El amplio suministro de crudo, sumado a la débil demanda, han hecho bajar los precios del Brent cerca del 28 por ciento desde junio, abriendo paso a la posibilidad de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decida recortar la producción.
El crudo Brent pierde dos dólares por barril y cotiza a menos de u$s88, su valor más bajo desde 2010. Esta semana, además, el barril de "light sweet crude" (WTI), el petróleo de Texas -que se utiliza como referencia en la Argentina- para entrega en noviembre perdió 3,9 dólares a u$s81,84 en el New York Mercantile Exchange (Nymex), su nivel más bajo desde el 28 de junio de 2012.
Esta brusca caída en el mercado internacional colabora para ponerle un límite a la salida de dólares que implica la importación de energía, algo que hasta ahora no lograron las políticas oficiales. Es que con valores internacionales más bajos, caerán las importaciones en precio, aunque se mantenga el volumen.
Hasta agosto, según datos oficiales, las importaciones de hidrocarburos y derivados alcanzaron los 6473 millones de dólares, un 23% menos que los 8439 millones de dólares del mismo período del año pasado, publica el diario La Nación. Esa caída acusa en gran parte a precisamente la baja en el precio que comenzó a notarse en los últimos meses.
"Como importadores, la baja de precios es una buena noticia. Pero en tanto receptores de inversión para desarrollo de campos petroleros de alto costo, como son las explotaciones de recursos no convencionales, es una mala noticia", explicó al matutino el ex secretario de Energía Daniel Montamat.
De acuerdo al empresario, la Argentina "como país todavía ajeno a las referencias internacionales de precios, si la baja se consolida, puede ser que terminemos con precios domésticos de petróleo y derivados más altos que los del mercado mundial", una situación que ya se observa. Mientras en Buenos Aires el litro de súper se vende a u$s1,49, en los Estados Unidos está a u$s0,92
Sucede que las compañías que producen combustibles, como YPF, Axion, Petrobras, Oil y Shell venden sus productos en pesos, pero el barril de crudo se paga en dólares. Por lo que la devaluación del peso es la gran responsable de las subas en los surtidores, que acumulan en el año un 60%.
Por su parte, Jorge Lapeña, presidente del Instituto Mosconi y también ex secretario de Energía, remarcó los efectos que pueden provocar a los productores argentinos el derrumbe de los valores internacionales. "Habrá que ver si se trata de una baja del precio transitoria o permanente. Si fuera transitoria, no afectará; si en cambio fuera permanente, la viabilidad de Vaca Muerta estaría muy complicada", alertó.
Para el ex titular de Energía Emilio Apud, la baja es circunstancial. "Hubo más oferta de Arabia Saudita, varias consultoras estimaron un enfriamiento de China y la demanda mundial de Estados Unidos sigue bajando por el aumento de su producción. Esto favorece en el plano local, ya que baja la cuenta de importaciones, hecho que lo hará más llevadero", explicó a la vez que aclaró que duda que esta situación perdure en el tiempo: "No creo que los precios se mantengan a la baja, debido a que la OPEP regulará la producción para que esto no ocurra y en el mediano plazo los emergentes, en cabeza de China, mantendrán su crecimiento".
Por Pablo Fernández Blanco.
El mercado internacional está por sumar una paradoja más al funcionamiento del sistema energético local. Es que la recesión de la economía y la caída en el precio internacional del petróleo que se registró en los últimos meses colaboran para ponerle un límite a la salida de dólares que implica la importación de energía, algo que hasta ahora no lograron las políticas oficiales.
El precio del Brent, propio de Europa, anota una baja de 28% desde junio, mientras que el WTI, el barril de Texas, que se utiliza como referencia en la Argentina, está entre sus niveles más bajos del año, pese a que ayer registró un leve rebote.
Los precios del petróleo empujan, más o menos rápido, al de sus derivados. Entre ellos, las naftas, el gasoil, el fuel y el gas natural licuado (LNG, según sus siglas en inglés), todos productos que la Argentina importó en los últimos años en una proporción creciente. Aunque es difícil arriesgar un número de ahorro, porque no están claras cuáles serán las compras del país al exterior en lo que resta del año ni se sabe a ciencia cierta qué ocurrirá con los precios, hay una primera conclusión que fluye casi por sí misma: con valores internacionales más bajos, caerán las importaciones en precio, aunque se mantenga el volumen. No es un dato menor, por ejemplo, si se tiene en cuenta que el Gobierno comenzó a aplicar el cepo cambiario por la dificultad para hacerse de los dólares necesarios para pagar las compras de energía en el exterior.
Hasta agosto, según números oficiales, las importaciones de hidrocarburos y derivados alcanzaron los 6473 millones de dólares. El número es enorme, pero 23% menor a los US$ 8439 millones del mismo período del año pasado. En parte, esa caída acusa una baja en el precio que comenzó a notarse en los últimos meses.
"Como importadores, la baja de precios es una buena noticia. Pero en tanto receptores de inversión para desarrollo de campos petroleros de alto costo, como son las explotaciones de recursos no convencionales, es una mala noticia. Se suma a las malas condiciones del contexto económico y sectorial una reducción de precios que afecta la rentabilidad de los proyectos. Como país todavía ajeno a las referencias internacionales de precios, si la baja se consolida, puede ser que terminemos con precios domésticos de petróleo y derivados más altos que los del mercado mundial", explicó el ex secretario de Energía Daniel Montamat.
En un punto similar puso el énfasis Jorge Lapeña, presidente del Instituto Mosconi y también ex secretario de Energía. "Habrá que ver si se trata de una baja del precio transitoria o permanente. Si fuera transitoria, no afectará; si en cambio fuera permanente, la viabilidad de Vaca Muerta estaría muy complicada", explicó.
En parte, esa preocupación comenzó a llegar hasta el presidente de YPF, Miguel Galuccio. La acción de la empresa cayó desde marzo cerca del 18 por ciento, pese a una leve recuperación ayer.
Es posible que el precio del crudo continúe bajando y los valores de las naftas, subiendo. Sucede que las compañías que producen combustibles, como YPF, Axion, Petrobras, Oil y Shell venden sus productos en pesos, pero el barril de crudo se paga en dólares. Por lo que la devaluación del peso es la gran responsable de las subas en los surtidores, que acumulan en el año un 60 por ciento. Un petrolero lo puso en estos términos: "Si el precio del crudo local bajara en pesos, podrían bajar los combustibles en la Argentina".
Para el ex titular de Energía Emilio Apud, la baja es circunstancial. "Hubo más oferta de Arabia Saudita, varias consultoras estimaron un enfriamiento de China y la demanda mundial de Estados Unidos sigue bajando por el aumento de su producción. Esto favorece en el plano local, ya que baja la cuenta de importaciones, hecho que lo hará más llevadero", explicó. Pero anticipó que ese viento de cola no durará. "No creo que los precios se mantengan a la baja, debido a que la OPEP regulará la producción para que esto no ocurra y en el mediano plazo los emergentes, en cabeza de China, mantendrán su crecimiento. Por otra parte, no es conveniente para la Argentina un barril de los US$ 80 porque desalentaría la inversión en los petróleos caros como son los shale", completó.
