Rio Tinto informó el martes que rechazó una oferta para fusionarse con GlencoreGLNCY -5.01% PLC, que hubiera combinado a dos de los mayores conglomerados mineros del mundo y reconfigurado el mercado global de mineral hierro.
Una hipotética combinación de Glencore y Rio Tinto superaría a BHP BillitonBLT.LN -0.15% como la mayor minera del mundo que cotiza en bolsa. La capitalización de mercado de Glencore bordea los US$72.000 millones mientras que la de Rio ronda los US$90.000 millones. El valor de mercado de BHP es de alrededor de US$150.000 millones.
La unión también combinaría las fortalezas de Glencore en el corretaje de materias primas con la significativa producción de mineral de hierro de Rio Tinto.
Hace unos meses, Ivan Glasenberg, presidente ejecutivo y uno de los mayores accionistas de Glencore, contactó personalmente a Jan du Plessis, el presidente de la junta directiva de Rio Tinto, para sostener una conversación conceptual sobre una posible fusión, indicó una fuente cercana. La conversación fue lo suficientemente seria como para que du Plessis presentara el tema ante la junta directiva de Rio Tinto, agregó la fuente.
Rio Tinto reveló el martes que había recibido en julio una propuesta de Glencore, la cual había rechazado. Las negociaciones, indicó, concluyeron en agosto.
Aunque no está claro cuán específica era la propuesta de Glencore, una fuente cercana a la situación manifestó que la junta de Rio Tinto rechazó en forma terminante la oferta de una fusión en acciones que no pagaba una prima. El directorio estimó que “el concepto básico estaba muy equivocado”, dijo la fuente.
Glencore informó que hizo un sondeo informal por teléfono “tratando de evaluar si habría algún interés en Rio Tinto sobre algún tipo de fusión”. Glencore señaló que no estaba en conversaciones de cara a una fusión con Rio Tinto.
La legislación de fusiones y adquisiciones del Reino Unido prohíbe que Glencore vuelva a presentar una oferta durante seis meses. En caso de que las negociaciones se reanuden, lo más probable es que Glencore no tenga más remedio que ofrecer una prima para sellar un acuerdo. Las acciones de Rio Tinto subieron 0,8% en la Bolsa de Londres el martes, mientras que las de Glencore cayeron 2,5%.
Glencore no ha ocultado su deseo de expandirse mediante fusiones y adquisiciones desde que el año pasado completó la compra de Xstrata PLC. En abril, la empresa adquirió por US$1.350 millones CaracalEnergy Inc., una petrolera con grandes operaciones en África.
El mineral de hierro, que representa la mayor parte de las ganancias de Rio Tinto, es una de las áreas de la minería en las que Glencore es débil. El grupo produce y vende materias primas que van desde el cobre y el zinc hasta los granos y el algodón. Rio Tinto, en tanto, es el segundo productor mundial de mineral de hierro detrás de la brasileña Vale SA VALE5.BR +0.71% .
“Glencore tiene una presencia razonable en todo el resto de los mercados de commodities”, afirma Donald Williams, director de inversiones de la gestora de fondos Platypus Asset Management.
Glencore tiene apenas tres activos de mineral de hierro, todos ellos en África y ninguno está en etapa de producción. La empresa compra y vende mineral de hierro de otras compañías. Los operadores de Glencore y las relaciones que la empresa ha forjado a lo largo de los años podrían abrir nuevas puertas para la producción de Rio Tinto.
No obstante, cualquier acuerdo tendrá que superar obstáculos regulatorios en todo el mundo. Las autoridades de China, por ejemplo, podrían objetar el control que la empresa combinada tendría en mercados como los del cobre y el carbón, que son importantes para el país.
Las diferencias culturales entre las dos empresas también podrían ser un obstáculo. Bajo la batuta de Glasenberg, Glencore ha fomentado una cultura que valora la capacidad para hacer acuerdos y el corretaje de materias primas.
Rio Tinto, cuyas acciones cotizan en Londres y Australia, es una empresa con raíces mineras mucho más profundas, en especial en Australia, donde opera la mayoría de sus minas de hierro.
Las dos empresas también tienen diferentes apetitos por el riesgo. Rio Tinto opera activos de primera calidad en países desarrollados, en particular Australia. Glencore, en cambio, posee minas en lugares con un mayor riesgo político como Kazajistán y El Congo, donde dice que puede encontrar activos igual de productivos pero más baratos.
