Ni tirar todo por la borda, ni mantener todo como está. El 49% del electorado quiere que el próximo presidente cambie algunas políticas del kirchnerismo, pero también espera que otras se mantengan. En otras palabras, cuando falta un año para las elecciones nacionales casi la mitad de los votantes espera que el sucesor de Cristina Kirchner se ubique a medio camino entre la continuidad y el cambio.
Ése es el principal resultado de una encuesta que Poliarquía Consultores realizó para LA NACION entre el 17 y el 22 de octubre. También diferenció los otros extremos: sólo un 18% del electorado quiere continuar con la "mayoría" de las cosas que hizo el kirchnerismo, mientras que el 29% espera que la mayoría de esas políticas cambien.
"Los votantes afrontan las elecciones con actitud conservadora, con una mayoría que desea que el próximo gobierno mantenga los logros del actual y corrija las malas políticas. Sólo un tercio de los electores no le reconoce nada al kirchnerismo. Esta tendencia pone a los candidatos opositores mejor posicionados -Sergio Massa y Mauricio Macri- ante un desafío: plantear una nueva agenda, pero dando seguridades respecto de las políticas que la mayoría de la población desea mantener", analizó Eduardo Fidanza, director de Poliarquía Consultores.
Esa primera postal se relaciona con otra de las conclusiones del estudio: un 33% del electorado sostuvo que "el kirchnerismo hizo en general una buena gestión, aunque cometió algunos errores", paralelamente con un 21% de los encuestados, que consideró que "el kirchnerismo hizo en general una mala gestión, aunque consiguió algunos logros".
Frente a ese 54 % de electores que parecen ubicarse en el centro de la balanza, otro 32% juzgó no sentirse para "nada identificado con la gestión kirchnerista" y apostó por que se cambien la mayoría de las políticas actuales. Sólo un 12% de los consultados se sintió "muy identificado con la gestión kirchnerista".
Simultáneamente, la encuesta reveló también una mirada predominantemente optimista frente a lo que pueda suceder a partir de 2015 con el próximo presidente: el 53% del electorado cree que la situación del país será mejor (35%) o mucho mejor (18%) luego de diciembre de 2015. En cambio, un 14% consideró que la situación será peor (6%) o mucho peor (8%). Para un cuarto de la población, finalmente, todo seguirá igual con el nuevo gobierno.
Ese horizonte mayoritariamente optimista se apoyó sobre una apreciación pesimista de la actualidad: el 41% de los encuestados evaluó que la situación del país es "negativa", un 33% entendió que es "regular" y el 26%, "positiva".
Con todo, esas apreciaciones no se trasladan linealmente a la hora de calificar la figura de Cristina Kirchner: el 41% del electorado evaluó de manera negativa a la Presidenta, pero casi la misma proporción, el 40%, la valoró positivamente. El 19% consideró "regular" a la primera mandataria.
"Cristina Kirchner se constituye en el primer jefe de Estado que transita su último año de mandato con niveles tan marcados de aceptación. La radicalización de muchos aspectos de la gestión y el casi exclusivo dominio de la agenda pública -que la transforman en la actriz exclusiva y excluyente del escenario nacional- explican en alguna medida estos indicadores. La fuerte polarización en su imagen y gestión también se visualiza en los más de 40 puntos de imagen negativa", evaluó Fabián Perechodnik, director de Poliarquía.
Cuando se entrecruzan los datos, se revelan otros aportes interesantes. Por ejemplo, entre quienes aprueban la gestión kirchnerista, el 20% cree que el país estará "mucho mejor" con el próximo presidente, el 26% sostuvo que se estará "mejor", el 30% que será "igual" y sólo un 13% imagina una Argentina "peor" (11%) o "mucho peor" (3%).
Entre quienes desaprueban la gestión de Cristina Kirchner, un 18% espera un país "mucho mejor" con el próximo mandatario y un 43% opinó que será "mejor". Del otro lado, un 15% de los encuestados espera un país "peor" (7%) o "mucho peor" (8%), mientras que el 20% dijo no esperar cambio alguno.
En un nivel de análisis más fino, y ante la pregunta sobre las "sensaciones" que generan las elecciones presidenciales, predominó la esperanza (37%), la incertidumbre (14%) y el alivio (10%). Por debajo aparecieron el temor, la indiferencia y la alegría (todas con 7%), el entusiasmo (5%) y la angustia (3%).
El estudio también destaca que la sensación predominante entre los mayores de 50 años fue la "esperanza" (42%), mientras que el sector más joven (entre 18 y 29 años) expresó altos niveles de incertidumbre (20%) e indiferencia (14%).
La encuesta, telefónica, alcanzó a 1300 personas de 40 localidades del país. El error estadístico es de +/- 2.77%, para un nivel de confianza del 95%.
