River : local ante más de 62 mil hinchas, dueño del fútbol que elogia la gente y único líder del torneo de Primera División. Boca : visitante, con un equipo en recuperación y lejos de la cima. Como valor agregado, la incesante lluvia y un campo de juego que hace imposible el normal desarrollo del partido. El superclásico del fútbol argentino dejó una función para el recuerdo. Lejos de cualquier tipo de análisis previo, el encuentro se jugó a la par de lo dejó el clima. El equipo de Rodolfo Arruabarrena pudo llevarse una victoria de oro, pero el de Marcelo Gallardo, que jugó con un hombre durante más de un tiempo (por una mala decisión del árbitro), llegó a la igualdad a pocos minutos del final: 1-1.
El partido no se debió jugar, eso estaba claro. El césped quedó cubierto por el agua y la pelota no se deslizaba con normalidad. Sin embargo, la insistencia de los equipos por jugar el partido, y evitar así la pérdida de jugadores clave por las citaciones de los diferentes seleccionados, hicieron que Mauro Vigliano le de curso. Pero las condiciones afectaron con claridad el juego de los equipos. River no pudo hacerse fuerte con la presión ni, mucho menos, con el juego asociado. Boca tampoco pudo plasmar la idea del Vasco y la expulsión de Fernando Gago, por una mano que no fue, cambiaron los planes iniciales del entrenador.
"Que tenemos la camiseta de Boca, que todo lo que hablaron en la semana se lo van a meter en el culo", dijo a los gritos Agustín Orion en la manga del estadio, antes de salir al campo de juego. Y a fuerza de lucha fue que el conjunto xeneize se encontró con el primer gol del partido. Tras un tiro libre, Lisandro Magallán, el reemplazante del lesionado Cata Díaz, sacó provecho en el área rival y abrió el marcador a los 22 del primer tiempo. River fue a buscar rápidamente y se encontró con un penal que no fue. Sin embargo, Rodrigo Mora no pudo capitalizarlo y la pelota se fue por arriba del travesaño.
En la segunda mitad, el Vasco acomodó el equipo para cuidar el resultado. Boca supo defenderse, pero cometió sólo un error, que terminó con el empate millonario. El joven Germán Pezzella cabeceó entre los centrales y, tras el rebote de Orion, marcó el 1-1 final. Luego, Vigliano expulsó a Funes Mori por una fuerte infracción.