La espiral bajista en el precio del petróleo continúa. Un día después de registrar su mayor caída desde 2011, un 4,3%, el barril de Brent agrava su desplome hasta los 83 dólares.
Los analistas reconocen que el pánico se ha adueñado del mercado del petróleo. La oleada bajista no encuentra freno, y los operadores optan por una desbandada insólita en los últimos años. En poco más de un mes roza ya el 20% de caída.
La jornada de ayer deparó la mayor caída del precio del Brent desde septiembre de 2011, un 4,3%. Pero los inversores reanudan hoy sus ventas, y los descensos alcanzan otro 2% adicional.
El resultado es un nuevo desplome en el precio del crudo. Hace poco más de un mes el Brent bajaba por primera vez en un año de los 100 dólares. Hoy el barril de Brent se repliega hasta los 83 dólares, sus niveles más bajos de los últimos cuatro años. El barril tipo West Texas, de referencia en EEUU, tampoco se libra del correctivo. En su caída se desinfla hasta los 80 dólares.
En las últimas semanas los analistas han tenido que ajustar drásticamente a la baja sus previsiones de demanda mundial de crudo. Ayer mismo la Agencia Internacional de la Energía (AIE) auguró que la demanda crecerá al menor ritmo desde 2009. Este año aumentará sólo en 650.000 barriles al día, 250.000 menos que en su anterior estimación.
Al contrario de lo que sucede con la demanda, las previsiones sobre la evolución del suministro han ido en aumento. El auge en la producción de EEUU y el actual desplome en el precio del petróleo apuntaban a un recorte en el ritmo de bombeo de los países de la OPEP. Pero los recelos a un recorte de producción van en aumento.
Arabia Saudía habría admitido que está dispuesto a aceptar precios de entre 80 y 90 dólares el barril con tal de no perder cuota de mercado. Detrás de este cambio de actitud de algunos de los principales países productores podría estar también un intento de restar atractivo a los proyectos de extracción de petróleo no convencional de EEUU.
Una de las sorpresas más grandes de la economía mundial en 2014 ha sido la caída en los precios del petróleo.
Con un conflicto armado en Medio Oriente y otro que involucra a Rusia, una de las grandes potencias energéticas, muchos habrían esperado una escalada sustancial en el precio del crudo.
Eso fue lo que ocurrió en otros momentos de gran turbulencia política en las zonas productoras de petróleo, mayormente concentradas en el Medio Oriente.
Sin embargo, esta vez una serie de factores nuevos están cambiando el mercado global del crudo, al punto que ni siquiera la posibilidad de que el autodenominado Estado Islámico desestabilice aún más a Irak y eventualmente a otros estados de la zona está afectando a los operadores.
Lo que ha llevado que el petróleo haya caído el viernes pasado por debajo de la barrera sicológica de los US$90, alcanzando el nivel más bajo en cuatro años.
A ritmo de recesión
Un informe del banco de inversión Barclays estima que el precio seguirá por debajo de los US$100 dolares el barril por el resto de 2014 y en 2015.
Algunos analistas atribuyen este pesimismo petrolero a una débil demanda global. Con sus economías a media marcha, el mundo tiene menos ansias de consumir petróleo.
"El mercado está anticipando una recesión en Europa y un crecimiento más lento en China", le dijo a BBC Mundo la experta Anne Louise Hittle, analista principal de mercados de petróleo para la firma consultora Wood Mackenzie.
Pero además de una demanda más débil, la oferta más amplia ayuda a que el precio baje.
Muchos países, encabezados por Estados Unidos, han aumentado de manera sustancial su producción petrolera en los últimos años gracias al uso de tecnologías como el fracking.
Como informaba el diario The New York Times, el pasado 30 de julio zarpó del puerto texano de Galveston un buque con 400,000 barriles de crudo con destino a Corea del Sur, las primeras exportaciones petroleras sin restricciones que Estados Unidos hace en casi cuatro décadas.
Cuentas en apuros
Entonces, con más vendedores y menos compradores, el precio del crudo ha cedido.
La gran pregunta es si estas tendencias de petróleo barato continuarán.
Una pregunta que trasnocha, en particular, a los ministros de Hacienda de muchas naciones petroleras que ven en el precio del crudo el gran factor que determina la suerte de sus economías.
