Los primeros calores de octubre volvieron a encender las alarmas por el funcionamiento del servicio eléctrico. Una serie de cortes despertó en los usuarios el recuerdo del último verano, en donde las fallas fueron sistemáticas y generalizadas, cuestión que derivó incluso en acciones penales contra las distribuidoras.
En ese contexto, el jefe de ministros, Jorge Capitanich, se reunió este lunes en la Casa de Gobierno con los principales directivos de las empresas, con quienes analizó el plan de inversión comprometido por ambas compañías para mejorar el servicio.
En ese marco, se requirió al Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE) que las compañías comuniquen periódicamente las acciones programadas, la disponibilidad de recursos humanos y equipamiento afectados a la demanda de la población durante el período estival.
De este modo, cada empresa deberá informar las inversiones realizadas y por realizar, y la disponibilidad de los laboratorios detectores de falla con el personal capacitado para atender la demanda, se indicó en un comunicado de la Jefatura de Gabinete.
La inversión energética para el Área Metropolitana de Buenos Aires asciende a los 2.900 millones de pesos entre obras ejecutadas y en proceso de ejecución por parte de las empresas y el Programa Más Cerca Eléctrico, que cuenta con financiamiento por parte del Estado nacional.
En la actualidad, existen 1.600 obras entre ejecutadas y en proceso de ejecución para mejorar la oferta electroenergética conjuntamente con la calidad de servicio, con el objetivo final para este período de lograr una inversión de 4.000 millones de pesos en diferentes modalidades de alta, media y baja tensión.
De este modo, el incremento de la oferta asciende a 20% entre diciembre de este año y enero del próximo.
Además de Capitanich, estuvieron en el encuentro el subsecretario de Planificación Federal, Roberto Baratta; el subsecretario de Energía Eléctrica, Paulo Farina; el titular del ENRE, Ricardo Martínez Leone, y los presidentes de Edenor y Edesur, Fabrizio Allegra y Ricardo Torres, respectivamente.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se reunió con los principales directivos de las distribuidoras Edenor y Edesur para analizar los planes de inversión comprometidos para atenuar en el verano los cortes de luz que volvieron a afectar a algunos barrios el fin de semana.
En paralelo, se requirió al Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE) que las compañías comuniquen periódicamente acciones programadas, disponibilidad de recursos humanos y equipamiento afectados a la demanda de la población durante el período estival.
Cada empresa debe comunicar las inversiones realizadas y por realizar, la disponibilidad de laboratorios detectores de falla con el personal capacitado para atender la demanda, informó Jefatura de Gabinete.
Participaron de la reunión, realizada en el Salón Norte de la Casa Rosada, el subsecretario de Planificación Federal, Roberto Baratta; el subsecretario de Energía Eléctrica, Paulo Farina; el titular del ENRE, Ricardo Martínez Leone y los presidentes de Edenor y Edesur, Fabrizio Allegra y Ricardo Torres, respectivamente, entre otros.
La vocera de Edesur, Alejandra Martínez, ratificó que durante el encuentro se repasaron las inversiones que las empresas están ejecutando y precisó que por el momento no hay fecha para un nuevo encuentro.
“Se hizo un repaso de los planes de inversión de las compañías y hubo un pedido especial de Capitanich para que haya una mejor comunicación de las empresas con los clientes cuando hacen un reclamo por corte de luz”, indicó Martínez.
Antes de la reunión, Capitanich había anticipado que se iba a hacer una “evaluación” sobre los cortes de luz producidos los últimos días a raíz de la ola de calor para “identificar cuáles fueron las causas, las razones y en virtud de ello establecer las acciones por parte del ente regulador”.
“(Desde el gobierno) Entendemos que las inversiones están siendo ejecutadas, gran parte ya han sido ejecutadas, y esto debería naturalmente mejorar sustancialmente el servicio energético”, señaló.
De acuerdo con los datos suministrados por Jefatura de Gabinete, la inversión energética para el área Metropolitana de Buenos Aires asciende a los 2.900 millones de pesos entre obras ejecutadas y en proceso de ejecución por parte de las empresas y el Programa “Más Cerca Eléctrico”, que cuenta con financiamiento por parte del Estado nacional.
Existen 1.600 obras entre ejecutadas y en proceso de ejecución para mejorar la oferta electroenergética conjuntamente con la calidad de servicio y el incremento de la oferta asciende a 20% entre diciembre de este año y enero del próximo. La meta final de este período es lograr una inversión de 4.000 millones de pesos en diferentes modalidades de alta, media y baja tensión, se indicó.