La junta de Rio Tinto no estaba convencida de que el corretaje de commodities de Glencore fuera a aportar mucho valor a la compañía puesto que Rio Tinto vende la mayor parte de sus commodities a clientes en China, dijo una fuente.
“Si hubiera una manera más fácil de ganar dinero haciendo esto ya la habríamos encontrado”, dijo una fuente cercana a la empresa.
Si saber elegir el momento indicado es clave a la hora de hacer negocios, a GlencoreGLNCY -5.01% le salió el tiro por la culata cuando fue tras Rio Tinto en julio.
Es cierto, la confirmación de Rio de que el gigante de los commodities expresó interés en una fusión en realidad arroja luz sobre el dilema estratégico de la minera anglo-australiana. Bajo la conducción de Sam Walsh, Rio se ha concentrado en reducir costos y mejorar su flujo de caja. Además, ha prometido elevar los retornos a los accionistas el próximo año.
No está claro qué pasará después. Rio, que ya ha rechazado negociar con Glencore, no se ha diversificado: 80% de sus ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización proviene del mineral de hierro, cuyo precio está cayendo.
Aun así, a menos de que Glencore ofrezca una jugosa prima, no hay mucho en este momento que atraiga a Rio a la mesa de negociación.
El precio del mineral de hierro ha caído 40% este año, pero aún no se sabe si la estrategia de los principales productores se basa en la lógica o más bien en la locura, como sostiene Ivan Glasenberg, presidente ejecutivo de Glencore. Rio, BHP BillitonBLT.LN -0.12% y la brasileña Vale han expandido su producción, añadiendo toneladas a un mercado sobreabastecido. Sin embargo, impulsar la producción para sacar del camino a rivales con costos más altos podría significar que el mercado vuelva, en la práctica, a ser un oligopolio.
Entretanto, el futuro de Rio podría ser muy lucrativo, gracias a sus pozos de mineral de hierro de bajo costo. De hecho, ese es parte del atractivo: gracias parcialmente a la expansión de sus operaciones en Pilbara, en el occidente de Australia, sus flujos de caja deberían seguir creciendo en medio de la debilidad del mineral de hierro. Glasenberg podrá burlarse, pero el crecimiento de zonas abandonadas de mineral de hierro, conocidas en inglés como “brownfields”, también ofrece retornos envidiables: Bank of America Merrill Lynch estimó el retorno sobre el capital empleado para la expansión más reciente de BHP Billiton en 100%, incluso antes de que la minera redujera los costos involucrados.
El riesgo es que el mineral de hierro se derrumbe, lo que revindicaría la opinión de Glasenberg sobre el mundo, y Rio, limitado por su falta de diversificación, archive los planes para recomprar acciones. En ese caso, Glencore seguramente encontrará accionistas receptivos. Eso podría empujar al directorio de Rio a negociar.
Si Glencore regresa, la junta de Rio debería insistir en una prima de adquisición adecuada. La afinidad de Glencore para las fusiones es altamente cuestionable después de su acuerdo para comprar Xstrata. El modelo de la operadora parece depender del control total, no de las responsabilidades compartidas. Glencore podrá tener un portafolio diversificado y un aclamado equipo de gerencia, pero Rio tiene las finanzas más sólidas, la base de recursos de más alta calidad y los activos de mayor rentabilidad.
Eso dejaría a Glencore la tarea de defender un valor para la fusión. Administrar el mineral de hierro de Rio Tinto a través de la máquina de comercialización de Glencore podría valer entre US$1 y US$2 por tonelada, calcula Citi. Pero eso podría ser más difícil en un mercado sobreabastecido. Es más, extraer y distribuir 300 millones de toneladas de tierra, en comparación con los quizás 40 millones de toneladas de mineral de hierro que negocia Glencore, podría no prestarse a oportunidades de arbitraje que otros commodities.
Sí, habrá algunos ahorros de costos. Pero Rio ya ha recortado alrededor de US$4.000 millones en costos. Las sinergias de unir las operaciones de carbón de Glencore y Rio en Hunter Valley, en Australia, podrían lograrse con una empresa conjunta, sin crear una compañía de US$160.000 millones y pagar una prima de control.
Ponerle precio a Rio le permitirá a Glencore presionar sobre el tema. De otro modo, será el mercado de mineral de hierro el que determine si y cuándo es tiempo de alcanzar un acuerdo.