Por Iván Ruiz
Siete propiedades, una fábrica de químicos, el bar Makena en Palermo, tres inmuebles en Miami y una pinacoteca con 70 obras de arte. Todo ese patrimonio se lleva Hernán Fardi de su paso por la función pública.
El vicepresidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV) renunció esta mañana a su cargo luego de que LA NACION publicara una investigación sobre su increíble crecimiento patrimonial. Sus activos se multiplicaron por diez en sus seis años como funcionario público.
Fardi era uno de los amigos de Amado Boudou que mejor se acomodó en el poder. Desembarcó en la función pública en 2008 como un joven economista con aires de inversor con bienes por $2,8 millones. Su vida dio un giro cuando conoció a su jefe político en la Anses. Boudou pronto lo hizo parte de su "mesa chica" dentro del organismo. Su patrimonio también dio un giro. Declaró en 2013 activos por $25 millones, según consta en todas sus declaraciones juradas, a las que accedió LA NACION.
Fardi se hizo millonario como funcionario público: en los últimos dos años ganó $12 millones. Un crecimiento patrimonial no exento de polémica. Desde la semana pasada está bajo la lupa de la Justicia. El fiscal Gerardo Pollicita impulsó una investigación por enriquecimiento ilícito sobre Fardi y un grupo de allegados a Boudou que se desempeñan como funcionarios públicos. La causa quedó a cargo del juez federal Ariel Lijo.
INVERSIONES
Su principal inversión son los títulos públicos: declaró $11 millones entre las distintas variantes de bonos. Desde 2008, su apuesta por la deuda pública se potenció al ritmo de los jugosos intereses. Sólo en 2013 declaró ganancias anuales superiores a los $4 millones.
El amigo del vicepresidente apostó por los ladrillos. Compró varias propiedades e invirtió en el mercado inmobiliario. Tiene una casa en el country Santa Bárbara (Tigre) de 1100 metros cuadrados y tres inmuebles en Capital. También adquirió terrenos en los lujosos barrios privados Fincas de San Vicente y Lagos de San Eliseo. Pero sus declaraciones juradas no reflejan el valor real: declaró por el total de sus propiedades $3,5 millones.
Pero la foto distorsiona la realidad: su patrimonio supera lo declarado. Un buen ejemplo son sus propiedades: cotizó los siete inmuebles por un total de $3,5 millones, un monto muy inferior al valor de mercado. Además, en su última presentación no incluye, entre otras cosas, los activos a nombre de su esposa, María Lillia Vieytes, que en 2011 (el último ejercicio en que se incluyó información de cónyuges) tenía más de un millón de pesos en bonos, entre otros activos.
Fardi también invierte en el exterior. El número dos de la CNV declaró una participación en la sociedad Mahe Prop por $2 millones. Pero omitió informar sobre su actividad en Tiguama LLC, Exim Trade LLC y BCNMia2 LLC, esta última a nombre de su mujer. Estas compañías compraron en 2011 al menos tres lujosos condominios en Miami que superan los $1,5 millones de dólares de acuerdo al valor de mercado que publican los registros públicos del condado. Las sociedades permanecen activas hasta la actualidad.
ARTE
Ya en 2012, Fardi expandió su capital a distintas sociedades. Declaró una participación de $3,3 millones en Grido SA, una compañía de productos de limpieza, más de $2 millones en Vifavet SA y Animals SA, empresas que vende insumos veterinarios, y en Calle Roy SRL, la sociedad titular del bar Makena, en Palermo.
Pero la más excéntrica inversión de Fardi fue su colección de arte plástico. Compró en 2012, cuando se aceleraron sus ganancias, una pinacoteca con 70 cuadros que el funcionario cotizó en $250.000. "Es la forma más sencilla de lavar dinero porque los cuadros no tienen casi ningún tipo de control. Declarar a bajo precio es un viejo truco porque el día de mañana lo vende a un millón de pesos y tiene una ganancia en blanco de todo ese dinero", explicó Alfredo Popritkin, titular de la ONG Contadores Forenses y ex perito de la Corte Suprema.
El promedio del precio impuesto por Fardi es de $3500 por cada obra de arte. Según pudo saber este medio, ningún cuadro con un mínimo de recorrido por el circuito artístico porteño está valuado por debajo de los $40.000. En cambio, "Niño en el patio" y "Pescadores", las piezas más baratas de la colección de Fardi cotizan 110 pesos.