Por: Ignacio Olivera Doll.
La maniobra que diseñó el Gobierno para hacer caer al dólar en todas sus versiones podría estar recién en sus inicios. Ayer, sólo un día después de que ordenara informalmente a las aseguradoras reducir su posición de bonos en dólares, el Ministerio de Economía les exigió que informaran antes del próximo miércoles el detalle de todas sus deudas en dólares; y extendió los llamados telefónicos a las administradoras de fondos que gestionan sus títulos.
La nueva obligación fue dispuesta ayer por la tarde a través de una resolución de la Superintendencia de Seguros, que apunta a identificar con precisión cuántos bonos en dólares pueden vender las empresas aseguradoras para ayudar a bajar el contado con liquidación sin sufrir un "descalce de monedas" para afrontar sus pasivos.
Sucede que, hasta ayer, los ejecutivos del sector se resistían con este primer argumento al pedido oficial: una venta de activos dólares dejará a las compañías demasiado expuestas a las deudas que hoy tienen en moneda extranjera con sus asegurados y las reaseguradoras (y que sumadas a las que son en pesos ascienden hoy a los $ 77.000 millones). El segundo argumento era que no podían adoptar una estrategia irracional de este tipo, como la que hoy se les está exigiendo, en un momento en que todo el mercado argentino se dolariza, sin una orden escrita que les sirva de explicación para responder a las objeciones de sus casas matrices.
Contra estos dos argumentos, la Superintendencia de Seguros dictó ayer la Resolución 8809 que obliga a las compañías a informar en cinco días todos sus pasivos en dólares mediante una declaración jurada (ver facsímil). El paso siguiente será, según descuentan en el sector, limitar la posición de activos en dólares que tienen ahora para igualarla a su posición de pasivos. "Nos dirán que no podemos tener una cartera más dolarizada que la que deberíamos tener por nuestras deudas", presumió un ejecutivo. Los empresarios reconocen que hoy, por una lógica prudencia, sus activos superan a sus pasivos en moneda extranjera. "¿Quién no buscaría reducir de este modo el riesgo en una economía con inflación del 40% anual y expectativas de devaluación del 45%? Compramos dólares por la misma razón que los ahorristas lo hacen en el mercado", se lamentaron en una de las grandes compañías.
La movida oficial explica, en buena parte, las fuertes ventas de bonos que se están viendo en el mercado desde la última hora del miércoles, que continuarán en estos días, y que hacen bajar transitoriamente el contado con liquidación (bajó 81 centavos desde entonces, y cerró ayer en los $ 13,46). Éste es el único objetivo que parece tener en su mente Alejandro Vanoli desde su desembarco en el Banco Central: derrumbar con fuerza el tipo de cambio que está implícito en las operaciones de bonos, considerado desde siempre una referencia (o el precio mayorista) en las cotizaciones de dólar que fijan las cuevas.
Las compañías tienen hoy $ 29.000 millones en títulos públicos que cotizan en la Bolsa. De éstos, al menos la mitad está en dólares y, principalmente, en Boden 2015, Bonar X y 2024 (los tres títulos que necesita el Gobierno para bajar el contado con liquidación). Se estima que con los precios de ayer y con estas aproximaciones del mercado, las aseguradoras tendrían en cartera al menos u$s 1.000 millones en bonos. La medida oficial buscaría identificar y resolver cuántos de éstos "sobran" frente a la cantidad de deuda de dólares que tienen en la actualidad.
En medio de las tensiones cambiarias, el gobierno emitió una norma que obliga a las aseguradoras a informar los pasivos en moneda extranjera a septiembre pasado, lo que tras el pedido informal a las grandes compañías para que vendan bonos soberanos en dólares y bajar el contado con liquidación, fue tomado por las compañías como la formalidad previa a solicitarles que se desprendan del excedente de su activo en divisas (títulos públicos) respecto del pasivo informado.
La Comunicación 4222 de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) requiere a las aseguradoras el detalle de sus "pasivos nacidos en obligaciones de contratos en moneda extranjera conforme lo previsto en el artículo 33 de la Ley 20.091, existentes al 30 de septiembre de 2014". Se trata de las reservas técnicas y de siniestros pendientes en moneda extranjera para cumplir con sus obligaciones con los asegurados.
En cinco días hábiles, deberán informar el subramo, la moneda, el total del pasivo expresado en la moneda original y en pesos y los planes. Pero no los plazos de los pasivos.
La SSN tiene acceso a las carteras de inversiones y a los balances, pero no a los pasivos desagregados.
"El mercado supone que van a decir que si tenés tanto en pasivos en dólares, necesitás sólo tal cantidad de activos en dólares", dijo una aseguradora. Y se especula con que la SSN podría sacar una norma general como la que obligó a los bancos a reducir su posición de moneda extranjera del 70% promedio al 30% y luego al 20%.
"Al hacerte vender, no te hacen descalzar el pasivo. Pero los bonos en dólares te dan mayor resguardo y seguridad", agregó. Los balances de las aseguradoras quedarían más expuestos al riesgo de devaluación.
La SSN no respondió las consultas de este diario.
Pero la reticencia de Anses a seguir desprendiéndose de bonos en dólares para bajar el contado con liquidación (Mariva, su principal sociedad de bolsa, fue suspendida por el gobierno), deja el rol de bajar las cotizaciones paralelas del dólar al sector privado.
Y las aseguradoras ya tuvo que repatriar sus inversiones a fines de 2011, a las puertas del cepo cambiario. Y debe destinar un 14% de su cartera en activos del inciso k, de baja rentabilidad.
