Por David M. Herszenhorn.
La fuerte caída del precio del petróleo está ejerciendo presión sobre el presupuesto de los principales países exportadores de crudo de todo el mundo. En Rusia, cuya economía ya sufre por las sanciones de Occidente, se esperan más recortes de gastos y en Irak temen por el presupuesto en seguridad, en un país asediado por la agrupación extremista Estado Islámico (EI).
Desde Moscú hasta Caracas, desde Riad hasta Bagdad, en Teherán, Argel, la ciudad de Kuwait y Lagos, los líderes políticos, ministros de economía y directores de los bancos centrales hacen denodados esfuerzos para hacer frente a la caída de precios, aproximadamente un 25% desde el pico de junio.
El precio del barril de crudo Brent ayer era de 85 dólares, cuando en junio se vendía a 115.
Una caída impulsada por la mayor producción de crudo en Estados Unidos y por las proyecciones de una sostenida reducción de la demanda en muchos países desarrollados, así como por la desaceleración del crecimiento en China.
La caída del precio del petróleo es sobre todo una buena noticia para los países desarrollados, y en especial para Washington. Países como Rusia, Irán y Venezuela, que en los últimos años buscaron sojuzgar la influencia de Estados Unidos, ahora podrían tener que moderar su actitud, ya que enfrentan crecientes presiones financieras.
Si bien Rusia tiene reservas de billones de dólares como colchón, precisamente para enfrentar este tipo caída de precios, en Moscú ya hay signos de preocupación.
En una reunión realizada en esa ciudad esta semana con el consejo de derechos humanos del gobierno, el presidente Vladimir Putin rechazó de plano un pedido de mayor financiamiento de ese organismo y citó como argumento la caída de los ingresos por exportaciones de crudo.
"Como sabrán, el precio de la energía ha caído, así como el de otros de nuestros productos tradicionales", dijo Putin. "Debido a eso, ¿no deberíamos más bien reconsiderar el presupuesto para reducir algunos gastos?" Fue un notable distanciamiento de la altanería con que Putin respondió a las sanciones de Occidente por lo ocurrido en Ucrania, a las que calificó como apenas una molestia.
La semana pasada, Venezuela, cuyas exportaciones dependen en un 95% de las ventas de crudo, convocó a una reunión de emergencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo para tratar el hundimiento de los precios, una convocatoria que otros miembros rechazaron a favor de la reunión ordinaria del organismo a realizarse el mes próximo.
Los expertos en políticas energéticas dicen que los precios rebotarán casi con seguridad como respuesta a las fuerzas normales del mercado y a la fuerte y continua demanda, sobre todo de parte de los países desarrollados.
Y parte del excedente de producción que también está empujando los precios hacia abajo es resultado de un aumento de la producción en Irak y Libia, países que atraviesan una situación de inestabilidad que en cualquier momento podría generar el cierre de los pozos, hecho que desencadenaría un aumento súbito del precio del barril.
Pero en lo inmediato es muy probable que los grandes productores enfrenten crisis presupuestarias de diverso grado de severidad, con sus consecuentes ramificaciones económicas, estratégicas y políticas.
"Todo depende de cuán larga y profunda sea la caída, pero si el precio del crudo se mantiene alrededor de un 20% abajo, se planteará un enorme desafío para los países que dependen fuertemente del petróleo para cubrir sus necesidades presupuestarias", dijo Jason Bordoff, director del Centro de Políticas Energéticas Globales de la Universidad de Columbia, Nueva York. "En muchos de esos países, los números apenas cierran."
Bordoff dijo que Rusia e Irak enfrentaban circunstancias particularmente difíciles, en parte debido a las tensiones geopolíticas generales de sus regiones. Rusia, ya aquejada por la inflación y la drástica caída del rublo, vio muy reducida su capacidad de endeudarse debido a las sanciones de Occidente. Irak está librando un conflicto militar costoso y de final abierto contra los extremistas de Estado Islámico.
Ahora, el principal interrogante es si en su reunión del próximo mes, la OPEP, liderada por Arabia Saudita, decidirá recortar la producción y estabilizar los precios.
Algunos analistas creen que ése es el paso lógico a seguir, mientras que otros sugieren que Arabia Saudita tal vez permita que los bajos precios persistan, en parte para apretar a sus principales rivales -Irán y Rusia- y en parte para presionar a los productores de shale oil de Estados Unidos.
Los costos de producción relativamente bajos de Arabia Saudita y su programa de gastos interno le permiten mantener equilibrado su presupuesto con un precio de aproximadamente 95 dólares por barril, frente a los 100 dólares por barril que necesita Rusia, o aún más, Irán. Los sauditas también cuentan con enormes reservas en efectivo que les permiten sostener su presupuesto.
"La cuestión es hasta qué punto uno está dispuesto a comerse las reservas y hasta cuándo, hasta poder reducir la producción", dijo Gal Luft, codirector del Instituto para el Análisis de la Seguridad Global.
Traducción de Jaime Arrambide
Los países del Golfo Pérsico, incluidos Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, se opondrán a cualquier rebaja del techo de producción de petróleo de la OPEP en la reunión del próximo mes pese al continuo descenso de los precios mundiales del crudo, según varias fuentes conocedoras de la situación.
A pesar de la caída de los precios, los países del Golfo Pérsico temen que una eventual rebaja del límite de la cantidad que pueden producir los integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo pudiera provocar una pérdida de la cuota de mercado para los miembros del cártel.
En la mañana del jueves crudo Brent para entrega en noviembre caía un 0,9% a US$83,36 por barril.
“Arabia Saudí y el resto de países del Golfo no tienen intención, en absoluto, de aceptar la idea de un recorte en la reunión de noviembre”, indicó un funcionario de la OPEP de un país del Golfo Pérsico. “Si vamos a acabar con una cuota de mercado más baja, los precios caerán de todas maneras, así que atengámonos a la cuota de mercado”.
Otro miembro de un país del Golfo dijo que los precios del petróleo estadounidense podrían caer a en torno a US$70 por barril antes de que cantidades considerables de la producción de petróleo bituminoso estadounidense se vuelva antieconómica, lo que indica que algunos en la OPEP esperan que los precios caigan más.
“US$70 (...) es el número mágico”, indicó el funcionario.
La OPEP celebrará su próxima reunión el 27 de noviembre en Viena.
El petróleo de Texas (WTI) subió hoy 1,12 % y cerró en u$s 82,7 el barril en una jornada en la que se conoció que las reservas de crudo subieron la semana pasada más de lo previsto en Estados Unidos.
El Departamento de Energía publicó hoy que las reservas subieron en 8,9 millones de barriles (2,5 %) la semana pasada y se ubicaron en 370,6 millones de barriles, por encima de la suba de 2 millones de barriles que esperaban los analistas.
De esta forma, el petróleo de referencia en EE.UU. recuperó parte del terreno que lleva perdido desde finales de septiembre ante la preocupación por una desaceleración de la economía mundial.