Ustedes lo que quieren es desfinanciar al Estado. ¡Si van a la Sociedad Rural y dicen eliminemos las retenciones!", se quejó. El senador kirchnerista enfatizó que el "fondo solidario de la soja llega a las provincias que hacen prácticamente el 50% de sus obras con ese dinero". Siguiendo esa línea, también Aníbal Fernández se quejó de los discursos opositores. "No está bien llamar a las provincias parias, mendicantes, decirles que reciben las migajas", observó.
En ese punto, la rionegrina Magdalena Odarda, de UNEN, consideró que el proyecto "es la lisa y llana expoliación de los recursos de las provincias" porque "fomenta la privatización de los espacios públicos, como ríos, lagos y litoral marítimo". Mientras que el frenteamplista Jaime Linares advirtió que "las provincias siguen recibiendo recursos muy por debajo de lo que impone la Ley de Coparticipación" y pidió "abandonar criterios de discrecionalidad y centralismo fiscal".
La radical mendocina Laura Montero, en tanto, observó que el proyecto del Ejecutivo "refleja los fracasos del plan de gobierno que afectan la economía, el empleo y la vida de los argentinos" y subrayó que "se gasta la plata pero las obras no se ven". La senadora le reclamó al oficialismo saber "en qué se gasta ese dinero, o si lo que falta es lo que se devoró la inflación que no quieren reconocer".
Por: Rubén Rabanal.
La palabra "mentira" fue quizás las más repetida ayer en la sesión del Senado donde se debatió el proyecto de Presupuesto Nacional 2015 que anoche estaba a punto de convertirse en ley. La oposición se ocupó, sólo como un ejercicio discursivo ya que se sabe que el Presupuesto nunca se modifica en el Senado, a recordar la imposibilidad de cumplimiento de cada una de las proyecciones macroeconómicas que sirvieron de base al proyecto. A pesar de que la oposición le enrostró al Gobierno en el recinto "mentir sistemáticamente" con los números (la frase de fue de Laura Montero), el kirchnerismo tuvo el número suficiente para votar. Ni siquiera el nuevo Fondo de Desendeudamiento con u$s 12.000 millones tomados de reservas para cancelar a acreedores privados causó escándalo en el recinto. Casi nadie intentó explicar que lo normal en el mundo es que los vencimientos de capital se renegocien y los de intereses se paguen con excedenes de dólares, no con reservas, dos operaciones que la realidad le impide al Gobierno realizar.
La defensa del proyecto que hizo el kirchnerismo fue más curiosa aún que la inexactitud de las variables. Así como la inseguridad es ahora imputable a extranjeros, el deterioro de las cuentas públicas puede achacarse a los problemas de Brasil y de China.
"Si nuestros socios no crecen, no nos compran a nosotros", dijo el senador sin sonrojarse y pronosticando que ese horizonte va a empeorar en los próximos dos años.
Hubo otro pasaje memorable de esa defensa: el kirchnerismo sostiene que los "superávit gemelos" desaparecieron por culpa del pago de la deuda y el mayor costo la importación de energía tras haber perdido el autoabastecimiento. Todo como si se tratara también de problemas heredados.