Por Silvina Heguy. Enviada especial a El Calafate.
Hace más de 20.000 años que reina tranquilo sobre el Lago Argentino, pero en estos días el tiempo parece haberse acelerado para el Glaciar Perito Moreno. En noviembre su destino podría cambiar. El próximo mes, la represa Presidente Néstor Kirchner comenzará a levantarse sobre el río Santa Cruz -que se alimenta de sus aguas. Según ambientalistas y especialistas, la hidroeléctrica podría provocar que la “ruptura” -el estruendoso espectáculo que vuelve único al glaciar- ya no vuelva a suceder. La empresa constructora niega este posible efecto e informa que el estudio de impacto ambiental se iniciará con las obras. Del otro lado, juntan firmas para pedir que se espere su resultado para iniciarlas.
“El nivel del agua del lago va a estar regulado por el funcionamiento de la represa”, explica el ingeniero Gerardo Bartolomé, un conocedor de represas y un amante de la región del Santa Cruz. Después de hacer un estudio sobre los planos asegura que “en un día el nivel del agua podría subir o bajar con una diferencia entre 10 ó 15 centímetros. La oscilación puede producir una corriente en el frente del Perito, que aceleraría la cantidad de pequeños derrumbes. El glaciar así tendrá dificultad para avanzar y tocar la costa de la Península de Magallanes y los grandes derrumbes de cada 4 u 8 años podrían no llegar a producirse”.
Bartolomé después de estudiar el posible impacto creo una petición para juntar firmas en www.change.org/represayglaciar y así solicitar que el estudio de impacto ambiental -que exige la Ley General del Ambiente- se haga antes de que se inicien las obras. A su iniciativa se unieron grupos ambientalistas.
La represa Néstor Kirchner, a 150 kilómetros del Glaciar, es una de las dos hidroeléctricas que el Gobierno planea construir sobre el Río Santa Cruz. La otra lleva el nombre del ex gobernador santacruceño, Jorge Cepernic. Una obra que fue licitada en 2008, suspendida en 2010 por faltas de fondos, y reflotada recientemente. Esta será la obra de infraestructura más grande que deje como herencia el gobierno de Cristina Fernández. El emprendimiento –el segundo en tamaño de su tipo después de Yacyretá– generará 1.740 megavatios y sumará un 10 por ciento a la capacidad hidroeléctrica del país. Su costo será US$ 4.800 millones, que serán financiados por China. La concesionaria y constructora es también de capitales chinos asociados con argentinos. Su nombre es Represas Patagónica y la forman Electroingeniería, China Gezhouba Group e Hidrocuyo. El dinero chino llegará en noviembre, explicaron desde Electroingeniería a Clarín, y marcará el inicio de la obra. Clarín consultó al Ministerio de Planificación, desde donde aseguraron que darían información, pero finalmente no lo hicieron. Otras fuentes oficiales negaron que la represa vaya a generar consecuencias sobre el glaciar.“Es el lugar en el mundo de la Presidenta”, aseguró un funcionario para rebatir esta idea. También habría contratado a la Universidad de La Plata para que realice un estudio con modelos simulados.
Pero la hipótesis sobre las posibles consecuencias de la represa no es sólo de Bartolomé. Desde la ong “Calafate al Natural” sostienen que lo que provocará la construcción y funcionamiento será un cambio en los ambientes naturales. También opina que la represa puede tener efectos negativos el geólogo Jorge Rabassa, investigador superior del Conicet (Ver “Será como..”)
“En caso de construirse tal como está pensada, una parte del lago que da sobre el pueblo (El Calafate) quedaría permanentemente cubierto con agua. En invierno ese sitio se congela y se usa para patinar y, en verano, está casi sin agua y es donde anidan unas 90 especies de aves”, explicó a Clarín Malena Biccio de “Calafate al Natural”. Desde la organización también piden que el estudio de impacto ambiental se realice antes. “Creemos que si bajan la cota del dique en dos metros sería mejor”, sostiene.
