Las mujeres petroleras tienen historia en la actividad. Pese a que desde hace años participan en distintos sectores de la industria y cada vez consiguen ocupar más espacios que hasta hace poco sólo estaban reservados para los hombres, aún son una minoría dentro de toda la cadena hidrocarburífera. Según los últimos registros del Sindicato Petrolero, de los 14.000 puestos cubiertos en la cuenca sólo alrededor de 1.000 están ocupados por mujeres y, en el caso del universo de Jerárquicos, llega a 440 (7%).
El comentario popular, recogido a mitad de camino entre los pueblos petroleros, dice que "cada vez se ven más mujeres al volante". Y generalmente se remata –con otra frase gastada– diciendo que son "más cuidadosas" y que manejan con "mayor seguridad" y "respetando más las normas". Los cierto es que, según los datos de la UTA y Camioneros, las incorporaciones no han sido significativas.
El propio Guillermo Pereyra, titular de Petroleros, compartió públicamente a principios de este año el planteo que llevó a los propietarios de una veintena de empresas transportistas de la región, por el que pidió por la inclusión de las mujeres y los jóvenes en la actividad. Principalmente el reclamo apuntaba a incorporarlas detrás de los volantes de las cientos de trafics que trasladan al personal a las bases y yacimientos como un "ingreso al sector".
El reclamo, que además contó con el apoyo del líder de la CGT, Hugo Moyano, apuntaba a dar impulso al terreno abonado por la reactivación petrolera y por la media sanción del Senado que recibió el proyecto "de cupo petrolero femenino", presentado por Nanci Parrilli (FpV), donde se exige un porcentaje mínimo del 30% para trabajadoras en toda la actividad. El proyecto descansa desde el año pasado en las comisiones de Diputados y fuentes cercanas a la legisladora sospechan que no se moverá hasta que se apruebe la reforma de la ley de hidrocarburos.
En números concretos, la industria petrolera no ha generado los espacios ni las condiciones necesarias como para poder vislumbrar un camino sólido a la igualdad. Lo mismo sucede en relación con las tareas a las que son designadas.
Por ejemplo Cecilia, una joven madre que trabajó manejando combis petroleras durante tres meses, prefirió buscar otro trabajo. "Soy madre sola y la rotación de horarios nunca la pude acomodar con la empresa, por lo que decidí dejar el trabajo pese a que ganaba muy bien y tenía muy buena relación con mis compañeros", contó a "Río Negro Energía".
Sólo en los puestos jerárquicos, donde cuenta el título de grado o pregrado, muestran un balance superior a cualquier otro sector del negocio hidrocarburífero.
"La mujer ahora está en condición de hacer el mismo trabajo que los hombres en los yacimientos. Con todos los equipos automáticos pueden trabajar en el yacimiento", dijo Pereyra. Sin embargo, el lugar de las mujeres siguió reservado en un bajo porcentaje dentro de los yacimientos.
Desde los gremios reconocen que donde las mujeres están más insertas es en las localidades con trayectoria petrolera como Rincón de los Sauces o Catriel, donde los puestos más reiterados son como camioneras o maquinistas.