El Wall Street Journal aseguraba este viernes que Venezuela necesita un precio del barril de petróleo de $121 para equilibrar sus cuentas fiscales, mientras que Ecuador requiere que esté a $117.
Claramente un precio de $89 por barril, como el que se perfila para esta semana, representa malas noticias para los productores petroleros de nuestra región.
El factor militar
Para Michael Cohen, jefe de investigaciones en materias primas energéticas del Banco Barclays en Nueva York, no hay una respuesta simple a si los precios seguirán a la baja.
Todo depende en su opinión, si la OPEP, el legendario pero venido a menos cartel de productores petroleros encabezado por Arabia Saudita, se organiza para restringir la producción petrolera, creando una escasez de crudo que haga que los precios se recuperen.
"Depende de si la OPEP entra y le devuelve el equilibrio al mercado, un proceso que en el pasado ha tomado varios meses", advierte en conversación con BBC Mundo.
Sin embargo, esa fórmula es una medicina dolorosa para los productores, pues en el corto plazo, requiere que al cortar su producción, bajen aún más sus ingresos.
Y crea incentivos para que algunos de los países integrantes de la OPEP hagan trampa, vendiendo más petróleo mientras sus vecinos disminuyen la producción y hacen que los precios se recuperen.
No obstante, Cohen estima que Arabia Saudita reaccionará eventualmente, cortando exportaciones a Europa.
Y la explicación, más allá de la economía, está en los imperativos estratégicos y militares de los grandes productores de Medio Oriente.
"No creo que la OPEP tenga un interés en que los precios bajen mucho más que lo actual, porque, debido a las protestas y turbulencia social que se vienen dando en muchos de sus países, necesitan el dinero para financiar sus programas sociales y su gasto militar", le dice a BBC Mundo el analista de Barclays.
¿El mercado se auto-regula?
Incluso si la OPEP no consigue organizarse para recortar artificialmente la producción en el corto plazo y así revitalizar los precios, los analistas piensan que en el mediano plazo, el mercado lo hará por sí mismo.
Del lado de la oferta, si los precios se mantienen bajos, habrá una caída en la inversión petrolera y eventualmente una disminución en la producción, lo que con el tiempo hará que se disipe el exceso de petróleo que actualmente inunda el mercado.
Esto debería resultar, al cabo de varios meses o años, en una recuperación del precio del crudo.
Menos fracking
Más aún, algunos se preguntan si la caída del precio del petróleo terminará con una bonanza que apenas comenzaba en los últimos años, la de la explotación de yacimientos no convencionales.
Se teme que con el petróleo barato, disminuirá el atractivo de la explotación de hidrocarburos con métodos costosos como el fracking.
Cohen piensa que el impacto se sentirá en algunos de los proyectos.
"Si nos mantenemos alrededor del precio de los 90-95 dólares por barril que pronosticamos para 2015, posiblemente se detendrán algunos de las exploraciones planeadas en la cuenca Permian de Texas en Estados Unidos y en Oklahoma, entre otras", le dice a BBC Mundo.
Sin embargo, insiste Cohen, muchos de los proyectos ya en operación pueden sobrevivir con precios de petróleo mucho más bajos, de 20 a 40 dólares por barril.
Los yacimientos de crudos pesados que ya están en explotación en Venezuela, por ejemplo, no perderán su viabilidad económica por motivo de la actual caída en los precios internacionales.
De modo que la actual caída en los precios de petróleo no parece ser suficiente para alterar de manera definitiva los patrones de producción del crudo en el mundo.
Pero es posible que con el tiempo lleve a una disminución en la explotación de los yacimientos más complejos y costosos de desarrollar.
Y sobre todo, presenta un dolor de cabeza a las naciones que esperaban que el precio se mantuviera indefinidamente a los niveles estratosféricos de la última década, para financiar las necesidades de sus gobiernos.
Por: Matt Egan.
El petróleo crudo cayó por debajo de 84 dólares por barril el viernes por primera vez desde los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres.
Si tienes un auto o planeas reservar un boleto de avión, probablemente estás celebrando. Pero estas son las razones por las que también deberías preocuparte.