El incremento de la temperatura, que ya tuvo registros de calor inusuales para lo que suele ser el mes de octubre, parece haber reavivado un histórico problema que afecta a los argentinos: los cortes de luz.
Sobre el tema hablaron dos especialistas que pasaron por InfobaeTV y no encontraron demasiadas razones para ser optimistas a corto plazo, e incluso advirtieron que todo indica que pueden venir tiempos complicados por la falta de energía.
El vicepresidente del Instituto Argentino de Energía General Mosconi, Gerardo Rabinovich, avisó: "Nosotros tenemos la experiencia de lo que sucedió el año pasado y esto es una alerta, un anticipo para un fin de año que aparece como difícil. Y si se confirman estas temperaturas, el sector eléctrico puede generar un problema. El verano puede ser difícil".
Según su análisis, "falla estrepitosamente la gestión del Gobierno en el sector energético en general, y golpea fuertemente a la sociedad porque la falta de electricidad se siente mucho".
Para Gustavo Calleja, ex subsecretario de Energía del gobierno de Raúl Alfonsín, "el gran responsable del inicio de la destrucción del sistema eléctrico de Buenos Aires es Carlos Menem".
"Esto muere en la década del 90, cuando (el Gobierno) entrega las empresas y se rompe Segba, que fue un gran error porque echaron cinco mil técnicos a la calle. Luego la única inversión que hizo Edesur -en ese momento en manos chilenas y de Pérez Companc- fue una usina que se quemó el día que la inauguraron; desde ahí no hicieron más nada", recordó el ex funcionario.
El ex integrante del gobierno radical se defendió además de las críticas por los históricos cortes de luz que afectaron a la sociedad durante la gestión de la UCR: "A (Raúl) Alfonsín lo orinó un dinosaurio, porque se rompió el sistema de generación en El Chocón, entonces había que hacer los cortes cuando se vaciara el lago, que no se podía hacer de golpe porque se llevaba las chacras al océano Atlántico".
"Luego Atucha I salió de régimen y Segba tuvo problemas en su parque generador, pero fueron cortes programados que duraron cuatro meses y luego se terminó, no como en estos casos que uno no sabe nunca", argumentó. "Mi crítica es que no reorganizaron el sector, se les fue de las manos a todos", resumió.
Estatales o privadas
Finalmente Calleja consideró que habría que volver a estatizar el servicio de energía; en este caso su opinión no fue acompañada por Rabinovich, quien evaluó: "Las empresas (estatales) vuelven a la lógica de transferir las pérdidas y privatizar las ganancias. Hay balances negativos y hay un cuadro de resultados cuyos ingresos no alcanzan a pagar los costos operativos, lo que implica que el Estado nuevamente nos socialice las pérdidas".
"El tema no es si son públicas o privadas, sino que tenga ingresos suficientes para poder operar, funcionar e invertir. Hay un marco regulatorio por el cual las empresas privadas deben dar un servicio permanente y el Estado debe intervenir cuando se interrumpe, para exigir que se brinde de manera continua y con calidad", finalizó.
El análisis se dio en un marco de conflicto: la semana pasada, el juez federal Luis Rodríguez ordenó un peritaje contable y técnico sobre las inversiones hechas desde 2003 a la fecha por las empresas Edenor y Edesur en una mega causa que se sigue por los reiterados cortes de luz de los últimos años.
Por Pablo Fernández Blanco.
Diez años de crisis energética y cortes de luz todos los veranos no alcanzan para que el Gobierno anticipe la jugada. Con los primeros calores, el sistema eléctrico volvió a convertirse en un tembladeral, con desperfectos en líneas de alta tensión, cortes en barrios porteños y fricciones entre el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido .
Los problemas empezaron en las provincias de Córdoba y Santiago del Estero, según datos oficiales que sobreviven al silenciamiento que aplicó el kirchnerismo sobre las estadísticas que muestran la crisis. A las 14.35, la demanda alcanzó los 22.074 MW. Pero 25 minutos después cayó a 20.832,75 MW.
Es el equivalente a dos usinas medianas. Bajo la mirada de los especialistas del sector, eso sólo puede deberse a un daño en la infraestructura. Técnicos a cargo de la operación cotidiana del sistema explicaron a LA NACION que se debió a desperfectos en las líneas de alta tensión que tiene la empresa Transener, que afectaron a usuarios de Córdoba y de Santiago del Estero, lejos de la caja de resonancia que implican la provincia y la ciudad de Buenos Aires.