En Electroingeniería explican que “en algunas informaciones trascendidas existe una confusión con los proyectos desarrollados en los 70, que sí preveían una afectación a los niveles del Lago Argentino, cosa que ya ha quedado totalmente descartada”. Además informaron que “el cuidado del Perito Moreno ha sido una preocupación del Estado antes que de los ambientalistas” y que a ellos “los ocupa y preocupa”. Sostienen también que la Provincia aprobó la factibilidad ambiental y que la operación del embalse respetará el nivel del Lago. Bartolomé rebate esa idea al explicar que el problema no será el nivel del agua sino la alta velocidad de variación. La polémica está abierta. La construcción de las represas la genera en todas partes. En 2010, el ex presidente Lula anunció el inicio de la obra de Belo Monte en la selva brasileña. El estudio de impacto ambiental para la que será la tercera hidroeléctrica más grande del mundo duró cuatro años.
“La era de las mega represas debe terminar. Su impacto devastador fue reconocido por Naciones Unidas. Borrar del mapa a nuestro increíble río Santa Cruz sumado al riesgo para el glaciar es intolerable. Admiten que no hay estudio de impacto ambiental y dicen que lo harán con la obra, es ridículo”, dice Emiliano Ezcurra de Banco de Bosques. El tiempo corre para el glaciar.
Las tierras que inspiraron a Darwin quedarán bajo el agua
Cuenta Fitz Roy que Darwin, al ver las costas del río Santa Cruz, dudó. El naturalista “sensible”, el viajero que dejó en 1831 Inglaterra para recorrer el confín de la Tierra, dijo ante la postal patagónica una frase que abrió una puerta a la duda. “Esto no se pudo hacer en los cuarenta días del Diluvio Universal”, asegura en sus memorias el comandante de navío Beagle, que trajo al hombre que desarrolló la teoría de la selección natural, el concepto básico de la teoría de la evolución, hasta el sur del continente.El paisaje poco ha cambiado desde que los dos aventureros aprovecharon el tiempo muerto mientras arreglaban el barco en el que viajaban para investigar el río Santa Cruz. La tierra esculpida en el retroceso de los glaciares hace 18.000 años aún permanece intacta. También la vio así el perito Francisco Moreno, quien las recorrió a fines del siglo XIX.
El Perito Moreno también quedó prendado de la obra de estos arquitectos gigantescos: casi 200 kilómetros de valle, con acantilados y mesetas. Hoy, tal como lo cuenta Darwin en sus libros, los guanacos son los únicos que cruzan en fila las laderas. La ruta 17 que la atraviesa es de ripio. A su alrededor hay estancias solitarias. Algunas, abandonadas, otras dedicadas a la cría de ovejas. En total serán más de 47.000 hectáreas que quedarán bajo el agua cuando se terminen las obras de las dos represas que comenzarán a ser construidas en noviembre. Dentro de una semana este paisaje, trabajado por el hielo de los glaciares, comenzará a cambiar. Un grupo de viajeros y ecologistas ha decidido recrear aquellos viajes. Será una travesía en kayak del 3 al 6 de noviembre para ver lo que los dos naturalistas vieron antes de que la tierra ocre se cubra de agua
Por Jorge Rabassa. Geólogo (*)
Las preocupaciones expresadas acerca de la estabilidad futura del Glaciar Perito Moreno con respecto al embalse del dique son absolutamente correctas.
El ascenso del nivel del lago por la construcción de la represa creará un efecto hidrológico de tipo “mareas”, a causa de los ascensos y descensos diarios del nivel del lago, generados por el obvio consumo hidroeléctrico del agua del embalse, entre las condiciones extremas de las horas de consumo pico y las horas de recuperación del nivel del embalse. Ello producirá un efecto similar a como si el glaciar Moreno desaguara en el mar, donde las mareas extremas son espaciadas cada 6 horas, y no en un lago, como sucede ahora, donde las fluctuaciones de su nivel son mucho menores y a lo sumo, son de frecuencia estacional y no diaria.
