La presidente Dilma Rousseff y el líder opositor Aécio Neves, que disputarán la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, intercambiaron hoy, en un nuevo debate en televisión, duros ataques por escándalos de corrupción que han salpicado a sus respectivos partidos.
Neves, candidato por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), abrió la discusión interrogando a la jefe de Estado, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), sobre los nuevos escándalos que salpican a la petrolera estatal Petrobras.
"Quisiera saber de quién es la responsabilidad por tanto desvío de recursos públicos que no para nunca", preguntó el senador socialdemócrata tras citar diferentes denuncias de irregularidades contra Petrobras y las acusaciones de que la empresa cobraba sobornos de contratistas para financiar campañas políticas de partidos oficialistas, principalmente del PT.
La mandataria aseguró que los escándalos han surgido precisamente porque la Policía, bajo su mando, está investigando las denuncias y ya que su compromiso es "investigar y castigar" a los responsables.
Rousseff señaló que, en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), también miembro del PSDB, la Policía era comandada por afiliados a esa formación que se negaban a investigar denuncias de corrupción.
"Brasil por primera vez está teniendo un combate sistemático a la corrupción", dijo antes de citar varios escándalos de corrupción que salpicaron al PSDB y que nunca fueron juzgados. Según la mandataria, los responsables por esas irregularidades "están todos sueltos" porque el gobierno de entonces no quiso investigarlos.
"Todos esos casos fueron investigados. Si los acusados están sueltos es porque no encontraron pruebas. Al contrario de los corruptos de su partido (el PT), que están todos presos", respondió el socialdemócrata al citar varios dirigentes de la formación oficialista que purgan condenas por corrupción.
El debate, que duró una hora y media, también se concentró en la inflación. Neves acusó a Rousseff de permitir un alza de precios "descontrolada". La réplica de la mandataria fue que ese era un tema que quería instalar la oposición, tal como lo hizo con los supuestos atrasos durante la Copa del Mundo, y que los precios se encontraban dentro de la meta establecida para este año.
"Quedó claro que Brasil estaba listo para el Mundial. Los aeropuertos funcionaron, la seguridad funcionó. En el caso de la inflación es lo mismo", dijo, sin dar detalles sobre qué medidas tomaría para controlarla. Eso fue aprovechado por el tucano, que en distintas oportunidades acusó a Rousseff de "mentir" al electorado.
"Como ven, la candidata siempre tiene una justificación, pero nunca una solución. Para la presidente, la inflación no es un problema y entonces no tiene ninguna propuesta. ¿Usted compra lo mismo con la misma cantidad de dinero que hace seis meses o que un año atrás? Su gobierno va a dejar una herencia perversa para el futuro, alta inflación, bajo crecimiento y pérdida de credibilidad. Sin credibilidad no hay inversiones. Sin inversiones no hay empleo. Tenemos 418.000 desempleados más que en el mismo período del año pasado", criticó.
Tras el debate en SBT, los dos aspirantes volverán a medirse el domingo en otro encuentro organizado por la televisión Record y en un último en el canal Globo, el de mayor audiencia del país, el 24 de octubre, dos días antes de las elecciones.
Según los analistas, los debates serán decisivos en una campaña totalmente imprevisible y en la que ambos candidatos, según los últimos sondeos, están técnicamente empatados, con una ligera ventaja de Neves (51%) sobre Rousseff (49%). En la primera vuelta, la mandataria fue la vencedora, con el 41,59% de los votos, frente al 33,55% obtenido por su rival.
Por Alberto Armendariz.
Estancados en el terreno del empate técnico de cara a la segunda vuelta electoral del 26 en Brasil, la presidenta Dilma Rousseff y el senador socialdemócrata Aécio Neves se lanzaron ayer a la guerra total. Un nuevo debate televisivo entre los dos candidatos se volvió una suerte de lucha de box con golpes bajos, denuncias de mentiras y manipulación, acusaciones de "campaña perversa" y "visión elitista", en la que no faltaron silbidos y aplausos de parte de los equipos de asesores a cada lado del ring.
La tensión en los estudios del canal SBT era tal que tras el reñido encuentro Dilma, del Partido de los Trabajadores (PT), sufrió una baja de presión y tuvo que interrumpir la entrevista que le estaban realizando. El malestar no pasó a mayores, pero fue visto en vivo por todos los que seguían la transmisión.
Como en anteriores debates, la deteriorada situación económica y el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras estuvieron siempre presentes, pero esta vez los candidatos apuntaron a atacarse con cuestiones más personales. Aécio, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), reveló que el hermano de la presidenta, Igor Rousseff, fue contratado por un alcalde oficialista y cobró un sueldo sin ir a trabajar nunca. Dilma, en tanto, criticó al senador opositor por haberse negado a hacer el test de alcoholemia cuando fue detenido en 2011 y se le quitó su licencia de conducir.
Las acusaciones contra el hermano de la presidenta llegaron luego de que en el debate anterior, el martes por la noche, Dilma acusó a Aécio de nepotismo por haber contratado a su hermana Andra cuando él era gobernador de Minas Gerais (2003-2010). Aécio explicó que ella ejerció un cargo de tipo voluntario, sin retribución, y que tradicionalmente está reservado a la primera dama del estado, pero como entonces él era soltero la eligió a ella.
"Ahora, ¿usted conoce al señor Igor Rousseff? Su hermano fue nombrado por [el ex alcalde de Belo Horizonte, el petista] Fernando Pimentel y nunca apareció a trabajar. Mi hermana trabaja mucho y no recibe nada. Su hermano no trabaja y recibe mucho", disparó Aécio.
Dilma no comentó la acusación, pero disparó contra la fama de "fiestero" que pesa sobre Aécio, al recordar el episodio en el que se le retiró la licencia de conducir y señalar que por conductores ebrios y drogados hay tantas muertes en accidentes de tránsito. "Yo no conduzco bajo los efecto del alcohol o la droga", resaltó la presidenta.
Aécio reconoció haber rechazado el alcoholímetro y, exasperado, condenó a la presidenta por desatar una "perversa" campaña contra sus adversarios: antes la ecologista Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), y ahora él. "No trajo durante todo este debate ni siquiera una propuesta. Está ofendiendo a todos los brasileños que quieren un cambio. Su gobierno fracasó y se encamina a perder esta elección", subrayó Aécio, mientras que Dilma indicó que los gobiernos pasados del PSDB "sólo veían a las elites" y que afortunadamente durante su administración "Brasil está cambiando para mejor"..