El panel estaba llamado a hablar de las potencialidades de la Argentina. Y fue uno de los más concurridos. En las mesas tomaban nota desde el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos, Kevin Sullivan a Cristiano Rattazzi, el presidente de FIAT. Los panelistas cumplieron con la consigna. Pero a la hora de las preguntas no pudieron pasar por alto la coyuntura. Martín Berardi, director general de Terinum–Siderar, el conglomerado de Techint para los aceros planos, habló de la necesidad de comprender el cambio estructural de la economía mundial, para “no repetir lo ocurrido en Brasil cuando devaluó en 1999 un 200% su moneda y la Argentina mantuvo igual la convertibilidad durante tres años y terminó en una crisis de grandes proporciones”. Berardi, en lo que pareció un mensaje al Gobierno, insistió: “La última vez que hubo un cambio estructural, el país no supo articular una respuesta. Brasil, nuestro principal socio comercial, devaluó y al mantener la convertibilidad tuvimos un resultado de crisis y desempleo”.

Minutos antes había sido el turno de Juan José Aranguren. El presidente de Shell abundó sobre las posibilidades del país no solo en la producción de shale. También se refirió a las energías alternativas y mencionó a la eólica en una región como la Patagonia. Pero advirtió que para que eso sea posible, “es necesario respeto por las leyes, que generen seguridad jurídica para quienes pretendan invertir”. “También hace falta un plan estratégico y una política a largo plazo. No podemos continuar con una política de parche contínuo”, remató. Según Aranguren, si bien Vaca Muerta es la panacea, va a llevar tiempo en un escenario definido como “grave”, con importaciones multimillonarias de energía. “Las reservas en petróleo solo alcanzan para 11 años y las de gas, para 6”, señaló.

En la misma línea, Ricardo Negri, de los grupos CREA, advirtió que la presión impositiva sobre el campo “impide que el negocio sea sustentable”. Para Negri, con otras políticas, en 2020 Argentina podría generar hasta US$ 144.000 millones en divisas por sus cosechas.

El mensaje más optimista corrió por cuenta de Sergio Kaufman, presidente de la consultora Accenture, que sorprendió al comentar que la exportación de servicios desde Argentina genera 120.000 puestos de trabajo”. Kaufman se refirió a esa actividad como un “tesoro escondido en un país que contabiliza 10 millones de estudiantes”. Por este rubro ingresan US$ 6.000 millones al año y Argentina ya representa el 2% del mercado mundial.

Por Silvia Naishtat.

La noche del miércoles las declaraciones del jefe de Gabinete en el Congreso lograron que algunos empresarios y banqueros no pudieran pegar los ojos. Jorge Capitanich anunció en la legislatura una comisión bicameral para investigar las “actividades desestabilizadoras” de varias empresas y mencionó operaciones cambiarias. En la mañana de ayer otros funcionarios salieron al cruce de la percepción que ronda este Coloquio de Idea, acerca de que el modelo está agotado, según publicó el diario La Nación. A eso se sumó el encuentro paralelo que en la misma Mar del Plata organizó el oficialismo con la presencia del ministro Carlos Tomada.

Lo curioso es que la activa movida oficial generó un efecto bumerang entre los participantes del Coloquio. Conscientes de que el kirchnerismo utilizará todas las herramientas del Estado hasta el último día de mandato de Cristina, los empresarios reunidos en el Sheraton replicaron desde temprano la iniciativa de Capitanich.

“Hay que acabar con la Argentina de la confrontación, hay que dialogar, construir entre todos”, soltó curiosamente Mario Blejer, asesor económico de Daniel Scioli.

Otros se animaron a sugerir que la Casa Rosada debería ocuparse de la fuerte caída de la actividad y dar señales de confianza para aliviar la tensión cambiaria.

Héctor Méndez, presidente de la UIA, le dijo a Clarín que la comisión que propone Capitanich, “me recuerda a la que formó la revolución Libertadora en 1955 y así nos fue”. Jaime Campos, titular de la Asociación Empresaria Argentina, señaló que las empresas que representa, “siempre trabajaron a favor del país y la democracia”. Para Orlando Ferreres, el Gobierno busca tapar lo que realmente está sucediendo en la economía. El consultor proyecta una caída de la actividad de 3% el próximo diciembre para cerrar ese año con un PBI que desciende 2,5%.

