Por Marina Dal Poggetto*.
El escenario de fortalecimiento global del dólar asociado al retiro de los estímulos monetarios en Estados Unidos en un mundo en el que el aumento de la oferta de petróleo coincidió con un menor dinamismo de la demanda global frente a la morigeración del crecimiento en China, la Zona Euro y Japón, gatilló la caída del precio del petróleo que se profundizó en los últimos días. Esto se da en un contexto en el que la oferta de shale en Estados Unidos viene reduciendo fuertemente la demanda de importaciones en línea con un déficit en la balanza de petróleo que pasó desde 243 mil millones en 2008 (en dólares constantes de 2009) a 122 mil millones. Situación que plantea un cambio no menor en el balance de poder de la geopolítica global a la que estábamos acostumbrados.
Esta corrección de precios relativos asociada al fortalecimiento global del dólar y a la caída del precio del petróleo, tiene impactos no menores sobre los desequilibrios globales y las cuentas fiscales de las economías.
Bien unos, mal otros
En el caso de las economías importadoras netas de energía, este shock implica una mejora de los términos del intercambio (i.e. relación entre los precios de los productos que se venden al exterior y los precios de los productos que se compran desde el exterior) consistente con una estabilización del desequilibrio externo. En algún punto, este es el caso de Japón, China, India, Indonesia y Turquía, donde la caída del precio del petróleo mejora el desequilibrio externo y morigera las presiones inflacionarias. Así, se aumentan en algún punto los márgenes de maniobra de la política monetaria para amortiguar la ralentización del ciclo económico global con un recorte de la tasa de interés de referencia.
Del otro lado, para las economías exportadoras netas de petróleo (los países de la Opep, Rusia, Venezuela, entre otros), el shock de precios relativos asociado al fortalecimiento global del dólar y a la corrección del precio del petróleo implica un deterioro del equilibrio de las cuentas externas. Esta dinámica se termina traduciendo en un contexto de menor oferta de dólares para financiar el aumento en las importaciones (compras de insumos desde el exterior) que requiere el proceso de crecimiento y en menores recursos fiscales para sostener el incremento del gasto público.
Por ahora, el precio del petróleo acumula una corrección del 20 por ciento hacia el menor nivel desde septiembre de 2010. Pero a diferencia de episodios anteriores de corrección del precio del petróleo, donde el cierre discrecional del grifo de la Opep (Organización de Países Exportadores de Petróleo) los estabilizaba en niveles más altos, frente al aumento en la participación de la producción de Estados Unidos, esta vez los incentivos no serían los mismos. En este nuevo mapa energético, los países de la Opep en general y Arabia Saudita en particular, estarían dispuestos a convalidar una corrección a la baja más acentuada del precio internacional del petróleo hasta el punto crítico en el que el flujo de fondos de las inversiones de shale en Estados Unidos ya no sea rentable, y así poder recomponer participación en los mercados internacionales. Según estimaciones privadas, ese nivel crítico del precio de petróleo a partir del cual las inversiones en shale en Estados Unidos comienzan a ser rentables estaría en un rango entre 70 /80 dólares el barril, rango de precios en el que se encontraría el “nuevo piso nominal” frente a los nuevos fundamentos del mercado global energético.
Todavía el juego no está definido, pero todo parecería indicar que el balance de poderes del mercado energético estaría empezando a mutar.
*Directora Estudio Bein & Asociados.
Los precios internacionales del petróleo experimentan una tendencia bajista de entre el 25 y 27 %, desde junio de este año, hecho que alegra a los consumidores pero que pone en jaque a los productores del denominado "oro negro".
El West Texas, la variedad de referencia para Estados Unidos, cayó por debajo de 84 dólares por barril el viernes por primera vez desde los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres.
En marzo de 2014, el barril del West Texas valía alrededor de 100 dólares, para junio se cotizaba en cerca de 105 dólares, y el pasado viernes cerró en 82.75 dólares por barril, en su tercera semana consecutiva a la baja.
Asimismo, el barril de Brent, el crudo de referencia en Europa, ha pasado de costar 115 dólares a mediados de junio a los cerca de 84 dólares a los que cotizaba el miércoles, es decir más del 26% de bajada.
¿Por qué cayeron los precios internacionales?
Los bajos precios del petróleo son en gran medida un reflejo de algunos sucesos bastante atemorizantes en la economía mundial, especialmente en Europa adonde nadie quiere ver una nueva recesión.
La disminución de la actividad económica de Europa y la continua lentitud en China se traduce en una menor demanda de materias primas, especialmente de petróleo.
