"Sí al fracking"
El especialista Daniel Montamat estuvo hoy en Santa Rosa, donde participó de una serie de conferencias y charlas que habían comenzado un día antes en General Pico. Durante una conferencia de prensa que brindó en el Comité Provincia de la UCR, se refirió a la política energética del país y el panorama que le espera a la Argentina a futuro.
Montamat fue secretario de Energía de la Nación durante el gobierno de la Alianza, fue presidente de YPF en la gestión de Raúl Alfonsín y también fue parte del directorio de Gas del Estado en ese periodo. Actualmente es consultor del Banco Interamericano de Desarrollo.
En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, encabezó la conferencia “Argentina: Cómo recuperar el autoabastecimiento energético”. En la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas disertó sobre “Las oportunidades de la Argentina en el nuevo orden mundial”.
En la charla con los medios, trazó un panorama donde señaló que en el país “tenemos un problemón en energía, estamos mal y vamos peor”. Dijo que “el orden económico mundial se estrá transformando” y esa situación “ofrece una oportunidad de reinserción estratégica” aunque advirtió que “estamos en el anden y el tren viene pasando, y no vaya a ser que lo perdamos”.
-¿Porqué estamos en esa situación que describe?
-Desde el 2011, Argentina perdió el autoabastecimiento en el sentido de que pasó a tener una balanza comercial energética deficitaria. En 2010, tuvimos un balance a favor por 2 mil millones de dólares; en 2011 hubo un déficit por 3 mil millones de dólares. Es decir en un año perdimos 5 mil millones de dólares. Este año va a ser deficitaria en 7 mil millones de dólares. La importación de energía está pegando en las cuentas externas, porque la energía tiene que ver con el cepo cambiario. Esa energía, que importamos cada vez más, viene a precio de referencias internacional. Los subsidios los pagamos nosotros, es decir que el subsidio energético es parte del problema inflacionario que tiene el país. En General Pico algunas personas me observaban que quieren instalar una industria nueva, o ampliar una fábrica, y se preguntan con qué energía van a contar y a qué precio. Si no está la respuesta, cancelan el proyecto. Es un cuello de botella, y eso es empleo. El problema energético pega en los dólares, en la inflación y el empleo. Estamos importando más por las politicas que hemos desplegado estos años. Con otra política, más inversión y más tiempo, Argentina puede recuperar el autoabastecimiento e incluso empezar a exportar saldos a la región.
-¿La recuperación de YPF o la aparición de Vaca Muerta, no son oportunidades para revertir ese panorama?
-Cuando se expropió YPF, se lo vendió como la salvación. Un senador me dijo que ibamos a dejar de importar energía, pero es mentira. Porque YPF era víctima también de la política energética que se estaba desplegando y lo sigue siendo. Yo creo que hay que mantener esta YPF controlada por el Estado, pero tenemos que cambiar la política energética, porque la expropiaron en 2012 y en 2013 importamos más energía que en 2012 y este año vamos a importar más que en 2013. Eso cambiará cuando la energía deje de estar entrampada en el corto plazo: con una estrategia de largo plazo y una política de Estado; con precios, una tarifa social para separar de esto a los argentinos que no le pueden hacer frente; y reglas de largo plazo, si no la inversión va a ser testimonial.
-¿Cree que a esa situación se llega por desidia de los gobiernos que han pasado?
-Hubo un cortoplacismo en las decisiones. La Argentina estuvo entrampada en el corto plazo, y la energía padeció las consecuencias de tomar las decisiones en función del próximo turno electoral. Se necesitan políticas de Estado. ¿Qué saben los electrones y las moléculas sobre quién va a ser presidente en 2023, donde ya tenemos que estar pensando si queremos que los recursos de Vaca Muerta formen una reserva probada? El problema es que se nos ha venido encima el futuro, al que hemos estado ignorando por mucho tiempo. No fue desidia, lo hicieron deliberadamente para cosechar resultados políticos cortoplacistas.
-¿Le cree a Capitanich cuando dice que no habrá cortes como el verano pasado?
-Las compañías distribuidoras no han invertido lo suficiente porque están fundidas. Edesur y Edenor tienen que negociar con el Gobierno para pagar los sueldos, deben energía eléctrica que ellos mismos distribuyen, y las inversiones pasan por fondos fiduciarios que maneja el Gobierno y siempre van llegando de atrás. Las empresas dicen que la actualización va a llevar cuatro años, y mi pronóstico es que si hay varios días de calor en el próximo verano se van a repetir los problemas con los cortes.
-¿Qué opina de la Ley de Hidrocarburos y los acuerdos de Nación con las provincias petroleras?
-Es una ley que se intenta aprobar a las apuradas. No va a lograr los objetivos que se propone, que es traer más inversiones a corto plazo. Porque es una ley que ignora las modificaciones que tiene que tener la política energética. La Argentina necesita una ley para los nuevos tiempos, pero en el conjunto y como parte de una política energética que acá no se prevé. Los gobernadores que están finalizando su mandato han acordado un parche para una ley vieja, y parche nuevo en vestido viejo no funciona. Lo serio es que licúa el dominio originario provincial sobre los yacimientos porque vía concesiones genera derechos a perpetuidad y deviene en una cuestión abstracta.
Montamat se mostró a favor de la utilización del fracking como método de explotación de recursos energéticos, pese a que esta metodología ha cosechado un importante rechazo desde algunos sectores sociales y políticos.
“Si me preguntan, yo digo sí al fracking pero con responsabilidad ambiental. Sí al fracking sustentable”, señaló ante una pregunta de El Diario.
“Hay reglas para llevarlo adelante y minimizar los daños ambientales. No te digo reducirlos a cero, porque eso también es una cosa idealizada. Siempre la actividad humana en cualquier plano interviene y choca con el medio ambiente. Ha habido fracking antes de los recursos no convenciales, pero ahora se ha maximizado su uso en la nueva teconología su uso”, señaló.
Especificó que se lo utiliza porque “los recursos no convenciales no migran al yacimiento, quedan entrampados en la roca madre”. Y para “maximizar el rendimiento” se debe acceder a los recursos “verticalmente y penetrar transversalmente usando inyección hidráulica con químicos”.
“Todo eso tiene que estar debidamente controlado, bien encamisado el pozo que atraviesa cuencas acuíferas. Los químicos que se utilizan no son de los más peligrosos, algunos se lo usan en lo corriente para limpiar la cocina... La otra preocupación es el uso y recuperación del agua, y también hay métodos para minimizarlo, recuperarla y volvera a reciclar”, advirtió.
“Me dirán que se prohibió en Francia, pero porque la roca madre ahí está cerca de París. No es lo mismo hacerlo ahí que en zonas como las nuestra, donde hay poblaciones y hay que tener mucho cuidado pero hay mucho desierto”.
Finalmente, remarcó que si se niega terminamente el fracking como método de explotación “se acabó Vaca Muerta, porque es lo que ha permitido su desarrollo”.