Los bajos precios del petróleo son en gran medida un reflejo de algunos sucesos bastante atemorizantes en la economía mundial, especialmente en Europa. Nadie quiere ver a una nueva recesión.
La caída del petróleo está asustando a los inversores, ayudando a impulsar algunas de las recientes turbulencias extremas en Wall Street.
La situación actual es un recordatorio de que hay que tener cuidado con lo que se desea. Por supuesto, los consumidores y las empresas se beneficiarán de precios más amigables en la bomba de gasolina. Pero esto está siendo impulsado, al menos parcialmente, por factores negativos.
“La energía tuvo un desempeño estelar de enero a junio. Ahora está sacando todo el aire del mercado”, dijo Joe Saluzzi, codirector de operaciones de Themis Trading.
Artículo relacionado: ¿Cómo afecta a México la caída en los precios del petróleo?
Los temores por la demanda se propagan
Una confluencia de factores se han conjuntado para abrir una trampilla debajo del precio del petróleo.
En primer lugar, hay crecientes preocupaciones sobre la anémica economía de Europa y la capacidad de 'Súper Mario' y del Banco Central Europeo (BCE) de continuar apuntalándolo. Alemania se tambalea al borde de la recesión, lo cual envió su mercado de valores a mínimos de un año esta semana.
La disminución de la actividad económica de Europa y la continua lentitud en China se traduce en una menor demanda de materias primas, especialmente de petróleo. Obviamente, eso es un gran factor negativo para los precios del petróleo.
En segundo lugar, el petróleo se ha visto afectado por el dólar estadounidense resurgente. Las materias primas con frecuencia se mueven en dirección opuesta a la moneda estadounidense, que está disfrutando de una de sus mejores rachas en la historia reciente, a medida que la economía de Estados Unidos supera las expectativas de desempeño.
No hay escasez de oferta en Estados Unidos
El otro factor impulsor de los menores precios de la energía, y que a menudo es pasado por alto, son los crecientes suministros. La producción de petróleo estadounidense, impulsada por el auge del esquisto (shale), se ha disparado. La producción nacional se ha incrementado un 70% desde 2008, según la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés).
La creciente producción de Estados Unidos es un “impacto en el lado de la oferta”, escribió Marc Chandler, jefe global de estrategia cambiaria de Brown Brothers Harriman, en una nota a clientes.
Pero no se trata sólo de que Estados Unidos esté manteniendo los precios bajos. En lugar de reducir la producción para compensar los precios a la baja, Arabia Saudita de hecho está aumentando la producción en un aparente esfuerzo por mantener los ingresos generales. También está teniendo el efecto secundario de ejercer presión sobre Rusia, que depende en gran medida de los ingresos petroleros también.
El nerviosismo del mercado de valores.
No importa la causa, el resultado es claro
Las reservas de energía están siendo quemadas. Basta con observar lo sucedido el jueves, cuando la canasta de acciones energéticas del S&P 500 de acciones de energía cayó 3.7%.
El grupo energético no fue sólo el de peor desempeño el jueves. Es el mayor perdedor de este mes y del año también.
Las firmas de exploración, que dependen de precios elevados para justificar los costosos esfuerzos de descubrimiento, realmente están recibiendo un golpe. Tres de las cuatro acciones con peor desempeño del S&P 500 en 2014 son las firmas de exploración energética: Noble Corporation, Transocean y Diamond Offshore Drilling.
Los números rojos realmente están ahogando las acciones de energía más pequeñas, que por definición son más riesgosas y más susceptible a oscilaciones salvajes producidas por los precios del petróleo. El Russell 2000 Energy Index cayó 6% el jueves; un movimiento dramático para un subíndice. Y ha caído la impresionante cifra de 26% sólo el mes pasado.
Esta experiencia destaca cómo se interconectan diferentes clases de activos. Vender en una esquina del mercado puede rápidamente derramarse hacia otra esquina sin relación esquina.
“El petróleo está más bajo... eso debería ayudar a los consumidores, pero las acciones de consumo son propiedad de la misma gente (léase: todos) aquellos que están siendo apaleados por las acciones de energía”. Michael Block, jefe de estrategias de Rhino Trading Partners, escribió en una nota el viernes. “La gestión del riesgo es divertida para toda la familia”.