Los cortes de luz llegaron a la zona metropolitana, pero en una versión más edulcorada. A las 13.40, los comensales de La Parolaccia ubicada en Alicia Moreau de Justo y Corrientes (Puerto Madero) estallaron de furia cuando un corte irrumpió su almuerzo. Los dejó sin aire acondicionado y los obligó a pagar en efectivo porque no funcionaba el aparato para el cobro con tarjetas de crédito y de débito.
Desenfundaron los billetes al mismo tiempo que insultaban a la Presidenta. Lo mismo pasó en los locales adyacentes. Y en algunos barrios porteños: Belgrano, Villa Urquiza, Chacarita, Flores y Villa Crespo, por ejemplo.
Según las empresas, las restricciones no fueron superiores a las habituales. Pero sembraron la duda: si el primer calor agobiante provocó cortes y fastidio, ¿qué pasará en diciembre con el verano a pleno?
NÚMEROS NEGATIVOS
La evidencia reciente para responder a esa pregunta es mala. En sus balances de 2012, Edenor, que atiende a la zona norte de la Capital y el Gran Buenos Aires, cuenta cómo se deterioró la calidad del servicio. Según sus números, sus clientes registraron un promedio de 7,13 interrupciones del servicio en ese año, un 25% más que las 5,71 ocasiones en que sufrieron el mismo problema en 2008. La mayor dificultad para los usuarios es la duración de los cortes, en los que hubo un incremento mucho más fuerte. En 2008 la extensión de las interrupciones, en el promedio anual, era de 13 horas; en los últimos cinco años se duplicó y llegó a las 26 horas.
DISPUTA OFICIAL
El funcionario más preocupado es el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, a quien persigue el mal recuerdo del último verano. Sólo un mes después de asumir esa función, en noviembre del año pasado, se enfrentó a los presidentes de Edenor y de Edesur para avisarles que el Gobierno podría estatizar las empresas si seguían los cortes.
Ayer por la mañana, en conferencia de prensa, dijo que realizaría una "evaluación" para determinar las causas de los cortes del suministro eléctrico. El comentario sorprendió a los funcionarios del Ministerio de Planificación, que dirige Julio De Vido. Tanto Roberto Baratta (coordinador de esa cartera) como Marcelo Montero, un radical que se plegó a los métodos y los objetivos del primero, son los únicos guardianes de la calidad del servicio de luz. Hasta lograron apartar de las decisiones sobre las obras en el sector eléctrico al viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, y a su colaboradora Cynthia de Paz, dos funcionarios de Axel Kicillof, que habitualmente no cede los espacios de poder que gana.
En el sector eléctrico, Baratta es hoy el Guillermo Moreno del invierno de 2007. Define casi todo lo que tiene que ver con el Focede, un fondo que se nutre con aportes que pagan los usuarios a través de sus facturas y se destina a solventar las inversiones que no pueden afrontar las empresas con la tarifa planchada; llama y visita a las empresas cotidianamente y presiona a los ejecutivos que están al frente de las compañías, cualquiera sea su edad, rango o nacionalidad.
Baratta no entendía por qué Capitanich hablaba de cortes de luz, que, según su información, estaban a esa hora de la mañana lejos de ser un problema político como en otras ocasiones. Se impuso, de todas maneras, la mirada del jefe de Gabinete, que convocó a funcionarios y ejecutivos a las 13.30 a una reunión en la Casa de Gobierno.
También estuvieron el interventor del ENRE (el ente que regula al sector eléctrico), Ricardo Martínez Leone, un viejo colaborador del chaqueño; Ricardo Torres y Fabrizzio Allegra (presidentes de Edenor y de Edesur, respectivamente). Capitanich habló más de la televisión, de la radio y de los diarios que de las centrales de generación eléctrica, las líneas de alta tensión y los efectos del congelamiento tarifario sobre la infraestructura. Una vez más, su problema era la comunicación, según les transmitió a quienes participaron del encuentro. Les reclamó a las empresas que mejoraran la difusión de las obras que se están haciendo y le pidió al ENRE que lanzara una campaña.
Todo en un clima de cierta distensión. A esa hora, el servicio meteorológico había prometido que por la noche llegaría la lluvia, la principal aliada de la política energética para morigerar los cortes de luz. Y también de los ejecutivos de las empresas, que tenían el recuerdo del reto de Capitanich muy fresco en su memoria, pero sólo se llevaron el consejo de que se hagan entender más y mejor con la prensa..