Méndez parecía darle la razón y se atrevió a aconsejar a Capitanich una mayor preocupación por la crisis. Su empresa de productos de plástico, con planta en San Luis, vive de las economías regionales. Este año facturará 45% menos y asegura estar desplazado por productos que llegan desde Chile, que puede importar la materia prima e ingresan a la Argentina con arancel cero. “De estas cosas la secretaría de Comercio no se ocupa. En cambio esgrime una ley de Abastecimiento persecutoria”, enfatizó.

Los industriales del acero razonaban parecido y achacaron a la Rosada mucha desprotección. Así advertían que la financiación china a distintas obras públicas está atada a la compra de materiales en Beijing. “En el caso de las represas de Santa Cruz se comprometen 800.000 toneladas de material. Equivale a un turno del tren de laminación durante un año”, remarcaron.

El presidente de la Rural, Luis Etchevehere, fue enfático. “Le pido al Gobierno que no haga la plancha. Puede dar señales importantes para que el año que viene se siembre mucho más”, señaló. Etchevhere admitió que los productores retienen en su poder 19 millones de toneladas de soja, que no venden porque le “temen a la inflación más que a cualquier otra cosa”.

En la misma línea, los supermercadistas, preocupados por la situación social en distintos barrios populares del conurbano y las provincias, comentaban que de la caída en ventas en electrodomésticos y ropa, se pasó a vender menos alimentos.

–¿Cómo se llega a 2015?, se le preguntó a Blejer.

–No habrá una crisis profunda. Tampoco una gran recuperación. El Gobierno deberá buscar unos US$ 10.000 millones para poder atravesar el 2015 en un escenario en que la negociación con los fondos buitre es muy difícil.

Por Carlos Manzoni.

De pronto el cielo se oscureció y se desató la tormenta. La referencia no es climática, aunque bien podría serlo, dada la lluvia que comenzó a caer ayer en esta ciudad luego de un día de sol radiante. Alude al contrapunto que, como nunca antes, se disparó entre los empresarios y el Gobierno.

El primer golpe lo dio el presidente de IDEA, Miguel Blanco, que anteanoche dijo en su discurso inaugural del Coloquio que no están dadas las condiciones para que haya inversión. Horas después, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , usó su conferencia matutina ayer para acusar a IDEA de emitir datos falsos. "Los que dicen que este modelo está agotado se equivocan y mucho", dijo, y agregó que los empresarios "podrán participar en las elecciones con sus candidatos, que no son los de este Gobierno, y se verá cuál es la valoración del pueblo".

En un nuevo capítulo, Blanco ratificó sus críticas: "No veo que en el Gobierno haya vocación por hacer un cambio en su política económica".

A las críticas al modelo se plegó Cristiano Rattazzi. El presidente de la automotriz Fiat y miembro de la cúpula de la UIA dijo: "Lo que seguro no es sustentable para un país ni a corto ni a mediano plazo es una inflación de dos dígitos".

A la réplica del Gobierno se sumó el ministro de Planificación, Julio De Vido. Afirmó que quienes asisten al Coloquio de IDEA "hacen seguidismo a la apretada de los fondos buitre". Además, sostuvo que el Gobierno terminará el 10 de diciembre de 2015, pero "el modelo va a continuar".

Ante la arremetida de los funcionarios, Blanco no se quedó callado, y respondió. "No estoy de acuerdo con la caracterización que hacen de IDEA como un lugar opositor. Lo nuestro es un lugar de propuesta positiva, no negativa. Nosotros venimos planteando desde hace un año una propuesta concreta. Al primero que se la hemos presentado fue al Gobierno, y no tuvimos ninguna respuesta para llevarle el documento. Nos gustaría sentarnos en un diálogo."

