Según las cifras presentadas la semana pasada por el INE, entre junio y agosto de este año 233 mil personas trabajaron en la explotación de minas y canteras en el país. Esta cifra supone 14 mil ocupados menos en el sector respecto del mismo trimestre móvil del año anterior.
Incluso, dice Álvaro Merino, gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), la cifra supone 28 mil personas menos que en el trimestre móvil terminado en octubre de 2012, cuando se alcanzó el peak de la ocupación directa de esta rama , e iguala los niveles de empleo de 2011.
“Al analizar la ocupación en el trimestre móvil junio-agosto de 2014 respecto de lo que ocurría hace un año, se observa que el empleo a nivel nacional crece un 0,7%, esto es, aumenta en 51 mil trabajadores. No obstante, en la minería cae un 5,8% y es precisamente una de las actividades económicas donde proporcionalmente se manifiesta con mayor fuerza la baja en la ocupación”, dice Merino.
Entre junio y agosto de 2014, los cesantes en el sector minería sumaron 24.700 personas según cifras del INE, un 79% más que en igual lapso de 2013 cuando el número llegó a 13.800 personas.
Al comparar el desempleo promedio de los últimos meses se observa que, mientras en el país la desocupación promedio aumenta, en dos zonas mineras se dispara: “En la Región de Antofagasta crece de 5,2% a 6,7%, en tanto que en Atacama aumenta de 5,6% a 6,9%”, dice Merino resaltando que, a pesar de esto, el empleo en este sector no está en crisis.
“Falta mucho para eso”, asegura Francisco Klapp, investigador del Programa Económico de Libertad y Desarrollo, quien explica que son dos los fenómenos que han afectado al rubro: por un lado una desaceleración que se ve en todos los demás sectores de la economía y, por otro, la baja en los proyectos, ya que la construcción relacionada con la minería se contabiliza en este ítem por el INE.
Y viendo que muchos proyectos siguen postergándose, Francisco Klapp cree que la tendencia del desempleo y la cesantía en el sector debería seguir al alza.
Según el INE, las regiones que más cesantes de la minería tienen son la del Biobío y Coquimbo, con 6 mil y 5.100 personas, aproximadamente.
Como la encuesta mide solo el lugar en donde se encuentran los cesantes, también muestra cómo ha sido la migración “de vuelta” de los mineros, que ya han perdido casi todas las esperanzas de conseguir trabajo en el norte y han retornado a su región de origen.
Esto también devela otro fenómeno: los mineros, en general, son sostenedores de grupos familiares que están acostumbrados a recibir altos ingresos, por lo que la pérdida de la fuente laboral afecta indirectamente a otras tres personas en promedio, dice Klapp.
Teniendo esto en vista, el Ministerio de Minería estaría preparando un programa de apoyo al empleo para los pequeños mineros, el que estaría listo en noviembre próximo.
Por eso, la inseguridad actual ha llevado a que los trabajadores, a diferencia de hace un año, estén mirando menos a la competencia.
Carla Reyes, team leader Mining & Suppliers de Randstad, explica que si bien en el último tiempo la minería ha sido un sector con un alto nivel de movilidad de trabajadores entre empresas, casi siempre tentados por mejores sueldos (ver recuadro), hoy sus trabajadores están entre los que menos esperan cambiarse de empresa en el corto plazo.
“Mientras más insegura está la fuente laboral, menos ganas de cambiarse tiene la gente, y ese es el fenómeno que está ocurriendo en la minería: la gente ve que cada día es más difícil encontrar trabajo en otra minera, por lo que se aferran a sus puestos y si los despiden, consideran la indemnización como un ahorro”, dice Reyes.
Hoy la movilidad se da a nivel interno: mientras antes las mineras se “levantaban” a los trabajadores, hoy son las grandes empresas las que tientan a los empleados, aunque ofreciendo un sueldo menor al de años previos.
En ese proceso, explica Pascual Veiga, past president de la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería (Aprimin), está su sector, ya que ha perdido cerca de 6.500 plazas laborales en nueve meses.