Esos ascensos y descensos provocarán la desestabilización irreversible de la lengua del glaciar, la cual finalmente colapsará en una miríada de témpanos, sin volver a recuperarse jamás, por lo menos mientras exista el embalse a ese nivel. En el peor de los escenarios posibles, el frente del Glaciar Moreno quedará del otro lado del brazo del lago, pues el frente del glaciar será muy vulnerable a los cambios diarios de nivel. Hay mucha literatura científica disponible sobre el retroceso fulminante que experimentaron los glaciares de este tipo, los cuales, una vez que entraron en contacto con el nivel del mar en ascenso, luego de la última glaciación, sufrieron el colapso definitivo de su lengua terminal. Es obvio que la desaparición (aunque sea parcial) de la lengua glaciaria del Perito Moreno provocará impacto desfavorable en el número de turistas que quieran ver el glaciar, y ello afectará a la actividad económica de toda la ciudad.
Lo triste es que si la cota de coronamiento fial del dique fuera tan sólo unos metros por debajo del nivel promedio mínimo del lago en las actuales condiciones, el embalse no afectaría de manera alguna el frente del glaciar, y ni hablaríamos del tema.
(*) Investigador superior del CONICET
El Ministerio de Planificación Federal desmintió hoy que las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic vayan a afectar el normal comportamiento del Lago Argentino ni del Glaciar Perito Moreno, ante una nota publicada hoy en el diario Clarín que así lo afirmaba.
"En relación al supuesto impacto que tendría la construcción del complejo hidroeléctrico sobre el Río Santa Cruz, integrado por las presas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, el Ministerio de Planificación, Inversión Pública y Servicios, rechaza en forma taxativa dicha situación, ya que de ninguna manera el emplazamiento y puesta en marcha de las centrales hidroeléctricas afectarán el comportamiento natural del Lago Argentino ni del Glaciar Perito Moreno, ubicado a 160 kilómetros", indicó el Ministerio en un comunicado.
En tal sentido, explicó que "desde la etapa previa al llamado a licitación de la obra, la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación viene realizando simulaciones de operación de embalse con la presas y su interacción con el lago y el sistema de glaciares, a partir de cumplir con los preceptos de no influir sobre los procesos naturales que se producen en esa zona".
Además, subrayó que "profesionales pertenecientes a distintas instituciones de primer nivel nacional e internacional concretaron una semana de trabajo en la que analizaron los temas más importantes sobre la geotecnia y la ingeniería para la construcción de las represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz". "La evaluación es muy positiva porque se confirmó lo indicado en todos los antecedentes disponibles desde los años '50, en el sentido de la factibilidad técnica desde el punto de vista geológico para el diseño de las obras, identificándose los estudios a realizar en la próxima campaña, a iniciar en el mes de noviembre, ya como parte del Proyecto Ejecutivo para construcción", añadió.
Por otra parte, indicó que el Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata fue contratado para el seguimiento del proyecto y las obras, en relación a la simulación del funcionamiento de las represas y la interacción sobre el lago argentino mediante la modelación de toda la serie histórica con el despacho anual con las restricciones previstas en el pliego de licitación y, en consecuencia, "una vez concluidas las obras todo el sistema natural funcionará como si no existiera el complejo hidroeléctrico".
También remarcó que "se están elaborando además Estudios de Impacto Ambiental para una serie de obras o tareas complementarias previas que cuentan con proyecto propio" y agregó que "también el pliego prevé que la empresa adjudicataria realice los estudios ambientales y la evaluación del impacto ambiental de las obras, así como su tramitación y aprobación ante las autoridades provinciales".
Página 12.
El Ministerio de Planificación rechazó que las represas sobre el río Santa Cruz puedan afectar el comportamiento natural del Lago Argentino o del Glaciar Perito Moreno. Así lo expresó en un comunicado, ante una nota publicada ayer en Clarín. “Desde la etapa previa al llamado a licitación de la obra, la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación viene realizando simulaciones de operación de embalse con las presas y su interacción con el lago y el sistema de glaciares, a partir de cumplir con los preceptos de no influir sobre los procesos naturales que se producen en esa zona”, aseguró Julio De Vido.
Un informe publicado ayer por Clarín da cuenta de la preocupación de especialistas, organizaciones ambientalistas y de habitantes de El Calafate por los efectos que pueda tener la alteración del régimen de oscilaciones del río Santa Cruz (en el que se construirán las represas) sobre el nivel del lago Argentino y sobre el glaciar Perito Moreno.