Como condimento, IDEA difundió ayer aquí la tradicional encuesta de expectativas de ejecutivos, que elabora la consultora D'Alessio IROL. Los resultados reflejan un mayor pesimismo sobre los principales aspectos de las empresas, como rentabilidad, ventas, exportaciones, inversión y empleo. En el primer punto, la mitad de las empresas espera que su rentabilidad disminuya el próximo semestre, entre leve y significativamente, contra un 20% que espera que mejore.

"En especial, se prevé una baja en las ventas (42% de las menciones), lo que influye a su vez en las perspectivas de inversión", se concluye en este trabajo para el que se consultó, de modo online, a 165 ejecutivos socios de la entidad.

Del lado oficialista, un grupo de pequeños empresarios y militantes oficialistas, encabezado por Ider Peretti, realizó una suerte de "contracoloquio en el teatro Melany de esta ciudad. Allí se formuló un fuerte rechazo a todo lo que se desarrolla en el Hotel Sheraton.

Blanco prefirió referirse a este encuentro como un "intento". "No es el primero que se organiza, pero nunca pasaron más que de meros intentos". Sobre la consigna "confrontando ideas", el directivo destacó que es justamente eso lo que IDEA propicia, pero que es el Gobierno el que se niega, al no aceptar la invitación que se le cursa todos los años.

Pero Blanco no fue el único que se mostró crítico con el actual modelo económico. Sumó su voz el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, que no anduvo con rodeos: "Todo lo que hace el Gobierno perjudica a la producción", dijo.

Envalentonado, Etchevehere opinó que en el kirchnerismo están acostumbrados al monólogo y a la imposición, no al diálogo. En lo que respecta a su sector, fue lapidario. "Lo único que hicieron bien fue el tema del biodiesel, pero ahora [el ministro de Economía, Axel] Kicillof también arruinó eso", disparó.

Además, el jefe de la Sociedad Rural advirtió que este gobierno ha hecho un daño que aún no se puede cuantificar: las puertas del mundo se están cerrando para el país mes a mes y los mercados que se pierden son luego muy difíciles de recobrar.

La inflación también ocupa gran parte de las declaraciones que se pueden oír en este 50° Coloquio. Oscar Andreani, dueño del Grupo Andreani, con 70 años de trayectoria en el país, lamentó que en este contexto su empresa tenga que estar todo el tiempo ocupada en adecuar las tarifas, en lugar de enfocarse en su negocio principal.

"En Brasil, otro mercado en el que estamos, ese tema se soluciona en diez minutos", afirmó el empresario postal. Claro, el principal socio del Mercosur tiene una inflación que apenas superará el 6% durante este año.

POLÍTICA ENERGÉTICA

Acostumbrado a confrontar con el Gobierno desde los tiempos en que el presidente Néstor Kirchner ordenara que no se le comprara ni una lata de aceite, Juan José Aranguren, presidente de Shell Argentina, fustigó la política energética de la última década. "Una sola cifra resume ese fracaso: se gastan 12.500 millones de dólares en importación de combustibles", graficó.

En un panel en el que se habló de las potencialidades que tiene la Argentina, Aranguren fue claro al explicar que ninguno de los recursos energéticos que tiene el país podrán ser aprovechados para lograr el autoabastecimiento, si no se hace un planeamiento estratégico en este campo. "No podemos continuar con una política de parches continuos", señaló el empresario petrolero.

En este clima, los asistentes a este coloquio esperan escuchar hoy a economistas y precandidatos presidenciales de la oposición, tratando de encontrar oídos más atentos a sus reclamos.

Por Martín Bravo

En otra puesta en escena de la confrontación con el sector empresario, el kirchnerismo armó un plenario a modo de contracumbre del Coloquio de Idea. Sin que la asistencia cumpliera con las expectativas previas, asistieron el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, diputados oficialistas y dirigentes gremiales que cuestionaron a los empresarios y a los referentes opositores que participaban del encuentro en el Hotel Sheraton. Fue en el teatro Melany, en el centro de Mar del Plata.

