A la justificación de la menor cotización del crudo se le adicionaba el cepo cambiario, el alza de los precios, la escasez de dólares, la regulación en el mercado de los hidrocarburos y la tibia discusión en el Congreso de la nueva ley petrolera. Es decir, se elaboró un cóctel explosivo que apuntó, extrañamente, al corazón de Vaca Muerta, el proyecto -si los hay por excelencia- del gobierno nacional para recuperar de la mano de YPF el autoabastecimiento energético y frenar así la sangría de divisas, que significa comprar en el exterior los combustibles -principalmente gas- que se necesitan para cubrir la demanda local.
Ahora, ¿cómo es que surgió esta bola y por qué se apuntó a Vaca Muerta y no al desarrollo de otros no convencionales alojados en la formación D-129 en Chubut o el propio off shore?
Algunos empresarios señalaron que todo comenzó a partir de datos provenientes de Estados Unidos, mientras que otros vieron un trasfondo político cercano a las presidenciales de 2015.
La información original surgió de una nota publicada el pasado 21 de octubre por el Financial Times. La nota sostiene que “la aparente inclinación de Arabia Saudita de permitir que los precios del crudo bajen para dañar a sus competidores pondrá a prueba el apoyo de los mercados de capital a los productores estadounidenses. Se perfila como la más dura prueba de la industria norteamericana desde que la revolución del esquisto que comenzó a revivir la producción estadounidense de petróleo en 2009”.
Un cálculo aproximado indica que Arabia Saudita perdería solo una fracción -entre 10 mil y 20 mil millones de dólares- de sus casi 750 mil millones en reservas de divisas si permitiera que los precios del petróleo bajaran hasta 80 dólares por barril durante un año, dice.
Al comercializarse internacionalmente el crudo Brent por debajo de 88 dólares por barril -el precio más bajo en cuatro años- y encontrarse el marcador estadounidense West Texas Intermediate (WTI) y precio de referencia para el crudo neuquino por debajo de u$s 85, contra el nivel de más de u$s 107 en que se encontraba en junio pasado, la mayor parte de la producción de esquisto estadounidense sigue siendo rentable, según los analistas.
La consultora Wood Mackenzie estimó que la mayor parte de la producción estadounidense de esquisto alcanzará el límite de rentabilidad en los 75 dólares. La Agencia Internacional de la Energía dijo la semana pasada que solo caídas más pronunciadas en el precio del petróleo afectarían de forma importante las producciones de esquisto estadounidense y otras energías no convencionales. Sin embargo, a nivel local algunos consultores relativizaron el tema sabiendo que las inversiones petroleras se mueven en tiempos de décadas y no en el mínimo plazo de unos meses con un precio del producto coyuntural. Se extrapoló así el contexto de un mercado norteamericano donde gran cantidad de pequeñas y medianas empresas entran y salen del negocio en un área maximizando las ganancias en el menor plazo de tiempo, a un mercado local caracterizado por menores rendimientos por pozos y mayor regulación.
Mauricio Roitman, de la firma Montamat & Asociados, aseguró que independientemente del precio, la situación general de la industria y la economía no ayuda, aunque sugirió una mirada a mediano y largo plazo tanto del importe del petróleo como de la dirección que vaya mostrando el país.
En la misma sintonía se movió Roberto Brandt, quien sentenció: “Por ahora, no creo que esto afecte al desarrollo de Vaca Muerta, pero si sigue bajando, puede influir. Hasta fin de 2015 seguirá pesando más el contexto macro”.
Luciano Cohan, economista jefe de la consultora Elypsis, fue más allá y apuntó al éxodo de divisas. “Como el país tiene saldo deficitario -importa más de lo que exporta- cada dólar que cae el precio del petróleo mejora entre u$s 50-60 millones la balanza comercial argentina”, explicó.
Desde YPF salieron a aclarar que “la industria de hidrocarburos es de largo plazo. Los proyectos tienen entre 25 y 35 años de vida. Entonces, las decisiones de inversión se basan, entre otros, en el comportamiento del precio del barril de crudo en dicho largo plazo que, necesariamente, está expuesto a volatilidades temporales”. Aclaró además que “Vaca Muerta es hoy, a partir de la gestión de YPF, el único desarrollo comercial de no convencional a gran escala fuera de los Estados Unidos, y eso lo sigue haciendo atractivo para la inversión”. Ahora, si el mercado sabe el precio del petróleo en una coyuntura ¿no condiciona los planes de inversión? ¿Por qué fue masiva la difusión de esta información? Dos fuentes empresariales de Buenos Aires consultadas por este diario se inclinaron por la hipótesis de un trasfondo político. Señalaron que si no hay un claro beneficiario primero hay que buscar quiénes resultaron víctimas de la información y quiénes salieron indemnes.