El sector estima que el objetivo de esta norma es la tenencia de las compañías de retiro y de ART, cuyas obligaciones están atadas al peso, cuentan con carteras grandes con alta exposición a los bonos y, por lo tanto, sobrecalzadas en términos de activos en moneda extranjera. Y que ayer y anteayer pudieron haber puesto algún impedimento a la venta de títulos solicitada por Economía.
En tanto, las compañías de seguros patrimoniales estaban preocupadas por los pasivos contingentes y obligaciones en pesos pero atadas al dólar que podrían quedar descalzadas ante una eventual obligación de vender bonos. Las empresas de vida cuentan con pólizas emitidas en dólares.
"El regulador puede cambiar las reglas de juego; es el riesgo al que está sujeto el negocio local", dijo otra asegurada. "Por vender los bonos a pérdida, la rentabilidad del trimestre anterior se arruina en este trimestre. Y si hay una devaluación, te licúa el capital", agregó.
Pero ayuda al gobierno, la cartera de títulos con cotización es de $ 29.008 millones, un 24% del total (desde 17% en patrimoniales hasta 30% en retiro). De esta masa, una porción está atada a la brecha cambiaria. Según el sector, parte de unos $ 7.300 millones para todo el mercado. "Si te liquidan 50 millones por día, te destruyen el liqui", dijeron. El liqui perdió más del 5% en los últimos dos días.
La venta de dólares en el mercado cambiario y el pago de una deuda provincial fueron ayer el mayor lastre que sufrió el Banco Central para defender sus reservas. El organismo cerró el día con un saldo negativo de u$s 51 millones, a pesar de que fue una jornada positiva para los activos en los que está invertido (el oro subió un 1,31% y los bonos del Tesoro, un 0,33%). El stock cerró en los u$s 27.660 millones, y acumuló así una pérdida de casi u$s 100 millones en sólo dos días y u$s 254 millones en lo que va del mes
La pérdida se dio luego de que el organismo se viera obligado a desprenderse de u$s 40 millones en el mercado cambiario para evitar una suba mayor en el tipo de cambio (ver aparte) y de que destinara unos u$s 66 millones al pago de una deuda de la provincia de Buenos Aires.
Mientras tanto, la venta de dólar ahorro persiste todavía por encima del promedio mensual: ayer fue de u$s 16 millones y superó los u$s 300 millones en octubre.
Por Sofía Bustamante.
Desde hace días que el gobierno busca desalentar los negocios de contado con liquidación. Y por ahora logró el objetivo: el contado con liqui perforó dos barreras psicológicas, la de los $ 15 y la de los $ 14, para quedar finalmente en $ 13,45.
La caída no solo afectó al resto de las versiones del dólar, sino que golpeó fuerte a las acciones.
El Merval llegó a hundirse hasta 5,8%, aunque al cierre la pérdida fue levemente inferior, de 5,3%. Entre las acciones, las performances más sufridas fueron las de Edenor, Transener e YPF, con descensos de 7,6%, 7,5% y 6,9% cada una.
El índice porteño acarrea esta vulnerabilidad desde principio de mes. Según datos de Bloomoberg, en lo que va de octubre el Merval registró la peor caída entre 93 índices, un 19%. Además, la agencia cita que también es la baja intradiaria más importante a nivel mundial.
Desde que hace años las distintas versiones del dólar tomaron rumbo alcista, los activos locales acompañan la tendencia, por lo que no es de extrañar que, ante el último giro bajista, también las sigan.
En cuanto a los bonos, se hundieron hasta 4,4%, si no se incluyen a los cupones, que se derrumbaron un máximo de 5,6%.
En terreno extranjero también hubo números rojos, sin embargo, los activos también padecieron la caída de Wall Street.
Los Adrs se desplomaron hasta 4,2%, una caída que lideró Banco Macro, mientras que los bonos casi no sufrieron cambios: el Boden 2015 cedió 0,1%, el Bonar X ascendió 0,2% y el Discount en dólares bajo ley neoyorquina subió 0,4%.
El Dow Jones retrocedió 2%, una variación que no inquietaría al mercado local, pero que para el público internacional significa una muy mala rueda. El S&P 500 y el Nasdaq cayeron 1,1% y 2%, en ese orden. No obstante, fueron producto de una toma de ganancias luego de una fuerte suba de miércoles.
El analista de Rava, Mauro Morelli, recordó que desde que la presidenta Cristina Fernández se refirió al contado con liqui las acciones y los bonos vienen tropezando. Esta cadena nacional fue hace una semana, y al día siguiente se conoció la renuncia de Juan Carlos Fábrega de la presidencia del Banco Central (BCRA) y luego trascendió la llegada de Alejando Vanoli al organismo. Es decir que los mercados no tuvieron muchas razones para esquivar las bajas. Más allá de las declaraciones de Vanoli sobre el dólar (que no habrá devaluación y que no se eliminará el dólar ahorro) todavía no hay información sobre posibles cambios, subrayó el analista.
Por otro lado, tanto Morelli como el analista de Bull Market Juan Manuel Palacio coincidieron en que el volumen de negocios no respaldó las bajas. Vimos caídas muy importantes en variación pero no en volumen. Los inversores no quieren desarmar tanto las carteras, dijo Morelli. En tanto, Palacio indicó que el monto de renta fija negociado en la bolsa está por debajo de los niveles que se vieron tras la cadena nacional de la semana pasada: Mientras que hoy (por ayer) se operaron $ 1.900 millones, hubo jornadas en las que las que el volumen alcanzaba los $ 5.000 millones.
En acciones se operaron $ 308 millones, una suma que no es pobre, pero que se explica por la concentración de operaciones: por ejemplo YPF acaparó $ 100 millones del volumen total.
En lo que respecta al futuro, en Bull Market aseguraron que será difícil que el Merval recupere los niveles máximos.