“Estos del Coloquio de IDEA han convocado como expositor a Hernando De Soto. Funcionario de Fujimori es lo de menos: plantea legalizar la informalidad. ¿Era necesario que nuestros empresarios se sacaran la máscara tan rápido?”, se preguntó Tomada en el último de los paneles, ante unas 200 personas entre sindicalistas, cooperativistas, integrantes de Madres de Plaza de Mayo y empresarios afines al Gobierno, como Ider Peretti. “Si eso es lo que les piden a los candidatos de la oposición, estamos en el horno. La Banelco les queda chica”, arremetió el ministro, con un discurso por momentos descontracturado: “Brasil y Uruguay están en una disputa electoral con las mismas fuerzas que debaten allá (por IDEA). Estamos cortando clavos como la gran puta por lo que va a pasar el domingo, pero va a ganar Dilma”. Durante toda la jornada intentaron remitir el acto a la contracumbre para rechazar el ALCA en 2005, en esta ciudad.

En el cierre, el diputado Héctor Recalde –uno de los organizadores del encuentro, impulsado por la Convocatoria Económica y Social por la Argentina- se refirió al economista peruano que expuso en IDEA como “Hernando de Choto”, y endilgó la responsabilidad a los empresarios: “Tenemos 33% de trabajadores en negro, pero son ellos los que los tienen en negro. ¡Que se hagan cargo!”. También apuntó contra los referentes de la oposición: “¿Alguien puede ir hasta el Sheraton a decirles que se olvidaron de prometer derogar algunas leyes de la dictadura?”.

La lista original de asistentes era más ambiciosa: aparecían precandidatos como el gobernador entrerriano Sergio Urribarri; el ministro de Defensa, Agustín Rossi, y Jorge Taiana; el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, y el viceministro de Economía, Emmanuel Alvarez Aggis; Fernando Chino Navarro del Movimiento Evita, e integrantes de Carta Abierta como Horacio González. Por diferentes motivos, se fueron bajando. Incluso Recalde no descartaba la presencia de Daniel Scioli, pese a que había dado un discurso en la cena inaugural de IDEA, aunque el Gobernador viajó a San Luis. “Nos parece formidable lo que les dijo, porque ellos siembran miedo y él les puso límites. Lo recibiríamos con los brazos abiertos”, dijo a Clarín.

Los oradores centraron sus discursos en la defensa del Gobierno y las críticas al sector empresario. “Nuestro proyecto es de creación de trabajo, señores del coloquio. Son los que le roban al consumidor. La ley de abastecimiento va a ser aplicada”, aseguró Juan Carlos Junio, diputado de Nuevo Encuentro. “Estamos acá porque hay dos miradas de la Argentina”, remarcó Carlos Raimundi, también legislador de Martín Sabbatella.

La prudencia parece haber quedado ya guardada en un cajón. Los modos lavados y hasta casi diplomáticos y en voz baja con los cuales los empresarios venían opinando sobre la gestión del Gobierno ya no serán los mismos de ahora en más. La edición 50 del Coloquio de IDEA que se desarrolla en esta ciudad balnearia y que convocó a los hombres de negocios de mayor peso del país, terminó siendo una bisagra en lo que será la relación futura del empresariado con el oficialismo.

Mas allá de las opiniones encontradas entre quienes creen en la llegada del ‘fin de ciclo’ y los que son mas escépticos y advierten que el kirchnerismo sigue manteniendo un fuerte protagonismo, lo cierto es que los ejecutivos parecen haber "salido del placard" en el que estuvieron escondidos por temor a represalias durante los últimos años y ahora se animan a expresar más libremente sus posturas. Obviamente, todas contrarias al modelo K.

Después del duro y fuerte discurso de apertura del tradicional evento, en el cual el presidente de IDEA se refirió a la gestión y a las actitudes ‘hiperpresidencialistas’ y de políticas de ‘amigo-enemigo’ de la presidenta Cristina Fernández y sus ministros, se cerró la poca esperanza de diálogo que aún quedaba entre los ejecutivos de las mayores compañías nacionales y multinacionales que operan en el país y el kirchnerismo.

Las palabras del también director Ejecutivo de Swiss Medical no fueron pensadas en soledad. Fueron consensuadas y avisadas por el empresario al resto de sus colegas, la mayoría de los cuales no pusieron objeciones a su discurso en el cual también criticó la "soberbia oficial", y rechazó las intenciones de reformar la Constitución "sin posibilidad de debate".