Los temores básicos son dos. Uno es que los dos embalses sobre el río eleven la altura del lago, lo cual “derretiría” más rápidamente el glaciar. Los defensores de las represas dicen que eso no sucederá porque están muy lejos, a 160 kilómetros, de la desembocadura del lago.
Pero otro temor, puntualizado por el investigador del Conicet Jorge Rabassa, es que, aunque no se afecte la altura, la periódica acumulación y vaciado de agua en los embalses repercuta en el lago y cree un ciclo de “pleamar y bajamar”, con un consiguiente oleaje de pequeña magnitud sobre el frente del glaciar, contribuyendo a la producción de constantes microderrumbes que hoy no tienen lugar.
El Ministerio de Planificación de la nación salió a relativizar el informe publicado. Aseguró “en forma taxativa”, a través de la agencia oficial Télam, que las represas no afectarán el comportamiento natural del sistema que forman el glaciar, el lago y el río.
Una nota firmada por el ministro Julio De Vido enumeró una serie de compromisos y responsabilidades de distintos agentes estatales. Dijo que se vienen realizando simulaciones de operación de las represas y que “profesionales pertenecientes a distintas instituciones de primer nivel nacional e internacional concretaron una semana de trabajo en la que analizaron los temas más importantes sobre la geotecnia y la ingeniería para la construcción de las represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz”. También sostuvo que el Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata “fue contratado para el seguimiento del proyecto”.
Sin embargo, admitió que el proyecto de impacto ambiental no está realizado y que será elaborado por las propias constructoras, al mismo tiempo que comiencen las obras.
La Voz
El vicepresidente del grupo Eling, Gerardo Ferreyra, consideró que el primer desembolso de las empresas chinas que financian la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en Santa Cruz, llegará a fines de este año, por lo que los trabajos de construcción comenzarán en enero de 2015.
“Están firmados los dos contratos, de construcción y de financiamiento para las dos represas, y estamos esperando que se emita la póliza del seguro de riesgo país para que inmediatamente se dé el primer desembolso”, dijo Ferreyra a la agencia estatal de noticias Télam.
Ferreyra, miembro del directorio de Electroingeniería –una de las empresas que construirán las represas junto con firmas de capitales chinos que proveerán, entre otras cosas, las turbinas–, explicó que “hubo una demora de cerca de 60 días en el primer desembolso producto de los fallos del juez (Thomas) Griesa, que habilitaron que se puedan embargar bienes, por lo cual hubo que abrir cuentas en Hong Kong para que el dinero venga desde allí”.
“De todas formas, durante enero deberían empezar a construirse las represas”, subrayó.
El monto para la construcción de las obras es de 4.714 millones de dólares, que llegarán en un plazo de cuatro años y medio. La tasa de financiamiento previsto, que aportan bancos como el ICBC y el Bank of China, será a tasa Libor más 3,8 puntos anuales.
En este sentido, Ferreyra aseguró que “el futuro del financiamiento para el desarrollo de Argentina pasa por Rusia y China” y que la llegada de esos fondos se dará, a diferencia de lo que ocurre con los Estados Unidos o Europa, “sin condicionamientos políticos”.
Eling surgió en el año 2009 como holding , frente al crecimiento de las unidades de negocios generadas a partir de 1977 por la firma Electroingeniería, que es la empresa cordobesa originaria.
Ferreyra estableció durante los últimos años sólidos vínculos con los gobiernos kirchneristas y es usual escuchar su fuerte defensa de las políticas de Cristina Fernández.
El proceso de adjudicación de las represas del sur no estuvo exento de controversias. Oferentes que quedaron afuera cuestionaron que Electroingeniería presentara, a través de una “carta de descuento”, lo que ellos interpretaron como una “segunda oferta”, cuando los demás ya habían dado a conocer sus números. La oferta original del consorcio Eling no era la más barata, argumentaron. Eling sostuvo en su momento que el procedimiento no constituye irregularidad alguna.