Como línea de razonamiento, precisaron que la información que circuló apuntó exclusivamente a poner en duda las inversiones en Vaca Muerta, y en consecuencia a YPF, y por elevación al gobierno de Cristina Kirchner. Destacaron que sin que la información la rozara mínimamente resultó Pan American Energy (PAE) -la segunda petrolera del país de los empresarios argentinos Carlos y Alejandro Bulgheroni- la que concentró las sospechas. Un apellido que es blanco continuo de la Casa Rosada. El Ejecutivo tiene en la mira a Bulgheroni por haber financiado, presuntamente, la campaña del presidenciable Sergio Massa. La información circuló en momentos en que PAE está saliendo a los mercados financieros a recolectar mil millones de pesos a través de la emisión de Obligaciones Negociables.
Por Nicolás Fiorentino
El CEO de YPF, Miguel Galuccio, admitió que la brusca caída en el precio internacional del petróleo complica la llegada de inversiones a Vaca Muerta. Aunque la estrategia apunta a bajar los costos de producción, con la cotización del barril rondando los 84 dólares los márgenes de rentabilidad de las operaciones en hidrocarburos shale se vuelven poco atractivos para el sector privado. Aunque aclaró que los beneficios financieros en este tipo de desarrollos son a mediano y largo plazo y puso como ejemplo a Chevron, socio de la petrolera de control estatal en Loma Campana, que recién percibirá renta en seis años.
“Con precios de 84 u 85 dólares (el barril de petróleo), los resultados económicos (de Vaca Muerta) son marginales”, aceptó Galuccio ante un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, donde el oficialismo firmó dictamen para que la nueva ley de hidrocarburos tenga sanción definitiva la próxima semana. “Por eso Chevron no va a tener grandes resultados por los próximos seis años.
El ingeniero explicó que una de las bases será la reducción de costos “para que esto sea atractivo” para inversores privados. Y sorprendió con una declaración: “Vaca Muerta no es una joyería, es un supermercado, es Coto”. Su apreciación partía de la comparación con la producción petrolera de Arabia Saudita, con procesos de explotación y producción mucho más baratos que lo que se requiere para hidrocarburos no convencionales.
De hecho, la reversión del precio del petróleo tiene parte de sus razones puestas en Medio Oriente: la baja del precio del barril de 110 a 84 dólares en apenas cuatro meses no sólo respondería a una caída de la demanda (sobre todo, de China) y al incremento de la oferta a partir de la aparición de Estados Unidos como productor de shale gas y shale oil, sino también a la posible venta a la baja del petróleo saudita para desalentar apuestas privadas en yacimientos no convencionales.
En el Gobierno nacional tienen claro que, más allá de que YPF obtenga o no ganancias como empresa de sus operaciones en Vaca Muerta, la compañía cumple un rol estratégico para empezar a revertir el déficit en la balanza energética, por la que este año se fugarán de 8 a 9 mil millones de dólares en importaciones de energía. Así lo admitió el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zanini, quien dijo que con esta iniciativa ‘en lugar de que el Estado deba ir a comprar combustible al exterior, se busca que lo extraiga de su propio territorio y genere nuevas fuentes de empleo‘. Pero también saben que si no hay ganancias, no habrá privados interesados en asociarse para instalarse en la Cuenca Neuquina.
Fue una reunión de alto voltaje, con fuertes cruces que pasaron por momentos de la chicana política al insulto personal. Tanto, que la presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, Diana Conti, a pedido del bloque oficialista, decidió poner fin al debate que a priori iba a continuar el jueves con la presentación de analistas y ex funcionarios a pedido de la oposición.
Déficit energético, en el debate
El déficit energético se filtró en el debate que se daba en paralelo en el Senado, donde se discutía el Presupuesto 2015 que ya cuenta con media sanción de Diputados y que será aprobado entre la próxima semana y los primeros días de noviembre. El viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, explicó que “la forma de recuperar el autoabastecimiento es construyendo un puente entre el desabastecimiento energético de hoy y Vaca Muerta, y ese puente financiarlo desde el Estado y no desde los recursos corrientes con los cuales cuenta la población”. Y aclaró que “no se prevé ningún ajuste, porque el ajuste que muchos reclaman es el que nos llevaría a la recuperación del autoabastecimiento energético”, pero que eso sería “la calma de los cementerios”, por los efectos que un ajuste tendría en los sectores más vulnerables de la sociedad.
En tanto, los senadores radicales se cruzaron con el viceministro de Economía, Emmanuel Alvarez Agis, quien ridiculizó el índice de precios de los diputados opositores.
Álvarez Agis dijo que el índice inflacionario alternativo al del INDEC que dan a conocer diputados de la oposición, se llama “IPT6” por ser el “Índice de Precios Truchos” difundido por “seis diputados”.