En Estados Unidos no hay escasez de oferta. El factor impulsor de los menores precios de la energía, es la mayor producción de petróleo estadounidense, impulsada por el auge del esquisto; adonde la producción nacional se ha incrementado el 70 % desde 2008, según la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés).
Otros motivos de tal caída de precios van desde una mayor oferta de países de Medio Oriente (Libia e Irak) y las mayores exportaciones de crudo de Estados Unidos.
Ante tal fenómeno, Venezuela ha solicitado una reunión extraordinaria de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para ver el tema de la caída del valor del barril de crudo, lo cual para el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se debe a una estrategia de Estados Unidos para hacer "una guerra económica" a Rusia".
La caída de los precios no pudo ocurrir en un peor momento para Venezuela, que ya lidia con una desaceleración económica, una inflación anual superior al 60 por ciento y restricciones cambiarias que han provocado una escasez generalizada.
Sin embargo, es poco probable que la OPEP llame a una reunión de emergencia como se ha propuesto, dijeron a Reuters dos fuentes el viernes pasado.
Al respecto, Maduro dijo ese mismo día que el presupuesto de Venezuela para el 2015 se basará en un precio estimado del petróleo de 60 dólares por barril, aunque reiteró que la cotización del crudo se recuperará. El mismo valor estimaron para 2014. "Acá no va a haber ni catástrofe, ni colapso", afirmó Maduro, criticando a los derechistas que, dijo, esperan que la caída de los precios del petróleo lleve al fin de su Gobierno.
Los analistas concuerdan en que el mercado del petróleo se encuentra en una tendencia a la baja en el largo plazo, y muchos se han apurado a recortar su estimación de precio hasta 12 dólares por barril tras revisar la supuesta determinación de Arabia Saudita a defender un precio de 100 dólares por barril.
Consumidores felices
Los que más ganarán con estos menores precios serán los países importadores, que tendrán unas facturas de entre el 25% y el 30% más baratas.
La baja de la gasolina es el mayor beneficio que han recibido hasta la fecha los consumidores estadounidenses por el auge récord de la producción nacional de petróleo, aumento que contribuye a un exceso de oferta de crudo en el mercado mundial y a una caída de los precios internacionales.
Gracias a esto, los ciudadanos estadounidenses lo celebran al pagar entre 5 y 15 dólares por un tanque lleno respecto a lo que pagaban hace tres meses.
"Es como si alguien nos pusiera dólares en el bolsillo", dijo David Hackett, presidente de Stillwater Associates, firma consultora de energía de Irvine, California. "Eso significa regalos de Navidad, salidas a comer, poder hacer algo". —Agencias
Un desplome repentino en el precio del petróleo está enviando ondas de choque políticas y económicas alrededor del mundo. Las naciones exportadoras de crudo se están preparando para recortes presupuestarios potencialmente devastadores, mientras que los países importadores se están beneficiando de los precios más bajos en cuatro años.
El precio global del petróleo cerró la semana anterior a 82.75 dólares por barril, 27% menos que su nivel más alto del año. El consumo diario mundial de crudo es de 91 millones de barriles. Eso significa que los ingresos de los países y compañías productoras de petróleo están disminuyendo en hasta 2,800 millones de dólares por día, y los consumidores, fletadores y aerolíneas están ahorrando una cantidad comparable en pago de gasolina, diésel y combustible para avión.
“El problema es que los países se acostumbran a cierto nivel de ingreso, y luego gastan”, dijo Edward Chow, del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales. “Al principio parece como un golpe de fortuna, pero cuando dura suficiente tiempo, uno se acostumbra a ello”.
El precio global del petróleo se mantuvo relativamente estable durante casi cuatro años, promediando 110 dólares por barril. Un aumento en la producción en Estados Unidos, Canadá, Irak y otros países compensó la disminución de suministro por parte de naciones como Irán y Libia, y ayudó a cubrir la creciente demanda mundial.
El delicado balance ha sido puesto boca abajo por una economía global más débil. La demanda está disminuyendo mientras que la producción, particularmente en Estados Unidos, continúa aumentando.
Las economías impulsadas por el consumidor se benefician. Por ejemplo, los automovilistas en Estados Unidos están pagando en promedio 3.16 dólares por galón (83 centavos por litro) de gasolina, el promedio más bajo desde 2011, lo que les permite tener más dinero para gastar.
“Si esta caída se mantiene donde está, ello sería en efecto un crédito fiscal de 600 dólares para una familia estadounidense promedio”, dijo Ed Morse, director global e investigación de materias primas en Citigroup.