El único consorcio que podía fabricar las turbinas en el país era el de la mendocina Impsa, que hace dos semanas entró en default .
Por Lucía Salinas.
Desde 2008 la compra de estancias fue un objetivo claro para Lázaro Báez. El hombre que en 1987 –cuando conoció a Néstor Kirchner– era un empleado bancario con un único patrimonio de un Falcon modelo ‘72 y una casa en un barrio de planes sociales, adquirió sólo en la provincia de Santa Cruz 25 estancias -unas 427.033 hectáreas- en los últimos seis años.El primer grupo de tierras está ubicado al margen del río Santa Cruz. Son un total de diez estancias que abarcan 182.000 hectáreas, compradas por 27.300.000 dólares en sólo seis meses. Después, compró otras siete estancias a nombre de Valle Hermoso SRL, una de las dos empresas que posee y destinadas a la cría de ganado ovino y producción lanera. Austral Agro S.A. es otra de las firmas del grupo Báez bajo la que se escrituraron otras siete estancias cercanas a la localidad de El Calafate.
Esta compra compulsiva fue denunciada por la titular del ARI-Cc de Santa Cruz, Mariana Zuvic, ante la Justicia Federal. “La compra se hizo en pocos meses, en efectivo y en dólares con el agravante de que dichas tierras se inundarán para inicio de las represas”, indicó a Clarín la dirigente opositora. Al poco tiempo de ser denunciado, Báez ante escribano público dejó constancia que “el dinero recibido por las tierras será donado al Consejo de Educación para la construcción y desarrollo de escuelas técnicas”, queriendo desligarse de cualquier especulación inmobiliaria. La primera licitación para las represas había sido otorgada en 2008 y anulada en 2010, tiempo antes que Báez inicie su interés por las tierras que ahora ocuparán el nuevo proyecto. Para la obra hidroeléctrica –que demandará una inversión superior a los $24.000 millones–, el Estado Provincial indemnizará a los fiduciarios de más de 50 estancias para adquirir las más de 47.000 hectáreas que requerirá la megaobra. El empresario K recibirá una indemnización del Estado Provincial por dichas tierras que se pagarán a su valor fiscal en una primera etapa. Pero cuando comience el juicio de expropiación, se tendrá en cuenta la mensura realizada por el Tribunal de Tasación de la Nación (TNN) que tasará las estancias a valor de mercado. “El juez va a fijar el valor final a pagar a los dueños de estancias”, explicó a Clarín Jardol Bark, el ministro de la producción de Santa Cruz. Como el juicio de expropiación puede tardar, el fiscal de Estado de Santa Cruz avanzó con una medida de urgencia para que la empresa Electroingeniería –la parte argentina de la constructora y concesionaria de la obra junto a China- tome posesión del área en la que se construirá las represas. La primera etapa incluye la construcción de obradores, caminos y movimientos de suelo. En septiembre, el radicalismo denunció que el Gobierno provincial además buscaba favorecer a Báez por medio de una nueva ley enviada a la Legislatura. La legislación fue aprobada y habilita a que se amplíe la superficie a expropiar, incorporando 200 metros linderos al río Santa Cruz a las 49.783,5 hectáreas afectadas para la obra. La UCR votó en contra.
“Esta ley está hecha para favorecer a Báez a quien le van a expropiar más tierras y además van a poder darle la concesión para la preservación de la nueva franja”, indicó a Clarín la diputada Estela Bubola. Sucede que la nueva ley también modifica las condiciones de quienes inicialmente iban a proveer los materiales de cantera y áridos necesarios para la construcción de las represas. La UCR sospecha que los beneficiados en el traslado de materiales serán “empresarios amigos, antes se le daba prioridad a ribereños, ahora no lo detallan”. Esta modificación además crea una extensión de tierras que no estará cubierta permanentemente de agua y donde se construirá un área de protección que se concesionará para fines turísticos, dando prioridad a los dueños originales o sea a quienes se les compraron las tierras. Esto despertó el enojo de la UCR. “No tiene sentido, les compran las tierras y después le dan la explotación, esto busca favorecer a Báez”, indicó Bubola.