Su alocución causó enojo en el entorno de la Presidenta, a tal punto que por primera vez en casi 10 años buscaron un vocero para responder en lugar de seguir practicando la estrategia de la ignorancia y del vacío al foro empresarial.

Así, a primeras horas de la mañana de ayer, Cristina le ordenó al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, responderle al vocero de IDEA y de los casi 1.000 ejecutivos que durante tres días se reúnen en el Sheraton marplatense para debatir una agenda de largo plazo mediante la cual creen poder ayudar a construir un futuro mejor para la Argentina.

Una postura que comparten entre otros, Gabriel Martino, presidente del HSBC; Marcelo Figueiras, titular del laboratorio Richmond; Enrique Cristofani, del banco Santander Río; Cristiano Ratazzi, titular de FIAT, y el encargado de negocios de la embaja de Estados Unidos, Kevin Sullivan.

Fueron duros los términos usados por el gobernador con licencia del Chaco. Los acusó de formar parte de una estrategia conjunta con la oposición para que cambie el rumbo económico en 2015. Dijo que se trata de "grupos económicos concentrados" que "están en contra de los logros contundentes que ha tenido el Gobierno". Y les advirtió que "están equivocados si creen que el modelo está agotado, ya que tiene sustentabilidad en el tiempo".

Agregó que desde IDEA se "emiten cifras falsas en materia de inflación y de resultado fiscal" y denunció que desde ese sector "pretenden socavar permanentemente al Gobierno que defiende el interés del Estado y del pueblo".

Nada tardó Blanco en responderle a Capitanich. Ayer por la mañana, antes del inicio de las sesiones del Coloquio, reafirmó sus palabras y dijo que al volcar críticas a la gestión está "exponiendo la opinión de los empresarios".

Fue aun más gráfico al confesar que intentaron llevar este documento a las autoridades. "No recibimos ninguna respuesta", se sinceró. También consideró que para los empresarios "el problema social del país es muy grave y es consecuencia de lo económico". Volvió a referirse a que el empresariado considera que el país "está en tiempos de cambio" y se quejó porque el llamado Foro de Convergencia Empresaria del cual participa la organización, nunca tuvo respuestas sobre las propuestas acercadas a las autoridades el año pasado cuando lanzaron el primer documento del grupo que conforman más de 53 entidades ligadas al mundo empresarial.

"Al primero que buscamos fue al Gobierno y no tuvimos ninguna respuesta para llevarle el documento", señaló Blanco, quien a pesar de las críticas dejó abierta una puerta al diálogo. En tal sentido, dijo que "tenemos que sentarnos a buscar coincidencias", pero reiteró su rechazo a la Ley de Abastecimiento y a la reforma del Código Civil y Comercial que, según su visión, "fueron hechas de un día para otro".

Blanco no estuvo solo en su embestida anti K. Aunque con un tono más conciliador, también la presidenta del 50 Coloquio de IDEA y titular de General Motors, Isela Costantini, hizo un llamado a la ‘acción’ para poder cambiar la realidad y mejorar la situación del país. "Nada de lo que podemos hablar hoy aquí, de entender donde estamos situados, podremos modificar si no hay acción. Hacemos un llamado a ponernos en acción", sostuvo.

Otro de quienes coincidió con el diagnóstico de Blanco fue el titular de la Cámara de Importadores, Diego Pérez Santiesteban, quien calificó al modelo de ‘agotado’. También el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, fue por la misma línea quien se mostró disconforme con las declaraciones de Capitanich y aseguró que se trata de ‘amenazas’ y que ante este escenario "el único refugio es la Justicia". De esta forma, justificó las presentaciones en los tribunales que vienen haciendo o se encuentran preparando los industriales en contra de varias leyes aprobadas por el oficialismo en los últimos meses. Del mismo modo, Cristiano Rattazzi, titular de Fiat Ar gentina, calificó al modelo K de no ser sustentable y de basarse en una "alta inflación", además de advertir que las amenazas del Jefe de Gabinete se parecen mucho a una "caza de brujas".