Las restricciones económicas obligarán al Gobierno a buscar un acuerdo con los fondos buitre a partir de enero de 2015, cuando venza la cláusula RUFO que impide al país ofrecer a los litigantes más que lo que entregó a quienes ingresaron a la reestructuración de deuda, coinciden distintas consultoras.
Los analistas ven que la escasez de dólares se profundizará por el deterioro del superávit comercial, con la soja en caída, y la ausencia de financiamiento externo a tasas razonables. Eso, en un año con fuertes vencimientos de deuda (se deben cancelar u$s 6500 millones del Boden 2015) y reservas en baja.
"El deterioro de la situación económica hace más probable un acuerdo con los holdouts", afirmó días atrás la consultora Elypsis, de Eduardo Levy Yeyati, en un reporte. "Nuestra interpretación sigue siendo que, en ausencia de una estrategia precisa, el gobierno decidirá en enero en función de la relación entre beneficio (acceso a dólares, reversión de la caída del producto, posibilidad de expansión electoral del gasto) y costo político (contradicción con el relato del default patriótico y la gesta antibuitre)", prosiguió. Y concluyó que "el creciente deterioro de la actividad y de las perspectivas para 2015 en caso de no arreglo vuelven más probable un giro en enero".
La semana pasada, el economista y asesor del gobernador bonaerense Daniel Scioli, Miguel Bein, dijo que el Gobierno "va a tener que atravesar el desierto con dos cantimploras de agua hasta que pueda negociar a principios del año que viene con los fondos buitre". Su consultora considera que "los fuertes vencimientos de deuda en 2015 (u$s 14.900 millones) obligan a conseguir dólares por la cuenta capital si se pretende amortiguar el ajuste".
El economista Rodrigo Álvarez, director de Analytica (socio de Ricardo Delgado, asesor de Sergio Massa) dijo que "los números indican que el Gobierno tendría que cerrar (con los fondos buitre). La situación es muy difícil. Si la macroeconomía sigue sufriendo, al Gobierno no le va a quedar otra alternativa".
Unos y otros sostienen que las esperadas negociaciones serán difíciles. "La voluntad de negociación no garantiza el éxito. Una primera condición para que las negociaciones lleguen a buen puerto es evitar que un potencial acuerdo sea visto como una concesión", consideró Elypsis. En la consultora ACM afirmaron: "Seguimos siendo pesimistas sobre la eventualidad de entendimientos; pero incluso suponiendo un arreglo el año próximo, las propias restricciones macroeconómicas y el deterioro del contexto internacional impedirían evitar una nueva recesión en 2015".
El ministro de Economía, Axel Kicillof, nunca descartó sentarse en la mesa con los representantes de NML Capital y otros litigantes cuando caiga la cláusula RUFO. Lo mismo sostiene Alejandro Vanoli, presidente del Banco Central. En el Gobierno esperan que el paso de los meses debilite la postura de los fondos buitre de no aceptar un pago sin quita y quieren sentar a todos los acreedores holdouts y no sólo a los litigantes. Del otro lado, los fondos creen que las restricciones económicas impulsarán al Gobierno a ceder e intentar acordar.