DIFERENCIA POR REGIÓN Y EDAD
La Capital Federal se mantiene como el territorio más hostil para el kirchnerismo, con un 42% que no se identifica en nada con la gestión presidencial. Al contrario, el 41% de los encuestados en el Gran Buenos Aires valoraron positivamente al Gobierno, aunque marcando errores. El equilibrio parece darse en el interior del país, con 30% de valoración positiva y 34% de rechazos totales.
Contra la lógica, los mayores de 50 años fueron lo más optimistas sobre las elecciones de 2015: registraron 69% de sensaciones positivas, contra 21% de percepciones negativas. Similar fue el resultado en la franja de entre 30 y 50 años. Los más jóvenes, en cambio, manifestaron expectativas negativas en un 46% frente a los comicios, contra un 45% de sensaciones positivas.
Fragmentación, volatilidad y segunda vuelta. Cuando falta un año para las elecciones presidenciales, esas características aparecen como los únicos trazos claros de un panorama incierto.
Daniel Scioli se impondría por poco en la intención de voto para la elección general del 25 de octubre próximo, pero Sergio Massa ganaría en las PASO de agosto. Mauricio Macri resultaría en ambos casos tercero, mientras que en el Frente Amplio UNEN, Julio Cobos se alzaría con la candidatura a presidente en las primarias por estrecho margen respecto de Hermes Binner y Elisa Carrió.
Los datos surgen de una encuesta de Poliarquía Consultores para LA NACION, de la que, como premisa general, se desprende que la mayoría espera que el próximo gobierno lleve adelante una gestión a mitad de camino entre el cambio y la continuidad (ver página 12).
El sondeo recoge primero la intención de voto para las PASO del 9 de agosto. En esa primera instancia, Massa aparece primero con el 22% de la intención de voto, Scioli, segundo con el 20%, y Macri, tercero, con el 18%. Lo sigue Florencio Randazzo, con el 8%, y quinto queda Cobos, con el 6%. La lista del primer test electoral sigue con Hermes Binner y Jorge Altamira (ambos con el 4 por ciento de la intención de voto), Elisa Carrió con 3% y Ernesto Sanz con 2%. En la retaguardia, todos con 1%, cierran los kirchneristas Sergio Urribarri, Julián Domínguez y Jorge Taiana.
En el recuento por fuerza, el kirchnerismo aventaja al Frente Renovador y a Pro, y el FAU queda cuarto. Los cinco candidatos del Frente para la Victoria reúnen 31 puntos y los cuatro del FAU, 15.
El podio cambia cuando la pregunta es por la intención de voto en las elecciones generales. En ese escenario se impone Scioli, que cosecha 26 puntos, tres más que Massa (23) y cuatro más que Macri (22). Cuarto, ya como único candidato de UNEN, queda Cobos, con 13%, seguido de Altamira, con 4%.
La encuesta presenta otros tres escenarios. Son los que resultarían si Carrió, Sanz o Binner ganaran la interna de UNEN en lugar de Cobos.
Ninguno de los tres casos cambiaría el orden en el podio final. Scioli seguiría en todos primero, seguido por Massa y Macri, en ese orden, aunque con diferencias de 1 o 2 puntos según quién sea el representante de UNEN. Aunque siempre quedan en el cuarto lugar, sí aparecen cambios en la performance de cada postulante del frente respecto de su eventual desempeño en las PASO.
Así, cuando el escenario para la elección general incluye a Carrió, la jefa de la Coalición Cívica cosecha 11 puntos (frente a los 3 de las PASO) y cuando el candidato es Sanz, el radical salta a 9 puntos (respecto de los 2 que obtendría en la interna). El ejercicio se completa con una eventual candidatura de Binner, que lograría el 7 por ciento de los votos, 3 más que en las PASO.
"La encuesta muestra que la disparidad de candidatos e ideas es una fortaleza y una debilidad al mismo tiempo. Queda claro que representan una parte del espectro electoral, pero ningún candidato por sí solo recoge lo que el espacio tiene en conjunto", evaluó ante LA NACION Fabián Perechodnik, director de Poliarquía Consultores. "La gente no termina de tener claro el escenario de UNEN", añadió.
La encuesta también aborda la intención de voto según el grado de identificación con el Gobierno. De ese cruce surgen varios datos interesantes. El primero, que el 71% de quienes dicen sentirse "muy identificados" con la administración de Cristina Kirchner elegiría a Scioli. Además, que el 43 por ciento de los que cree que la gestión del kirchnerismo "es buena, pero con errores" se inclinaría por el gobernador bonaerense y que el 24% lo haría por Massa. De los que hicieron el diagnóstico inverso ("mala gestión pero con logros"), el 33% elegiría al tigrense y el 35%, a Macri.
El sondeo cierra con una exploración de los atributos o méritos que los consultados, 1300 personas, adjudican a los candidatos.
"Se destacan las cualidades que los propios candidatos han potenciado. Massa aparece identificado con Tigre y con la seguridad; Macri es visualizado como el candidato de la gestión, y Scioli aparece fuertemente vinculado a sus condiciones personales y a la expresión de la continuidad política", concluyó Perechodnik..