El gobierno nacional designó hoy al economista Cristian Alexis Girard, hombre de estrecha confianza del ministro de Economía, Axel Kicillof , al frente de la Comisión Nacional de Valores (CNV).

Girard -que hasta ahora se desempeñaba como coordinador de los directores estatales de empresas- tendrá a su cargo el manejo del mercado de finanzas, en reemplazo de Alejandro Vanoli, quien pasó a presidir en comisión el Banco Central (resta que el Senado apruebe el pliego) tras la renuncia de Juan Carlos Fábrega .

El nombramiento se oficializó en el Boletín Oficial a través del decreto 1737/2014, que lleva la firma de la presidenta Cristina Kirchner, del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich y del titular de Economía, Kicillof. Allí se establece que Girard "reúne los requisitos de idoneidad y experiencia necesarios para desempeñar dicho cargo".

Girard tiene 32 años y proviene del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), que creó Kicillof en el 2004. Como otros técnicos del equipo del ministro, Girard incrementó las funciones desde que Kirchner asumió su segundo mandato.

Cuando Kicillof era secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo, Girard fue designado como director por el Estado en YPF Gas y Metrogas. En 2012 el Gobierno lo nombró a través del decreto 1814/2012 como encargado de coordinar una estrategia común en las 43 empresas en las que la Anses tiene acciones desde que estatizó en 2008 los fondos de pensión. Entre otras: Edenor, Edesur, Endesa Costanera, Pampa Energía, Transener, Banco Macro, Grupo Financiero Galicia, Aluar, Consultatio y Metrovías.

POLÉMICA POR GANANCIAS

El año pasado, en tanto, quedó envuelto en una polémica cuando el Senado, con el apoyo del titular del bloque kirchnerista, Miguel Ángel Pichetto, aprobó un pedido del Poder Ejecutivo para que se informara sobre la orden de Girard para impedir que los directores representantes del Estado en empresas privadas tributaran el Impuesto a las Ganancias.

El texto reclamaba al Poder Ejecutivo que detallara las razones que llevaron a Girard, director nacional de Empresas con Participación del Estado, a reclamar la no retención del tributo por parte de las empresas, sobre los honorarios que perciben los representantes del Estado en los directorios.

En una conferencia de prensa, días después, Kicillof expresó negó que el economista, inscripto como monotributista en la categoría B, manifestara su intención de no pagar Ganancias.

Por SEBASTIÁN IÑURRIETA.

El tiempo es relativo. Albert Einsten no fue peronista pero su teoría rige la realidad actual justicialista. Por un lado, para el PJ falta poco para el final del mandato de Cristina Fernández de Kirchner. Desde una óptica electoralista, ante la premura de diseñar una sucesión presidencial. Por el otro, desde la gestión cotidiana enturbiada por la pelea con los fondos buitres y denuncias de complot externo e interno, falta mucho más de lo que dice el almanaque para el 10 de diciembre del próximo año.

emerosos de una ‘sobrekicillofización’ de la Casa Rosada (algo que también intranquiliza al peronismo del Gabinete), tomando como referencia la salida de un "mesurado" (aún con asiento en la privilegiada mesa pingüina) Juan Carlos Fábrega y su reemplazo por un "incondicional" Alejandro Vanoli; sumando a un Jorge Capitanich en la cuerda floja a punto de caerse de la Jefatura de Gabinete, crece la preocupación entre los caciques pejotistas por el rumbo que fijará la mandataria para llegar a 2015.
Los nervios se apaciguan en público. Como debe ser en una estructura de un movimiento verticalista. El próximo martes, en reunión del PJ Nacional, lo dejarán por escrito: el Consejo Nacional partidario emitirá un documento de "apoyo incondicional" a la Jefa de Estado en su lucha diplomática con los holdouts. Será el segundo encuentro convocado por su presidente, el mandatario jujeño Eduardo Fellner, desde el descongelamiento justicialista. Ambos a instancias de la Casa Rosada, para obtener el respaldo pejotista al Gobierno. En la anterior ocasión, el pasado julio, a pesar de la renuencia de pesos pesados que preferían evitar el tema, el partido rechazó el "linchamiento mediático" del vicepresidente Amado Boudou, que acababa de ser procesado en el caso Ciccone.

Si bien la propia Cristina Kirchner suele no interesarse por los vaivenes pejotistas, suele reclamar su apoyo en medio de sus batallas. Esta vez lo recibirá con una reunión bajo excusa formal de nombrar al diputado ultraK Carlos Kunkel como interventor del PJ de Santiago del Estero.

La lealtad tiene una obvia cuota de egoísmo: su propia supervivencia. "En lo que queda hay que garantizar la gobernabilidad de Cristina para una transición ordenada", confían en una provincia, pensando en su propio 2015.

Con el rumbo de la economía como eje, los angustiados llamados entre gobernadores peronistas (con el bonaerense Daniel Scioli discando y el sanjuanino José Luis Gioja atendiendo) quedan eclipsados por la imagen de lealtad que le brindan a la jefa sin cargo partidario. Por caso, el duro discurso presidencial del martes pasado, en el que cargó con todo contra el gobierno de los Estados Unidos, tuvo como escenografía a 16 mandatarios provinciales. Habían ido a Balcarce 50 a firmar la prórroga de sus rojos con la Nación, programa de desendeudamiento craneado por Capitanich, uno de las pocos beneficios que obtuvieron los caciques territoriales en poner a uno de los suyos en la Jefatura de Gabinete.

Aún con las magras conquistas, el puesto que dejará vacante Capitanich sigue siendo codiciado por las provincias. Una mudanza de Axel Kicillof de Economía a jefe de ministros, es el peor pronóstico de gobernadores, que desean mantener –aunque sea mínima– una línea telefónica amiga en la Rosada. Por eso los entusiasma más la figura del titular de Diputados, Julián Domínguez. Mientras tanto, aguardan el gestopresidencial.